Varias personas en la playa en Pontevedra. (Elena Fernández/Europa Press) (Elena Fernández / Europa Press/)El cambio climático que ha originado un aumento de la frecuencia y la intensidad de las olas de calor está generando efectos inesperados en sectores como el inmobiliario. Cada vez son más los ciudadanos que quieren huir de los más de 40 grados que se han registrado en algunas provincias españolas este verano y refugiarse en zonas más frescas. Este éxodo se ha traducido en un incremento de las ventas de viviendas en el sur de España y de las compras en el norte en busca de un clima más benigno.Este es el caso de José Luis Prieto, un recién jubilado que ha puesto en venta su apartamento en Fuengirola y busca casa en Asturias: “Estamos achicharraditos. Nuestra casa se ha convertido en un horno y no aguantamos más. Pensamos que este es el momento de buscar una casa en el norte antes de que suban los precios”, indica.Prieto forma parte del 32% de los demandantes de vivienda en España que contemplan la idea de mudarse de provincia por motivos climáticos. Este colectivo se ha incrementado en tres puntos porcentuales respecto a 2022, cuando el porcentaje era del 29%, según datos de Fotocasa Research.“Los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos están incidiendo cada vez más en las decisiones de los demandantes de vivienda”, reconoce María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa. Atribuye estas decisiones no solo a los efectos negativos que el calor extremo puede producir en la salud de los ciudadanos, sino también en los que inciden en su economía.“Muchas comunidades están llegando a temperaturas extremas, lo que hace que el bolsillo de los ciudadanos se resienta”, reconoce Matos. A su juicio, “los climas extremos tienen un coste. En verano obligan al uso de aire acondicionado lo que se refleja en la factura de la luz”, por lo que cambiarse a regiones con un clima más frío “supone un gran ahorro para el ciudadano”, explica.Por su parte, el director de Estudios de pisos.com, Ferran Font, incide en que el aumento de las temperaturas “ya no solo afecta a los ciudadanos residentes en zonas más cálidas, sino también a aquellos con casas poco eficientes energéticamente y sin el aislamiento necesario para evitar altas temperaturas en sus inmuebles”.El 32% de demandantes de vivienda planean mudarse por las temperaturas extremasMadrileños, los más proclives a la migración climáticaEntre los ciudadanos más decididos a cambiar de provincia para huir de las temperaturas sofocantes destacan los de la Comunidad de Madrid. Según el último análisis de Fotocasa Research, el 42% de los demandantes de vivienda que residen en esta región se plantean cambiar de localidad por cuestiones climáticas, un porcentaje muy elevado respecto a 2022 cuando era del 30%.Por detrás de los madrileños se colocan los andaluces, con un 32%, y los catalanes y valencianos con un 31% en ambos casos.Una orientación más frescaMuchos de los que no pueden cambiar de ciudad para huir del bochorno debido a motivos laborales o familiares buscan otras alternativas entre las que destaca mudarse a otra casa de la misma localidad, pero con otra orientación. Cambian las que dan al sur por las que están ubicadas al este o al norte.Según fuentes de la empresa inmobiliaria Keller Williams, “los españoles prefieren el este para evitar las altas temperaturas durante las tardes de verano, logrando así mantener los interiores de las viviendas más frescos”.Un caso distinto es el de los extranjeros que compran vivienda en España que se decantan por viviendas con orientación suroeste. Prefieren la puesta de sol, frente a los españoles que se inclinan por el amanecer.“A los extranjeros, el sol español no les asusta”, reconoce el presidente de Keller Williams en España y Andorra, Leonardo Cromstedt. Al contrario, incide en que “el sol tiene un papel determinante en su decisión” y que los compradores foráneos “buscan maximizar las horas de luz y sol en los hogares y poder disfrutar del atardecer”.La primera línea de playa pierde atractivoOtra consecuencia que ha generado el cambio climático es que las viviendas en primera línea de playa han perdido atractivo para los nuevos compradores, huyen de ellas por temor a que la subida del nivel del mar causada por el calentamiento global las inunde.Este miedo hace que ocho de cada diez españoles, el 79%, opine que no se comprarían una casa en primera línea de costa, según recoge el informe ‘Cuatro generaciones, una vivienda’, elaborado por el portal inmobiliario pisos.com.“A medida que pasen las décadas y el problema se agrave con lluvias más intensas y frecuentes, estas propiedades tan populares durante la época del boom inmobiliario y turístico, se irán devaluando porque ya no serán un lujo, sino un peligro”, explica Ferran Font. Señala que el porcentaje del 79% es aún mayor en los miembros de la Generación Z, que alcanza el 80%, y en la Generación X, que sube al 81%.También existe una mayor preocupación al respecto entre las mujeres que entre los hombres. El 85% de ellas se muestra en contra de las viviendas en primera línea de costa, mientras que en ellos el porcentaje se reduce hasta el 73%, seis puntos menos que la media.
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Bomberos forestales del EIRIF trabajan durante la extinción del incendio de Arafo en la isla de Tenerife. (REUTERS/Borja Suárez) (BORJA SUÁREZ/)El pasado 15 de agosto tuvo origen un incendio forestal en el monte de Arafo, en la isla de Tenerife, cerca de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, que no ha dejado de crecer hasta convertirse en el más grave de la región en los últimos 40 años. El incendio forestal que se declaró en la noche del martes en Tenerife sigue fuera de control, a pesar de todos los medios desplegados, y es uno de los más graves de los últimos 40 años. Las llamas ya han arrasado casi 4.000 hectáreas, lo que supone cerca del 2% de la superficie de la isla, y han provocado la movilización de alrededor de 7.000 personas.Ya en las primeras horas de las llamas se comprobó que el fuego tenía un carácter fuerte. La alcaldesa de Candelaria, María Concepción Brito, calificaba de “muy grave y complicada” la situación provocada por el incendio forestal, pues la potencia de las llamas en algunas zonas es tal que los medios aéreos no pueden actuar, ya que el agua se evaporaba.Ya en la primera jornada se contabilizaron alrededor de 800 hectáreas quemadas, algo que provocó la movilización de contingentes desde Gran Canaria y Lanzarote. “Demostramos nuestra solidaridad en el incendio de La Palma y lo haremos cada vez que se precise colaboración para sofocar fuegos que pongan en riesgo la riqueza paisajística canaria”, prometía el presidente del Cabildo de Lanzarote, Oswaldo Betancort.Ya en la noche del jueves el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, explicó en rueda de prensa que los equipos han tenido dificultad para poder realizar las tareas de extinción debido a las condiciones meteorológicas con el calor y el viento, además de la orografía de la región, según recoge Europa Press. “En algunos momentos, incluso la visibilidad de los medios aéreos de se ha visto afectada, de manera que no se ha podido intervenir en algunas zonas para no entrar en conflicto con los hidroaviones, que han estado descargando de manera continuada a lo largo de todo el día”, señaló.Te puede interesar: Por qué el incendio de Tenerife es tan difícil de apagarLa consejera de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, Candelaria Delgado, también ha informado de que debido al humo se ha decidido redistribuir a las personas mayores y dependientes con problemas respiratorios graves a plazas sociosanitarias de Tacoronte y Santa Cruz de Tenerife.Incendio complejoDurante el jueves más de 260 efectivos han trabajado en las labores de extinción y se han realizado más de 220 descargas de medios aéreos. A primera hora de la mañana de este viernes se han sumado, además, otros 16 medios aéreos.El fuego arde en una zona boscosa cerca de El Rosario. (Europa Press vía AP) (Uncredited/)El incendio tiene unas características muy complejas y su rápida propagación se debe, principalmente, a la orografía y a las altas temperaturas que han vivido las islas en las últimas semanas. Además, Canarias atraviesa una grave sequía, lo que ha hecho que el fuego se extienda con mayor rapidez.Te puede interesar: El vídeo de las llamas del incendio de Tenerife: “Es una catástrofe como pocas veces hemos visto”Por su parte el técnico responsable de la extinción, Pedro Martínez, ha señalado que las características de este fuego hace que tenga en ocasiones un comportamiento errático, por lo que las estrategias para su combate van cambiando y se centran fundamentalmente en una estrategia defensiva, según informa Efe.Asimismo ha indicado que solo entre un 15 o un 20% del perímetro del fuego está estabilizado, mientras que en el resto, el incendio sigue avanzando pero a un ritmo lento.Seguir leyendo:El vídeo de las llamas del incendio de Tenerife: “Es una catástrofe como pocas veces hemos visto”Arde Tenerife: el mayor incendio de Canarias en 40 años consume 3.270 hectáreas, el 1,6% de la isla
La nueva investigación demostró que los ecosistemas se están degradando incluso más rápido de lo que se pensaba (TOBY MELVILLE/)Para muchos observadores, el argumento de John Beddington, el científico del Reino Unido que asegura que el mundo se enfrenta a una “tormenta perfecta” de eventos globales para 2030, se ha convertido en una advertencia profética. La mención reciente de “futuros espantosos”, “colapso generalizado del ecosistema” y “efecto dominó en los objetivos de sostenibilidad”, que emitieron diferentes especialistas en sus respectivas investigaciones, aprovecha un creciente consenso dentro de algunas comunidades científicas: la Tierra se está desestabilizando rápidamente, a través de cascadas de colapso.Asimismo, este fenómeno también está planteado sobre escenarios que algunos estudiosos califican como de “fin del mundo”, los cuales involucran la transgresión de los límites planetarios (clima, agua dulce y acidificación de los océanos), mecanismos de retroalimentación positivos de refuerzo acelerado y tensiones multiplicativas.Los eventos climáticos extremos, como los incendios forestales y las sequías, acelerarán el cambio en los sistemas estresados, lo que conducirá a puntos de inflexión más rápidos de deterioro ecológico, según confirma ahora un nuevo estudio.Las grandes olas de calor, sequías e incendios forestales son de los principales causantes de estrés en la tierra (THOMAS PETER/)Mediante modelos informáticos, el equipo de investigación del Reino Unido, que incluye a científicos de la Universidad de Sheffield, de Bangor y de Southampton, analizó cuatro ecosistemas amenazados para determinar qué factores podrían conducir a puntos de inflexión, más allá de los cuales el colapso era inevitable. En algunos de ellos, la combinación de agregar nuevos eventos extremos además de otras tensiones en curso acercó el momento de un punto de inflexión pronosticado al presente hasta en un 80%.En última instancia, dicen los autores, una “tormenta perfecta” de estrés continuo de factores como: uso insostenible de la tierra, expansión agrícola y cambio climático, junto con episodios disruptivos como inundaciones e incendios, actuará en conjunto para poner rápidamente en peligro a los sistemas naturales.El equipo analizó dos ecosistemas lacustres y dos ejemplos forestales, incluido el colapso histórico de la civilización de la Isla de Pascua (Rapa Nui), que se cree que fue el resultado de la sobrepoblación, combinada con la explotación insostenible de la cubierta arbórea. Los modelos se corrieron más de 70.000 veces para cada ecosistema, con variables ajustadas en cada ocasión.Según la investigación hasta un 15% de los colapsos ocurrieron como resultado de nuevos eventos extremos (Getty Images)Hasta un 15% de los colapsos ocurrieron como resultado de nuevos esfuerzos o eventos extremos, aún cuando el esfuerzo principal se mantuvo constante. En otras palabras, incluso si los ecosistemas se gestionan de forma más sostenible manteniendo constantes los principales niveles de estrés, como la deforestación, nuevos factores como el calentamiento global y los fenómenos meteorológicos extremos aún podrían provocar un colapso.“Los cuatro sistemas ecológicos que observamos mostraron los mismos resultados generales. Esto tiene implicaciones potencialmente profundas para nuestra percepción de los riesgos ecológicos futuros. Si bien actualmente no es posible predecir cómo se conectarán los puntos de inflexión inducidos por el clima y los efectos de las acciones humanas locales, nuestros hallazgos muestran el potencial de cada uno para reforzar cualquier aumento de la presión, el cual será extremadamente perjudicial y podría tener consecuencias peligrosas”, dijo el coautor, el Gregory Cooper, especialista del Instituto de Alimentos Sostenibles de la Universidad de Sheffield.Poner fecha al cataclismoEl número de eventos climáticos extremos ha aumentado desde 1980 y el calentamiento global, incluso a 1,5°C, incrementará aún más esos números. Los científicos también están preocupados por los posibles efectos colaterales a medida que un ecosistema que colapsa impacta en los vecinos.Una de las principales conclusiones de los investigadores es que la Tierra se está desestabilizando rápidamente a través de cascadas de colapso (John B. Weller/)“Más de una quinta parte en todo el mundo están en peligro de colapsar. Sin embargo, el estrés continuo y los eventos extremos interactúan para acelerar cambios rápidos que bien pueden estar fuera de nuestro control. Una vez que alcanzan un punto de inflexión, es demasiado tarde. En los últimos dos años, el mundo se ha unido en torno a las crisis climática y ecológica a través de las Conferencias de la ONU, pero debemos recordar que las causas de las crisis están interrelacionadas, que ya han colisionado, y que la inacción sobre ambos puede tener consecuencias nefastas”, afirmó Simon Willcock de la Universidad de Rothamsted y Bangor, quien codirigió el estudio que acaba de publicarse en Nature Sustainability.Un ejemplo es la estimación del Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU para un punto de inflexión en la selva amazónica antes de 2100. El nuevo estudio sugiere que un colapso puede ocurrir varias décadas antes de lo previsto. Por ejemplo, es bien sabido que esta región está amenazada por la deforestación. Sin embargo, es fácil imaginar cómo el calentamiento global y los eventos climáticos extremos, como las sequías y los incendios forestales, se suman a este estrés.Esto puede disminuir la capacidad del Amazonas para generar su propia lluvia, haciéndolo más seco y más vulnerable, lo que resulta en que el ecosistema caiga en un bucle fatal. “Estudios previos de puntos de inflexión ecológicos sugieren costos sociales y económicos significativos a partir de la segunda mitad del siglo XXI. Nuestros hallazgos sugieren la posibilidad de que estos costos ocurran mucho antes”, agregó el coautor John Dearing, profesor emérito de la Universidad de Southampton.“Es imprescindible que la humanidad esté atenta a las señales de que los ecosistemas se están degradando incluso más rápido de lo que se pensaba”, concluyó el documento.Seguir leyendoPor qué el cambio climático puede empeorar las alergiasAlerta insectos: el cambio climático podría conducir a un “caos generalizado” en los ecosistemasPor el calentamiento global, los arrecifes de coral podrían extinguirse hacia finales de siglo