EscucharDaron Acemoglu es el flamante Nobel de Economía 2024, galardón que comparte con Simon Johnson y James A. Robinson “por sus estudios sobre cómo se forman las instituciones y cómo afectan a la prosperidad”, según describió la Academia Sueca. Acemoglu nació en 1967 en Estambul, Turquía. Es doctor en Economía y Ciencias Políticas en 1992 por la London School of Economics (LSE) and Political Science y también es profesor en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Y es autor de Por qué fracasan las naciones, publicado en 2012 en coautoría con Robinson, quien trabaja en la Universidad de Chicago, donde analizan las instituciones “extractivas” e “inclusivas”, que condicionan las capacidades de crecimiento y desarrollo de los países.Entrevistado en 2023 por Anirudh Suri, autor de The Great Tech Game: How Technology Is Shaping Geopolitics and the Destiny of Nations (El gran juego tecno: cómo la tecnología está modelando la geopolítica y el destino de las naciones) para su podcast, y republicada como texto en The Times of India por estos días, Acemoglu da su visión sobre el impacto que tendrá la difusión de inteligencia artificial en el trabajo, y qué estrategias deben tomar los gobiernos para enfrentar este desafío. “Las transiciones tecnológicas, como el cambio a la agricultura o la Revolución Industrial, siempre han sido momentos cruciales que requieren adaptación y elección. Durante estas transiciones, las sociedades toman decisiones críticas sobre cómo utilizar las nuevas tecnologías, y estas decisiones moldean su trayectoria futura. La era actual de la IA presenta una oportunidad similar y requiere una consideración cuidadosa de sus posibles beneficios y riesgos”, advierte el premio Nobel.Para Acemoglu, es clave “dirigir activamente el desarrollo tecnológico en una dirección que beneficie a sectores más amplios de la humanidad. Esto requiere un enfoque pro-humano que priorice la mejora de la productividad y la autonomía de los trabajadores, el apoyo a la democracia y el empoderamiento ciudadano, y el fomento de la creatividad y la innovación. Para lograrlo, necesitamos: a) Cambiar la narrativa en torno a la tecnología, enfatizando el control social y un enfoque en el bienestar humano; b) Construir fuertes poderes compensatorios, como sindicatos y organizaciones de la sociedad civil, para equilibrar el poder de las empresas tecnológicas, y c) Implementar políticas que nivelen el campo de juego, incluidas reformas fiscales que desincentiven la automatización y promuevan el trabajo, derechos de datos para individuos y trabajadores creativos, y regulaciones sobre prácticas manipuladoras de publicidad digital.” En la entrevista, más adelante, agrega: “Las democracias fuertes son esenciales para construir instituciones globales sólidas capaces de regular a las poderosas empresas tecnológicas y garantizar un acceso equitativo a los datos y las tecnologías de inteligencia artificial. También se necesitan soluciones a nivel nacional para abordar el potencial de la inteligencia artificial para exacerbar la desigualdad y erosionar los valores democráticos.”El economista también se refiere al papel de los países frente a las actuales rispideces comerciales entre Estados Unidos y China, que alcanzan al mundo tecnológico, y que activaron una competencia en el área de la inteligencia artificial. “La rivalidad entre Estados Unidos y China está configurando el panorama global de la IA, pero otros países no deberían aceptar esta dinámica como algo dado -considera Acemoglu-. Países como India, Turquía, Indonesia, México y Brasil deberían colaborar y construir una voz colectiva en los asuntos globales para influir en el desarrollo y la gobernanza de la IA.”Consultado por Suri, Acemoglu asegura que “los seres humanos deben centrarse en desarrollar habilidades que complementen a las máquinas en lugar de competir con ellas. Para ello es necesario comprender que el futuro de la tecnología no está predeterminado y dar forma activamente a su desarrollo. Debemos abogar por una dirección pro-humana para la IA, oponiéndonos a la automatización excesiva y a la concentración del control de la información en manos de unos pocos. Participar en procesos democráticos, apoyar a las organizaciones de la sociedad civil y utilizar plataformas mediáticas para expresar nuestras opiniones es crucial para dar forma a un futuro en el que la IA beneficie a la humanidad.”La entrevista completa de Suri a AcemogluLA NACIONTemasEconomíaFuturiaInteligencia artificialFuturIAConforme a los criterios deConocé másOtras noticias de Inteligencia artificialPersonalidad. Cuál es el significado de no cambiar la foto de WhatsApp, según la inteligencia artificialAtención, docentes. Muestran cómo instalar ChatGPT en una calculadora científicaSegún la IA. Cuál es el hábito más perjudicial para la salud
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