No hay duda alguna en afirmar que la estadounidense Claressa Shields, ganadora de la medalla dorada en los Juegos de 2012 y 2016 y actual cuádruple campeona mundial unificada en pesos diferentes (supermediano, mediano junior, mediano y actualmente pesado), es la mejor boxeadora de estos tiempos y una de las imágenes más imponentes del pugilismo de guantes rosas.Ajena a cualquier tipo de encuesta insípida, Claressa, de 29 años, destaca en su carrera 15 victorias consecutivas en 12 peleas por título y atributos que ninguna de sus colegas pudo exhibir al cabo de sus historias: es infalible, superior a todas y jamás dejó dudas a la hora de un veredicto. Eso la hace diferente y única. Algo que no lograron ni la puertorriqueña Amanda Serrano ni la irlandesa Katie Taylor, las más populares del “sistema”.Su figura se acrecentó en la última Navidad, cuando se estrenó en todo Estados Unidos la película que describe su vida: The Fire Inside” (El fuego interno), interpretada por Ryan Destiny, una actriz proveniente del ámbito musical, que puso sobre la superficie los avatares vividos por Shields, desde su infancia hasta la consagración: su niñez pobre en Flint, en las cercanías de Detroit, donde lidió con los abusos corporales y la discriminación por su manera de caminar, que la llevaron a un apodo peculiar: T-Rex. Luchó y salió de todo eso, dedicándole una presea olímpica a su país, que muy poco la cuidó, con sólo 17 años.
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