escucharescucharNUEVA YORK.- Hace apenas cinco años, tras la noticia del asesinato de un periodista disidente, el gobierno saudita vio cómo una oleada de ejecutivos de finanzas norteamericanos se ausentaban de un foro abierto de inversiones en Riad: el reino de Arabia Saudita se había convertido en un lugar tóxico para los negocios.Este año, la demanda para asistir a esa conferencia apodada “la Davos del desierto” es tan alta que los ejecutivos deberán pagar 15.000 dólares por ocupar un asiento.Las monarquías de Medio Oriente que aspiran a ejercer influencia global están viviendo su gran momento en el escenario financiero: están nadando en dinero por el auge del precio de la energía, y justo cuando quienes usualmente buscan financiamiento en Occidente se están retirando de esa plaza, ahuyentados por las altas tasas de interés.Los fondos soberanos de la región del Golfo se han convertido en el cajero automático de moda para los capitalistas de riesgo, los fideicomisos inmobiliarios y fondos de capital privado que no consiguen financiamiento en otra parte.El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, junto al jeque Mohamed bin Zayed al-Nahyan, de Emiratos Árabes Unidos, durante una reunión en Abu DhabiABDULLA AL-NEYADI – UAE PRESIDENTIAL COURTPara empezar, en la región hay un auge de interés por el mercado de grandes fusiones y adquisiciones. Entre los acuerdos recientemente anunciados está la compra por más de 2000 millones de dólares de la administradora de inversiones Fortress por parte de un fondo de Abu Dhabi y la adquisición por 700 millones de dólares de la unidad de aviación de la financiera global Standard Chartered por parte de un fondo saudí.Varias empresas y fondos supervisados por el asesor de seguridad nacional de Abu Dhabi, el jeque Tahnoun bin Zayed al-Nahyan, están tanteando la compra de Standard Chartered y del banco de inversiones Lazard. También han llegado a acuerdos recientes para comprar una empresa británica de atención médica por valor de 1200 millones de dólares y tomar el control parcial de un gigante colombiano del rubro alimentos por casi 6000 millones de dólares.“Ahora todos quieren irse para Medio Oriente: es como la fiebre del oro en Estados Unidos hace dos siglos”, dice Peter Jädersten, fundador de la asesoría en recaudación de fondos Jade Advisors. “Hoy es difícil conseguir inversiones en todas partes”.Los administradores de fondos que desfilan por la región dicen que en la sala de espera de los fondos soberanos suelen encontrarse con sus competidores, y agregan que en el lobby de mármol blanco del Four Seasons y otros grandes hoteles de Abu Dhabi los ejecutivos de Silicon Valley y Nueva York son una presencia constante.Se cree que la conferencia de Riad del próximo mes -uno de los proyectos favoritos del príncipe heredero saudita Mohammed ben Salman, conocido como “Iniciativa de Inversión Futura”- será un imán para los cazadores de fondos. En 2018, tras conocerse que agentes sauditas habían asesinado al periodista Jamal Khashoggi, los ejecutivos de Wall Street decidieron ausentarse del foro, y durante años muchos fondos y empresas emergentes evitaron invertir en el país por cuestiones éticas.El príncipe heredero saudita Mohammed ben SalmanAlgunas empresas siguen manteniendo distancia del reino, y los organismos de derechos humanos dicen que el historial del gobierno saudita en su trato a los disidentes sigue siendo un problema grave.Pero el año pasado, cuando fuentes de financiamiento empezaron a escasear, el oro saudita recuperó su brillo y su atractivo. En la conferencia del año pasado, el director del Fondo de Inversión Pública del reino (PIF), Yasir al-Rumayyan, participó en un panel de discusión con dos de los ejecutivos de firmas de inversión más grandes del mundo, Stephen Schwarzman, de Blackstone, y Ray Dalio, fundador de Bridgewater Associates. Por el salón circulaban los nombres más importantes del sector de capitales de riesgo, y hasta se lo vio buscando financiación a Sam Bankman Fried, jefe de FTX.Hace un par de meses, en una conferencia patrocinada por el PIF, Ben Horowitz, socio de la firma Andreessen Horowitz, dijo que Arabia Saudita era un “país emergente” y se refirió a Ben Salman como su “fundador”, el creador de una nueva cultura y una nueva visión para el país.Cifras en aumentoEl nuevo predominio de la región es más evidente entre el tipo de fondos privados que retienen el dinero de los inversores durante años. Si bien no hay estadísticas exactas, las cifras de dos de los mayores fondos soberanos sugieren un aumento. Según datos del PIF de Arabia Saudita, los compromisos para “valores de inversión” -una categoría que incluye fondos privados- aumentaron a 56.000 millones de dólares en 2022, frente a los 33.000 millones del año anterior. Mubadala, de Abu Dhabi, informó que en 2022 se duplicaron los compromisos de capital, hasta alcanzar 18.000 millones de dólares.Ingenieros de la petrolera estatal saudí Aramco caminan frente a un generador de turbina de gas en el campo petrolero de Khurais. (AP Foto/Amr Nabil, Archivo)Los ejecutivos de los gigantes del capital privado TPG, KKR y Carlyle Group le han dicho a los inversores que el interés de Medio Oriente por invertir aún es fuerte, mientras que otras partes del mundo retroceden.“Para los que están en Estados Unidos, hay cierto grado de preocupación”, dijo el director ejecutivo de Carlyle, Harvey Schwartz, en una conferencia en junio. Los inversores de Medio Oriente, afirmó, “van al frente y son muy dinámicos”.Mientras Medio Oriente pisa el acelerador, los patrocinadores tradicionales de los fondos de inversión -planes de pensión y fondos para estudios universitarios- están en retirada. El giro hacia tasas de interés más altas en muchas partes del mundo les ocasionó pérdidas en la mayoría de sus carteras, especialmente en acciones y bonos.Según los administradores de fondos de Estados Unidos, los fondos del Golfo los han presionado para que abran filiales en la región y así puedan acceder más fácilmente a inversiones locales.“Es una relación que debemos construir y eso no ocurre de la noche a la mañana”, apunta Joseph Morris, director gerente de la asesora norteamericana de inversiones Newmark Group, que ya tiene su sede en Dubai.Eliot Brown y Rory JonesTraducción de Jaime ArrambideThe Wall Street JournalThe Wall Street JournalSeguí leyendoComandante “Lotus”. El Grupo Wagner elegirá a un nuevo líder: quién es el posible sucesor de PrigozhinCampaña en México. 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