escuchar>LA NACION>Revista JardínCon un estilo naturista, Sofía Blacker y Valentina Arruabarrena diseñaron un jardín que conjuga la funcionalidad en cada espacio con el medio ambiente, teniendo como eje principal la casa14 de marzo de 202303:30escucharLa premisa de este jardín fue anclar la casa al entorno: la cancha de polo, la avenida de plátanos y el inmenso horizonte. Se buscó integrar el paisaje mediante curvas, con plantaciones sueltas y la paleta de colores del cielo. Para imaginar este jardín se tuvieron en cuenta los requerimientos del cliente.Esto llevó a la sectorización y a darle funcionalidad a cada uno de los espacios proyectados: pileta, huerta, estacionamiento, lugares sociales y de privacidad. La pileta se pensó como un espejo de agua oscuro que se mimetiza con la plantación, junto a un deck de lapacho superpuesto que invita a disfrutarla.ALERTA DE CALOR: CÓMO MANTENER LA HUMEDAD DE TU JARDÍN EN VERANOLos muretes que se repiten en todo el jardín se vinculan entre sí. Fueron planteados del mismo material y color de la casa. Realzan la plantación por su contraste y sirven de asiento para percibir el jardín desde distintas perspectivas. Las herbáceas y arbustos del proyecto fueron elegidos para tener estructura y atractivo en todas las estaciones.Se escogieron pocas variedades con el fin de reducir el mantenimiento y unir el jardín, “cosiéndolo” con plantas que se repiten. Otra característica de estas especies es su aporte ecosistémico, ya que todas atraen mariposas y polinizadores, creando un jardín más biodiverso. Los caminitos laterales invitan a recorrer el lugar y así descubrir los colores, aromas, movimientos y texturas.Los nativos sangre de drago (Croton urucurana) se repiten en el jardín delantero y se elevan por sobre los dietes y azareros enanos.Ines Clusellas/ Revista JardinAlgunas de las especies nativas utilizadas fueron: Acca sellowiana (falso guayabo) como cerco, Eugenia unif lora (pitanga o ñangapirí), Myrcianthes cisplatensis (guayabo colorado) y Solanum rantonnetii. Para el diseño del jardín delantero se plantaron especies como Croton urucurana (sangre de drago), un árbol nativo muy particular y de rápido crecimiento, junto con Dietes bicolor, Salvia procurrens, Pittosporum tobira ‘Nana‘, Tricyrtis hirta, entre otras.Los patios proyectados con binder de dolomita cumplen la función de transición entre la casa y el césped, donde se generaron espacios de estar y una huerta en cajones de durmientes. Emergen entre la piedra Ceratostigma willmottianum, Persicaria amplexicaulis ‘Red Dragon’, Polygonum capitatum, Salvia chamaedryoides, Echinacea purpurea ‘Alba ‘, Erigeron karvinskianus, entre otras.La huerta en cajones de quebracho elevados se une a la pileta, que se realizó con un revestimiento cementicio que se integra muy bien con la plantación circundante.Ines Clusellas/ Revista JardinLos maxicanteros en curvas del jardín trasero tienen como finalidad generar sectores e integrar la cancha de polo, desdibujando los límites del terreno. Están compuestos por una matriz de Salvia ‘African Sky’, Agastache foeniculum, Pittosporum tobira ‘Nana’ y Andropogon gerardii, todas especies con similares requerimientos.El cantero de atrás de la pileta está salpicado con Pittosporum tobira ‘Nana’ y –como base de la plantación– se aprecia la gramínea Andropogon gerardii, que tiene un otoño espectacular por su follaje colorado con una inf lorescencia vistosa.Se crearon canteros de grandes dimensiones con amplias curvas y senderos que invitan a recorrerlos. El Agastache foeniculum y la Salvia ‘African Sky’ forman una composición de lilas y celestes que florecen abundantemente. Al fondo, un montecito de ceibos se recorta contra la cancha de polo.Ines Clusellas/ Revista JardinEn una segunda etapa de plantación se incorporaron bulbos de invierno, para que brindaran una mayor cobertura del suelo en esa estación en la que se pierde la parte aérea de varias herbáceas para descansar. Jacintos del bosque, junquillos y muscaris ayudan a combatir malezas y proteger la microbiología del suelo.De esta manera se pudo cumplir con la idea rectora de incorporar el paisaje y hacerlo propio, con planos y profundidad desde la galería de la casa que desdibujan los límites y sugieren que el terreno continúa.Las diseñadoras del jardín con un estilo naturista, Valentina y Sofía, admiten que es un lujo trabajar con un cliente que les dé libertad y confianza. Ines Clusellas/ Revista JardinTambién se cumplió con el objetivo de contribuir al ambiente con el uso de un 70% de plantas nativas para generar un jardín sustentable en el tiempo, con composiciones que, en conjunto con el suelo y el clima del lugar, forman ecosistemas que disminuyen requerimientos y aumentan la biodiversidad, irradiando sensaciones a través de formas, texturas, colores, aromas y movimientos.LA NACIONSeguí leyendoCooperación entre vecinos. ¿Cómo funciona la huerta vereda en el barrio de San Isidro?Literatura y jardinería. ¿Cuáles son los libros que te van a hacer enamorar de la botánica ?Un doble impacto positivo. 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