Es una demanda por daños ambientales contra la firma Maxus, comprada por YPF en los años 90. El juez decidió que las partes que acusan a YPF deben aportar más pruebas en un nuevo juicio, que podría tomar entre uno y dos años.
Es una demanda por daños ambientales contra la firma Maxus, comprada por YPF en los años 90. El juez decidió que las partes que acusan a YPF deben aportar más pruebas en un nuevo juicio, que podría tomar entre uno y dos años.