Se trata de El espejo y el desorden de Natalia Cacchiarelli, y Deriva utópica de Gilda Picabea.Ambas fueron curadas por Belén Coluccio y se pueden visitar a partir de hoy.
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Mauro Libertella es autor de la biografía Ricardo Piglia a la intemperie con edición de Leila Guerriero.También se publicaron sus diálogos entre 1998 y 2001 con el historiador Horacio Tarcus.Y el número tres, algunos de los prólogos que escribió para la colección de literatura argentina “Serie del Recienvenido”.
Fue durante las obras de un paso subterráneo para el Jubileo de 2025. El descubrimiento tiene “una importancia histórica considerable”.Sitúa la excavación dentro del área de los Huertos de Agripina la Mayor, madre de Calígula.
Tenía 88 años y deja una obra extensa que, cargada de lirismo, denunció la corrupción del poder y soñó con una Albania libre. Fue en numerosas ocasiones aspirante al premio Nobel, un galardón que no consiguió finalmente.
El ilustrador andaluz está en Buenos Aires para presentar La Leyenda de Sleepy Hollow y los tomos de Mujercitas.En este diálogo revela el secreto de esos ojos tan expresivos que tienen sus personajes.Y relata sus experimentaciones con inteligencia artificial.
Imagen del Papa Francisco llegando a la audiencia general de la Plaza de San Marcos, en el Vaticano. EFE/EPA/ETTORE FERRARI
(ETTORE FERRARI/)Parece difícil de creer que hace solo unos pocos papados (y en los siglos anteriores) nadie, incluidos los católicos, tuviera una conexión real con el humano que dirigía las cosas desde el trono de San Pedro en Roma.Los papas se quedaban en Italia y no viajaban, y la tecnología de bajo nivel significaba que los católicos no esperaban verlos ni oírlos. Los papas emitían de vez en cuando documentos autoritativos llamados “encíclicas”, pero los mensajes tardaban en difundirse. E incluso entonces, los católicos promedio no solían leer las palabras del papa; no se sentían calificados para interpretarlas.Los católicos no se definían como muchos lo hacen hoy en día, especialmente en la polarizada América, por su afinidad con el papa.Nadie ha hecho más para hacer real el rostro del papado que el sacerdote argentino Jorge Mario Bergoglio, conocido como el papa Francisco. Aprueba aplicaciones que ofrecen sus dichos en forma ingeniosa, da entrevistas amenas y es conocido por renunciar a hogares y ropa lujosos. En cambio, toma el transporte público, usa zapatos ortopédicos voluminosos y dice cosas como “Soy un pecador, eso no es una figura retórica” y, sobre las personas gay, “¿Quién soy yo para juzgar?”.El papa Francisco da un dulce a un bebé al final de su audiencia semanal en el Vaticano, el miércoles 28 de febrero de 2024. (AP Foto/Andrew Medichini) (Andrew Medichini/)Esta accesibilidad radical se ha convertido en una característica distintiva desde que Francisco asumió el cargo en 2013, redibujando el rostro de la Iglesia Católica de 1.400 millones de personas. Muchas personas han amado y se han conmovido profundamente por este cambio, viendo a Francisco como un símbolo de una iglesia orientada hacia afuera, enfocada en la accesibilidad, la conexión íntima y la inclusividad. Muchos otros se oponen a su frecuente difuminación de líneas, diciendo que está dañando a la iglesia al hacer que el papado sea menor.En dos nuevos libros, Francisco da pasos concretos hacia la consolidación de este papa de todos en piedra para la historia literaria. A través de Vida, que se publicará el martes y se describe como su primer intento de autobiografía, y un segundo libro, llamado Una buena vida: 15 hábitos esenciales para vivir con esperanza y alegría, el hombre de 87 años está haciéndolo realmente oficial: el papa es solo un tipo.Es un tipo que está en la etapa final de su vida. Considerando su edad y los desafíos de salud, y que su predecesor se retiró, quién sucederá a Francisco ya es un tema de especulación entre los católicos. En Vida, Francisco dice que cree que el ministerio del papa es de por vida y, por lo tanto, solo se retiraría en caso de “un impedimento físico grave”. Para mí, como alguien que informa sobre religión, el estilo informal y accesible del libro es parte de la razón por la cual es difícil imaginar que el próximo papa sea más remoto.”Vida” (Harper Collins), el nuevo libro del papa FranciscoVida: mi historia a través de la historia es una crónica de la vida de Francisco organizada a través de eventos mundiales importantes, desde la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Sucia de Argentina hasta los ataques del 11 de septiembre y la pandemia de coronavirus. Intercala las palabras de Francisco con las de su coautor, el periodista italiano Fabio Marchese Ragona, estableciendo escenas ricas de la vida diaria del pontífice con su descripción de cómo experimentó esos períodos, con quién y cómo reflexiona sobre ellos ahora.La editorial dice que el libro está dirigido especialmente a los jóvenes, y se nota. La estructura es simple, al igual que el lenguaje. También tiene una vibra casi de wow-no-puedo-creer-que-esta-sea-mi-vida al mirar hacia atrás en todo por lo que ha pasado y extraer de ello reiteradas lecciones fundamentales.En su mayoría, presenta estas lecciones de una manera secular y universal. Eso no quiere decir que no comunique su teología y fe. A lo largo del libro, habla frecuentemente del papel de la Iglesia, la oración y su sensación de la presencia de Dios. Pero también hay un hilo que atraviesa el libro: Yo soy como tú, y la Iglesia Católica no se trata de los adornos que ves. Y mientras Francisco intenta, en su última era como papa, cambiar la dirección de la Iglesia, quizás este libro está tratando, de una manera diferente, de decir algo más parecido a lo que esperas de un papa: Dios es como tú, y la Iglesia Católica no se trata de los adornos que ves.En “Vida”, el Papa habla frecuentemente del papel de la Iglesia, la oración y su sensación de la presencia de Dios. Pero también deja de lado las jerarquíasFrancisco describe uno de los momentos visuales más famosos de su papado, al inicio de la pandemia, cuando se paró en una Plaza de San Pedro espeluznantemente vacía bajo la lluvia para dar una bendición.“Muchos se han preguntado en qué estaba pensando… no era nada extraordinario; solo estaba pensando en la soledad de las personas. Estaba solo, y muchas personas vivían la misma situación que yo”, escribe.Una de sus lecciones es que todos los seres vivos estamos interconectados, no importa cuán lejos estemos unos de otros. Eso lo recalca a través de su propia experiencia, como el niño Bergoglio aterrorizado, observando a adultos asustados a su alrededor durante la Segunda Guerra Mundial, incluso cuando los combates ocurrían en un país distante, y más tarde, como arzobispo de Buenos Aires, entrando inmediatamente en oración cuando los aviones se estrellaron contra el World Trade Center.El Papa Francisco dando una inusual bendición “Urbi et Orbi” -a la ciudad y al mundo- en una Plaza de San Pedro vacía durante los primeros días de la pandemia.
REUTERS/Yara Nardi/Pool (YARA NARDI/)Otra lección central en el libro es que lo más importante que podemos hacer para disminuir el sufrimiento es erradicar el odio y el resentimiento dentro de nosotros mismos. Muchos de sus capítulos están organizados alrededor de productos de guerra y odio: el Holocausto, Estados Unidos lanzando bombas atómicas sobre Japón durante la Segunda Guerra Mundial, la división política y la violencia durante la pandemia. El libro fue creado, dice su portada, para que los jóvenes pudieran escuchar a una persona mayor “reflexionar sobre lo que nuestro planeta ha vivido, para no repetir los errores del pasado”.No está claro que las historias o los personajes centrales en Vida sean nuevos para las personas que han leído las entrevistas detalladas que Francisco ha dado a periodistas europeos, o biografías de él. Hay personajes familiares, incluyendo a su abuela Rosa, que le enseñó sobre la oración así como sobre el activismo político, ya que ayudó a defender la iglesia contra el ascenso del fascismo en Argentina. Está su antigua maestra Esther, bioquímica que también era una activista marxista atea y que se convirtió en una amiga cercana antes de ser torturada y asesinada por el régimen militar durante la Guerra Sucia.El mundo se ve a través de los ojos de este sincero narrador en primera persona, quien expresa una vulnerabilidad y tristeza reales al ver a inmigrantes como sus padres anhelar su hogar (en su caso, Italia), quien baila tango con sus amigos y se enamora de una chica, y quien, durante el cónclave de 2013 que lo elige, tiene miedo de entrar a la sala donde la gente está votando porque le asusta ganar. Francisco había reservado el itinerario de vuelo más ajustado posible porque no le gustaba Roma y planeaba regresar a casa rápidamente.Jorge Bergoglio con sus padresEl segundo libro nuevo, Una buena vida: 15 hábitos esenciales para vivir con esperanza y alegría, publicado el mes pasado, refuerza la imagen de Francisco como un hombre común. El libro es parte de un género de orientación de Francisco que viene en dosis pequeñas. Uno podría ponerlo en la categoría de los tuits agudos, a menudo libres de Dios, que publica a sus más de 55 millones de seguidores en la plataforma X, y libros anteriores con títulos como El papa Francisco habla a las parejas y Felicidad en esta vida: una meditación apasionada sobre la existencia terrenal.Estos títulos son un contraste marcado con algunos de los libros del papa Benedicto XVI – Espíritu de la Liturgia y Padres de la Iglesia: De Clemente de Roma a Agustín – y los libros del papa Juan Pablo II, en su mayoría enseñanzas papales oficiales, como Sobre la relación entre fe y razón o Sobre el significado cristiano del sufrimiento humano.“El papa Benedicto era un teólogo y escribía como tal. El papa Juan Pablo era un filósofo y escribía como tal. El papa Francisco no es ninguno de los dos”, dijo el Rev. Mark-David Janus, presidente y editor de la casa editorial católica Paulist Press, que ha publicado más de una docena de libros de Francisco, al Washington Post. “Él es un pastor, por lo que escribe como un pastor”.En efecto, el legado que Francisco deja en libros como estos no es una teología radicalmente diferente a la de sus predecesores, sino un énfasis y estilo radicalmente diferentes. Una buena vida se interesa en maneras pragmáticas y básicas de mejorar a uno mismo, sea católico o no. Llora más. Apaga tu teléfono y mira a los ojos de las personas con las que estás hablando. No seas un sedentario.Este es el tipo de consejo que podrías esperar de un podcast de bienestar, tu instructor de Peloton o incluso Joel Osteen. Se esperaba que los papas estuvieran por encima de ese tipo de multitud, la encarnación elevada de una verdad que se permite, en amor, se diría, ser crítica y excluyente. Francisco ha utilizado su estatura para enfatizar diferentes verdades de una manera diferente.Fuente: The Washington Post
Tenía 93 años, estudiaba los siglos XVIII y XIX y dirigió el prestigioso Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani” de la UBA.Fue amigo de Juan L. Ortiz, Juan José Saer y Hugo Gola, entre otros.
Dos visitantes posan frente al cuadro ”El Grito”, del artista noruego Edvard Munch, durante la exposición sobre su obra en Moscú, Rusia (EFE/ Yuri Kochetkov)
(YURI KOCHETKOV/)Inspirador de emociones compartidas como los emoticones creados a partir de su célebre cuadro El grito, el célebre pintor noruego Edvard Munch mantiene invicta su presencia tan universal como los temas reflejados en sus pinturas y grabados sobre el amor, la angustia y la melancolía que siguen convocando miradas y relecturas a 80 años de su fallecimiento.“La naturaleza no es solo lo visible para el ojo, también son las imágenes interiores del alma”, decía Munch, uno de los tres artistas noruegos modernos más conocidos en el mundo junto al dramaturgo Henrik Ibsen y el compositor Edvard Grieg.Museos exclusivos, muestras permanentes y temporales, inmersivas, películas y la presencia de sus obras en grandes colecciones, marcan un derrotero que habilita mitos e historias sobre dolores existenciales como marco de una obra que más allá de lo expresivo permea los ciclos tan humanos de la vida y la muerte. Aunque, también lo permanente y la vitalidad de los colores, como manifiesta la pintura El sol, colgada en el salón de actos de la Universidad de Oslo.Luces y sombras, color y movimiento y la vida desde el dolor al amor pasando por el sexo y la soledad, la depresión, la angustia, la ansiedad, el alcoholismo y la genialidad, conforman su amplia paleta temática, como firma del retrato de una época. “Pintar me completa”, decía Munch.Edvard MunchA caballo entre dos siglos y figura bisagra entre el pujante e industrializador del XIX y un revolucionario y cambiante siglo XX, su mirada atenta sobre el mundo se convirtió en símbolo del sentir finisecular, y junto a Vincent van Gogh, se los señala como pioneros del expresionismo alemán.Mundialmente conocido por “El grito” que representa a un hombre gritando con las manos en los costados del rostro, el conocimiento sobre Munch parece detenerse en la obra maestra pintada a los 30 años sin contemplar los años posteriores de trabajo ni la complejidad de la obra. Tal vez por eso, el año pasado, el parisino Museo de Orsay le dedicó la muestra Edvard Munch. Un poema de vida, amor y muerte, en coincidencia con el 160 aniversario de su natalicio, dando cuenta de esas concepción del artista acerca de humanidad y naturaleza unidas por el ciclo de la vida.“En su proceso creativo Munch creaba variaciones del mismo motivo, versiones de un mismo tema”, caracterizaban. Así como el escritor corrige su texto, Munch elaboraba bocetos y variantes, e incluso volvía a pintar lo mismo para recuperar el vacío dejado por una obra vendida. Pero además de pintar y ser un gran retratista, incluidos sus numerosos autorretratos y fotografías, trabajó magistralmente el grabado.De la muestra “Un poema de vida, amor y muerte”, de Edvard Munch en el Museo de Orsay de París (EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON)
(CHRISTOPHE PETIT TESSON/)La versión inaugural de “El grito” (1893) fue expuesta en Alemania, y en una de las cuatro versiones que realizó siendo la última de 1910, cuando escribió en lápiz sobre el cielo rojo: “Sólo podría haber sido pintado por un loco”. Sin embargo, la imagen concebida a partir de una experiencia en su país, fue realizada durante una estancia en Niza.Para la versión de 1895 realizada en pasteles y vendida en 2012 por casi 120 millones de dólares -la única en manos privadas- Munch escribió en el marco con pintura de color rojo sangre el poema que lo había inspirado un año antes durante un paseo con amigos en las colinas de Oslo, con la puesta de sol y un cielo rojo como la sangre que lo dejaron “temblando de angustia” y sintiendo “que un inmenso grito infinito recorría la naturaleza”.Con el tiempo, el cuadro “se convirtió en el símbolo de la angustia universal”, y según Peter Olsen, descendiente del que fuera amigo y mecenas de Munch, quien vendió el cuadro, “muestra el momento escalofriante en el que el hombre se da cuenta de su impacto sobre la naturaleza y los cambios irreversibles que ha provocado”.Una visitante tomando fotografías del icónico cuadro de Edvard Munch “El grito” en el Museo Nacional de Oslo, Noruega (Heiko Junge / NTB / AFP)
(HEIKO JUNGE/)El cuadro fue parte de la secuencia narrativa conocida posteriormente como “El friso de la vida”, que presentó el artista invitado por la Asociación de Artistas de Berlín en 1893. Una muestra que fue suspendida a una semana de su apertura y le dio mucha publicidad.La narración de Munch exploraba el amor, la ansiedad y la muerte, y “El grito” respondía al “clímax final del ciclo del amor”, un ciclo compuesto por “la llamada del amor con la obra ‘La voz’, sus aspectos de placer en El beso, dolor con Vampiro, misterio erótico en Madonna, la culpa con Cenizas y por último la Desesperación”, explicaba la casa de subastas Sotheby’s.“En una imagen, Munch inicia el gesto expresionista que alimentará la historia del arte a lo largo del siglo XX y más allá”, sintetizaban.”Madonna” (1894-1895), en la Galería Nacional Noruega, Oslo
(Børre Høstland/)El artista nació el 12 de diciembre de 1863 en Løten, y falleció de neumonía el 23 de enero de 1944 en Ekely, cerca de Oslo, donde pasó sus últimos años que culminaron en tiempos de la ocupación alemana de Noruega durante la Segunda Guerra Mundial.La de Munch no fue una vida sencilla. Hijo de un padre médico castrense, estricto y religioso y luego depresivo, tuvo cuatro hermanos. La madre falleció de tuberculosis siendo él un niño, al igual que su hermana mayor Sofía a sus 15 años, a la que adoraba. Estas muertes, sumada más adelante la de su padre, lo marcarán para toda la vida.“Enfermedad, locura y muerte fueron los ángeles negros que velaron mi cuna y me acompañaron toda mi vida”, escribía el artista.“Amor y dolor” o “Vampiro” (1895) de Edvard MunchCon una salud frágil, su pasión fue el dibujo. Inició por mandato paterno estudios de ingeniería en Christiania (la actual Oslo), matriculándose en 1880 en la Real Escuela de arte y diseño. Participó del ambiente bohemio burgués de la época y conoció hacia 1884 al escritor anarquista Hans Jaeger, quien le sugirió “pintar tu propia vida” tras las críticas recibidas en 1885 por La niña enferma, un cuadro que significó además para el artista, la ruptura con el impresionismo.“Empecé como impresionista pero durante los tremendos conflictos espirituales y vitales de la época de la bohemia, el impresionismo no me daba suficiente expresión. Me vi obligado a buscar expresión para lo que se movía en mi ánimo”, expresaba Munch.En 1885 tiene su primera aventura amorosa tras conocer a la casada Milly Thaulow, viaja por tres meses a París, ciudad donde se siente atraído por los pintores postimpresionistas y el sintetismo (como el de Paul Gauguin). Su obra vira hacia el simbolismo pintando su visión interna de las cosas.”La niña enferma” (1885–86), en la Galería Nacional Noruega, Oslo (Børre Høstland/)“En mi arte he intentado explicarme la vida y su sentido. También he pretendido ayudar a otros a aclararse con la vida”, decía Munch.En 1889 realiza su primera exposición individual en Oslo y recibe una beca para estudiar en París, donde se quedará hasta 1892. Es la última vez que ve a su padre. Luego, en Alemania se inicia en el grabado, con el cual experimenta dándole mayor libertad y copias.En 1898 conoce a Mathilde Larsen, Tulla, relación que termina en 1902 en una pelea, y después conoce a la que fuera su amiga y amante, la violinista Eva Mudocci.Si en la década de 1890 el pintor explora sentimientos internos y experiencias personales, en el nuevo siglo “moderno” con una Europa de “nuevas tecnologías, medios de comunicación de masas, transporte de alta velocidad y vida urbana” -como destaca el Museo Munch en su biografía- estas previas parecen anticuadas, lo que lo hace buscar formas de expresar “este nuevo mundo”. También 1902 es el año en que Munch presenta la secuencia completa de imágenes del Friso de la Vida en Berlín.Detalles de “Los bañistas” (EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON)
(CHRISTOPHE PETIT TESSON/)Sus crisis nerviosas sumadas al alcoholismo, dicen, lo llevaron a internarse en el sanatorio de Copenhague del Dr. Jacobsen (1908) unos meses. Recuperado, vuelve a Noruega al año siguiente, y entre 1909 y 1916 el reconocido artista trabaja en la decoración del salón de actos de la Universidad de Oslo, cuyas pinturas de gran formato “están llenas de vida y energía”.A partir de 1916 llevó una vida solitaria en su casa de Ekely. Continúa trabajando sobre lo que observa en su entorno, el paisaje, el jardín, los animales, y los retratos de sus perros, y se sigue fotografiando y autorretratando.En 1940, sin haberse casado por miedo a transmitir enfermedades que se creían hereditarias, entre otras cuestiones, escribe su testamento legando a la ciudad de Oslo sus obras, preservando de este modo su memoria.El moderno Munch-Museet de Oslo con sus 13 pisos y 26.313 metros cuadrados fue inaugurado en 2021 (REUTERS/Nora Buli) (STAFF/)Su figura se proyecta firme en el moderno Munch-Museet de Oslo con sus 13 pisos y 26.313 metros cuadrados inaugurado en 2021, que atesora la colección de más de 26 000 obras de arte que incluyen 1200 pinturas y 7050 dibujos y bocetos, además de 9800 objetos personales de Munch, entre textos, cartas, fotografías y herramientas, donados por el artista a la ciudad. El museo que suplanta el creado en 1963 rescata su figura y mantiene vivo su legado.En cuanto al cine, se destacan Edvard Munch (1974) del británico Peter Watkins que pone pone en contexto la sociedad en la que nació el artista en con una Oslo de 135.000 habitantes, trabajo infantil y prostitución legalizada, y más allá de los numerosos documentales y capítulos televisivos, la reciente Munch (2022) dirigida por Henrik M. Dahlsbakken aborda esa vida entrelazada en el arte, la lucidez, el amor y la muerte, pero también la vida.Fuente: Télam S.E
Con distintos homenajes, Venecia conmemora los 700 años de la muerte de Marco PoloPara homenajear a Marco Polo a 700 años de su muerte, la ciudad de Venecia alojará a lo largo de 2024 distintos acontecimientos que resignificarán la vida y las travesías de quien está considerado el viajero más emblemático de todos los tiempos, que será evocado a través de conferencias, espectáculos y hasta una ópera que se estrenará el 21 de abril.Desde el Palacio Ducal de Venecia al Teatro La Fenice pasando por el Carnaval de Venecia, los grandes espacios venecianos consagrados al arte se preparan para rendir tributo a una de las figuras más importantes de Italia, nacido en 1254 en la ciudad de los canales, donde murió a los 70 años, poco después de haber redactado un detallado testamento que será una de las joyas de la exposición que se exhibirá en el Palacio Ducal a partir del próximo 6 de abril.El relato de sus viajes al Lejano Oriente está recogido en la obra literaria “Il Milione” (El Millón), conocido también como El libro de las maravillas, sin duda uno de los primeros bestsellers del mundo, una auténtica enciclopedia geográfica. Con su viaje y su libro se amplió la dimensión del mundo conocido y por primera vez se reveló en la Europa de finales del siglo XIII los espacios ilimitados de China. Coincidiendo con la efeméride, la editorial Nórdica publicará una nueva edición en marzo.Casa de Marco Polo en Venecia, hoy un teatro (Didier Descouens/)Venecia estará volcada en celebrar lo que fue un hito en la historia, por ese motivo el Teatro La Fenice dedicará a Marco Polo una ópera que se estrenará el 21 de abril y la Universidad Ca Foscari convocará un simposio sobre su figura, dos de los actos más significativos del aniversario.A estas conmemoraciones hay que añadir la edición 2024 del Carnaval de Venecia, que se celebrará del 27 de enero al 13 de febrero. Esta edición se inspirará en el tema del viaje y el descubrimiento en honor a Marco Polo: las referencias al mundo relatado por el viajero y la famosa Ruta de la Seda serán dos de las influencias que guiarán el tradicional desfile de máscaras y vestuario.La ciudad de Venecia también está preparando una serie de conferencias para aumentar la comprensión de China en la geopolítica mundial. Esta propuesta permitirá abrir grandes diálogos en la ciudad portuaria como enclave del debate estratégico.La familia Polo partiendo desde Venecia. La imagen se encuentra al comienzo del manuscrito, ‘Los viajes de Marco Polo’ o ‘El libro del Gran Khan’ (Foto de Hulton Archive/Getty Images)
(Getty Images/)Marco Polo nació en una familia de comerciantes venecianos rica y cosmopolita. Su padre y el tío, Niccolò y Maffeo Polo, eran comerciantes que hicieron fortuna con joyas, sedas y especias, cuando la Venecia del siglo XIII era el centro comercial de Europa, una puerta orientada hacia Oriente Medio y Asia.En 1260, el padre y tío paterno de Marco Polo viajaron al Mar Negro, se adentraron en Asia central y llegaron a la corte de Kublai Khan, el gran líder mongol que extendió su dominio en China, siendo el fundador del primer Imperio chino de la dinastía Yuan. Khan pidió a los hermanos Polo que regresaran a Europa y persuadieran al Papa para que enviara eruditos que le explicaran el cristianismo. Regresaron a Venecia en 1269. En 1271 partieron de nuevo, acompañados por dos misioneros y Marco, que entonces tenía 16 años. En 1275 llegaron a la corte de Khan.Durante los siguientes 17 años, los Polo vivieron en tierras del emperador. Marco fue enviado a varias misiones diplomáticas que le dieron la oportunidad de conocer muchas partes de China. Recorrió decenas de miles de kilómetros, visitando lugares, costumbres y pueblos que luego describió en “Il Milione”, constituyendo algo nuevo y tan exótico que, para los europeos, parecía increíble.Marco Polo en la corte de Kublai KanEl viajero regresó a Venecia en 1295, con una discreta fortuna que invirtió en la empresa comercial familiar. Durante la guerra de la República de Venecia contra la de Génova, con episodios de piratería y violencia entre las dos comunidades comerciales, fue capturado por los genoveses y estuvo en prisión desde 1296 a 1299. Esa desgracia fue en parte también su fortuna, porque en la cárcel conoció al escritor Rustichello da Pisa, quien quedó cautivado por las historias que le contaba.Rustichello, quizás su compañero de celda, comenzó a redactarlas, dando forma escrita a la epopeya de Polo. La obra sirvió de inspiración para generaciones de viajeros europeos -entre ellos Cristóbal Colón que poseía un ejemplar del libro-, aportando ideas y material a la cartografía occidental.Fuente: Télam
escucharescucharCreada en un contexto socioeconómico complicado como fue el de 2003, la editorial Marea, que publica libros de no ficción, ensayo, historia y periodismo, cumplió veinte años en 2023. “Como otras editoriales independientes hoy icónicas, es hija de la crisis de 2001″, dice a LA NACION su directora editorial, Constanza Brunet. A lo largo del tiempo y en distintas colecciones, Marea publicó libros de reconocidos periodistas y escritores como Luisa Valenzuela, Carlos Ulanovsky, Julián Gorodischer, Cristian Alarcón, Osvaldo Bazán, Sibila Camps, Cristina Civale, Roberto Herrscher, Leandro Pinkler, Adriana Meyer, Andrew Graham Yooll, Juan Villoro, Analía Argento, Diego Igal y el recordado Gabo Ferro.”El libro, por su permanencia, su capacidad de profundizar en los temas, su independencia de la línea editorial de un medio determinado y su prestigio, puede intervenir en el debate público de una manera privilegiada”, dice Brunet“Vengo del periodismo y en esos años la crisis me alcanzó en lo laboral y en lo personal -cuenta Brunet-. En ese entonces me inscribí en la carrera de Edición en la Universidad de Buenos Aires y me dediqué a aprender, a pensar, a vincularme con un montón de gente que estaba como yo, resistiendo la crisis en la universidad pública. De todo eso surgió Marea. El concepto era partir del periodismo para hacer libros que no fueran solo coyunturales sino que también se convirtieran en libros de catálogo, de referencia, que investigaran y que pensaran el presente y el pasado reciente. Arranqué armando un sumario de temas que me interesaban, como si fuera una revista, y contacté a periodistas para ofrecerles escribir sobre esos temas”.¿DE DÓNDE RECAUDA DINERO EL FONDO NACIONAL DE LAS ARTES?Los primeros tres títulos de la primera colección, Historia Urgente, estuvieron vinculados a los derechos humanos: Maldito tú eres. El caso Von Wernich, de Hernán Brienza; Historia de la homosexualidad en la Argentina, de Osvaldo Bazán, y Los niños escondidos. Del Holocausto a Buenos Aires, de Diana Wang. “Posteriormente se sumaron otras colecciones, de historia argentina, crónica, biografía, testimonios y el rescate de clásicos, como La noche de Tlatelolco, de Elena Poniatowska”, dice Brunet. El lema de la editorial es “Libros sobre temas que nos importan”.Cuatro “long sellers” de historia y derechos humanos de Marea En veinte años, Marea publicó más de doscientos libros. “Tenemos muchos long sellers, es decir, libros que no venden de golpe y entran en listas de best seller pero sí venden a lo largo de los años y tienen muchas ediciones. El primero fue Espadas y corazones de Daniel Balmaceda, que sí entró en lista de best sellers; El Loco Dorrego, de Brienza; Y un día Nico se fue, de Bazán; La larga noche de los lápices, de Emilce Moler; Primera persona, de Margarita García Robayo; Narcosur, de Cecilia González; La Patagonia vendida, de Gonzalo Sánchez; Barbarie y civilización, de Gabo Ferro; La patria de las mujeres, de Elsa Drucaroff, entre otros. De los más recientes, puedo mencionar El Nunca Más de las locas, de Matías Máximo, y Por qué Ucrania, de Noam Chomsky”, destaca la directora editorial.”IGNORANCIA COLOSAL Y ABSOLUTA”: EXPRESIDENTES Y EXDIRECTORES DEL FONDO NACIONAL DE LAS ARTES CONTRA EL CIERRE La mayor parte de los libros de Marea no surge de un original terminado. “Lo que nos traen los autores es un proyecto y los vamos acompañando en la concreción de ese libro -dice Brunet-. A veces la idea la propone la editorial. Trabajamos de manera personal en cada libro y armamos un equipo con los autores hasta lograr el original final. El libro, por su permanencia, su capacidad de profundizar en los temas, su independencia de la línea editorial de un medio determinado y su prestigio, puede intervenir en el debate público de una manera privilegiada. Historia de la homosexualidad en la Argentina fue utilizado por legisladores para fundamentar su voto en la discusión por el matrimonio igualitario. Lo mismo La Patagonia vendida con la ley de tierras. Nos llegan cotidianamente muchos proyectos y los seleccionamos según el tema, los autores, los géneros, las colecciones”. También compran derechos de traducción de libros de autores extranjeros y hacen coediciones con otras editorial hispanoamericanas.Para Brunet, el principal desafío que tienen hoy los editores argentinos es que los libros “puedan seguir llegando a los lectores en un período que se prevé de gran ajuste”. “Las crisis son momentos donde la lectura, la reflexión, la información son claves para imaginar salidas -señala Brunet-. Esto se dificulta por los enormes costos, en especial del papel, cuya disponibilidad es limitada y el precio aumenta constantemente. Marea es una editorial independiente que solo se mantiene con las ventas y no tiene vínculo con ninguna institución o empresa que la financie. Por lo tanto, es un momento delicado”. Tras las PASO, lanzaron el libro Ensayos urgentes, en el que Guillermo Levy convocó a un grupo de cientistas sociales (Ricardo Aronskind, Myriam Pelazas, Lucas Arrimada, Franco Sasso Videla, Daniel Feierstein, Yamila Campo, Mariano Juárez, Andrés Ruggeri y Ariel Goldstein) que analizaban presente y futuro de la Argentina a la luz de las nuevas fuerzas políticas. “Lo vendimos en librerías a precio de costo y lo distribuimos en forma gratuita en su versión digital. Fue una manera de intervenir desde la reflexión en el debate público que se venía dando”. Se puede leer en este enlace.“El vínculo con el gobierno nacional se prevé complicado en todas las áreas de cultura, ya que el primer paquete de leyes enviado al Congreso anula leyes fundamentales para nuestro funcionamiento como la ley de defensa de la actividad librera, que perjudica a las librerías independientes y en forma indirecta a las editoriales y a los lectores; se propone el cierre del Fondo Nacional de las Artes, que perjudica a los creadores y a los editores que trabajamos con ellos, y otras medidas que afectan al área cultural en general”, estima.Este año, entre otros títulos, Marea publicará Para ser humanos, de Pablo Melicchio (sobre el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel); Esquirlas en la memoria, de Gabriela Naso y Victoria Torres, sobre Malvinas; el nuevo libro de Noam Chomsky Universalizar la resistencia; El pasadizo secreto. Una autobiografía feminista, de Elsa Drucaroff, y una biografía de Gabo Ferro escrita por Lalo Ugarte y Sergio Sánchez.Daniel GigenaSeguí leyendoPlatos de novela. Como sentarse a la mesa con Hemingway, García Márquez o Silvina OcampoInsólito récord en Harvard. Un curso sobre Taylor Swift en la universidad agotó el cupo para inscriptos y buscan más docentes de refuerzoCumple un siglo y medio. Temporada alta de arte y cultura en Mar del PlataTemasArte y CulturaLibrosPeriodismoCrisis de 2001Ley ómnibusConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Arte y CulturaLibro de artista. Sobre mármol, con galletitas o picadillo de papel, un género creativo que invita a la exploración táctil y visualPlatos de novela. Como sentarse a la mesa con Hemingway, García Márquez o Silvina OcampoManuscrito. El huracán Gilda y los intelectuales