En un nuevo intento por cumplir una vieja pretensión que arrastra desde la campaña electoral, Alberto Fernández le ofreció en estos días la conducción del Ministerio de Economía a Roberto Lavagna, que volvió a rechazar la oferta. De todos modos, el desenlace sigue abierto: en el Gobierno esperan todavía poder contar con algún funcionario afín al pensamiento del economista, como su hijo Marco, hoy director del Indec, o el diputado nacional Jorge Sarghini.“¿Y por qué no hablan con Marco?”, dicen que recomendó –al desistir– Lavagna. Consultado por LA NACION, el exministro prefirió no confirmar ni negar la información, constatada de todos modos por otras fuentes del Frente de Todos, incluidos el kirchnerismo y el Frente Renovador. “No estoy hablando y no pienso hacer ninguna declaración”, dijo Lavagna. En la Casa Rosada negaron en cambio enfáticamente esa posibilidad: “No hay nada de eso. Más bien hay una intención de empoderar a [Martín]Guzmán”, contestó un funcionario de máxima confianza de Alberto Fernández.Este diario confirmó sin embargo la iniciativa. Que se había empezado a gestar en realidad bastante antes, entre diciembre pasado y principios de año, y que cobró fuerza después de aprobado en el Congreso el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando el Presidente, gobernadores e intendentes del peronismo advirtieron la necesidad de darle nuevos bríos a una administración que viene desgastada como consecuencia de la crisis económica y de los efectos de la derrota electoral.Ayer, en una entrevista con el diario La Voz del Interior, y después de que hubieran llegado varias consultas de LA NACION al entorno presidencial, el Presidente volvió a respaldar a Guzmán. “Tenemos un modelo económico que estamos cumpliendo y estamos en el rumbo correcto”, sostuvo, y agregó que el ministro estaba “trabajando, como siempre”. Descartó además que los cuestionamientos del cristinismo estuvieran afectando la gestión. “Si las críticas en nuestro propio espacio afectaran la gobernabilidad, estaría en crisis la democracia. Y yo estoy convencido de que el sistema democrático en nuestro país es muy sólido”, dijo.No es la primera vez, de todos modos, que el Presidente hace un intento por Lavagna, a quien en su momento le ofreció, por ejemplo, la conducción del Consejo Económico y Social. El economista tuvo además en los últimos días algunos encuentros con referentes importantes del Frente de Todos. El que más llamó la atención fue el de hace un mes con Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, con quien venía de una mala relación desde los tiempos de la campaña electoral.“Se llevaban muy mal”, dijo a este diario alguien que conoce a los dos. La chacra que Lavagna tiene en Cañuelas, pegada a la de Eduardo Pérez, excolaborador suyo en el Palacio de Hacienda, sirvió evidentemente para la reconciliación. Ahí hablaron de todo. “Lo novedoso es que Sergio haya ido hasta allá”, confirmaron en el Frente Renovador. Sin embargo, quien más operó en favor del ofrecimiento no corrió por cuenta del diputado sino de Juan Manzur, jefe de Gabinete, que hace tiempo venía pensando en renovar la gestión económica. Lavagna llegó a almorzar también en esos días con el Presidente en la Casa Rosada.Debilidad políticaEn un principio, la idea de Alberto Fernández había sido invitar al exministro a colaborar con la conducción económica por fuera del organigrama formal, sin la necesidad de pedirle la renuncia a Guzmán. Sin embargo, la falta de resultados económicos, los índices de inflación de los últimos meses y la persistente presión que desde el Instituto Patria vienen haciendo para un reemplazo dejan al jefe del Palacio de Hacienda en una situación de debilidad política.Consultado por LA NACION, Marco Lavagna negó de manera terminante que le hubieran ofrecido el cargo. El director del Indec tuvo también en los últimos días reuniones al más alto nivel de la Casa Rosada –una de ellas, con Alberto Fernández– porque está en plena ejecución el Censo 2022, que se hará el 18 del mes próximo.La posibilidad de un recambio en el Ministerio de Economía estará de todos modos siempre sujeta a la aceptación de quienes podrán tener condiciones, prestigio, experiencia y hasta ganas de asumir, pero que deben sortear, sin excepciones, la principal dificultad política argentina desde 2019: conseguir el aval de Cristina Kirchner para medidas que seguramente serán impopulares.Francisco OliveraTemasComunidad de NegociosConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Comunidad de NegociosUn negocio millonario. Cortocircuito entre funcionarios de Cristina Kirchner y Alberto Fernández por el oro blanco argentinoEscenario. Fertilización: en el camino del crecimientoLo que viene. El tractorazo fue un punto de inflexión para el ruralismo
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