El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha asegurado este viernes ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que es “un crimen de guerra” llevar a cabo “actos de violencia” para “sembrar el terror entre los civiles” tras las explosiones coordinadas de dispositivos de comunicación en Líbano.
“El Derecho Humanitario prohíbe el uso de dispositivos trampa en forma de objetos portátiles aparentemente inofensivos que están específicamente diseñados y construidos para contener material explosivo. Es un crimen de guerra cometer actos de violencia destinados a sembrar el terror entre los civiles”, ha señalado.
En este sentido, Dujarric ha señalado ante el Consejo de Seguridad que es “difícil concebir cómo, en dichas circunstancias” puede ajustarse el ataque a “los principios de distinción, proporcionalidad y precaución” en virtud del Derecho Internacional.
“Atacar simultáneamente a miles de personas, ya sean civiles o miembros de grupos armados, sin saber quién está en posesión de los dispositivos, su ubicación y sus alrededores en el momento del ataque, viola el Derecho Internacional”, ha agregado.
Por todo ello, ha pedido una “investigación independiente, exhaustiva y transparente sobre las circunstancias” de lo ocurrido. “Quienes ordenaron y llevaron a cabo estos ataques deben rendir cuentas”, ha zanjado.
“PREOCUPANTES SIGNOS DE ESCALADA”
Por su parte, la secretaria general adjunta de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz, Rosemary DiCarlo, ha señalado que en medio de estos ataques “los intercambios de disparos a través de la ‘línea azul’ han continuado”, lo que muestra “preocupantes signos de escalada”.
“Los intercambios incluyen algunos de los bombardeos más intensos del sur de Líbano desde el 8 de octubre de 2023. Los aviones israelíes han llevado a cabo un gran número de ataques aéreos en sobrevuelos, incluyendo la ruptura de la barrera del sonido sobre Beirut en varias ocasiones”, ha explicado, refiriéndose además al reciente ataque sobre la capital libanesa.
DiCarlo ha resaltado que “el riesgo para seguridad y la estabilidad no sólo en Líbano sino también en la región, no podría ser más claro ni más grave”. “Todavía hay margen para la diplomacia, que debe usarse sin demora”, ha zanjado.
Más de una treintena de personas han muerto entre el martes y el miércoles por explosiones de cientos dispositivos de comunicación vinculados al partido-milicia Hezbolá, objetivo de un aparente ataque israelí. Según las primeras investigaciones, estos dispositivos llevaban oculta una carga explosiva.
El carácter indiscriminado de este ataque, que quedó palpable con explosiones en lugares ajenos al ámbito militar o con gran afluencia de gente, ha sido criticado por la ONU. El secretario general de la organización, António Guterres, ha instado a no utilizar como armas objetos civiles.