El misterio sobre el origen del gigantesco socavón que apareció hace unas semanas en Tierra Amarilla (región de Atacama), 800 kilómetros al norte de Santiago, está cerca de ser resuelto por los expertos en geomecánica. El agujero se ha ido expandiendo en los terrenos de la mina de cobre Alcaparrosa de la minera Ojos del Salado, de la canadiense Lundin Mining, hasta alcanzar los 36,5 metros de diámetro y los 64 de profundidad —la altura de un edificio de 26 plantas—. La ministra de Minería, Marcela Hernando, aseguró esta semana que “existe una sobreexplotación que tendría relación con el hundimiento” y que tres entidades públicas presentarán cargos contra la minera.Seguir leyendo
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