escuchar>LA NACION>SábadoDonato De Santis, Juliana López May y Julieta Oriolo, entre otros, se ponen al frente de recorridos internacionales que exploran restaurantes, mercados, puestos callejeros y cafeterías del mundo24 de febrero de 2024Rodolfo ReichPARA LA NACIONescucharUna clase de cocina tradicional en un castillo en Módena. Una visita al mercado de Surquillo en Lima para probar un ceviche recién hecho. Un taco al pastor en las calles de México o una cantina italiana donde una señora de brazos fornidos amasa una lámina de pasta casera. Buscar trufas blanca con perros de raza en Alba, comer en la chef table del prestigioso Mirazur de Mauro Colagreco en el sur de Francia, aprender de los cruces entre África y América de la mano de acarajés en el Pelourinho de Salvador de Bahía, sumergirse en las fragantes especias de la India. Sinfín de experiencias culinarias, curadas y guiadas por los que más saben. De eso se trata una de las propuestas que más crece hoy en el mundo del turismo: viajar junto a tu cocinero o periodista gastronómico favorito, recorriendo restaurantes, mercados, productores, puestos callejeros, cafeterías, bares y más, para descubrir la verdadera cocina regional con una guía curada al detalle.Donato de Santis fue de los primeros cocineros en organizar este tipo de viajes, en los que la gastronomía se convierte en eje central para entender la cultura de cada pueblo. En 2018 arrancó con Cociname por el Mediterráneo, recorriendo la Puglia con un grupo de 15 personas. “Fue fantástico: comenzamos en Roma degustando quesos y vinos de Italia, comimos las típicas pizzas romanas, tan distintas a las de su vecina Nápoles; en Bari probamos los crudos de mar, caminamos las estrechas callejuelas de Bari Vechia, cosechamos aceitunas para hacer aceite de oliva virgen extra, fuimos a una clase de mozzarella, visitamos el mercado de Lecce, bailamos en la calle al ritmo de los acordeones, aprendimos de café espresso; en Torre Vado incluso fuimos a pescar y cocinamos lo que sacamos del mar”, recuerda. “Con la pandemia frené los viajes, hoy lo hago de manera personalizada para grupos de 10 o 12 personas que se comunican conmigo”.Donato en el mercado de pescadores de BariEn el mismo año arrancó el chef Pedro Lambertini, también apuntando a Italia: el primer destino fue la Emilia Romaña y el Piamonte; en 2019 fue el turno de Matera y Puglia. Tras un freno en pandemia, siguió en 2022 con la Toscana, Liguria y la Costa Azul; en 2023 repitió Emilia Romaña y para mayo de este año arranca en Friuli Venezia Giulia para cruzar de ahí a Eslovenia. “Pocos conocen Eslovenia y gastronómicamente es fantástico, un lugar que está creciendo muchísimo. La idea arrancó junto con Marisa Bergamasco, de la agencia M&R Tours, ella se encarga de la operación. Es una amante de la gastronomía, estudió en el IAG, y nos conocemos hace muchísimos años. Cuando recorrí Alemania para ElGourmet recibí muchas consultas por destinos en el mundo y así nacieron estos viajes”, cuenta Pedro.Pedro Lambertini y su grupo en un restaurante de la Puglia“Los destinos se deciden por lo interesante que es su cocina: vamos a Parma para ver el Parmigiano Reggiano, a Módena por su aceto balsámico, nos sentamos en restaurantes con estrellas Michelin y comemos en la intimidad de una casa de familia en medio del monte. Son experiencias que difícilmente hagas solo, por tu cuenta. Hay descubrimiento, aprendizaje y siempre el objetivo de divertirse, de pasarlo genial”.Próximas propuestasEn este 2024 las propuestas se multiplican como nunca antes, en variedad de opciones y precios, que van desde poco menos de 2000 dólares hasta casi 10.000, según el destino, la duración del viaje, el nivel de la hotelería y los restaurantes elegidos.Julieta Oriolo, chef del premiado restaurante La Alacena, recorrerá Sicilia pasando por Ragusa, Módica, Noto, Siracusa y Agrigento, “para terminar en uno de los puntos que más me enamoró de Sicilia, Taormina”. Allá promete picnics bajo el sol del sur italiano, almuerzos y cenas deliciosos, clases de cocina con ella y con cocineros de la zona, visitas a productores, monumentos y templos, en definitiva, una cocina genuina en paisajes increíbles. “El año pasado fuimos a Calabria, al pueblo de mi mamá; ahora vamos a Sicilia, que es un lugar hermosísimo. Seremos no más de 12 personas, y estamos todo el día hablando de comida, de recetas, contando anécdotas, compartiendo vivencias”, cuenta Julieta.Julieta Oriolo probando un cannoli siciliano en PalermoTambién el popular grupo de Facebook Buena Morfa organiza un viaje a Italia, en este caso de la mano del creador de Buena Morfa, Marcelo Crivelli, junto a Pietro Sorba, el reconocido periodista italiano que vive hace años en la Argentina. “Es un viaje por lo mejor de Génova y Liguria”, cuentan. “Arrancamos con pan dulce y helados, luego un almuerzo en el Antiguo Mercado Oriental de Génova. Y de ahí no paramos más: focaccia de Recco en Riviera de Levante, cultivos de albahaca genovesa con Denominación de Origen Protegida para aprender el verdadero pesto, fainá y aceite de oliva, un aperitivo en Mirazur, excursiones en lancha, cenas de lujo en restaurantes con estrella Michelin y muchos etcéteras”.A punto de probar el famoso pez espada de Scilla, frente al estrecho de MesinaCada guía no solo elige la ciudad o región del mundo donde ir, sino que aporta su saber, su personalidad y un estilo que hará que cada experiencia sea diferente a las otras.No es lo mismo ir a la soñada Francia, a La Provence y París, junto a Juliana López May, pionera que comenzó allá lejos en 2016 con sus recorridos exclusivos para mujeres de habla hispana de la mano de Locas por el Mundo; que recorrer Roma, Montefalco, Nápoles, Positano y Amalfi junto a los chicos de Antigourmet, priorizando cantinas, trattorias, osterias, pizzerías, cocina callejera y más.El grupo de viajeras de Juliana López May en Dievole, Italia“Nos guardamos una parte para improvisar, para meternos en un lugar loco que nos haya gustado en el camino, porque de esos lugares salen las mejores historias. Es lo que nos gusta”, confiesa Matías Pierrad, de Antigourmet. Muy distinto es ir una semana a Salvador de Bahía, la ciudad de mayor población negra del mundo fuera de África, con la periodista uruguaya Marcela Baruch, que ir con la misma Marcela y el cocinero Mariano Ramón (de Gran Dabbang) a recorrer la profundidad de la India con su espiritualidad, sus especias, sus panes y vegetales. Es posible ir a Mendoza junto a la sommelier Agustina de Alba para probar algunos de los mejores vinos junto a sus hacedores (de bodegas como Matías Michelini, Zuccardi Valle de Uco, Canopus, Luigi Bosca, Casa Vigil, Matías Riccitelli y Alpamanta) así como conocer Lima con guía de la influencer y fotógrafa Irina Widuczynski (@buenospaladaires en Instagram) en un recorrido por una de las cocinas más sabrosas del continente.La crítica gastronómica Marcela Baruch junto a su grupo en el reconocido restaurante Lasai, de Río de Janeiro“Desde 2016 viajé ya con 120 mujeres, y siempre me alucino de lo que surge en esos recorridos. Aprendo y disfruto como en el primer día”, cuenta Juliana López May. “Venía de escribir el libro Juliana en Italia, donde recorrí muchísimos lugares y ahí me llamaron de Locas por el mundo para replicar esa experiencia con un grupo de mujeres. Así arrancamos; hoy llevo nueve viajes realizados. Este año haré tres, siempre al mismo lugar: La Provence y París. El año que viene volveremos a Italia y quiero también ir a Australia”, describe López May. Para Juliana, este tipo de recorrido es mucho más que un simple viaje: “Bailamos, comemos, charlamos. Es casi un coucheo personal, hay mujeres que vienen y cambian su vida, después del viaje se animan a tomar decisiones que les venía costando. Es muy intenso todo”.La mecánica es en todos los casos similar: los cocineros trabajan en conjunto con agencias de viajes (M&R Tours, Flivo by Turismocity, Locas por el mundo, Consolid Travel Uruguay, entre otras), que organizan traslados internos, hoteles y seguros médicos. Duran entre cinco y 12 días con precio all inclusive, salvo el pasaje aéreo al destino, para sumar pasajeros de distintos países y permitir a quienes quieran alargar la estadía. Si bien el leit motiv es la gastronomía, se la entiende como expresión cultural de una región, visitando también lugares icónicos. Son recorridos grupales, de público heterogéneo, de 10 a 15 personas: amigos, parejas, los que van solos, en su mayoría entre 40 y 70 años de edad. Lo distintivo es la unión que se genera en el grupo, con amistades que perduran en el tiempo. Una focaccia Di Recco en Liguria, en el viaje de Pietro“Empecé en 2018; ya visitamos San Sebastián, Barcelona, Sevilla, Jerez de la Frontera, Lima, Río de Janeiro, Ciudad de México, entre otros. En cada lugar conectándonos con cocineros, periodistas y artistas locales, que nos guían por sus secretos. Este año planifiqué cinco viajes: Salvador de Bahía, Río de Janeiro, Lima, México e India”, cuenta Marcela Baruch. “Son viajes gastronómicos, donde todo lo que probás está al servicio de una historia que estamos contando, pero donde también hay tiempo de disfrute personal. Estar reunidos alrededor de una mesa genera una conexión muy potente. La comida abre el juego, el vino también. Esta misma gente, que viene de vidas y de edades distintas, suele luego seguir en contacto: se reúnen y cocinan juntos. Suena a lugar común, pero es real: la cocina genera todo esto”.Un viaje por los aromas y sabores del mundo, de la mano de verdaderos especialistas.Rodolfo ReichConforme a los criterios deConocé The Trust Project
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