Sergio Massa no vio el partido de la selección argentina. Mientras Messi convertía dos de los tres goles del amistoso contra Honduras, el Ministro de Economía estaba solo en su despacho. En su escritorio se distribuían unas doce carpetas impresas con futuras medidas y una cuenta que le acaban de acercar sus técnicos. Sólo por los viajes de argentinos a Qatar se irán unos US$ 2700 millones este año.Sin medidas de fondo, las reservas no alcanzan. En una pantalla aparecían repartidas cuatro señales de noticias y en otra la foto del derrumbe bursátil que se produjo esta semana y que terminó con un viernes negro en Wall Street en el que se hundieron las acciones argentinas hasta un 9%.Pasaron solo 60 días de los 100 que se autoimpuso Massa para el final de lo que denomina la “luna de miel” tanto con sus accionistas internos -Frente de Todos y albertismo- como con la opinión pública, adonde el presidente de la Nación toca sus pisos históricos en materia de imagen. Una eternidad de tiempo a juzgar por las dificultades que enfrenta la economía argentina.“Estamos desesperados por los dólares”, se sinceró el viernes José Ignacio De Mendiguren, secretario de Industria. Esa declaración cayó muy mal en la mesa chica de Massa. ”No estamos desesperados por los dólares. Hay que implementar una estrategia de fortalecimiento de reservas. La moneda fuerte se consigue sobre acumular respaldo y tener instrumentos de crédito. Sin credibilidad en tu moneda la gente se la saca de encima y convalida cualquier precio. En eso estamos trabajando”, retrucó una fuente muy cercana al ministro.El cepo es cada vez mayor: el Gobierno bajó el viernes el monto para las compras personales que se realizan en el exterior a través de servicios de correo (Courier) de US$ 3000 a US$ 1000 por envío y el dólar turismo sigue en estudio. Pero con eso no alcanza. ”La situación es muy crítica por el lado monetario y cambiario. No hay ancla de ningún tipo ni confiabilidad en el Gobierno. Hay un punto de quiebre para el mediano plazo y es que el stock de Leliqs no para de crecer. Ya sumó 1,4 billones adicionales [desde que asumió Massa] que se distribuyen entre el dólar soja y los intereses. La inflación no aminora”, criticó un exministro de Economía.Desde el Gobierno analizan varios movimientos. “El dólar turismo es una alternativa pero la clave es cómo lo plasmás. Debe ser una modificación técnicamente sólida pero operativamente viable”, afirman cerca de Massa. Por ahora ninguna de las propuestas que le acercaron lo convence. Algunos técnicos le sugirieron subir la percepción de ganancias por encima del 50% pero creen que eso es “pan para hoy y hambre para mañana” porque es un adelanto que luego el fisco debe devolver; otra es un aumento del impuesto PAIS para el que necesitaría de un Congreso en el que no cuenta con respaldo suficiente y otra alternativa es un límite para el gasto con tarjetas como el que se aplicó en la gestión de Cristina Kirchner.“Por ahora ninguna de las tres opciones le cierra, pero es claro que algo hay que hacer pronto para frenar el drenaje”, sumó una alta fuente del kirchnerismo a quien no parece preocuparle tanto como a Massa el impacto de este tipo de medidas en la clase media. En los próximos días ya hay varios pasos confirmados. Llegará un nuevo régimen de promoción de exportaciones de la economía del conocimiento que dará mayor flexibilidad de acceso a divisas a ese sector. No será un dólar especial sino un régimen como el de hidrocarburos.El beneficio dará la posibilidad de contar con un 30% de los dólares incrementales por sus operaciones con el exterior.La economía del conocimiento ya genera un saldo positivo de unos US$ 7000 millones y es el tercer complejo exportador, después del campo y los autos. Era también una de las apuestas de Horacio Rodríguez Larreta de cara a la agenda 2023. En octubre llegarán también unos US$ 2000 millones adicionales del Banco Mundial, de la CAF y del BID, se entusiasman en Economía. A su vez hay 3,3 millones de toneladas de maíz retenido que tienen los productores para liquidar. El horizonte, en este caso, no aparece despejado. Las turbulencias de esta semana con el Banco Central por el dólar agro seguían abiertas ayer. El diagnóstico es claro: mucho enojo causó en el campo la nueva resolución del Central que prohibió el acceso al mercado de cambios para compras de moneda extranjera, para aquellas empresas que realizaron o realicen operaciones de soja durante septiembre, a través del Programa de Incentivo Exportador, a un dólar de $200.Horas antes, una primera comunicación de la entidad bancaria incluía a los productores agrícolas inscriptos a título personal que luego fue “aclarado”, y se los excluyó del alcance de estas restricciones. Para los dirigentes del sector, a pesar de la nota aclaratoria emitida después, la medida tiene “un alto impacto y, si bien no hay una medición de cuantos productores unipersonales existen, la resolución afectaría al menos a 20.000 empresas agropecuarias pero sobre todo se trató de una nueva trastada contra un sector del que el gobierno depende”, resumió uno de los hombres clave dentro del campo.”Pesce no embarró la cancha. Sacó la medida de una manera inoportuna porque veníamos de romper el récord de liquidación, pero él no estaba en Buenos Aires. Sólo dio una instrucción y la implementaron los técnicos desde la matemática y no desde la política”, se le escuchó ayer a uno de los integrantes de la mesa chica de Massa. Y agregó: “al principio todo parecía posible pero la realidad es que fue sólo una mala comunicación. Los técnicos escriben y obedecen. Hoy nadie en el Central se corrió del camino que se marca desde Economía. Saben dónde está el norte”.Por lo bajo desterraban la idea que había sido una jugada de “Alberto Fernández celoso por la centralidad de Massa para complicarle el camino”. Pese a las cada vez mayores restricciones habrá otra novedad en los próximos días que se guarda bajo siete llaves. Se trata de una “suelta de dólares” para las empresas pequeñas y un plan de trazabilidad del sistema integral de monitoreo de importaciones (SIMIS) que consiste en conocer en el mismo momento que se aprueba una operación la fecha en la que se habilitarán esos dólares desde el Central.Otro proyecto es el del monotributo tecnológico orientado a unos 150.000 argentinos que trabajan para el exterior, pero afuera del sistema. Son los que cobran vía criptomonedas, vía Uruguay o por Paypal para los que se buscará generar un horizonte distinto. “Estamos tratando de ordenar eso porque es otro cambio de paradigma. Pero para hacerlo será necesario una ley”, asegura el líder del equipo que trabaja en este proyecto dentro de Economía.También hay otro eje central que siguen de cerca muchas empresas en el país. Se vienen correcciones en las licencias automáticas y las que no lo son. “Detectamos muchas contradicciones. ¿Cómo puede ser que una hidrolavadora o una moto de agua entre como quiere y una tapita de botella no puede? Acá hay gato encerrado”, avanzaron desde la Secretaría de Comercio. Por lo bajo en la gestión Massa admiten que muchas de las irregularidades tienen que ver con la falta de orden que los antecede. Al punto que no había conexión entre Economía, el Banco Central y la Secretaría de Comercio al comienzo del gobierno de los Fernández.“Matías Kulfas aprobaba Simis sin importar si cumplían con el programa de precios, Julián Domínguez subsidiaba créditos a productores sin mirar si liquidaban y así todo. Hoy todo está conectado”, dispara otro representante del fuego amigo K. Por su parte, Matías Tombolini, Secretario de Comercio, quien continúa sorprendido por el revuelo que generó su encuentro con los fabricantes de figuritas, también tiene medidas entre manos. Una que seguramente generará mucha polémica en el mundo de los negocios es el que amenaza con infinidad de multas.“Estamos trabajando muy fuerte para ordenar las importaciones y separar la paja del trigo. No es lo mismo una pyme que una grande ni alguien que trae un bien intermedio o un insumo de alguien que importa un producto final”, se le escuchó en el marco de un encuentro con una de las cámaras de pequeñas y medianas empresas. Y agregó: “Se viene un tanque de medidas en el tema de los rótulos. Una etiqueta con un producto que confunde debe ser castigada y por ello dedicaremos mucho tiempo a identificar estas jugadas”. Para ello está releyendo un libro llamado La economía de la manipulación, de George Akerloff y Robert Shiller. A juicio de los autores, mientras exista la posibilidad de sacar un beneficio, los vendedores que concurren en los mercados explotarán sistemáticamente las debilidades psicológicas y la ignorancia del consumidor a través de la manipulación y el engaño. “Es decir, que el mercado está plagado de trucos y trampas, y nos manipula como a bobos”, según resume el libro.La picardía local está por poner con casi el mismo envase a una leche de precios cuidados con otra que por una vitamina x su valor vale 40% más y confunde al consumidor o lo mismo con queso crema que tiene tamaños distintos y simula ser el mismo, solo por citar algunos ejemplos que hoy evalúan desde Defensa de la Competencia.Como si fuera poco el debate del Presupuesto 2023 comenzará oficialmente el miércoles, con la presentación de Massa, en la Cámara de Diputados. Y la intención del oficialismo es que se debata en el recinto el 26 de octubre. El documento prevé una inflación anual de 60 por ciento, una reducción del déficit fiscal hasta llegar a 1.9 puntos de Producto Bruto Interno (PBI), en línea con lo acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y un dólar oficial de $269 para diciembre del año que viene ($219 promedio). Ahora el ministro buscará que el Congreso convalide estas proyecciones que desde la oposición calificaron de optimistas.“La clave no pasará por lo financiero sino por la calle. Nos preocupa mucho la conflictividad creciente”, graficó un legislador de la oposición que prepara una batería de preguntas. Un caso testigo es el de la industria de neumáticos. Como consecuencia de la batalla gremial que desde hace cinco meses tiene en vilo al sector –y que la semana pasada derivó en un acampe sobre la avenida Callao y en la toma del Ministerio de Trabajo–, Bridgestone suspendió todas sus actividades en el país. Pirelli evalúa también una medida similar. “No se trata de una paritaria ni de una negociación sino de episodios de violencia que se vuelven cada vez más frecuentes y que son inadmisibles. Es hora de hacer algo porque la situación está cada vez más enrarecida. Entre las trabas a las importaciones y los problemas en las fábricas no habrá neumáticos, pero lo más importante es que este tipo de prácticas no crezcan”, afirmó Javier Madanes Quintanilla, dueño de Fate, en diálogo con la nacion. Y concluyó: “Si lo habitual es esto, Dios nos ampare”.José Del RioTemasSergio MassaConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Sergio MassaDefinición de Massa. La Argentina votó a favor de echar a Mauricio Claver-Carone de la presidencia del BID“Estamos desesperados por los dólares”. De Mendiguren no descartó al posibilidad de implementar un blanqueo para industrialesPeligro, grieta en las autopistas
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