FOTO DE ARCHIVO: Trabajadoras en una cadena de producción de test de COVID-19 en Guipry-Messac, Francia, el 12 de enero 2022. REUTERS/Stephane MaheLONDRES, 1 feb (Reuters) – La actividad manufacturera de la zona euro se aceleró el mes pasado gracias a la reducción de los cuellos de botella en la cadena de suministro, aunque la mejora no se distribuyó de forma uniforme entre sus países miembros y las fábricas aún se enfrentan a altas presiones inflacionistas, según mostró una encuesta el martes.La lectura final del índice de gestores de compras (PMI, por sus siglas en inglés) del sector manufacturero de IHS Markit subió a un máximo de cinco meses de 58,7 puntos en enero, desde los 58,0 de diciembre, por debajo de una estimación inicial de 59,0 puntos, pero cómodamente por encima de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción.El índice que mide la producción industrial de la eurozona, que forma parte del PMI compuesto que se publicará el jueves y que se considera un buen indicador del estado de forma económico, subió a 55,4 puntos, frente a una lectura previa de 53,8.”Los fabricantes de la zona euro parecen estar capeando la tormenta ómicron mejor que las olas anteriores de la COVID-19 hasta la fecha, ya que las empresas informaron en enero de los mayores aumentos de la producción y de la cartera de nuevos pedidos en cuatro meses”, dijo Chris Williamson, economista jefe de negocios de IHS Markit.”No obstante, la mejora no se distribuyó uniformemente en toda la zona euro; un crecimiento resurgente en Alemania, los Países Bajos y Austria contrasta con una desaceleración en Italia, España y Grecia”, añadió. “Por su parte, en Francia, la producción estuvo casi estancada”.Los precios de las materias primas siguieron subiendo, aunque a un ritmo más lento que en diciembre, y las fábricas trasladaron más esa carga a los consumidores. El índice de precios de producción subió a 72,7 puntos desde los 70,2 del mes anterior, la segunda lectura más alta en casi dos décadas.La inflación de la zona euro persistirá más de lo inicialmente esperado a lo largo de 2022, según los economistas encuestados por Reuters el mes pasado, lo que podría presionar al Banco Central Europeo para que endurezca su política monetaria una vez pase la ola de la variante ómicron del coronavirus.El BCE, que se reúne el jueves, se ha resistido a las peticiones de endurecimiento de su postura, aferrándose a la opinión de que las presiones sobre los precios disminuirán este año.(Reporte de Jonathan Cable; edición de Catherine Evans; traducción de Darío Fernández)
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