Buenas tardes amigos de LA NACION.Trataré de no explayarme demasiado por tratarse de la primera vez que tengo el honor de comunicarme con ustedes.Debo comentarles que hace 35 años decidí radicarme con mi familia en la ciudad de Concepción del Uruguay. Viví en la Capital Federal durante muchos años, lugar donde nací y trabajé.Sucede que cuando mis hijas eran aún muy pequeñas, decidimos con mi esposa mudarnos al interior del país y elegimos esta ciudad, que posee todo. Aquí mis hijas cursaron las escuelas Primaria y Secundaria y tras ello siguieron estudios Terciarios.En la época del 1 a 1 logré comprar mi vivienda y posteriormente vendí mi casa en el Gran Buenos Aires. En esta ciudad realmente ahorré y progresé, ya que me iba a trabajar en bicicleta y me olvidé del tren, el colectivo y el subte, amen de la inseguridad. En Concepción se hallan emplazadas muchas facultades, y entre otras carreras se cursa Ingeniería, Arquitectura, Abogacía, Contador Público Nacional y hace un par de años también Medicina.Uno tiene muchas historias propias y de nuestro entorno. Esta vez deseo poner énfasis en la actual. Debo decirles que estoy feliz de ser suscriptor de LA NACION y máxime en estos momentos. Tengo graves problemas de visión, estoy en tratamiento por cataratas en sendos ojos y pasaré por una intervención quirúrgica. Debo resaltar que siempre fui ferviente lector de vuestra publicación.
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