escucharescucharLa primera advertencia la escuchó de parte de un compañero: “Tené cuidado porque es Chaki Chan”. La oficial de la policía bonaerense no sabía que ese joven, identificado como Nicolás Guimil, que acaba de detener cuando circulaba en un auto sin patente y que se había resistido a los golpes era considerado el patrón de la droga de La Matanza y había llegado a “facturar” 10 millones de pesos por día con su negocio ilegal. Esa noche, en la comisaría de Ciudad Evita, entendería por qué ese sujeto era el dueño del territorio y se daría cuenta de que el poder que ostentaba era real. “Cuando vos jugabas con muñecas yo tenía 15 muertos encima”, “Cuidate”, “Te voy a sacar de acá”, “Vos no tenés idea con quién te metiste, yo manejo todo, ¿vos te pensás que yo me voy a quedar?”, le dijo el sospechoso a la uniformada, que ya no pudo contener el llanto. No exageraba el narco: después de la visita a la seccional de la fiscal de La Matanza María Belén Casal Gatto, Chaki Chan quedó libre.Así surge del dictamen donde el fiscal federal de Morón Sebastián Basso pidió que sean citados a prestar declaración indagatoria Casal Gatto, el comisario bonaerense Leonardo Ledesma y el oficial Fernando Cardozo, acusados de los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público, sustracción de medios de prueba, falsedad ideológica de documento público y encubrimiento agravado. La jueza federal Alicia Vence hizo lugar a la solicitud.“La existencia y expansión de un grupo de las características que cabe asignarle como crimen organizado en territorio de La Matanza solo puede prosperar cuando existe una mirada cómplice con el mismo por parte de las autoridades que tienen el monopolio de la fuerza y la facultad de ejercer la acción penal. Para que un grupo criminal y, especialmente, quien se considera su cabeza o ‘patrón’ pueda imponer su liderazgo en un determinado barrio matancero, se necesitará que las autoridades policiales y, eventualmente, judiciales tengan una actitud colaborativa o simplemente pasiva frente a ellos”, sostuvo el fiscal Basso en el prólogo del dictamen, al que tuvo acceso LA NACION.Basso y la jueza Vence están a cargo del expediente en el que Guimil está procesado con prisión preventiva como presunto coautor del delito de “organización y financiación de un grupo de personas dedicado a la comercialización de estupefacientes”. Chaky Chan fue detenido por detectives de la Policía Federal Argentina (PFA) en julio pasado.La oscura historia de la liberación del capo narco de la comisaría 3a de La Matanza, situada en Ciudad Evita, ocurrió hace 11 meses, la noche del 21 de noviembre del año pasado, después de que dos oficiales de la policía bonaerense detuvieran a Guimil y a otro sospechoso durante un patrullaje preventivo en un “móvil identificable”.Según el expediente judicial, las dos policías, cuya identidades no fueron difundidas, interceptaron un Peugeot 208 sin chapa patente que salía de la villa Puerta de Hierro, en Ciudad Evita, La Matanza.“Las uniformadas dieron la voz de alto al conductor del vehículo, que hizo caso omiso a la autoridad. En consecuencia, persiguieron al vehículo en infracción, lo obligaron a detenerse y a que su conductor y demás tripulantes se bajaran del auto. Aquí aparecen en escena Guimil, que conducía el vehículo, Rodrigo Lazarte y un tercer hombre que, de momento, no fue identificado. Uno de ellos pidió que se trabe el auto”, explicó el fiscal Basso en su dictamen.Cuando una de las funcionarias policiales le preguntó a Guimil por qué el auto no tenía chapa patente, el capo narco respondió: “Porque no quiero” y se resistió al operativo. “Empezó a tirarle codazos [a la oficial], pegarle en los pechos, en las costillas. [la policía] Sintió miedo de que le sacara el arma y advirtió que estaba ‘re duro’. Los refuerzos tardaron mucho en llegar al lugar. En cambio, si lo hizo gente que respondía a Guimil”, explicó Basso al pedir la indagatoria de los sospechosos.Treinta personas que respondían a Chaky Chan llegaron antes que los policías que debían acudir a apoyar a sus compañeras en aprietos. Cuatro de esos sospechosos abrieron el Peugeot 208 y sacaron un bolso. El cómplice que hasta el momento no fue identificado se fue en una camioneta 4×4 que había llegado al lugar antes que los colegas de las oficiales.“Una vez que llegó el apoyo se notó que la gente del comando lo conocía [al narco] porque no querían ayudar mucho; solo uno de ellos prestó colaboración”, sostuvo el fiscal federal. Fue en ese momento que uno de los policías le dijo a una de las oficiales: “Tené cuidado porque es Chaki Chan”.Guimil y Lazarte fueron trasladados a la comisaría. En la seccional policial, Chaki Chan repetía que Ciudad Evita era de él.“Constantemente decía ‘Ciudad Evita es mío, vos no tenés idea con quién te metiste, yo manejo todo, ¿vos te pensás que yo me voy a quedar?’. Fue ahí que la oficial lloró de la impotencia, porque ella hizo lo que tenía que hacer, pero él se fue libre ese mismo día. Le dijeron que era narco, que manejaba todo en Ciudad Evita y ahí fue cuando se dio cuenta con quién se había metido”, según el expediente judicial.Droga secuestrada a Chaki Chan, “el patrón de las drogas” de La MatanzaPrensa Policía FederalSiempre según el dictamen de Basso, la oficial que había detenido al sospechoso le pidió a Cardozo –el oficial de servicio– que pidiera apoyo, que llamara al comisario Ledesma porque la comisaría estaba rodeada y tenían a un “tipo” que lo buscaba todo el mundo, “pero no quería hacer nada”. Cardozo no la dejó chequear si el detenido tenía un pedido de captura activo.Poco después, según lo detallado en el dictamen, llegó la fiscal de La Matanza Casal Gatto y se reunió con Cardozo y Chaki Chan en una oficina.“La oficial que había detenido a Guimil le preguntó a Cardozo si le había dicho a la fiscal que Guimil la había golpeado y si le había mencionado lo del bolso que pasaron a la camioneta, a lo que Cardozo le respondió ‘que lástima que no pudiste agarrar el bolso’. Guimil se fue con Casal Gatto. Ella fue a sacarlo. Una de las oficiales que participaron del procedimiento escuchó que Casal Gatto le preguntó a Guimil qué era lo que había pasado y él le respondió que lo estaban molestando y que no tenía nada que ver. Que notó que se presentaron, pero en sus miradas había gestos de complicidad. El testigo del procedimiento, un hombre mayor, estaba en la comisaría muy asustado. Cuando escuchó quién era el detenido se quería ir, porque era de Ciudad Evita y sabía quién era. Lo tuvieron que llevar en dos móviles hasta la casa porque estaba con mucho miedo. La fiscal Casal Gatto se subió en una camioneta y se fue”, según se desprende del expediente a partir del testimonio de las oficiales de policía que detuvieron a Chaky Chan.Delitos de acción pública“Sin perjuicio del estado incipiente de la investigación y de las distintas probanzas que se recaben en el futuro, las diligencias probatorias llevadas a cabo hasta el momento me permiten establecer que existe motivo bastante para sospechar que Casal Gatto, Cardozo y el comisario Ledesma han participado de la comisión de delitos de acción pública. Ello, toda vez que los hechos antes relatados, que, como se podrá advertir, se basan fundamentalmente en los concordantes testimonios de las oficiales a cargo del operativo, se han visto corroborados por elementos de prueba externos que dan verosimilitud a sus dichos y me permiten, con el grado de certeza requerido para esta instancia del proceso penal, tener por probada la materialidad de los hechos y la participación de las personas imputadas”, afirmó el fiscal Basso en su presentación.Vence citó a la fiscal de La Matanza Casal Gatto para pasado mañana a las 10 y a los funcionarios policiales para la semana próxima, informaron fuentes judiciales.En la resolución donde fijó las audiencias indagatorias, la jueza Vence dispuso que sean notificados la fiscal general de La Matanza, Patricia Ochoa, y la Auditoría General de Asuntos Internos (AGAI) del Ministerio de Seguridad bonaerense.Gabriel Di NicolaTemasCorrupciónNarcotráficoLa MatanzaConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de CorrupciónPornografía en continuadoAFIP: primer titular condenadoAnálisis. 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