Imagen de pescados ilustrativos Foto: ThinkstockInvestigadores del Karolinska Institutet en Suecia han encontrado que incluir el pescado azul en la dieta puede disminuir significativamente las posibilidades de padecer ataques al corazón, especialmente en personas con historial familiar de enfermedades cardiovasculares. El estudio subraya la importancia de los ácidos grasos omega-3, que no son producidos naturalmente por el cuerpo humano, en la prevención de estos eventos cardíacos.(Especial)Es catalogado como pescado azul al salmón, sardinas, o la caballa que son los que tienen en mayor medida omega-3, el cual regula el flujo sanguíneo y si incluso padeces de tensión arterial, puede ayudarte a bajar los niveles altos al incluirlos en tu dieta diaria.Salmón al horno (Ivan Negru’s Images)En detalles del informe, se especifica que el pescado azul tiene un papel trascendental en la prevención de cardiopatías coronarias, ya sean mortales o no, lo que comprende problemas de salud como infarto de miocardio, parada cardíaca, angina inestable y infarto cerebral o ictus. La relevancia de este estudio tiene un eco particular en quienes poseen antecedentes de afecciones del corazón, debido a la especial atención que deben prestar a su régimen alimenticio para reducir los riesgos asociados.Pese a que el cuerpo humano carece de la capacidad de producir omega-3 por sí mismo, el estudio enfatiza la necesidad de obtener este nutriente esencial a través del consumo regular de fuentes ricas en dichos ácidos grasos, siendo el pescado azul una excelente opción alimenticia para incorporarlo en la dieta habitual. Los efectos positivos sobre la salud cardíaca de los ácidos presentes en el pescado azul representan un hallazgo significativo para la medicina preventiva y la nutrición.Estos son los síntomas de un infartoLa comunidad médica internacional enfatiza la importancia de reconocer de manera temprana los síntomas de un infarto, ante los cuales se recomienda buscar atención médica de inmediato. Estos síntomas incluyen un dolor torácico intenso y súbito que persiste más de 20 minutos y no mejora con el cambio de posición o la respiración profunda, acompañado a veces de sudoración fría y vértigo. También se identifican dolor que se expande hacia la garganta, mandíbula, espalda o hombros, particularmente el izquierdo, y posibles sensaciones de acidez estomacal o indigestión, que pueden llevar a desvanecimientos.De manera abrupta, colapsó en su lugar, falleciendo instantáneamente, según señalan los reportes médicos preliminares. (Imagen Ilustrativa Infobae)Los especialistas subrayan que el tiempo es crucial en el manejo de un ataque al corazón. Los protocolos internacionales establecen que el tiempo óptimo desde que el paciente ingresa a Urgencias hasta que se procede a la revascularización coronaria —la apertura de la arteria obstruida— debe ser como máximo de 120 minutos. Este lapso de tiempo, conocido como “tiempo puerta-aguja”, es vital para reducir el daño al músculo cardíaco y salvar vidas.Dicha premisa impone a los sistemas de salud y a los pacientes la responsabilidad de actuar con la máxima rapidez posible ante los indicios de un evento cardiovascular. Reconocer prontamente los signos permite iniciar los procedimientos necesarios para restaurar el flujo sanguíneo al corazón y limitar las complicaciones a largo plazo. Tanto los servicios de emergencia como el público en general deben estar familiarizados con estas manifestaciones y protocolos de acción rápida.
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