(Sebastian Kahnert/Dpa)
(Sebastian Kahnert/Dpa/)Carolyn Coster, una ciudadana de West Gippsland (Australia), se convirtió en víctima de una estafa telefónica que le costó todos sus ahorros, estimados en 5.000 dólares, después de recibir la noticia de que su cáncer de mama en etapa cuatro había hecho metástasis en sus huesos unos días antes de Navidad.A la vuelta del centro sanitario, la mujer, de 58 años, recibió una llamada de una persona que se identificó como “Robert Brown” y le dijo a Coster que había un problema con su cuenta de PayPal y le dijo que la habían estado estafando.Te puede interesar: Un hombre se hace pasar por Dios y estafa 300.000 euros a una mujer de León: le prometió una casa en el cieloEn ese momento, Coster, que aún estaba encajando la noticia sobre su salud, le proporcionó todos los datos que él pedía sobre su cuenta. Le dio detalles bancarios y su contraseña.El fraude salió a la luz el 30 de diciembre cuando Coster descubrió la desaparición del dinero de su cuenta. Según indicó su amiga Marg Thomson, iba a utilizarlo para mudarse a un lugar más tranquilo. “Mi amiga iba a usar el dinero para mudarse a una pequeña cabaña en un entorno tranquilo donde podría vivir el resto de su vida en tranquilidad”, detalló Thomson, que añadió que el problema es aún mayor porque “necesita el dinero para pagar el alquiler y la fianza por adelantado”.Plano detalle de manos con un celular, pantalla, adicción al teléfono, conexión, señal, información – (Imagen Ilustrativa Infobae)Te puede interesar: Falso Brad Pitt estafa 186.000 dólares a una española con promesas de amor Una campaña de GoFundMeAnte esta situación, Thomson inició una campaña de GoFundMe en apoyo a Coster, y hasta ahora han conseguido 3.055 dólares gracias a la solidaridad de 33 donantes. Sin emabrgo, y a pesar de esta buena noticia, se espera que Bendigo Bank, el banco de la víctima de la estafa, realice el reembolso del dinero robado.99,700 estafas en 2023El año pasado, los australianos reportaron más de 99,700 casos de estafas de phishing, que consiste en que los estafadores suplantan la identidad de compañías u organismos públicos y solicitan información personal y bancaria. En total, en Australia se sustrajeron 22.5 millones de dólares con este sistema. Se perdieron más de 14,2 millones de dólares a través de estafas de phishing por llamadas telefónicas, y las víctimas mayores de 55 años representan alrededor de 43.000 de las víctimas.
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