escuchar>LA NACION>Revista LivingLuciana Garabello empezó a visitar Saavedra cuando iba a visitar a su novio. Punto intermedio entre los colegios de sus hijas, el barrio le ofreció toda la calidad de vida que no había encontrado en Palermo. 27 de febrero de 202400:30Lucía BenegasPARA LA NACIONescucharCuando una se acostumbra a vivir en la casa con jardín, volver al departamento no es fácil. Luciana Garabello lo sabía perfectamente cuando se fue del Bajo Belgrano a Palermo después de separarse de quien había sido su marido más de 15 años. Se fue a un departamento sabiendo que era transitorio pero era muy consciente también de que encontrar una casa con verde en Capital no iba a ser sencillo. “Yo amaba el afuera y quería un jardín, pero necesitaba que fuera en Capital, porque tengo dos hijas que van a distintos colegios: uno en Núñez y el otro en Florida”, explica.La alfombra persa de sus abuelos es protagonista en un living mas bien despejados. Encima del sofá XXL una obra de Jessica Trosman y otra de su hermano, Octavio Garabello.Gustavo Sancricca”Lo que me enamoró de esta casa fue el ventanal del living comedor con ese jardín verde que casi que se mete adentro. Además, al fondo del jardín había un minidepósito que enseguida pensé para mi taller.” Luciana Garabello, dueña de casaPor esos días no conocía Saavedra, un barrio que empezó a frecuentar gracias a Atahualpa Rojas Bermúdez, su actual pareja. La casa de él quedaba muy cerca de esta y fue justamente en esas visitas que empezó a descubrir sus calles. “Me encantó la onda del lugar, esa cosa tranquila del barrio de casas bajas”, asegura. Esa particularidad y el hecho de que estuviera en el punto intermedio entre los dos colegios la llevó a empezar la búsqueda que terminó en su actual casa.Living Luciana GarabelloGustavo SancriccaEmpezar de cero“Lo único que me traje de mi casa anterior fue el sillón –que, en realidad, eran dos chaise longue, pero los acomodé de manera que parecieran uno grande– y una mesita de arrime”, cuenta. Sabiendo que no podía mantener la casa en la que vivían antes, fue Luciana la que se fue sin mucho más que su ropa y materiales. Sabiendo los costos y tiempos que implica armar una casa, Luciana decidió enfocar su búsqueda en lo que ofrecía una marca que vende muebles usados.Las sillas Mr de Mies van der Rohe, clásico de diseño nodernista, se suavizan de la mano de plantas de interiores y una selección de posters. Gustavo Sancricca“La verdad es que no soy especialmente exigente con las cosas de la casa y necesitaba que estuvieran listas. Además, siempre me gustó lo usado, así que apenas descubrí The Stock empecé a comprar lo que me faltaba”.En la cocina abierta, se eligieron mesadas de mármol de carrara. La biblioteca es un diseño de la arquitecta.Gustavo SancriccaEstilo propioAunque la casa estaba como para mudarse, Luciana quiso hacer algunos ajustes. El primero fue convertir un galponcito que tenía al fondo en su taller, para lo que convocó a su amiga la Arq. Ana Rascovsky, de estudio planta. Otra decisión fundamental fue la de cambiar los revestimientos de gran parte de la casa, llevar todo al blanco y sumar algunos detalles en color.Living Luciana GarabelloGustavo Sancricca“Cuando la compré, la casa era marrón y tenía muchas superficies en madera y ladrillo en los interiores. La decisión fue llevarla toda al blanco, con algunos bloques de color”.En el hall de distribución el rosa cambió por completo el clima.Gustavo SancriccaCasa de mujeresCasi como una declaración de principios, solo con entrar al lugar en que Luciana vive junto a sus hijas se adivina la energía femenina y creativa. Del baile a la ilustración, cada una de ellas comparte una parte del universo creativo de su mamá que se adivina en todos los detalles. Hace unos meses, Luciana y su hija menor, Luisa, publicaron Sin Ofender, un libro sobre neurodivergencia que hicieron juntas en esta misma casa.En el hall de distribución la elección por el rosa hace la diferencia. El mueble fue comprado en The Stock, la página de venta de usado que le solucionó la mudanza.Gustavo Sancricca“Yo soy muy de casarme con un color, en mi casa anterior fue el azul, en esta fue el rosa”, confiesa Garabello. Como buena artista, los colores no fueron los que figuraban en el catálogo sino los que ella misma armó: especialista en la materia distribuyó los detalles en color no sólo en recortes de pared sino en objetos puntuales como las fundas de sillones y edredón. El azul que antes había sido protagonista, acá se mantuvo en exteriores.En los exteriores la pintora recurrió al mismo azul que ya había tenido en su casa.Gustavo SancriccaHecho a medidaCon sus paredes de vidrio con vista al jardín y su gran mesa de trabajo, el depósito se convirtió en el espacio de trabajo ideal.Gustavo SancriccaRevestir las paredes, pisos y techo del taller en madera de guatambú fue una muy buena idea de la arquitecta: la opción más sencilla y rápida para convertir el depósito en taller.Living Luciana GarabelloGustavo SancriccaLucía BenegasSeguí leyendoEstilo propio. Recorremos la casa llena de color de la decoradora sudafricana Laureen RossouwNuevos comienzos. Cuando pensó que nada podría reemplazar su amado departamento, encontró la casa ideal lejos de la ciudadCon el color de la alegría. Recorremos la casa de la diseñadora Marina MaizteguiConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectTemasLifestyleCasas de artistasDiseño interiorDecoraciónColor y texturaMás notas de Casas de artistasEn Martínez. La ceramista Cecilia Nigro renovó su casa de 1942 y le agregó un divino taller de vidrio repartidoInspiración total. La casa-taller abierta al verde de una artista y joyera que volvió a Tigre, su lugar de siempreNuevos comienzos. Cuando pensó que nada podría reemplazar su amado departamento, encontró la casa ideal lejos de la ciudad
Categories