Ahí se lo observa al hombre. Perdido, al trote, casi invisible. Cuando participa en una jugada, suele mostrar más displicencia que su innegable calidad. Y todo lejos del arco rival. Cada vez más. De ahí, en parte, que los ojos de Darío Benedetto se fijen en el césped, un símbolo de que la llama goleadora esté apagada. Boca juega mal y un N°9 como él lo siente, pero su semblante refleja que él mismo se mojó los dedos para humedecer la mecha. Se lo nota desconcentrado y desmotivado, por lo que el domingo, ante River, es algo más que un superclásico: es la jornada ideal (y, quizás, límite) para que el gigante dormido vuelva a romper redes como lo hacía aquella versión que lo depositó como el mejor artillero post Martín Palermo.En Boca no había atravesado hasta ahora un momento similar. Esta segunda mitad de 2022 resulta ser una pesadilla y, ni por asomo, se aproxima a sus primeros días del primer ciclo, en los que en 2016 llegó a ser silbado por la tribuna xeneize ante la falta de gol. Por estas horas (en realidad, días, semanas y meses) todo es decepción. Para los hinchas, a los que el cariño no se les perdió, pero sí se les redujo bastante la expectativa que causó su retorno.Darío Benedetto tuvo quizás el peor partido de su carrera en la eliminación ante Corinthians, cuando falló dos penalesVictor R. Caivano – APAunque también, el apagón es para sí mismo: el poder de fuego desapareció; había regresado para lograr el sueño de ser campeón de la Copa Libertadores con la camiseta que ama y terminó siendo el principal responsable de la eliminación en la actual realización; entró al vestuario creyendo que su pasado en el club lo autorizaba a imponer su carácter, pero al ser impulsivo se terminó topando con situaciones de conflicto y críticas que no supo manejar con la calma de un líder.Ese combo -que incluyó la reunión para reclamarle premios al Consejo de Fútbol, tres penales errados consecutivos, peleas con rivales, recriminaciones al grupo a la vista de las cámaras y hasta golpes de puño con Carlos Zambrano- hizo que el propio Benedetto se dome, pero por demás. Tras ese último episodio con el peruano, la sangre caliente dejó de ser bombeada. Entonces, según deslizan puertas adentro, empezó a bajar el perfil y sus sonrisas son más frecuentes, pero aquello, evidentemente, también está forjando su pérdida de autenticidad: se lo nota ausente.Así las cosas, para “Pipa”, River es un desafío que excede lo que un clásico ya propone por naturaleza. Todo es parte, pero termina siendo la gran oportunidad para despertarse de un semestre para el olvido. Porque tanta carga de culpabilidad siente el “9″, especialmente con la derrota copera y las posteriores salidas del extécnico Sebastián Battaglia y el excapitán Carlos Izquierdoz, que hay un rumor que desde entonces se potencia: el cansancio estaría ocupando su cabeza, que baraja la posibilidad de irse de la Ribera en el próximo mercado de pases. Claro, deberá acercar una oferta ya que tiene contrato hasta 2024.Benedetto en un entrenamiento con Briasco, que convirtió en el último partido ante ColónPrensa BocaSalvo que el encuentro con la red sea ante los de Núñez: los únicos dos que contabiliza desde junio fueron ante Tigre (5-3), hace casi tres meses. Aportar para el triunfo de Boca podría devolverle la chispa de superarse partido a partido que acostumbraba a tener y volver a motivarse de cara a la Libertadores del año próximo. Ahora bien, en caso de mantenerse aislado en un duelo así de importante aumentaría las dudas sobre su estadía.También significa la revancha con respecto al último superclásico, ganado (1-0) por el elenco xeneize en el Monumental en marzo pasado. Fue reemplazado en el entretiempo luego de que la molestia muscular que ya arrastraba en la previa no lo ayudara a participar y lo fastidiara (una vez más). Asimismo, sería especial hacerle -al menos- un gol a River que termine siendo fructífero tras los dos que le convirtió en la final de la Copa Libertadores 2018 (uno en la Bombonera y otro en el Santiago Bernabéu) en la que igual Boca terminó cayendo.En Madrid terminó siendo meme por su festejo con la lengua afuera, como así también lo es desde los penales errados ante Corinthians. No debe ser fácil estar en sus zapatos. Darío Benedetto está ante un momento bisagra en el que puede callar rumores y volver a ser.Franco TossiSeguí leyendoCambio de guardia. Mbappé, el “extraterrestre” que libera al Messi terrenal en un PSG avasallante”¡Foot fault!”. El saque de Cilic que desafió las reglas del tenis y hasta confundió al Ojo de Halcón del US OpenPerlas de la Champions. 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