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Convirtió un antiguo conventillo en un departamento integrado y súper luminoso

escuchar>LA NACION>Revista LivingMaría Carballo encontró en una amplia propiedad que data del 1800 la posibilidad de cristalizar el sueño de comprar (y diseñar) su propia casa.9 de febrero de 202400:30Inés Beato VassoloArq. Eugenia Cidesescuchar“Es la primera vez que puedo disfrutar de los detalles y terminaciones de una obra proyectada por mí”, dice la arquitecta María Carballo, orgullosa de los resultados que consiguió tras remodelar su departamento. “Cuando al fin podemos ver consumado nuestro diseño, los arquitectos tenemos que entregar el trabajo al cliente y no podemos vivirlo. Ahora, tengo la oportunidad de hacerlo”. El edificio del 1800 se encuentra sobre una calle comercial de La Boca. María lleva más de un año viviendo en La Boca, una zona en la que nunca había imaginado instalarse y que hoy abraza con mucha convicción, ya que le recuerda la escala barrial de Ciudadela, donde se crió. “Nunca pensé que me iba a dar para comprar una propiedad en Capital, así que buscaba por las afueras. Hasta que, un día, puse los ojos en el sur de la ciudad y terminé enamorada de un departamento del siglo XIX, dentro de lo que alguna vez fue un conventillo”, recuerda.Con una plataforma metálica, la arquitecta recuperó el antiguo ingreso al departamento, por la puerta arqueada, que había quedado perdido en alguna reforma anterior.Javier PicernoTeniendo como base inestimable una buena iluminación y ventilación, unificó los 120m2 en una planta funcional para su dinámica cotidiana, que incluye usar su casa como oficina. En esa rutina, no faltan los ratos de jardinería, un fanatismo que la acompaña desde hace muchos años: “Antes se me morían todas las plantas, pero tras mucha prueba y error fui entendiendo cuál es buena para cada ubicación y qué cuidado requiere cada especie”, dice, rodeada de vida verde.”Compré esta casa sin ayuda económica de ningún tipo y pude reformarla y equiparla gracias a mi sangre gitana, que busca y encuentra oportunidades donde nadie las ve”, dice María.Javier Picerno”Cuando lo visité por primera vez, lo que más me atrapó de este departamento es que tenía algo que yo no podía crear: luz y ventilación natural, cualidades que en otro barrio me hubiesen resultado imposibles de pagar.” Arq. María Carballo, dueña de casaUna reforma que potenció la luzMirando hacia la calle antes había dos dormitorios. Lo primero que se hizo fue derribar esa división y llevar allí el espacio social, para que el sueño quedara resguardado del ruido.Javier Picerno“No puse alacenas para resaltar la altura de cuatro metros y medio. Por contraste, el prisma horizontal y alargado de los muebles de cocina hace que el techo se perciba aún más lejos”.El techo quedó tal cual: solamente se le hicieron algunos parches por fuera, en la membrana.La salamandra de segunda mano fue una de las primeras cosas que adquirió la arquitecta al comenzar la obra, junto con la puerta de entrada de demolición. “Quería tener un fuego dentro de la casa, como símbolo de hogar y reunión. Entonces, compré la salamandra sin vacilar no bien empezamos a demoler, porque sabía que, si lo postergaba, iba a perder algo que me ilusionaba mucho en la vorágine del cierre de obra, cuando los números suelen estar en rojo”, confiesa.El mueble que esconde el toilette se laqueó en ‘Colonnade Gray’ (Sherwin Williams), el mismo color que se usó para los cajones de la cocina.Alineado con la cocina, el toilette se ubicó en un bloque independiente, que incluye un placard para guardar productos de limpieza y alojar la calderaDormitorio abierto“Como vivo sola, no necesito crear espacios privados. Me gusta que los ambientes estén integrados, con perspectivas largas desde todos lados, así como levantarme a la noche y no sentirme encerrada entre cuatro paredes. Además, desde el living, el recorte azul profundo de mi cuarto se lee casi como un cuadro”El living se equipó con muebles que la arquitecta trajo de su departamento anterior. Alfombra de lana natural (Elementos Argentinos).Las paredes del dormitorio que dan al pasillo y al balcón exterior fueron engrosadas con placas de yeso para generar una aislación en el medio. “Como todo en conventillo, precario, los muros no tenían más que madera y, por lo tanto, se filtraba aire y entraba tanto frío como calor”, nos explica María.Cubreedredón y funda ‘Santi Off White’, almohadones estampado y lisos (Claudia Adorno). Manta tejida a mano en telar (Elementos Argentinos). Javier PicernoANTES. Lo que es el living no sólo estaba dividido en dos, también tenía un entrepiso que lo oscurecía. A la derecha, vista desde lo que hoy es el dormitorio hacia la calle. Las paredes finitas hoy están engrosadas con placas de yeso.La biblioteca del estudio funciona, del otro lado, como respaldo de cama. Útil por partida doble, divide el trabajo del descanso y oculta la cama desde el living.La puerta que da al baño queda perdida en el color de la caja del dormitorio. El piso de pino es el que estaba y se oscureció para alinearlo con el espacio. “Elegí el azul porque remite a una estética náutica ligada con los barcos de inmigrantes que llegaron a La Boca; además, el machimbre original del conventillo tenía un tono parecido. Por último, me resonó el nombre del código de color: ‘Refugio’”Detalles con sentidoPlantas por doquier: también aparecen macetas en el vestidor.El lavasecarropas se esconde detrás de una cortina, en el ropero. “Si, al final, todo lo que se lava viene del vestidor. ¿O no?”, reflexiona la arquitecta.La bañadera con patas se compró usada y el lavatorio se encontró en la calle, descartado. Pack de jabones en barra apoyados sobre la bacha, sales de baño y jabón líquido (Claudia Adorno).Las aberturas con vidrio repartido fueron compradas de segunda mano, restauradas y pintadas. “Van mejor con el estilo del conventillo, en el que no cuadran líneas modernas. Únicamente recurrí al aluminio en el dormitorio, en el sector de paredes lisas, que tiene un aire más contemporáneo”. Inés Beato VassoloArq. Eugenia CidesSeguí leyendoReforma sensible. En el edificio Molina Ciudad, un loft urbano con aires de montañaEn Coghlan. Luz de punta a punta en un departamento de pocos metros con entrepisoCon guiños a Oriente. Una diseñadora reformó una antigua casa chorizo para crear un estudio-taller lleno de luz y colorConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectTemasLifestyleCasas de arquitectasDecorar con colorReformas LivingAntes y DespuésMás notas de Casas de arquitectasVida y obra. Recorremos la casa-estudio de Paola Navone, legendaria estrella del diseño italianoOtra etapa. Se mudó dentro del mismo barrio y capitalizó esa experiencia para construir la nueva casa familiarRespiro en las afueras. Construyeron una casa de fin de semana que terminó superando sus expectativas

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