El Papa Francisco imparte su bendición durante la audiencia general semanal en la Plaza de San Pedro del Vaticano, 18 de octubre de 2023. REUTERS/Yara Nardi (YARA NARDI/)“Lo escuché y quedé realmente azorado, sorprendido”, dijo Monseñor Jorge García Cuerva. “En un momento en el que tratamos de pedir una Argentina unida. Vivimos en un mundo tan violento, con guerra, en un mundo con tanta agresión que creo que tenemos que tender puentes, la cultura del encuentro, esta idea que tanto trabaja el Papa Francisco”, continuó.“Lo propone alguien, en nombre de ‘mi religión católica’ -en referencia a cómo se definió religiosamente Alberto Benegas Lynch-, o sea, debe tener una religión particular, privada, propia”, planteó el arzobispo de Buenos Aires.Es bueno recordar que para los católicos, el Papa es el sucesor de Pedro, elegido por el Espíritu Santo para guiar la barca de la Iglesia, los cristianos le debemos obediencia a nuestro Pastor. Sin embargo esto tiene que ver con lo que enseña la Iglesia sobre la fe, la moral y las costumbres, no con dichos en los que un Papa pueda expresar sus opiniones sobre personas o políticos.Dentro de este espacio libertario hay quienes profesan el “Lefebvrismo”, más precisamente la candidata a Vicepresidenta Victoria Villarrruel.Monseñor Marcel François Lefebvre fue un Obispo francés que se opuso rotundamente al Concilio Vaticano II y sus reformas: “Nos negamos y nos hemos negado siempre a seguir a la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante que se manifestó claramente en el Concilio Vaticano II y después del Concilio en todas las reformas que de éste salieron”; “Ninguna autoridad, ni siquiera la más elevada en la Jerarquía, puede obligarnos a abandonar o a disminuir nuestra fe católica claramente expresada y profesada por el magisterio de la Iglesia desde hace diecinueve siglos”.En resumen: los lefebvristas rechazaban la autoridad no solo de un Concilio Ecumenico, sino cualquier autoridad (inclusive la del Papa). Muchos de ellos son Sedevacantistas, es decir, onsideran que los Papas que sucedieron a Juan XXIII fueron herejes cismáticos. Siguen aferrados a sus ritos en Latín, lo cual resulta curioso. El latín era la lengua del Imperio Romano, Jesús pronunció las palabras de la consagración en arameo, celebrar en arameo, sería lo más fiel a la tradición. Rechazan el dialogo ecuménico e interreligioso.Existe una comunidad grande en la argentina, con su Seminario en La Reja. Monseñor Williamson era director del seminario lefebvriano de La Reja, en el Gran Buenos Aires. El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner lo expulsó del país después que Williamson reiteró ante la televisión pública sueca su convicción pronazi de que “ningún judío murió en las cámaras de gas” de los campos de exterminio de Hitler.Alberto Benegas Lynch (h) llamó a romper relaciones con el Vaticano – REUTERS/Matias Baglietto (MATIAS BAGLIETTO/)Extremista entre los extremistas, monseñor Williamson pasó de excomulgado a suspendido “ad divinis” por la decisión de Benedicto XVI, pero entabló una dura controversia con la comunidad lefebvriana, oponiéndose a cualquier negociación para volver a la comunión con el Papa de Roma. Finalmente fue expulsado con gran alivio por la Fraternidad de San Pío X, quitando así un escollo formidable a las largas negociaciones con el Vaticano. Según monseñor Fellay, Obispo Lefebrista, el Papa Francisco es “inclasificable” y aunque para los lefebvristas muchas decisiones del actual pontífice son “horribles”, el sucesor de monseñor Lefebvre recordó que cuando Bergoglio era el cardenal de Buenos Aires ayudó a la comunidad, que tenía dificultades con los permisos de estadía. En la Argentina está una de las comunidades más importantes de los lefebvristas y Bergoglio cree que la reconciliación es posible porque “todos somos católicos”.En declaraciones a Radio Perfil, García Cuerva defendió al papa Francisco al considerar que “la figura del Santo Padre es un referente muy grande para la iglesia” y aclaró que es una cuestión que va más allá de los nombres propios como “en este caso de Bergoglio”.“Para los católicos la figura del Santo Padre, más allá de quién sea porque convencidos estamos de que acá interviene el Espíritu Santo, no es solamente una autoridad sino que es nuestro pastor, nuestro referente universal”, argumentó.En otro tramo de la entrevista, destacó que Argentina se encuentra atravesando “muchas dificultades”, por lo que en todo caso se debe “romper las relaciones con la inflación, con la marginalidad, con todas las situaciones que están generando tanto dolor entre los argentinos”.En ese marco, afirmó que con los dichos de Alberto Benegas Lynch el país se encuentra “con una nueva grieta”. Y graficó: “Incluso tomando como ejemplo la figura de Roca… La historia es maestra de vida, podemos aprender de la historia. El mismo Roca que en algún momento rompió esas relaciones diplomáticas volvió a restablecerlas 16 años después. Tenemos que aprender de la historia, no nos sirve este tipo de enfrentamientos”.La ruptura de relaciones con el Vaticano, a las que hace referencia Benegas Lynch, tuvo lugar durante el primer gobierno de Julio A. Roca y tuvo que ver por la oposición que la Iglesia tenía a la educación laica. El Nuncio de aquel tiempo se metió mucho en el tema.Un 18 de octubre de 1884 el presidente Roca expulsaba al nuncio apostólico Luis Mattera luego de acusarlo de intromisión en los asuntos internos del país. Argentina estaba en plena ebullición por el debate alrededor de la ley 1420, que establecía la educación común, gratuita, obligatoria y laica.Roca era tucumano, venía de una familia católica pero fue un hombre de mirada moderna del Estado. Trató en su segunda presidencia de salvar esta ruptura, habiendo servido de mediador el salesiano Juan Cagliero, que dirigía las misiones y la educación de su congregación en los territorios del sur, actividad que le valió la calificación de “apóstol de la Patagonia”. Hizo un viaje a Roma en agosto de 1898 y al regresar un año más tarde la situación se ofrecía propicia a la reanudación de las relaciones. El ministro Felipe Yofré quedó encargado de la tramitación ante la Santa Sede.El entonces canciller argentino Amancio Alcorta encomendó a su ministro en Francia y Bélgica, Carlos Calvo, la realización de algunas gestiones confidenciales ante el papa León XIII. Las mismas tuvieron éxito y las relaciones diplomáticas se reanudaron. Por decreto del 10 de junio de 1899, la representación argentina se extendió a la Santa Sede, y el ministro Calvo presentó sus credenciales ante el Sumo Pontífice el 29 de noviembre de dicho año. Por su parte, León XIII acreditó como nuncio interapostólico ante el gobierno argentino, a monseñor Antonio Sabatucci, quien presentó sus credenciales al presidente Roca y fue reconocido en dicho carácter el 23 de mayo de 1900Retomando, decía Monseñor García Cuerva: ”Lo que me impresionó, más allá de que uno respeta la motivación que tenga la gente para votar al candidato que sea, fueron los aplausos y gritos en nombre de la libertad. Me impacta que podamos aplaudir romper relaciones, quebrar vínculos, dejar de tender puentes. Me asusta como argentino”.