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Decapitaciones, desollamientos hasta comer corazones: por qué el narco aumenta el nivel de violencia

Violencia en méxico Fotoarte: (Jesús Avilés)Desde hace un siglo, el narco ha sido un tumor en la sociedad que ha hecho metástasis en México. Conforme pasa el tiempo, en cada caso, el horror aumenta. Tal como pasó en Lagos de Moreno, en donde obligaron a uno de los cinco jóvenes secuestrados a romperle los huesos a sus amigos de la infancia y decapitarlos.Decapitar es sólo una de las diversas prácticas de terror comúnmente realizadas para la iniciación de sicarios, también se han documentado desollamientos y abrirle el pecho a personas (incluso niños) aún vivos para sacarles el corazón y comérselo mientras siguen vivos.Como recomendación personal, no vea estos videos, hay un antes y después muy marcado, nunca se le olvidarán o peor aún pueden afectar su mente de múltiples formas.La psicóloga y criminóloga Mónica Ramírez Cano (famosa por realizar un largo perfil criminológico de Joaquín El Chapo Guzmán y muchos otros reos) habló con Infobae México respecto a esta creciente exhibición de violencia por parte del crimen organizado.(Imagen Ilustrativa Infobae)“Desafortunadamente actualmente sabemos que estamos viviendo, aunque no lo quieran aceptar, en un narco estado, el narco se apoderó ya incluso de la delincuencia habitual, de las extorsiones, de los asaltos, ya es parte también de la industria de la violencia general”, dijo de forma contundente la criminóloga.Explicó que los cárteles de drogas tienen la facilidad de cooptación, y control en todo el país, de los jóvenes o adolescentes y que éstos cometen los delitos por varias razones.“Los jóvenes están en una etapa en la que están desarrollando una identidad propia y quieren tener ese sentido de pertenencia al grupo al que quieren pertenecer y que los obliga a cometer actos de violencia que los lleva a explorar sus propios límites”, explicó.Detalló que muchos de ellos nacen dentro de este sistema ya sea que tengan familiares que se dediquen a cumplir algún rol dentro del imperio criminal, tengan amigos que lo hagan o incluso vecinos por lo que son reclutados con gran facilidad.Mónica Ramírtez Cano es autora del libro “Las puertas del infierno”, donde explora la mente de diversos criminales para determinar el estado emocional en que se encontraban antes, durante y después de la comisión de sus delitos, entender por qué los cometieron y viajar hacia las raíces de la violencia Foto: Cortesía“Otra razón es justamente por ese reclutamiento forzoso o forzado, la violencia que estamos viviendo actualmente, ya no es lo que era antes de secuestrar a rivales de otros cárteles para darles un mensaje pero ya no ahora secuestran a cualquier persona a estos jóvenes por ejemplo”.Y es que el reclutamiento de personas, en su mayoría jóvenes, mujeres, adolescentes y hasta niños, ha sido muy diversa por redes sociales donde directamente les ofrecen trabajo personas ostentando armas y cubriéndose la cara, presumiendo que son narcos, pero además también engañándolos con trabajos de vigilancia privada y hasta de servicios oficinistas como en call center, como otro trágico caso donde desparecieron ocho jóvenes en mayo pasado y posteriormente hallados muertos.La profesional que ha entrevistado a asesinos seriales como Juana Barraza “La mataviejitas” o quien fuera la mano derecha del Chapo Guzmán, Dámaso López “El Licenciado”, explora el porqué del incremento de la violencia.“Es una manera de probar la lealtad y muchos de ellos lo hacen por sobrevivencia evidentemente no quieren morir y si les están ordenando que hagan eso, lo hacen como un método de prolongar su propia vida. Lo que es triste es que no haya medidas de seguridad políticas públicas en materia de estrategias de prevención que acaben con estas prácticas”.Papá de Roberto, uno de los desaparecidos, reaccionó a los videos y a las imágenes filtradas (Jovani Pérez)Las series, música, narcocultura y neuronas espejoRamírez Cano considera que las narcoseries y los corridos tumbados focaliza la aspiración a escalar rápidamente a dinero que pareciera fácil, mujeres, autos de lujo y muchos adolescentes minimizan las masacres que hay detrás con frases conocidas como “mejor vivir poco y rico que vivir 100 años pobre”.“Desde hace dos sexenios, desde el de Felipe Calderón que comenzó el ataque frontal a los carteles se incrementó el narcotráfico pero también lo vemos ahora en las televisión en las series de de Netflix la gente se siente atraída a verlo el hecho de que la gente vea, este tipo de temáticas puede tener diversos efectos.“Uno de ellos es fomentar la narcocultura en nuestro país lo cual nos vuelven sensibles a este tipo de actos, hacer una especie de normalización, nosotros tenemos una serie de neuronas que se llaman espejo. Esas son las que nos permiten ver un acto de violencia extrema o cualquier acto de violencia puede sentir empatía por la víctima, porque al final del día son las víctimas las más importantes pero también las más olvidadas”, consideró.“Esos grados de violencia no son naturales, estos son los efectos de normalización que puede tener o muchos otros que pueden llegar a afectarnos como sociedad, a mí me preguntan mucho si yo veo series y no yo no las veo para mí es por ir fomentando la narcocultura, es el principal problema de nuestro país”, agregó.El artista expresó su interés sobre estos temas en el país y en la popular serie (Foto: Instagram/@luisgerardom)La criminóloga considera que la narcocultura está todo el tiempo a nuestro alrededor “en nuestra familia, con nuestro grupo de amigos, grupos de la escuela, en los clubes deportivos, etcétera definitivamente no vamos a llegar a ningún lado. La violencia va a continuar aumentando porque es gradual va creciendo, estamos ante una violencia totalmente psicopática totalmente insensible.“La violencia a través de los años se ha ido incrementando en las maneras de hacer las cosas, son parámetros de suma importancia para entender el valor que el ser humano le da la vida, actualmente lo que quieren detrás es el poder. Los grupos que reclutan a adolescentes los hacen matar a sus propios familiares, secuestran por ejemplo a dos hermanos y hacen que uno mate al otro para demostrar su grado de lealtad cuando lo que en realidad lo están haciendo por sobrevivir”, declaró.“Es preocupante, además de las desapariciones y feminicidios, representan solamente una radiografía de lo que estamos viviendo. Lamentable que no podamos de nuestro país salir a cenar, a comer a algún lugar de manera segura. Estamos muy lejos de la violencia que empezaron los Zetas, ellos se trajeron a Kaibiles, guerrilleros de Centroamérica y empezaron a adoptar esas prácticas tan violentas, pero que ahora ya es una cotidianeidad”, reflexionó.

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