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Historia de vida: la conmovió la pobreza, adoptó siete niños y fundó una ONG

escucharescucharPsicopedagoga, psicóloga y referente social, pero, sobre todas las cosas, madre de once hijos: siete adoptivos, tres biológicos y una hija del matrimonio anterior a su actual pareja, Jorge De All. Catalina Hornos tiene 38 años y fundó Haciendo Camino, una ONG que hoy cuenta con 12 centros de desarrollo infantil y fortalecimiento familiar en las provincias de Santiago del Estero y Chaco. Dicha entidad, lleva diagnosticados nutricionalmente a más de 20.000 niños y niñas argentinas.¿Cómo surgió esta iniciativa? En su etapa escolar, Hornos fue invitada por una amiga para realizar tareas de orientación vocacional a chicas de quinto año de una escuela secundaria en Añatuya, la localidad más pobre de Santiago del Estero. Ese lugar marcaría un antes y un después en su vida, conmovida por las carencias de muchas familias, la falta de salud, de educación, de agua potable, de comida y de un futuro mejor decidió aportar su grano de arena. Se instaló en Añatuya por seis años e intentó ayudar lo más posible a las familias de la zona con trabajo social. Fue durante esos años que se encariñó con siete niños santiagueños y asumió el cuidado de ellos, ya que no había hogares para que puedan ser derivados.Formó un vínculo tan fuerte con ellos que, cuando llegó momento de volver a Buenos Aires para reunirse con su pareja, anticipó que no podría abandonar a los chicos. Con empatía y entendimiento, De All accedió y formaron todos juntos una familia ensamblada.Catalina Hornos conversó con José Del Rio en el encuentro “Mujeres Líderes”, organizado por LA NACIONChiara MalavoltaHornos se caracteriza por ser su vocación social y, ante la impotencia de las injusticias que observa a diario, pone primera para generar cambios. “La pobreza estructural, que es la más profunda, hoy se mantiene. Si bien hay planes sociales, más acceso a la educación y a la salud, todavía es difícil salir de ese contexto donde no hay oportunidades. Hablo de personas que están en un contexto en el que no hay especialistas médicos ni diagnóstico de enfermedades que son curables”, destaca Hornos. Y añade que cuando está frente a esas situaciones le resulta difícil ver un cambio.No obstante, explica que lo primero que hay que hacer para hacer frente a la pobreza es mirarla. “Es una realidad que es transformable. Si uno mira y le pone rostro, no hay manera de que no se comprometa”, dice. A continuación contó una anécdota reciente en la que, repartiendo comida por las calles de Buenos Aires, dio con un niño que tenía cinco hermanos y no tenían para comer. Hornos lo acompañó a su casa para llevar comida y, en medio del camino, al niño se le caían los alimentos y la gente en vez de ayudarlo y escucharlo, lo ignoraba. “Daban vuelta la cara, porque prefieren no mirar la pobreza, porque es algo que duele y obliga a comprometerse”, sostiene.En cuanto a la desigualdad de género entre hombres y mujeres, explica la que en el norte todavía persiste una cultura muy machista, en la que se educa al varón para que juegue a la pelota y a la mujer para que cuide a los hermanos. En palabras de ella, un 90% de las mamás de Haciendo Camino les han manifestado haber sufrido algún tipo de violencia de género. En esas localidades el hombre sale a trabajar y la mujer no tiene con quién dejar a sus hijos, ni tampoco una red que les permita conseguir una ocupación.Catalina Hornos junto a su pareja, Jorge De All, y sus once hijos: siete adoptivos, tres biológicos y una mujer del matrimonio anteriorGentilezaLa problemática de la pobreza es tan grande que tiene un montón de aristas desde la que se puede trabajar, sostiene Hornos. Se puede aportar desde el fortalecimiento de la educación, la salud, el acceso a alimentos y a todo lo que la gente que está aislada no tiene. “Lo importante es saber que se puede ayudar dándole oportunidades a los demás sin dejar de involucrarse con otros”, añade.Por eso, Haciendo Camino trabaja para mejorar la calidad de vida de niños, niñas y familias en situación de vulnerabilidad social en el norte argentino. Cuentan con programas para que las personas interesadas en las causas puedan apadrinar y hacer un aporte fijo mensual para sostener el tratamiento de los niños.Victoria Vera ZiccardiTemasEventos LNMujeres líderesComunidad de NegociosConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Eventos LNCarlos Pérez. “El paisaje está en la mirada y la de la mujer es imprescindible”Conrado Estol. “Si en el mundo, el 50% son mujeres, ¿por qué en las corporaciones representan nada más que el 13%?”Liderazgo. Las mujeres en la Argentina ocupan solo el 15% de las sillas en los directorios

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