La Comisión Europea ha concluido este miércoles que los seis Estados miembro que se han comprometido a adoptar el euro –Bulgaria, Hungría, Polonia, República Checa, Rumanía y Suecia– no cumplen aún los criterios necesarios para entrar al club, que seguirá contando con 20 miembros.
La evaluación de Bruselas de los progresos de estos países hacia la adopción del euro –que se publica en paralelo a la del Banco Central Europeo (BCE)– señala que ninguno de ellos cumple actualmente todos los criterios de adhesión a la zona del euro, aunque destaca que Bulgaria es el alumno más aventajado, ya que satisface todos los requisitos salvo uno: la estabilidad de precios.
El documento indica también que la legislación búlgara “puede considerarse compatible con la de la UE siempre que se cumplan las condiciones e interpretaciones establecidas en el informe” publicado este miércoles.
Por contra, advierte de que la legislación nacional en el ámbito monetario “no es plenamente compatible” con las normas de la Unión Económica y Monetaria en los otros cinco Estados miembro examinados.
En la misma línea, Bulgaria es el único de los aspirantes a entrar en la eurozona que cumple el criterio del tipo de cambio, ya que ninguno de los otros es miembro del Mecanismo de Tipos de Cambio (ERM II, por sus siglas en inglés), en el que se requieren al menos dos años de participación sin tensiones monetarias graves antes de incorporarse a la zona del euro.
De este análisis se desprende que los Estados miembro no pertenecientes a la zona del euro están “bien integrados” económica y financieramente en la UE, aunque algunos de ellos muestran vulnerabilidades macroeconómicas o se enfrentan a retos relacionados con su entorno empresarial y su marco institucional que pueden plantear riesgos para la sostenibilidad del proceso de convergencia.
El último país en adoptar la moneda única fue Croacia, el 1 de enero de 2023, y todos los Estados miembro se han comprometido jurídicamente a incorporarse a la zona del euro, excepto Dinamarca, que negoció un acuerdo de exclusión voluntaria del Tratado de Maastricht, por lo que no está incluida en el informe.
EVALUACIÓN DEL BCE
Por su lado, el informe paralelo que publica también este miércoles el BCE subraya que estos seis Estados miembro han realizado progresos “limitados” en materia de convergencia económica con la zona del euro desde 2022, debido, principalmente, a las difíciles condiciones económicas ligadas a la invasión rusa de Ucrania.
En cuanto al criterio de estabilidad de precios, el BCE destaca que cinco de los países analizados, a excepción de Suecia, registraron tasas medias de inflación “muy superiores” a la tasa de referencia del 3,3%, mientras que en Suecia la inflación fue “ligeramente” superior.
El valor de referencia se basa en los tres Estados miembro con mejores resultados en los últimos 12 meses –Dinamarca (1,1%), Bélgica (1,9%) y los Países Bajos (2,5%)–, tomando sus tasas medias de inflación de los últimos 12 meses y añadiéndoles 1,5 puntos porcentuales.
El BCE apunta también que el déficit fiscal en 2023 mejoró en comparación con su nivel de 2021 en cuatro de los países incluidos en el informe, debido a la recuperación económica posterior a la pandemia y a la retirada progresiva de las ayudas fiscales, pero, Hungría, Polonia, República Checa y Rumanía superaron el valor de referencia del déficit del 3% del PIB, mientras que el ratio deuda pública/PIB en 2023 fue inferior al valor de referencia del 60% en todos los países analizados salvo Hungría.
En 2024 y 2025 se espera que el saldo presupuestario siga superando el valor de referencia en Hungría, Polonia y Rumanía, que se exponen a sanciones con la apertura de procedimientos por déficit excesivo, un expediente que Rumanía es objeto desde 2020.
Por último, en cuanto a la convergencia de los tipos de interés a largo plazo, tres de los seis países analizados –Hungría, Polonia y Rumanía– registraron tipos de interés a largo plazo superiores al valor de referencia del 4,8%.