El Ejército de Israel ha llevado a cabo este viernes un nuevo bombardeo contra un “escuadrón terrorista” en la ciudad cisjordana de Yenín, en el marco de su operación a gran escala lanzada el miércoles en el norte de Cisjordania, que se ha saldado hasta la fecha con más de 15 palestinos muertos.
“Un dron ha atacado a un escuadrón terrorista durante un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad en Yenín”, ha manifestado el Ejército en un breve mensaje publicado en su página web, sin que por el momento haya detalles sobre el grupo al que pertenecerían o sobre posibles víctimas mortales.
Según las informaciones recogidas por la agencia palestina de noticias WAFA, el ataque ha sido perpetrado contra un vehículo en la localidad de Zababdé, situada al sur de Yenín. La Media Luna Roja Palestina ha denunciado que las fuerzas israelíes impiden a sus ambulancias llegar hasta el lugar del suceso para atender a las víctimas.
Naciones Unidas criticó el miércoles lo que describe como una “creciente respuesta militar” por parte de Israel en la Cisjordania ocupada y recalcó que estas operaciones “violan el Derecho Internacional y suponen “un riesgo de empeorar una situación ya explosiva”.
Así, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU incidió en que “la violencia entre las fuerzas de seguridad de Israel y palestinos armados en Cisjordania no constituye un conflicto armado según el Derecho Humanitario, por lo que el uso de la fuerza en Cisjordania debe ceñirse a las normas de Derechos Humanos y los estándares aplicables a las operaciones de seguridad”.
“El uso de bombardeos y otras armas y tácticas militares por parte de las fuerzas de seguridad de Israel viola estos estándares y deriva en ejecuciones extrajudiciales y otros asesinatos, así como en la destrucción de viviendas e infraestructura palestina”, remarcó, antes de alertar de que la situación “podría empeorar de forma dramática si las fuerzas de seguridad de Israel siguen usando de forma sistemática la fuerza letal e ignorando la violencia perpetrada por los colonos”.
Las operaciones del Ejército de Israel y los ataques de colonos israelíes en Cisjordania y en Jerusalén Este han dejado más de 660 palestinos muertos desde que este tipo de acciones se hayan incrementado desde el pasado 7 de octubre, cuando el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas perpetraron un asalto contra territorio israelí que dejó unos 1.200 muertos y cerca de 240 secuestrados.
El Ejército israelí lanzó además una ofensiva militar a gran escala contra la Franja de Gaza en respuesta a estos ataques que deja hasta la fecha más de 40.600 palestinos muertos y cerca de 94.000 heridos, según el último balance facilitado por las autoridades del enclave, controlado por Hamás.