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El hombre al que recetaron fentanilo para un cáncer y terminó enganchado: “Sentía una euforia irreal y luego pasé un mes deprimido”

La vida de Rafa ha pasado por capítulos extraños en los últimos años, de esos que nunca desea uno en su propia biografía. Con 42 años y dos hijos pequeños le diagnosticaron un cáncer en la garganta que precisaba de radioterapia y quimioterapias algo agresivas. El cuello es delicado a todo tipo de molestias y sus dolores durante el tratamiento fueron tan grandes que sus oncólogos, cuando no quedaban más alternativas, le recetaron fentanilo para aliviar el sufrimiento. El mismo fármaco que hizo su vida soportable, cuando se recuperó y pudo abandonarlo, le provocó una abstinencia y un vaivén químico que le dejó un mes tirado en la cama. Una relación de amor-odio, como la define él mismo, con el producto que en EEUU ha generado una epidemia de adictos.“Tenía dolor al tragar, al hablar, al abrir la boca, al bostezar…, tomaba nolotiles cada cuatro horas y también tramadol, pero en seguida se quedó corto y no podía con el dolor, tenía que tomar pastillas para dormir”, recuerda Rafa a Infobae España sobre las semanas previas a que le recetaran fentanilo. “Empecé a quedarme gangoso, pensaba que ya no podría ni hablar, estaba deprimido por la cantidad de dolor que soportaba”, asegura. Sus condiciones eran tan extremas que su oncólogo le recetó este medicamento, 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina.Te puede interesar: La Policía Nacional monitoriza la posible introducción de fentanilo en España por parte de los narcosLa respuesta fue inmediata, con parches transdérmicos de menos de 25 microgramos —un microgramo es una millonésima parte de un gramo— cada 48 horas. “Ya con eso, el primer día estaba normal. Volvía a cantar por la casa”, recuerda Rafa. El trabajador en ciberseguridad puede contar en primera persona los efectos químicos del fentanilo, más allá de paliar los dolores: “Cuando lo tomas te sientes tan bien que parece que se han ido todos los problemas. Yo estaba superfeliz, vibrando a una intensidad como muy alta. Estaba anímicamente mejor que cuando no estaba en tratamiento”. El hombre recuerda cómo su estado de euforia era tal que incluso sentía que el resto del mundo era extraño: “Yo veía a mi pareja y la veía deprimida, pero es que ella estaba preocupada, estaba triste, lo normal cuando tienes a tu pareja diagnosticada con cáncer. Pero yo no la entendía, no era capaz de empatizar con ella. Es como si yo estuviese totalmente ausente de la realidad”, explica. Con el tramadol también se reducía el dolor, pero el estado anímico no sufría variaciones.Rafa ha podido experimentar en sus propias carnes los efectos adictivos del fentanilo. (HElena Margarit/Infobae España)Ese crisol de emociones, “sentía que iba a comerme el mundo, tenía muchas ganas de vivir, era una energía química totalmente irreal”, contrastaban con su estado cuando pasaba el efecto. “A las pocas semanas, cuando pasaba el efecto de la dosis, no me podía levantar del sofá, tenía visión túnel. Era una sensación física muy potente”, asevera. Rafa, que además tiene un grupo de música, ha comenzado a visibilizar su caso en redes sociales, especialmente en Instagram, para a la vez desmitificar las teorías que buscan equiparar el acceso a esta droga en España. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Rafa Tuñón (@rafa_cero) El uso del fentanilo en EspañaAnte la plaga de afectados por esta droga en EEUU, las alarmas se han disparado en España, pero el acceso a este fármaco es bastante complicado y hay un sistema de garantías que protege a los pacientes y consumidores: “Para acceder al fentanilo en farmacia, necesitas la receta del médico y una receta oficial de estupefacientes, o sea que son necesarios dos filtros”, relata Rafael Areñas, vicepresidente tercero del Colegio de Farmacéuticos de la Comunidad de Madrid. “Además, nosotros apuntamos el nombre del médico que lo ha prescrito y apuntamos el nombre de la persona que lo recoge. Las recetas son de muy difícil acceso. Con todo esto, la farmacia luego tiene que elaborar un vale para hacer un pedido al almacén, no es un pedido normal porque hay que elaborar un vale de estupefacientes que la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) debe certificar”, apunta. Para acabar, al final del año se hace una recopilación de todos los estupefacientes dispensados para monitorizar de nuevo las cantidades y los compradores.Te puede interesar: El IPC confirma la subida del 3,5% en septiembre impulsado por la energía y anticipa pocos cambios en lo que queda de 2023El fentanilo en España se receta principalmente para dolores crónicos en pacientes oncológicos, fundamentalmente a través de parches transdérmicos. Hay otras fórmulas con un impacto más inmediato, pero son escasas y muy poco comunes. En los hospitales se tiene porque se usa como anestesia. “El sistema tiene garantías, los controles son tan grandes y las prescripciones están muy acotadas”, apunta el farmacéutico consultado por Infobae España, para la tranquilidad de quienes temen esta droga creada en 1959 y que también cuenta con antídoto, la naloxona.Abstinencia tras el uso de fentaniloEl tratamiento del cáncer de Rafa avanzaba lento y las dosis de fentanilo fueron en aumento, hasta llegar al límite que puede ser recetado por el sistema de salud pública. Como los dolores no cesaban y el cuerpo de Rafa generó tolerancia al fármaco, acrecentar la dosis ponía en riesgo su propia vida, ya que podían florecer problemas cardiovasculares. Ingresado en el hospital, fue cuando descubrió el verdadero poder adictivo del fentanilo: “Me cambiaron las dosis por una bomba de morfina, pero después del fentanilo eso era como un suero, no me hacía ningún efecto. Lo pasé fatal con los dolores, de los peores días de mi vida, perdí el habla, pasé muchísimo dolor, fue una tortura”, dice Rafa, que no es capaz de recordar si pasó dos, tres o cuatro semanas ingresado.Rafa, en su encuentro con Infobae España, narra su experiencia con el fentanilo. (Helena Margarit/Infobae España)Tras ser dado de alta, ya en casa, los médicos volvieron a recetarle fentanilo para la última fase del cáncer. Durante esos dos últimos meses, Rafa redujo progresivamente las dosis para hacer una desescalada eficaz del medicamento y así hacer coincidir el fin de la radioterapia y la quimioterapia con las últimas dosis. El proceso parecía exitoso y fue entonces, ya curado de cáncer y sin fentanilo en su cuerpo, cuando sufrió un mono que le recordaba a los enganchados a la heroína: “Esa primera noche, ya sin dosis, me daban espasmos en la cama. Los brazos se movían solos. Me tomaba dos lormetazepam y ni así podía dormir. Pasé un mes en la cama totalmente deprimido. Me acordaba de los yonquis de heroína, que para desengancharse se encerraban en casa”, evoca.Rafa pasó una depuración total del medicamento: “Me levantaba, me mareaba y me pasaba el rato preguntándome por qué no me lo recetaban otra vez. Estaba hundido y en la basura más absoluta”. Gracias a compartir su trauma y su historia, ha identificado a muchos como él, pacientes que terminaron enganchados a un medicamento que, para su contradicción emocional, también les evitó infinidad de dolores. Los peligros del fentanilo son palmarios en su testimonio, aunque también hay un sistema que garantiza que su receta solo es para casos extremos y que su acceso, una vez terminado el tratamiento, es prácticamente imposible. Al menos por ahora.

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Los 5 alimentos antiinflamatorios que ayudan a prevenir enfermedades como la diabetes o el cáncer

Seguir una alimentación antiinflamatoria tiene múltiples beneficios para el sistema inmunitario. Al incluir estos alimentos en la vida cotidiana, se puede evitar la inflamación crónica en el cuerpo y así prevenir las llamadas enfermedades inflamatorias como la diabetes, ciertos tipos de cáncer, la enfermedad de Crohn, el lupus, la artritis y el asma, entre otras.Sin embargo, una dieta antiinflamatoria no sólo puede prevenir estas enfermedades, sino que también hay evidencias de que podría mejorar los síntomas de personas que padecen depresión o ansiedad, dolor crónico, problemas digestivos o problemas de la piel, según el Instituto Europeo de Nutrición y Salud.Te puede interesar: Narcolepsia, la enfermedad del sueño que podrías tener sin saberlo: un 60% de los pacientes desconocen que la padecen¿Qué alimentos son antiinflamatorios?Entre los alimentos que más se han estudiado por sus cualidades antiinflamatorias se encuentran las frutas y hortalizas, que son fuentes importantes de vitamina E y C. Los expertos recomiendan la ingesta de al menos cinco raciones de frutas y hortalizas frescas al día, según la Academia Española de Nutrición y Dietética.Por otra parte, se aconseja consumir pescado al menos tres o cuatro veces por semana y variar el tipo de pescado o marisco que se consume, así como incluir al menos dos raciones por semana de pescado alto en grasas como el salmón, el atún o la sardina, entre otros. Además, los pescados azules son ricos en omega-3, que también ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares.Te puede interesar: Una mujer ‘resucita’ en el tanatorio tras ser dada por muerta, pero ‘vuelve’ a fallecer horas después en el hospitalPor otra parte, los frutos secos y semillas oleaginosas como las semillas de girasol, de sésamo o de calabaza, son una fuente importante de fibra y omega-3 y contienen una amplia variedad de antioxidantes como la vitamina E, el selenio o el zinc.El aceite de oliva y las especias, claves en una alimentación antiinflamatoriaEl aceite de oliva es uno de los alimentos más utilizados en la cocina española, pero también forma parte del listado de alimentos antiinflamatorios. Rico en grasas insaturadas, omega-3 y vitamina E, el aceite de oliva es clave en una dieta antiinflamatoria. Otros aceites esenciales como el aceite de girasol, de sésamo o de colza también son fuentes de omega-3 y grasas poliinsaturadas.No obstante, para los amantes de la comida picante también hay buenas noticias. Las especias juegan un papel esencial en la dieta antiinflamatoria al aportar una amplia variedad de sustancias fitoquímicas que ayudan a reducir la inflamación en el cuerpo.La carne roja, la pasta y el pan, los alimentos que hay que evitarCarne roja (Shutterstock)Seguir una dieta antiinflamatoria también implica eliminar o reducir la cantidad de alimentos inflamatorios que se consumen en el día a día. En este listado se encuentran varios tipos de comida que son consumidos por gran parte de la población en la vida cotidiana:Carne rojaCarne procesada (salchichas, bacon…)Alimentos preenvasados (tartas, galletas…)Pasta y pan a base de harina blancaCualquier alimento frito (patatas fritas, donuts, pollo frito…)Comida rápidaAlimentos altos en azúcares (chuches, sirope…)Refrescos y bebidas con azúcar o edulcorantes artificialesAlimentos altos en grasas trans (margarina, palomitas…)AlcoholSegún un estudio publicado en la revista Nature Medicine en 2018, más del 50% de todas las muertes en el mundo son atribuibles a las enfermedades inflamatorias como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la demencia, los ataques cerebrovasculares y la diabetes. Sin embargo, los investigadores también concluyeron que realizar cambios en los factores de riesgo modificables como la dieta, el ejercicio, la exposición a elementos tóxicos, así como la reducción del estrés, podría reducir las posibilidades de desarrollar estas enfermedades.

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