Alejandro Gutman es el hombre del momento en El Salvador. Este argentino, muy conocido en el país centroamericano por el trabajo social realizado con la Fundación Forever, llenó los titulares después de que el presidente Nayib Bukele lo nombró para liderar una nueva etapa de su plan de seguridad.Gutman coordinará la implementación de la fase seis de este plan, denominada “integración”. Una clara referencia al modelo de desarrollo social —”la cultura de la integración”— que Gutman llevó adelante en el país centroamericano en las últimas dos décadas.El objetivo es que el gobierno, la empresa privada y las organizaciones civiles “se integren” para apoyar a los jóvenes a completar su educación y encontrar empleos que mejoren la calidad de vida de sus familias. También busca involucrar a padres y abuelos como promotores voluntarios en temas sociales, como la prevención de la violencia en comunidades afectadas por pandillas. Trazar puentes, en definitiva, entre los más marginalizados y el resto de la sociedad. El único camino, según Gutman, para generar cambios reales y duraderos en las condiciones de vida.Este modelo se incorporó en una ley votada por unanimidad en 2019 y ahora se convierte en política pública en El Salvador, con la creación de la Dirección Nacional de Integración, un nuevo organismo autónomo que será liderado por Gutman.“Es una oportunidad maravillosa”, dice Gutman en una entrevista exclusiva con Infobae. “Siempre pensé que una fundación y una persona no pueden cambiar el país, pero sí lo pueden hacer las políticas públicas”.—¿Por qué el presidente Nayib Bukele decidió convocarlo para coordinar esta nueva fase del plan de Control Territorial?—En 2022, después de 20 años al frente de la Fundación Forever, comencé a comentar en los medios que se venía el momento de dar un paso al costado. Entendíamos que a partir de los resultados que conseguimos con los proyectos integradores, era el momento para que el Estado, a partir de políticas públicas, pudiera tener un lugar preponderante para para llegar a impactar muchísimo más en la población. Los resultados estaban a la vista, eran muy elocuentes y me parecía que era el momento de hacer esa transición. Fue ahí cuando recibí un llamado del presidente Bukele. Yo, a lo largo de los años, ya me había reunido varias veces con él, incluso cuando era alcalde de San Salvador. Esta vez nos reunimos durante cuatro horas. Me dijo: “Alejandro, usted ha encontrado soluciones muy claras y muy importantes y quisiera que que nos acompañáramos juntos en todo esto. El pueblo salvadoreño debe abrazar ese nuevo modelo de desarrollo”. A partir de allí, decidió crear la Dirección Nacional de Integración y darle forma a la ley para constituirla.—¿Qué impacto espera lograr en este nuevo rol?—Este cargo, que es ad honorem, es algo que yo no busqué para nada. Fue la lucha de estos 20 años lo que impulsó que este nuevo modelo de desarrollo social, que tantos resultados dio en el país, se convirtiera en política pública. Eso es lo que yo busqué siempre. Ahora me compromete aún más con cientos de miles de salvadoreños a los que vamos a poder llevar estos proyectos integradores y a construir esta cultura de la integración. Poder contar con el apoyo del Estado y con la voluntad política para poder llevar adelante todos estos proyectos es una oportunidad maravillosa por la que luchamos tanto tiempo.—El nuevo papel que asume parece presentar ciertos desafíos políticos. Bukele es un presidente que tiene altos índices de aprobación en su país, pero su plan de seguridad enfrenta críticas tanto de la oposición como de organizaciones de derechos humanos. ¿Cuál es su visión sobre esto?—A mí me ha tocado hablar con todos los presidentes en estos 20 años, de izquierda y derecha. Con todos hablé y me reuní. Aún así nunca hablé de la política partidaria porque realmente no creo aportar demasiado. Dicho esto, la realidad es que las condiciones de seguridad en El Salvador hoy son opuestas a las que experimenté durante los últimos 20 años en mis visitas diarias a las diversas comunidades, donde el pueblo vivía situaciones muy pero muy complejas. Es muy difícil que otros pueblos entiendan esa opresión y esa miseria en que se ha tenido que vivir. Es muy difícil comprender los niveles de violencia y de dependencia que las pandillas han generado. Y hoy la vida es completamente distinta en ese aspecto. Yo creo que el preocuparse por el desarrollo de un pueblo es algo que no he visto jamás, no he visto jamás esta voluntad política. Entonces este marco crea una posibilidad tremenda para el desarrollo de los salvadoreños y es un marco excepcional que hay que valorar en toda su dimensión.El presidente de El Salvador Nayib Bukele. (EFE/Rodrigo Sura)
(Rodrigo Sura/)—¿Cómo piensa mejorar la integración en el El Salvador?—A través de esta larga experiencia en El Salvador descubrí que la causa principal de tanta pobreza ha sido la desintegración. Esta experiencia me ha permitido hacer un corte transversal de toda la sociedad salvadoreña. Poder estar en las comunidades, en las escuelas, con los jóvenes, con los abuelos, con los empresarios y los artistas, los medios de comunicación, los pandilleros me formó y me dio una mirada muy especial. Y realmente me he dado cuenta que la desintegración ha sido el común denominador que ha generado tanta pobreza en el país, e incluso diría en en la mayoría de los pueblos latinoamericanos… Lo que vi es que se forman dos mundos: uno en el que la gente vive más o menos bien y otro en el que se le hace imposible el acceso a la educación, a la salud, al trabajo, al crecimiento profesional y económico, al arte, al entretenimiento… y así, generación tras generación, no pueden más salir de ese ámbito. Siempre pensé que una fundación y una persona no pueden cambiar el país, pero sí lo pueden hacer las políticas públicas y los recursos maravillosos que que existen en las organizaciones internacionales y en los países.—¿Qué oportunidades ve para promover la integración, por ejemplo en áreas como la educación, el empleo, la igualdad de oportunidades?—Con la Fundación Forever ya pudimos cambiar el sistema de ingreso en la universidad en El Salvador. Miles de jóvenes se han graduado con títulos universitarios y otros miles con títulos terciarios. Cambiamos el sistema gracias a un proceso formativo que ideamos entre la Universidad y las escuelas y donde participaban las empresas y las comunidades. Según este modelo, se le otorgaba una beca a cualquier joven que pudiera sacarse la nota mínima de graduación, que es el 7. Ya no se requería un 9 o un 10, algo que lograba sólo un porcentaje muy reducido. Estamos hablando de jóvenes que se enfrentan a condiciones muy pero muy adversas de violencia, que tienen que levantarse a las 3 de la mañana para ir a la escuela, caminar solos por las comunidades, por los ámbitos rurales. A ellos les ha costado, nosotros no le hemos podido dar ni los pasajes, ni las comidas, ni ayudarlos ni siquiera con las fotocopias, pero sí con el acceso a las universidades y cada uno con un enorme esfuerzo lo ha hecho. Este impacto se multiplicó en cientos de miles de jóvenes profesionales que, posteriormente, regresaron a sus comunidades para ofrecer servicios, como atención psicológica, trabajo social y asesoría legal, a personas que nunca habían tenido acceso a ellos. También buscamos incluir el arte, el entretenimiento, todas esas cosas a las que históricamente no han tenido acceso y que han contribuido al empobrecimiento en el que viven.—¿Es un modelo replicable en otros países de la región?—Yo estoy seguro que que esto beneficiaría a muchísimos pueblos latinoamericanos, en donde los jóvenes graduados no encuentran todavía una posibilidad de de trabajo y no conocen demasiado la realidad de su país.Alejandro Gutman durante la “Caravana al revés”, uno de los eventos organizados por su fundación—¿Están considerando algunas colaboraciones o alianzas estratégicas con otros actores?—Absolutamente sí, es que es imposible no hacerlo de ese modo. El presidente el viernes, poco después de terminado el anuncio, reunió a una buena parte del cuerpo diplomático y a los máximos representantes de los organismos internacionales. Estaban las Naciones Unidas, la Unión Europea. Yo, que he sido muy crítico a lo largo de estos 20 años con el uso ineficiente de los recursos por parte de las organizaciones internacionales, les pedí por favor que le dieran una oportunidad a un nuevo modelo de desarrollo social, que compartan esos recursos para poder transformar esta realidad nacional y que la gente realmente pueda transformar sus condiciones de vida. Va a ser fundamental contar con ese apoyo porque cuentan con recursos importantísimos.—¿Cómo planea involucrar a la sociedad civil y a la comunidad en general en estos esfuerzos para mejorar la integración?—Esto lo más importante de todo. Por años, por décadas, por generaciones la gente se ha acostumbrado a esperar, a desilusionarse, a una esperanza que no conduce a nada y desgraciadamente ese se ha convertido en un embudo para el progreso y para el desarrollo que pocas veces se ha tenido en cuenta. Para mí, y esto lo venimos diciendo desde hace muchos años, la participación de la gente es lo más importante. Es un esfuerzo tremendo porque requiere un cambio mental. Es un cambio emocional, es un cambio cultural, es un cambio social en el que hay que trabajar.—¿Cómo piensan evaluar y eventualmente ajustar estas estrategias y estos proyectos en función de los resultados?—Hay maneras que son muy fáciles. Es muy fácil ir a las distintas universidades y ver cuántos chicos se han graduado, los miles que lo han hecho. Ahora, como damos un paso institucional importantísimo, se están creando los casilleros en el organigrama con las personas que van a dedicarse al control de la implementación. Hay toda una cadena de rigurosidad científica para que esto pueda ser documentado y nos vayamos dando cuenta de las transformaciones, ver en dónde hay que mejorar, en dónde estamos yendo por el camino correcto y en dónde debemos ajustar algunas cosas. Ahora estamos tratando de elegir a la gente más adecuada para poder llevarlo adelante. Para nosotros la utilización eficiente de recursos es lo más importante. Es fundamental usar los recursos de manera eficiente para asegurar que todos los esfuerzos y actividades tengan un impacto real en la mejora sustancial de la calidad de vida de las personas e instituciones que se están buscando beneficiar.—Esto para usted también plantea el desafío de construir consenso y apoyo en un contexto político tan complejo, tan diverso. ¿Cómo piensa hacerlo?—Desde el primer momento, seguiremos trabajando con una gran responsabilidad, y extendemos una invitación abierta para que las personas participen como observadores o se sumen a nuestros esfuerzos. Esta iniciativa está abierta a cualquiera que desee examinarla, criticarla o respaldarla. Vamos a ser lo más prácticos posible y estoy seguro de que en la próxima semana ya estaremos empezando con los primeros proyectos.—¿No teme, por un lado, las críticas de los opositores de Bukele y, por otro, que su figura, con el prestigio que tiene en El Salvador, sea utilizada para fines políticos?—Yo he tenido a lo largo de los años muchísimas críticas de todo tipo. Siempre he sido muy abierto, he invitado a todo el mundo, pero nadie venía a las comunidades, nadie venía a acompañarnos, todos tenían mucho miedo y mucha diría pereza en acompañar y conocer más la realidad de su país. Y las críticas las he recibido incluso en algunos ámbitos en las comunidades cuando uno tocaba ciertos intereses. Hay que estar preparado. Esto es inevitable. No quiero prestarme a contestarle a todos porque si no a uno lo terminan desgarrando y no es conveniente desenfocarse. Si yo he sido capaz de dejar a mis hijas, a mi esposa y a mis socios por 20 años, no puedo darme el lujo de desenfocarme de lo que quiero hacer y de lo que hemos querido hacer, que es justamente la posibilidad de transformar al pueblo salvadoreño.—De acá unos años, ¿qué logros sueña con haber alcanzado?—Yo siempre pensé que no iba a ver los resultados. Que me iba a morir antes porque sabía de qué se trataba esta lucha. De cambios estructurales muy fuertes y siempre en condiciones tan adversas de trabajo. Y hoy me toca esta hermosa responsabilidad y existen oportunidades para transformar la vida de cientos de miles, e incluso millones, de salvadoreños a través de proyectos que hemos creado. Estoy completamente convencido de que estos proyectos generarán un cambio radical en sus vidas y los ayudarán a superar la pobreza. Yo siento que ahora los jóvenes salvadoreños tendrán posibilidades de estudiar y podrán realmente trabajar en ámbitos formales. Que el arte estará vinculado con la población pobre, que podrá emocionalmente tener una mirada distinta en relación a la pobreza. Que que la gente tendrá acceso a otro tipo de capacitación y salud. Que las universidades estarán pensando mucho más mirando a su pueblo. Que las empresas utilizarán parte de los recursos en cosas mucho más eficientes con esa responsabilidad social. Pienso que los artistas tendrán un rol fundamental en el desarrollo de su pueblo, pienso que las organizaciones internacionales utilizarán cientos y tal vez miles de millones de dólares en proyectos realmente de impacto…. siento que los buenos pasarán a tener en cientos de miles un rol protagónico en el desarrollo de su pueblo. Si llegamos hasta acá cómo voy a pensar de otra manera, ¿no?
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Sin debate ni análisis, el Parlamento de El Salvador extendió por 30 días el régimen de excepción instaurado por Bukele. (REUTERS) (JOSE CABEZAS/)El Congreso de El Salvador, controlado por Nayib Bukele, extendió este martes por 30 días más el régimen de excepción que restringe los derechos constitucionales para combatir a las pandillas, una medida que se aplica desde hace más de un año y medio y que ha sido cuestionada por organizaciones de derechos humanos.El ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro, presentó la solicitud al Parlamento argumentando que aún existe la amenaza de una posible reagrupación de los grupos criminales, que según el Gobierno son responsables de la mayoría de los homicidios y extorsiones en el país centroamericano.La iniciativa fue aprobada con 67 votos a favor de los 84 diputados, sin debate previo ni análisis de los resultados obtenidos con la medida, que ha permitido al Gobierno de Bukele realizar miles de detenciones y allanamientos sin orden judicial.“Si bien se está ganando, decididamente, la guerra contra las pandillas, existen miembros que aún no han sido capturados y persisten en el actuar delictivo mediante la reiteración de ataques graves contra la vida de la población y de miembros de la corporación policial con evidencia de intención de agruparse”, se indica en el documento aprobado por el congreso salvadoreño.Además, se señala que “la prórroga es necesaria porque se continúa con la intervención de territorios, a través de los cercos de seguridad como un mecanismo efectivo para contrarrestar la movilidad de los miembros de grupos terroristas hacia zonas rurales del país, lo que permite seguir con la localización y captura de sus lideres fundadores”.La nueva ampliación que permite detenciones y allanamientos sin orden judicial entrará en vigencia desde este miércoles y se prolongará hasta el 13 de octubre. (AP) (Salvador Melendez/)“Dichas capturas reflejan la persistente amenaza de una posible reagrupación de estas estructuras criminales”, agrega.La nueva extensión del régimen de excepción entrará en vigencia este miércoles y se prolongará hasta el 13 de octubre.Según cifras oficiales, desde marzo de 2022 se han detenido a más de 72.600 personas bajo esta medida, que también suspende el derecho a la defensa administrativa y la inviolabilidad de las telecomunicaciones.Sin embargo, organizaciones humanitarias han denunciado que muchas de esas detenciones son arbitrarias y violan los derechos humanos de los capturados, que en su mayoría son jóvenes pobres que viven en zonas marginales.La organización Tutela Legal ‘María Julia Hernández’ afirmó este martes que “más de 20.000 inocentes detenidos ya cuentan con su carta de liberación, pero siguen sin ser liberados y entregados a sus familias”.El Gobierno ha defendido el régimen de excepción como una herramienta eficaz para reducir los índices de violencia en El Salvador, que en agosto registró una tasa de 3,4 homicidios por cada 100.000 habitantes, la más baja desde el fin de la guerra civil en 1992.El decreto justifica la prórroga en virtud de “ataques armados” que el pasado 30 de julio dejaron dos policías heridos, lo cual motivó a Bukele a ordenar un cerco con 8.000 militares y policías en todo el departamento de Cabañas desde el 1 de agosto.Según cifras oficiales, desde marzo de 2022 se han detenido a más de 72.600 personas bajo el régimen de excepción. (AP) (Uncredited/)La diputada del partido opositor Vamos, Claudia Ortiz, lamentó que “los inocentes detenidos no tienen derecho a la defensa porque es una de las garantías suspendidas”.“Todos sabemos que cualquier persona inocente que no tiene vínculos con estructuras de crimen organizado puede caer en el mal llamado margen de error”, que se produce en las detenciones, destacó Ortiz.(Con información de EFE y AFP)
El presidente salvadoreño Nayib Bukele (AP foto/Arnulfo Franco) (Arnulfo Franco/)La decadencia o ausencia de la democracia liberal continúa siendo un reto en América Latina.Sin embargo, en el caso de Centroamérica y México, la democracia liberal se enfrenta a una cuestión de orden básico dados los altos niveles de criminalidad existentes.El Salvador es un ejemplo en el que vemos un gobierno que intensifica su antiliberalismo en nombre del orden y la seguridad.Hoy en día, la presencia de cárteles de la droga, pandillas violentas y otras formas de crimen organizado y no organizado han desafiado la soberanía del Estado. Cárteles en cooperación con pandillas y otras entidades criminales cuentan con mejor organización y más recursos que el estado. Cooptan a las fuerzas del orden, a los funcionarios del gobierno, a los legisladores y a otros componentes de la estructura estatal. La delincuencia intimida y chantajea a ciudadanos y funcionarios públicos. Soborna, amenaza y asesina a jueces, políticos y policías.Presuntos miembros de la banda Barrio 18 son presentados ante los medios tras ser detenidos (REUTERS/Jose Cabezas) (JOSE CABEZAS/)Esto deja al estado incapaz de ejercer autoridad y gobernar.Bajo estas circunstancias, la democracia no puede sostenerse salvo como una fachada.En El Salvador, el presidente Nayib Bukele ha aprovechado la frustración generada por los políticos de los dos partidos tradicionales. Bukele apeló al resentimiento de la gente por la corrupción de los partidos tradicionales y con su promesa de combatir el crimen.Una vez en el poder, Bukele procedió a luchar contra el crimen, particularmente las pandillas. Estas bandas han realizado extorsiones y forzado “impuestos”, afectando principalmente, pero no solamente, a pequeñas empresas. Las pandillas también cometen múltiples asesinatos aterrorizando a una población cada vez más estremecida.De hecho, la guerra de Bukele contra el crimen ha encarcelado a muchos criminales, pero también a ciudadanos inocentes. El gobierno salvadoreño reprimió con un gran pincel al permitir perfiles aleatorios. Bukele también asaltó al poder judicial destituyendo a jueces y fiscales incluso cuando enjuiciaron con éxito a políticos corruptos, incluidos varios ex presidentes. Además, subyugó al poder legislativo estableciendo así el control absoluto del Estado.Reclusos considerados por las autoridades como miembros de pandillas son trasladados a la mega prisión del Centro de Confinamiento del Terrorismo, en Tecoluca, El Salvador (Oficina de prensa presidencial de El Salvador via AP) (Uncredited/)Desde que declaró el estado de emergencia en marzo de 2022, el gobierno salvadoreño ha arrestado a más de 80.000 personas, la tasa de encarcelamiento más alta del mundo. Bukele también suspendió los derechos civiles y ha detenido personas por el solo hecho de violar el toque de queda o lucir tatuajes. El estado de derecho está efectivamente muerto ahora, y las fuerzas de seguridad son libres de actuar como mejor les parezca.Todas estas medidas podrían tener graves consecuencias en un orden nacional constitucional liberal post-Bukele.El crimen transnacional efectivamente se ha convertido en un problema importante en América Latina. Como ha señalado el académico latinoamericano Eduardo Gamarra en el prólogo de un libro publicado recientemente, “la principal amenaza para la democracia es la expansión del crimen organizado transnacional (CTO) que no solo corrompe a los funcionarios del gobierno, sino que también penetra en los estados. (Por lo tanto) … es difícil discernir dónde termina el crimen organizado y dónde comienza el Estado”.Asimismo, la violencia generada por el CTO produce altas tasas de homicidio y como consecuencia, también una migración masiva hacia el norte.La mayoría de los salvadoreños piensa que las políticas de Bukele les brinda seguridad y algunos aceptan la inevitabilidad de las violaciones de los derechos civiles y el debilitamiento de las instituciones legales.Policías se preparan para un patrullaje en Soyapango, El Salvador (REUTERS/Jose Cabezas) (JOSE CABEZAS/)De hecho, la democracia liberal no puede sobrevivir donde existen la violencia y la anarquía, y el CTO ha colonizado el estado. Por lo tanto, restablecer el orden es, sin duda, una prioridad. En ese sentido, el planteamiento de Bukele es en principio adecuado.La gran pregunta es si tal política eliminará el crimen transnacional en suelo salvadoreño. En caso afirmativo, si otros países de Centroamérica replican las políticas de Bukele, pueden complementar el trabajo de la Administración estadounidense para el Control de Drogas (DEA). De hecho, varios líderes de diferentes países latinoamericanos ven el proyecto de Bukele como un modelo. El reciente asesinato del candidato presidencial de Ecuador, Fernando Villavicencio, presuntamente a manos de los cárteles, parece confirmar la razón del atractivo del enfoque de Bukele.El secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, con la ministra de Exteriores de El Salvador, Alexandra Hill (Europa Press) (MINISTERIO EXTERIORES EL SALVADO/)Es posible que la Administración Biden también reconozca las ventajas del enfoque de Bukele. Como hemos visto tras la visita de la canciller salvadoreña Alexandra Hill a Washington, el secretario de Estado Anthony Blinken destacó la importancia de respetar el estado de derecho y los derechos humanos. Sin embargo, la declaración emitida por el Departamento de Estado fue clara: Estados Unidos y El Salvador continuarán trabajando para abordar importantes desafíos de seguridad y prosperidad económica, incluidos migración, la promoción del buen gobierno, la protección del debido proceso y el respeto por los derechos humanos”. El mensaje no condena la política de Bukele.Es fundamental recordar que la corrupción previamente existente en los diferentes estados hizo posible la fácil penetración del CTO en la región.Si Bukele continúa concentrando un sólido poder ejecutivo en sus manos y las de sus círculos cercanos, tal corrupción y la falta de rendición de cuentas del gobierno probablemente traerán nuevamente la misma situación que permitió el crecimiento del COT en primer lugar. Cuando el sistema legal estatal pierde autonomía y depende de la voluntad de un gobernante absoluto, ningún sistema puede sostener una vida ordenada incluso si se restaura formalmente la democracia liberal. Los jueces y fiscales generales, para entonces, habrán perdido el sentido de la dirección constitucional. En el futuro, las fuerzas de seguridad y las fuerzas del orden probablemente actuarán con impunidad, sin sujeción al estado de derecho.Una vez que se instala un poder absoluto y se debilita el sistema de pesos y contrapesos, no es fácil revertirlo.Entonces, ¿cómo resolvemos este círculo vicioso?Bukele debería seguir persiguiendo el crimen, pero debe hacerlo dentro de un marco legal.Un militar comprueba la identidad de dos jóvenes en plena calle en el barrio de La Campanera en Soyapango, El Salvador (AP Foto/Salvador Melendez) (Salvador Melendez/)La victimización de personas inocentes no solo podría costarle su popularidad, sino que también puede revertir sus logros contra el crimen. La actual guerra contra el crimen de Bukele se lleva a cabo a expensas de la estructura estatal, y la ley es muy necesaria para lograr un buen gobierno. La única estructura estatal que existe ahora es un aparato de seguridad cada vez más represivo. Este aparato de seguridad corre el riesgo de unirse a grupos criminales en el futuro o de que sus miembros se transformen en delincuentes, como ya ha sucedido en varios países posautoritarios.En principio, la comunidad internacional debería apoyar la necesidad de combatir el crimen con determinación y asertividad. Sin embargo, también debe insistir en que el gobierno lleve a cabo dicha empresa dentro del marco de la ley. La policía no debe detener a personas basándose en perfiles superficiales y generalizaciones. Se debe permitir que los abogados representen a los detenidos. La policía y las fuerzas de seguridad deben tener reglas claras de actuación al tiempo que protegen su derecho a la autodefensa. El presidente también debería llegar a un arreglo consensual con el congreso en vez de imponer su voluntad en forma prepotente.Estados Unidos y la Organización de los Estados Americanos (OEA), en particular, deberían alentar a Bukele en esa dirección.Seguir leyendo:Nayib Bukele aprieta el cerrojo: echa a médicos que protestaron por el mal estado de un hospital y tortura y silencia a un periodistaEl Salvador: la cifra de detenidos bajo el régimen de excepción impuesto por Nayib Bukele ya supera los 71.770
De aquella red, mencionó, ya se había logrado capturar a 110 personas
Foto de EFE/Rodrigo Sura
(Rodrigo Sura/)Tras la advertencia que hizo el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, respecto a la presencia de colombianos en ese país acusados de actuar de manera irregular, autoridades han reportado que más de 200 colombianos han salido de ese país.Gustavo Villatoro, titular del Ministerio de Justicia y Seguridad de El Salvador, reportó que en un periodo de tres días abandonaron territorio centroamericano centenares de extranjeros. “En esas 72 horas nosotros identificamos, creo que un poco más de 280 salidas de estos colombianos”, dijo Villatoro en una entrevista en un medio de comunicación local.“Otros (colombianos) pudieron salir del país por pasos no habilitados, buscando la zona de Guatemala, donde también está dicha organización delictiva”, añadió. De acuerdo con lo que él mismo mencionó, en El Salvador, hasta el 17 de julio, había más de 400 colombianos residiendo en ese país de manera irregular.Por su parte, el Fiscal General de El Salvador, Rodolfo Delgado, detalló que en ese país se había registrado la existencia de una supuesta red criminal, conformada por extranjeros, principalmente colombianos, que se dedicaban a estafar a ciudadanos y a lavar dinero, y que de esa red delincuencial ya se había logrado capturar a 110 personas.“Desde el inicio del Estado de excepción con el que se mantiene actualmente el país salvadoreño seguimos resguardando las fronteras y ubicando pandilleros de dicho país para su posterior traslado”, se señaló, por el otro lado, desde la cartera del Interior de El Salvador.Según la Cancillería colombiana “desde marzo de 2022 hasta la fecha (19 de julio del 2023), la Sección Consular ha tenido conocimiento de un total de 63 detenciones de connacionales investigados por esta causa”.En una conversación con el diario El Salvador, Ricardo Cucalón, director General de Migración y Extranjería, aseguró que en ese país no tienen nada en contra de los colombianos. “No tenemos nada contra los colombianos (…) Hay que aclarar, Colombia está libre de visa y pueden ingresar cuando quieran como turistas, son bienvenidos, siempre y cuando no vengan a causar daños a los salvadoreños”, añadió en la charla.Ricardo Cucalón, director General de Migración y Extranjería, aseguró que en El Salvador no tienen nada en contra de los colombianos
Foto de EFE/Miguel Lemus
(MIGUEL LEMUS/)“Más de 105 personas han sido capturadas; no solamente son colombianos, también hay argentinos, guatemaltecos y de otras nacionalidades, pero en su mayoría son extranjeros originarios de Colombia (…) Algunos de los colombianos capturados, entraron como turistas de forma legal por aeropuerto y vía terrestre, venían a El Salvador armaban su estructura para estafar, inclusive salían a Guatemala y volvían a ingresar”, agregó.Nayib Bukele, en días recientes, usó sus redes sociales para lanzar un claro mensaje en contra de los colombianos que residen en El Salvador y que son acusados de cometer crímenes. En su cuenta de Twitter detalló: “El reloj corre, todos los falsos ‘turistas’, miembros de esta estructura de extorsión y lavado de dinero, aprovechen y salgan rápido de nuestro país. Después, no escucharemos lamentaciones”.“Invitamos a los colombianos de bien a que vengan a El Salvador, ya sea para vacacionar, invertir, trabajar o emigrar. Aquí tendrán seguridad jurídica, estabilidad política y seguridad física para ustedes y sus seres queridos; además de un país hermoso con gente amable y trabajadora (…) Pero los delincuentes, los narcos, los estafadores y algunos de los mal llamados ‘gestores de paz’, es mejor que no vengan a nuestro país a buscar problemas, porque nuestras cárceles los esperan”, ha dicho el mandatario salvadoreño en otras ocasiones.“Los colombianos son nuestros hermanos, pero como en toda sociedad, siempre existe un pequeño porcentaje que quiere aprovecharse de los demás; algunos de ellos han venido a delinquir a nuestro país. Esas personas deberán enfrentar la justicia salvadoreña, reclame quien reclame”, trinó el 17 de julio.
Bukele solicitó al Congreso que decrete un régimen de excepción tras el aumento súbito de homicidiosEl presidente de El Salvador, Nayib Bukele, solicitó este sábado desde Twitter al Congreso que decrete un régimen de excepción en un momento en el que el país enfrenta una escalada de asesinatos desde el viernes atribuida a las pandillas.“Solicito a la @AsambleaSV (Asamblea Legislativa) decretar hoy mismo REGIMEN DE EXCEPCION, de acuerdo al artículo 29 de la Constitución de la República”, publicó el mandatario en Twitter.El Salvador registró el viernes al menos 14 homicidios y, según reportes de la prensa local, este sábado se suman unos 38 asesinatos, la cifra más alta en un solo día durante el Gobierno de Bukele.Por su parte, el Movimiento de Trabajadores de la Policía indicó en sus redes que “50 homicidios se reportan a nivel nacional este día 26 de marzo 2022″, pero dicho dato no ha sido confirmado o desmentido por las autoridades.El mensaje difundido por el presidente de El Salvado en redes socialesEl líder del Congreso, Ernesto Castro, respondió a la solicitud de Bukele y convocó, también desde la misma red social, a una sesión “plenaria extraordinaria” a las 23.00 hora local (05.00 GMT).“¡Estamos con usted! Cuente con ello”, agregó Castro en otro mensaje.La Carta Magna salvadoreña estipula la suspensión de garantías constitucionales en caso de “guerra, invasión del territorio, rebelión, sedición, catástrofe, epidemia u otra calamidad general, o de graves perturbaciones del orden público”.Las garantías que el Congreso puede suspender al invocar este artículo son la libertad de entrada y salida del país, la libertad de expresión, la inviolabilidad de la correspondencia, la prohibición de la intervención de telecomunicaciones sin orden judicial.También figuran la libertad de asociación, el derecho de todo detenido a ser informado de las razones de su arresto, la garantía de la asistencia de un defensor en los procesos judiciales y el plazo máximo de 72 horas de detención administrativa y consignación ante un juez.Para la aprobación del estado de excepción son necesarios 63 votos de los 84 diputados, de los que el oficialismo posee al menos 64.Antes de pedir el estado de excepción, Bukele dijo que la Policía y el Ejército “deben dejar que los agentes y los soldados hagan su trabajo y deben defenderlos de las acusaciones de quienes protegen a los pandilleros”.Las garantías que el Congreso puede suspender al invocar este artículo son la libertad de entrada y salida del país, la libertad de expresión, la inviolabilidad de la correspondencia, la prohibición de la intervención de telecomunicaciones sin orden judicial
Además, señaló que la Fiscalía General de la República “debe ser eficaz con los casos” y que también “estaremos pendientes de los jueces que favorezcan delincuentes”.El presidente salvadoreño no aclaró si este mensaje es un respaldo al uso de la fuerza letal por parte de los cuerpos de seguridad.Las autoridades no han dado detalles de las razones de esta alza, mientras que las cifras de la Policía permiten ver que el comportamiento de estos crímenes se ha mantenido arriba del promedio en varios días de marzo.Con los homicidios registrados hasta el viernes, El Salvador alcanzó los 86 homicidios en marzo, según datos divulgados por la Policía, cifra superior a la registrada en enero y febrero, con 85 y 79 muertes violentas, respectivamente.En noviembre de 2021, el país también registró un alza repentina de los homicidios que dejó más de 40 asesinatos en tres días, en ese contexto Bukele criticó los señalamientos de que su Gobierno tiene una “tregua” con las pandillas.El Departamento del Tesoro de EE.UU. sancionó en diciembre de 2021 a dos funcionarios del Gobierno de Bukele por supuestas “negociaciones secretas” con la MS13.Según Estados Unidos, Osiris Luna, director de las prisiones, y Carlos Marroquín, director de Reconstrucción del Tejido Social “dirigieron, facilitaron y organizaron” una serie de encuentros con líderes de la pandilla encarcelados, como parte de los esfuerzos del Gobierno salvadoreño para negociar “una tregua secreta” con los jefes de la MS13.(Con información de EFE)SEGUIR LEYENDO:Brasil: la hija del ex presidente Michel Temer denunció que fue violadaJoe Biden dijo que Putin “no puede permanecer en el poder”Pedófilo demandó a un hotel el reembolso de su dinero después de que fuera encarcelado durante su estadía por abusar sexualmente de un niño