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Petro está especulando al señalar que el fentanilo remplazó a la cocaína en EE.UU., según el exministro Alejandro Gaviria

Cuando Alejandro Gaviria dijo que a Petro se le desbarata el Gobierno en seis u ocho meses. Fotos: Colprensa.El presidente de la República, Gustavo Francisco Petro, provocó una gran controversia el sábado 12 de agosto al asegurar en su cuenta oficial de X que el peligroso opioide fentanilo, que genera una fuerte adicción por su consumo y que se considera como un problema de salud pública en Estados Unidos, estaría desplazando a la cocaína en Estados Unidos. Sin embargo, las afirmaciones del mandatario solo serían especulación, de acuerdo con un análisis que publicó en su página web el exministro de Salud Alejandro Gaviria. Basado en datos de Naciones Unidas, el también excontendor de Petro, en las pasadas elecciones presidenciales, sostuvo que el mercado del estimulante ilegal se mantenía igual, aunque reconoció que el presidente tenía razón al señalar que aumentó la demanda de ese estupefaciente en otras zonas del planeta.“La demanda por cocaína no se ha desplomado en Estados Unidos. Ha crecido rápidamente en otros mercados en Europa y Oceanía, pero no ha caído en Estados Unidos. De acuerdo con el Cocaine Report 2023, 30% de los usuarios globales de cocaína residen en Norteamérica. Según el reporte, el consumo de cocaína es complementario con el de marihuana, sustituto con el de metanfetaminas y no guarda ninguna correlación con el de opiáceos (Pj., fentanilo)”, explicó. También sostuvo que tampoco era cierto, como dijo el jefe de Estado, que la caída del tráfico ilegal de esa sustancia, de la que Colombia sigue siendo el principal productor mundial, no era producto de una menor demanda en el mundo, sino por la sobreproducción de la misma en el país. “La crisis en la economía cocalera, en contravía a lo afirmado por el presidente Petro, tiene origen no en una caída en la demanda global, sino en un aumento sustancial en la oferta local, como consecuencia, a su vez, del aumento de las áreas sembradas y el aumento de la productividad”, agregó.Tampoco los cultivos de hoja de coca se han reducido en zonas como el Catatumbo, en Norte de Santander, o en Tumaco (Nariño) en el sur del país, para desplazarse a la frontera con Ecuador como indicó Petro, sino que por el contrario permanecen estables en esas zonas del país.“Todo lo contrario. Sugiere que el aumento de la oferta ocurrió en los enclaves tradicionales: “Una panorámica territorial indica que para el 2021 86,5 % de la coca está en zonas afectadas por más de 10 años, lo que corrobora la permanencia de condiciones de vulnerabilidad en los territorios […] y fomenta el incremento de actividades ilegales en los territorios”, citó del informe de Naciones Unidas. Añadió que si bien probablemente cambiara un poco el panorama por la sobreproducción de hoja de coca, los enclaves de los cultivos se mantendrán en esas zonas del país. “Las cifras mencionadas por el presidente Petro parecen, entonces, más especulativas que reales, una especie de extrapolación todavía sin sustento fáctico”, sentenció. El que fuera ministro de Salud en el Gobierno de Juan Manuel Santos contradijo la aseveración del presidente Petro de que el narcotráfico desparecerá de Colombia, si no que comenzarán a tener relevancia otras plazas de esa renta ilegal en Suramérica. “El aumento de la demanda en Europa, Brasil y Oceanía llevará seguramente a la consolidación de otras rutas de narcotráfico más al sur. Ecuador, Paraguay, Brasil adquirirán un mayor protagonismo. Pero esta tendencia no implica que Colombia dejará de tenerlo. Probablemente (como ya está ocurriendo) habrá una expansión geográfica del problema, no una relocalización definitiva por fuera”, aseguró. Finalmente controvirtió la hipótesis de Petro de que con estos supuestos cambios en el tráfico de la cocaína conllevará a una desfinanciación de las estructuras criminales que dominan ese negocio, y consigo a un pacificación del país. “Aun si Colombia pierde algo de protagonismo, este hecho no implicará el fin de las organizaciones armadas, ni una paz providencial como resultado de la exportación de nuestros problemas. Las organizaciones armadas derivan su poder del control territorial, el narcotráfico las fortalece por supuesto, pero no desaparecerán endógenamente si Colombia pierde algo de participación en el mercado global de cocaína”, concluyó.

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