La mayoría de las enfermedades cuya prevalencia está aumentando año tras año, como son la obesidad, la diabetes, el autismo, las alteraciones de la función tiroidea, los problemas de fertilidad y el cáncer, son debidas a la interacción de nuestros genes con el ambiente en el que vivimos. No podemos cambiar nuestros genes, pero sí podemos mejorar el ambiente, hacerlo más saludable, y así disminuir la probabilidad de sufrir estas enfermedades. Nadie duda de que la química nos ha proporcionado grandes avances que han mejorado y siguen mejorando nuestra vida, pero el peaje que pagamos es el efecto deletéreo de la contaminación en la salud humana y el medioambiente. Parece lógico que, como afectados, exijamos que nuestro peaje sea mínimo.Seguir leyendo