Ciudad del Vaticano, 24 sep (EFE).- El papa Francisco ha pedido la liberación de la líder birmana y nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, de 79 años, que cumple una condena de 27 años de cárcel por una serie de juicios por delitos presentados por la Junta militar, y ha propuesto que pueda ser acogida en el Vaticano.Así lo revela Francisco en una conversación con jesuitas en su último viaje por Asia y cuya transcripción publica la revista ‘Civilta católica”. “Hoy en Myanmar no podemos permanecer en silencio: ¡hay que hacer algo! El futuro de vuestro país debe ser una paz basada en el respeto de la dignidad y los derechos de todos, en el respeto de un orden democrático que permita a todos contribuir al bien común. Pedí la liberación de la señora Aung San Suu Kyi y recibí a su hijo en Roma. Ofrecí al Vaticano recibirla en nuestro territorio”, dijo en la reunión a un participante procedente de Birmania.Suu Kyi se encuentra en la cárcel desde el golpe militar de febrero de 2021, que acabó con diez años de transición democrática y abrió una espiral de violencia que ha exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas, con miles de jóvenes uniéndose a grupos armados que combaten al Ejército. El Ejército justifica el golpe por un presunto fraude masivo durante las elecciones generales de noviembre de 2020, cuyo resultado ha sido anulado y en las que el partido de Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacionales.En la misma conversación, el papa también explicó que intenta no perder nunca el sentido del humor porque “el sentido del humor es salud” y reveló que se levanta a las 4 de la mañana y luego a las 5 comienza a rezar. “A veces me quedo dormido en oración. Y esto, cuando sucede, no es un problema: ¡para mí es una señal de que estoy feliz con el Señor! Descanso rezando”, aseguró.Asimismo, Francisco relató algunas anécdotas, como cuando pidió a “una anciana de ojos hermoso”, al final de una audiencia, que orara por él ‘pero a favor, no en contra’ y la señora respondió: “En contra rezan por usted ahí dentro”.”Ser Papa es una cruz como la tuya. Cada uno tiene su cruz. El Señor os acompaña, os consuela, os da fuerzas. (…) Quizás exagero, pero ser papa no es más difícil ni muy diferente que ser sacerdote, monja, obispo”, asegura Jorge Bergoglio.Y agrega: “En un libro del periodista Gerard O’Connell leí que, cuando fui elegido, un cardenal le dijo a otro: ‘¡Esto será un desastre””. “¡El Señor dirá si he sido un desastre!”, señala. EFEccg/mr/jac
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