CompartirEscucharROSARIO.-Tres policías de Santa Fe fueron imputados por encubrimiento y por plantar tres armas contra un narco al que querían perjudicar al vincularlo con los atentados y amenazas contra el gobernador Maximiliano Pullaro. Según el aporte que hizo un testigo protegido, los policías habrían cobrado $5.000.000 para llevar adelante una maniobra que iba a favorecer a un narco que disputaba territorio con el clan Tripi.En la audiencia, que estuvo a cargo del fiscal Franco Carbone, se expuso varias tramas oscuras del trabajo cotidiano de la policía, pero dejó aún más interrogantes acerca del vínculo de los integrantes de la fuerza con bandas criminales.Carbone le adjudicó a Lisandro Vera, Damián Ruiz y Marcos Martín Molina hacer una maniobra para perjudicar a Tripi y favorecer a Mauricio Ayala, un narco que se disputaba con el clan el dominio de la venta de drogas en el barrio Fonavi. Hay otros dos policías que están imputados, pero recuperaron la libertad.“No son policías, son corruptos que están en connivencia con los narcos y están trabajando para ellos. No tengo dudas”, aseguró Carbone.Esta historia es tan espesa que el martes a la noche fue asesinado Leandro Tripi, quien junto con su hermano Iván, que está preso en Marcos Paz, lideraban una banda en el oeste de Rosario, que tiene como base un barrio Fonavi. Leo Tripi fue acribillado dos días después que detuvieran a los policías.Leo Tripi se encontraba en la zona del Fonavi de zona oeste, cuando fue atacado por jóvenes en moto. Luego se produjeron cuatro detenciones. Lo acribillaron de varios disparos y sus familiares lo llevaron al hospital de Emergencias, donde entró en grave estado. Murió en la medianoche.El hecho provocó conmoción entre los allegados a la familia y amigos, entre ellos, Alexis Michell, el hombre al que los policías le “plantaron” las armas. Según señaló a LA NACION la abogada Elma Zapata, que ejerce la defensa de Michell, la familia se negó a ingresar en el programa de protección de testigos, que implica para la víctima varias restricciones en su manera de vivir. Michell era el chofer de Tripi.Según advirtieron las fuentes judiciales, el acusado argumentó en la audiencia judicial, que se hizo luego, que las armas las había plantado la policía. De todos modos, fue imputado. Pero en la investigación judicial comenzó a florecer la hipótesis de que lo que decía este hombre podría tener asidero.Para el fiscal Carbone, los policías plantaron las armas para involucrar en el hecho a una banda rival. No aportó detalles de qué grupo criminal sería el que tramó esta maniobra con los efectivos del Comando Radioeléctrico, que serán imputados por “encubrimiento”. El fiscal aún no tiene en claro si los policías también participaron de los ataques en los que se usaron esas armas.En el Ministerio de Seguridad de Santa Fe, por su parte, señalaron que los agentes no habrían disparado ni organizado los atentados.Según fuentes consultadas por LA NACION, hay varias versiones sobre quiénes pagaron a los policías. Una apunta al clan Camino, que siempre intentó ocupar la zona donde Los Tripis tenían el control. Ahí aparece la sombra de un sector de la banda de Los Monos, aliado a ese clan. La otra apunta a Francisco Riquelme, que también tiene poder en la zona oeste, fundamentalmente en los barrios Empalme Graneros y Ludueña.Esas tres armas “plantadas” en el vehículo del narco del clan Tripi, se usaron, según el fiscal Carbone, en tres ataques que ocurrieron días después de que asumiera como gobernador de Santa Fe Maximiliano Pullaro, que dispuso un reagrupamiento de los presos de alto perfil en los penales de la provincia.El primer ataque fue el 12 de diciembre, cuando dos hombres, uno de ellos con guantes de látex, disparó con una pistola calibre .40, de gran poder de fuego, contra la sede del Banco Macro de Ovidio Lagos y Saavedra. En ese lugar los atacantes dejaron una amenaza contra Pullaro, que hacía referencia al enojo de los presos de alto perfil de la cárcel de Piñero.Unas horas después se produjo un ataque similar contra la guardia del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde el calibre que utilizaron los atacantes fue el mismo. Además, los tiradores dejaron otro mensaje casi idéntico al que habían arrojado en la puerta del banco horas antes.El tercer ataque se produjo el 27 de diciembre. Ese día fue baleada la comisaría 19ª de Rosario. Los disparos, según los peritajes, se hicieron con una pistola .380. En una audiencia imputativa fue acusado Francisco Riquelme, preso actualmente en la cárcel de Marcos Paz, de planear y de financiar este ataque. La sospecha del fiscal era que también había organizado los dos atentados previos, pero no obtuvo pruebas para endilgarle esos hechos.Además, en la investigación judicial detectaron que el 20 de enero pasado se usó una de las armas “plantadas” por policías, una calibre 9 mm, para balear la sede de la TOE, en la zona oeste de Rosario. Ahí también se encontró un mensaje que hacía referencia a la banda de Tripi. Tres días después, con esa pistola, tirotearon el bar de una estación de servicio. Y apareció el mismo mensaje.Tras una serie de peritajes, el fiscal Carbone ordenó el domingo pasado la detención de cinco policías, entre los que hay tres hombres de trayectoria en la fuerza y dos recién ingresados. Uno de los efectivos tenía carpeta médica, pero a pesar de eso se encontraba en la provincia de Córdoba. Este uniformado se desempeñaba en la Oficina de Gestión Judicial del Ministerio Público de la Acusación, aunque antes había pasado por el Comando Radioeléctrico, que era el lugar donde trabajaban actualmente los otros aprehendidos, tres de los cuales quedaron formalmente imputados.El clan Tripi opera en los monoblocks del Fonavi Parque Oeste, donde el monopolio de la venta de drogas lo tiene Iván Tripi y su hermano Leo. El primero fue condenado el año pasado a siete años de prisión por el Tribunal Oral Federal Nº 2. La distribución de cocaína en el barrio la manejaban desde las cárceles de Resistencia y Ezeiza.A este grupo criminal, que es fuerte en la zona donde se produjeron los atentados, es al que querían perjudicar los policías al plantar las armas a uno de sus integrantes para que los acusen de los ataques. Según el fiscal, era para favorecer a un contrario. En la zona oeste operan desde hace tiempo “franquicias” narco de las dos organizaciones más poderosas de Rosario, como Los Monos y Esteban Alvarado, pero también grupos más pequeños, con una cobertura barrial, como el clan Tripi.Germán de los SantosTemasNarcotráficoConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de NarcotráficoCarga premium. Escondía 15 kilos de cocaína dentro del tanque de nafta del autoEscándalo. Acribillaron al narco al que cinco policías quisieron implicar en atentados “plantándole” tres armas a un secuazFallo inédito en Santa Fe. 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