El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha aceptado este miércoles pagar 144,5 millones de dólares (unos 132 millones de euros) a las familias de las 26 víctimas mortales de un tiroteo ocurrido en 2017 en una iglesia del Estado de Texas, para zanjar un proceso por negligencia. Más de 75 supervivientes del tiroteo, que dejó también 22 heridos, habían denunciado por lo civil al Gobierno federal, acusándole de no haber impedido que el autor de la masacre comprara el arma pese a las demostradas señales de alerta sobre su peligrosidad.Seguir leyendo
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