Hace cuatro años que Lorena Paola Osores pide justicia por la muerte de su hija Lucía. En el medio de su reclamo conviven muchos sentimientos: bronca, dolor y… solidaridad. Porque a pesar de la tragedia que le costó la vida a su hija, en ella nació el deseo de ayudar y fue así cómo unos de sus proyectos hoy en día es su cable a tierra: el “Movimiento Lucía”.La noche de la tragediaLa noche del 9 de octubre del 2020, Lucía Aylén Costa Osores, de 18 años, le había pedido a su madre permiso para ir a comer con sus amigos de la capilla a Zar Burguers, un bar ubicado en ubicado en la calle Paunero 1189, en San Miguel. Eran épocas de pandemia, por lo que Lorena temía que se contagiara de Covid-19. Debido a eso, le puso la condición de que cumpliera con todos los protocolos: barbijo y alcohol en gel. Así, Lucía salió junto a Dolores rumbo al bar. “Se pusieron lindas y me acuerdo que esa noche Gala (su perrita) no se corría, no las dejaba ir, Lucia estaba nerviosa, esa noche fue rara, fue terrible…me dijo: ‘Chau, ma’. Y se fueron”, rememora hoy, en diálogo con LA NACIÓN, Lorena. Lucía, en cientos de fotos: su mamá Lorena todavía se preguntá por qué nadie la ayudó El grupo de amigos se sentó en una de las mesas que se encontraba en el patio cubierto con una media sombra. Las mesas tenían algo característico y que llamaba la atención: un centro de mesa que, a base de combustión, generaba una llama. A los ojos, era un adorno, pero a los hechos se convertiría en una trampa mortal. Priscila Lucca, de 18 años, fue la mesera a que le tocó encargarse de esa mesa. Se acercó a la mesa con un bidón de cinco litros con combustible líquido para avivar un poco más el fuego y desencadenó, en un segundo, la tragedia: el centro de mesa explotó y envolvió en llamas a Lucía y a sus amigos. Lucía Costa tenía 19 años y murió por quemaduras en el cuerpo y en las vías respiratoriasTwitterLucia fue la que salió más perjudicada ya que el 70% del líquido inflamable cayó encima de ella. En la desesperación de querer apagar el fuego de su cuerpo empezó a desparramar y a propagar las llamas por otros lados del bar. Su amiga Dolores que se encontraba allí intentó apagarla con una de sus manos sin saber que, en su intento por ayudar, le estaba generan quemaduras peores. La situación era un descontrol. “La salida de emergencia era un pasillo hacia donde fue Lucía, que cayó y todos pasaron encima de ella. Quedó más o menos 30 ó 40 minutos tirada en el suelo sin que nadie la pudiera ayudar; de adentro salió un hombre -Carlos Eduardo Oliveiro, dueño del lugar- con un matafuego a apagar la sombrilla y las sillas, porque se le había prendido fuego el bar nunca tuvo en cuenta que estaba Lucía tirada”, cuenta, con dolor, su madre. En paralelo, Lucía seguía tirada, a los gritos. “Gritaba: ‘¡Soy Lucía, llamen a mi mamá! ¡Me estoy quemando, soy Lucía!’. Y nadie supo qué hacer”, rememora Lorena quien hoy, a cuatro años de la tragedia, todavía sigue con la misma idea rondándole la cabeza: “Tanto tiempo imagino el tema de cómo sufrió una persona prendida fuego viva y que nadie pueda hacer nada, eso es lo que más me carcome por eso es mi es mi lucha del día a día, de decir por qué la hicieron sufrir tanto ¿no?”.Lucía fue trasladada ambulancia al Hospital Municipal Dr. Raúl F. Larcade, ubicado en Av. Pte. J. D. Perón 2311, en San Miguel, Provincia de Buenos Aires, con más del 40% del cuerpo quemado. Murió al día siguiente luego de dos paros cardiorrespiratorios.Después de la tragedia, la condena Luego del hecho y de repetidamente pedir justicia, al dueño del local Carlos Eduardo Oliveiro se lo condenó a seis años de prisión efectiva y se le dictó 10 años de inhabilitación para cualquier acto de comercio por homicidio culposo y lesiones culposas leves y graves. También fue condenado por violar las regulaciones que se daban en plena pandemia y se ordenó su “inmediata detención”.Actualmente, Carlos Oliveiro fue operado, se le extirpó un riñón debido a complicaciones de salud y se encuentra recibiendo tratamiento de diálisis, lo que afectó temporalmente a la condena. Por este motivo está en su domicilio luego de varias prorrogas que le dictaron. El bar de la tragedia, cerrado y graffiteado por los pedidos de Justicia por Lucía Lucca Priscila, la moza que llenó con el líquido inflamable el centro de mesa, presentó en su momento a través de su abogado un requerimiento ya que afirma que “no está en condiciones psiquiátricas”, lo cual fue validado. Actualmente está libre.En paralelo, Lorena tenía que seguir adelante. Con tratamiento psicológico de por medio, y con ayuda de La pastoral del duelo (un grupo de mutua ayuda que acompaña en el sufrimiento a personas que les cuesta asumir la muerte de un ser querido) decidió levantarse, tanto por la memoria de Lucía como por la de sus otros dos hijos. Por decreto municipal todos los 10 de cada mes se genera concientización en la Plaza de las Carretas, de San Miguel. El movimiento Lucía: transformar el dolor en amor por los demás El movimiento Lucia es un ejemplo de resiliencia. Perder a alguien tan importante como lo era Lucía para su madre es inexplicable, pero que ahora ella esté con la frente en alto dando su servicio, así como lo hacía su hija en las capillas o con gente que lo necesita, es prueba de su empuje.Además de donaciones, el Movimiento Lucía da clases de apoyo particular Empezó un 26 de junio de 2021. “No surgió por mí, sino por una amiga de Lucia con otras dos chicas que me dijeron que soñaron con Lucía y que tenían que hacer un movimiento, lo iban a hacer y solo me pedían permiso para usar el nombre”, comenta Lorena con una sonrisa al recordar cómo comenzó todo.Por estudio, trabajo y temas personales las chicas que habían originado el movimiento fueron haciéndose a un lado, pero Lorena continuó sin parar. Empezaron con ollas populares frente a la catedral de San Miguel cuando solo iban 50 personas y ahora hacen grandes cantidades de comida, jugo y postres para aquellos adultos y niños que lo necesiten.El Movimiento Lucía, en una de sus recorridas solidarias El movimiento se divide en tres sectores: uno de ellos es el grupo de apoyo escolar, siete personas llenas de amor que recorren diferentes merenderos para dar de su servicio “Esa inocencia que tienen es impresionante, es tan lindo estar ahí, está buenísimo”, dice Lorena con mucho cariño y orgullo.“También hay que ver los problemas que tienen cada uno de esos nenes en su hogares, no te das una idea, hay muchos que los hacen laburar cartoneando, que no les gusta, hay otros que los golpean, otros que las madres venden droga, otros que sufrieron abusos”, comenta sobre el contexto con el que se enfrentan. Después está La noche solidaria: 17 personas que se organizan todos los martes para hacer ollas populares, llevar postres, jarras con jugo o botellitas para entregar, bolsas con mercadería y ropa o mantas para aquellos que estén en situación de calle.Al igual que los martes, otro grupo de ocho personas hacen ollas populares los domingos y recorridos con los autos para entregar y ver quién necesita qué. “Los domingos salen con ropa porque mayormente ahí es donde ya no tienen porque el fin de semana se las roban”, explica sobre las dificultades que surgen. El Movimiento Lucía, presente: reparte comida y abrigo a quienes lo necesiten Para poder realizar todo esto, se van haciendo de donaciones que pueden hacer llegar algunos comercios o cualquier persona que los sigue en sus redes sociales y que ve y aporta su granito de arena.Uno de los proyectos que tiene el movimiento es poder dar capacitaciones de primeros auxilios, cómo usar un matafuego, concientizar y enseñar acciones básicas que sirvan para que no se repita una tragedia tal como la de Lucía, entre otros casos, y que sepan cómo reaccionar ante situaciones de peligro donde una vida está en peligro. ¿Qué necesitan? Hoy por hoy, además de las donaciones, sueñan con un lugar físico para poder acopiar todo aquello que reciben y, también, usarlo como punto de capacitaciones y encuentros. Podés ayudar siguiéndolos en sus redes sociales y dándole más visibilidad. Sus redes sociales son: @ justiciaporluci y @movimientoluciaaQuienes deseen donar, el movimiento está necesitando bandejas y todo lo que sea descartable para poder entregar comida en época de las Fiestas. Además, aceptan ropa y abrigo en buen estado, juguetes, alimentos y útiles. Además tienen un fondo para comprar todo lo que sea lácteos, frutas, verduras o lo que necesiten en el momento. El alias es MOVIMIENTOLUCIAA.MP. Por Agustina IraceSeguí leyendo“Es sinónimo de tristeza” y “no afecta a los chicos”: los seis mitos más frecuentes vinculados a la depresión“Estoy deprimido”: dónde pedir ayudaQué hacer. Cómo acompañar a una persona que padece un cuadro depresivoTemasSolidariosOtras noticias de SolidariosTrabajo voluntario. En Carolina del Norte: dónde y cuándo retirar regalos navideños y juguetes gratisGrandes causas. Giving Tuesday en California: cuáles son las organizaciones que esperan donaciones este 2024Gratitud. 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