Foto de archivo: un billete de mil pesos argentinos sobre varios billetes de 100 dólares estadounidenses. REUTERS/Agustin Marcarian/Illustration (AGUSTIN MARCARIAN/)Contra todos los pronósticos, las provincias demostraron ser mucho más disciplinadas que lo previsto a la hora de encarar, a principios de año, el ajuste fiscal. No sólo aportaron en gran medida a la caída del gasto público -pasaron de gastar el equivalente a 16% del PBI el año pasado a 11,7% este año según el IERAL- sino que evitaron cumplir con un vaticinio que asomaba ineludible durante el verano pasado: una ola de reestructuraciones de deudas provinciales. La expectativa que había calado hondo en el mercado, fundada en contactos que las propias gobernaciones habían iniciado con consultores financieros y abogados especializados en renegociaciones, estuvo lejos de cumplirse. Por el contrario, según consideró un informe reciente publicado por la calificadora de riesgo Moody´s, las provincias tuvieron durante los primeros meses de este año un desempeño incluso mejor que el del año pasado.“Los subsoberanos argentinos presentaron márgenes operativos positivos durante el primer trimestre del año, e incluso, superiores a los del mismo período del 2023. Esto se explica principalmente por los ajustes realizados en materia de gastos, los cuales superaron las caídas observadas en los ingresos de Gobiernos Locales y Regionales (”GLR”). Esperamos que estos valores se estabilicen de forma gradual en función a la evolución de la actividad económica y a medida que se estabilice el contexto macroeconómico”, apuntó Moody´s.Así, las calificaciones vigentes para las diferentes jurisdicciones se mantienen en todos los casos lejos de las categorías de mayor stress financiero o eventualmente default y, de las 13 provincias con nota de la agencia, sólo 3 cuentan con una perspectiva “negativa”. Eso significa que en la próxima revisión, la calificación podría ser degradada. Pero no necesariamente debe ocurrir. En ese status se encuentran Misiones, Tucuman y Formosa, las cuales de todos modos tienen mejor nota (BB+) que algunas de las otras, con menor calificación pero perspectiva estable como la provincia de Buenos Aires (BB) y Chaco, Río Negro y Chubut (las tres con BB-).También con perspectiva estable se encuentran la Ciudad de Buenos Aires, con la mejor calificación (AA), Córdoba (A) y Tierra del Fuego (BBB).Según Moody´s, la resiliencia de las cuentas provinciales se basa en que el recorte de gastos más que compensó durante la primera parte del año la fuerte caída de ingresos fiscales. En ese sentido, dos aspectos clave ayudaron a contrarrestar el deterioro que se esperaba en los resultados de las cuentas públicas durante la primera mitad del año: la caída de los gastos corrientes medidos en términos reales; y una disminución y/o postergación de ciertos gastos de capital.Asimismo, igual que a nivel nacional, también para las provincias funcionó la “licuadora” ya que los elevados niveles de inflación durante el primer trimestre del 2024 implicaron una considerable disminución de los gastos corrientes en términos reales, sumado a que algunos gastos de capital (obra pública) se redujeron significativamente en comparación con el mismo período del año anterior. “Ambos factores son de carácter transitorio y esperamos una recuperación durante los próximos 12 meses, asumiendo que la inflación continúe un sendero de desaceleración progresiva como se ha observado a partir del segundo trimestre”, advirtió Moody´s.Al mismo tiempo, la consultora puso el foco en el recorte de las transferencias no automáticas, sobre las que aclaró que se trata de un concepto representa un componente menor de los ingresos de los gobiernos provinciales y municipales en comparación con otras partidas, a pesar de la enorme repercusión política que tuvo esa poda. “En el corto plazo no esperamos una recomposición de estos envíos por parte del Gobierno nacional”, sostuvo.Por el lado de los gastos, en tanto, las erogaciones corrientes disminuyeron en términos reales durante el primer semestre del 2024, más que compensando el deterioro de los ingresos. particularmente la reducción real de las partidas de gastos en personal que, en promedio, representaron un 51,6% de los gastos,
Categories