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El papa Francisco quiere demostrar que es un tipo normal y corriente

Imagen del Papa Francisco llegando a la audiencia general de la Plaza de San Marcos, en el Vaticano. EFE/EPA/ETTORE FERRARI
(ETTORE FERRARI/)Parece difícil de creer que hace solo unos pocos papados (y en los siglos anteriores) nadie, incluidos los católicos, tuviera una conexión real con el humano que dirigía las cosas desde el trono de San Pedro en Roma.Los papas se quedaban en Italia y no viajaban, y la tecnología de bajo nivel significaba que los católicos no esperaban verlos ni oírlos. Los papas emitían de vez en cuando documentos autoritativos llamados “encíclicas”, pero los mensajes tardaban en difundirse. E incluso entonces, los católicos promedio no solían leer las palabras del papa; no se sentían calificados para interpretarlas.Los católicos no se definían como muchos lo hacen hoy en día, especialmente en la polarizada América, por su afinidad con el papa.Nadie ha hecho más para hacer real el rostro del papado que el sacerdote argentino Jorge Mario Bergoglio, conocido como el papa Francisco. Aprueba aplicaciones que ofrecen sus dichos en forma ingeniosa, da entrevistas amenas y es conocido por renunciar a hogares y ropa lujosos. En cambio, toma el transporte público, usa zapatos ortopédicos voluminosos y dice cosas como “Soy un pecador, eso no es una figura retórica” y, sobre las personas gay, “¿Quién soy yo para juzgar?”.El papa Francisco da un dulce a un bebé al final de su audiencia semanal en el Vaticano, el miércoles 28 de febrero de 2024. (AP Foto/Andrew Medichini) (Andrew Medichini/)Esta accesibilidad radical se ha convertido en una característica distintiva desde que Francisco asumió el cargo en 2013, redibujando el rostro de la Iglesia Católica de 1.400 millones de personas. Muchas personas han amado y se han conmovido profundamente por este cambio, viendo a Francisco como un símbolo de una iglesia orientada hacia afuera, enfocada en la accesibilidad, la conexión íntima y la inclusividad. Muchos otros se oponen a su frecuente difuminación de líneas, diciendo que está dañando a la iglesia al hacer que el papado sea menor.En dos nuevos libros, Francisco da pasos concretos hacia la consolidación de este papa de todos en piedra para la historia literaria. A través de Vida, que se publicará el martes y se describe como su primer intento de autobiografía, y un segundo libro, llamado Una buena vida: 15 hábitos esenciales para vivir con esperanza y alegría, el hombre de 87 años está haciéndolo realmente oficial: el papa es solo un tipo.Es un tipo que está en la etapa final de su vida. Considerando su edad y los desafíos de salud, y que su predecesor se retiró, quién sucederá a Francisco ya es un tema de especulación entre los católicos. En Vida, Francisco dice que cree que el ministerio del papa es de por vida y, por lo tanto, solo se retiraría en caso de “un impedimento físico grave”. Para mí, como alguien que informa sobre religión, el estilo informal y accesible del libro es parte de la razón por la cual es difícil imaginar que el próximo papa sea más remoto.”Vida” (Harper Collins), el nuevo libro del papa FranciscoVida: mi historia a través de la historia es una crónica de la vida de Francisco organizada a través de eventos mundiales importantes, desde la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Sucia de Argentina hasta los ataques del 11 de septiembre y la pandemia de coronavirus. Intercala las palabras de Francisco con las de su coautor, el periodista italiano Fabio Marchese Ragona, estableciendo escenas ricas de la vida diaria del pontífice con su descripción de cómo experimentó esos períodos, con quién y cómo reflexiona sobre ellos ahora.La editorial dice que el libro está dirigido especialmente a los jóvenes, y se nota. La estructura es simple, al igual que el lenguaje. También tiene una vibra casi de wow-no-puedo-creer-que-esta-sea-mi-vida al mirar hacia atrás en todo por lo que ha pasado y extraer de ello reiteradas lecciones fundamentales.En su mayoría, presenta estas lecciones de una manera secular y universal. Eso no quiere decir que no comunique su teología y fe. A lo largo del libro, habla frecuentemente del papel de la Iglesia, la oración y su sensación de la presencia de Dios. Pero también hay un hilo que atraviesa el libro: Yo soy como tú, y la Iglesia Católica no se trata de los adornos que ves. Y mientras Francisco intenta, en su última era como papa, cambiar la dirección de la Iglesia, quizás este libro está tratando, de una manera diferente, de decir algo más parecido a lo que esperas de un papa: Dios es como tú, y la Iglesia Católica no se trata de los adornos que ves.En “Vida”, el Papa habla frecuentemente del papel de la Iglesia, la oración y su sensación de la presencia de Dios. Pero también deja de lado las jerarquíasFrancisco describe uno de los momentos visuales más famosos de su papado, al inicio de la pandemia, cuando se paró en una Plaza de San Pedro espeluznantemente vacía bajo la lluvia para dar una bendición.“Muchos se han preguntado en qué estaba pensando… no era nada extraordinario; solo estaba pensando en la soledad de las personas. Estaba solo, y muchas personas vivían la misma situación que yo”, escribe.Una de sus lecciones es que todos los seres vivos estamos interconectados, no importa cuán lejos estemos unos de otros. Eso lo recalca a través de su propia experiencia, como el niño Bergoglio aterrorizado, observando a adultos asustados a su alrededor durante la Segunda Guerra Mundial, incluso cuando los combates ocurrían en un país distante, y más tarde, como arzobispo de Buenos Aires, entrando inmediatamente en oración cuando los aviones se estrellaron contra el World Trade Center.El Papa Francisco dando una inusual bendición “Urbi et Orbi” -a la ciudad y al mundo- en una Plaza de San Pedro vacía durante los primeros días de la pandemia.
REUTERS/Yara Nardi/Pool (YARA NARDI/)Otra lección central en el libro es que lo más importante que podemos hacer para disminuir el sufrimiento es erradicar el odio y el resentimiento dentro de nosotros mismos. Muchos de sus capítulos están organizados alrededor de productos de guerra y odio: el Holocausto, Estados Unidos lanzando bombas atómicas sobre Japón durante la Segunda Guerra Mundial, la división política y la violencia durante la pandemia. El libro fue creado, dice su portada, para que los jóvenes pudieran escuchar a una persona mayor “reflexionar sobre lo que nuestro planeta ha vivido, para no repetir los errores del pasado”.No está claro que las historias o los personajes centrales en Vida sean nuevos para las personas que han leído las entrevistas detalladas que Francisco ha dado a periodistas europeos, o biografías de él. Hay personajes familiares, incluyendo a su abuela Rosa, que le enseñó sobre la oración así como sobre el activismo político, ya que ayudó a defender la iglesia contra el ascenso del fascismo en Argentina. Está su antigua maestra Esther, bioquímica que también era una activista marxista atea y que se convirtió en una amiga cercana antes de ser torturada y asesinada por el régimen militar durante la Guerra Sucia.El mundo se ve a través de los ojos de este sincero narrador en primera persona, quien expresa una vulnerabilidad y tristeza reales al ver a inmigrantes como sus padres anhelar su hogar (en su caso, Italia), quien baila tango con sus amigos y se enamora de una chica, y quien, durante el cónclave de 2013 que lo elige, tiene miedo de entrar a la sala donde la gente está votando porque le asusta ganar. Francisco había reservado el itinerario de vuelo más ajustado posible porque no le gustaba Roma y planeaba regresar a casa rápidamente.Jorge Bergoglio con sus padresEl segundo libro nuevo, Una buena vida: 15 hábitos esenciales para vivir con esperanza y alegría, publicado el mes pasado, refuerza la imagen de Francisco como un hombre común. El libro es parte de un género de orientación de Francisco que viene en dosis pequeñas. Uno podría ponerlo en la categoría de los tuits agudos, a menudo libres de Dios, que publica a sus más de 55 millones de seguidores en la plataforma X, y libros anteriores con títulos como El papa Francisco habla a las parejas y Felicidad en esta vida: una meditación apasionada sobre la existencia terrenal.Estos títulos son un contraste marcado con algunos de los libros del papa Benedicto XVI – Espíritu de la Liturgia y Padres de la Iglesia: De Clemente de Roma a Agustín – y los libros del papa Juan Pablo II, en su mayoría enseñanzas papales oficiales, como Sobre la relación entre fe y razón o Sobre el significado cristiano del sufrimiento humano.“El papa Benedicto era un teólogo y escribía como tal. El papa Juan Pablo era un filósofo y escribía como tal. El papa Francisco no es ninguno de los dos”, dijo el Rev. Mark-David Janus, presidente y editor de la casa editorial católica Paulist Press, que ha publicado más de una docena de libros de Francisco, al Washington Post. “Él es un pastor, por lo que escribe como un pastor”.En efecto, el legado que Francisco deja en libros como estos no es una teología radicalmente diferente a la de sus predecesores, sino un énfasis y estilo radicalmente diferentes. Una buena vida se interesa en maneras pragmáticas y básicas de mejorar a uno mismo, sea católico o no. Llora más. Apaga tu teléfono y mira a los ojos de las personas con las que estás hablando. No seas un sedentario.Este es el tipo de consejo que podrías esperar de un podcast de bienestar, tu instructor de Peloton o incluso Joel Osteen. Se esperaba que los papas estuvieran por encima de ese tipo de multitud, la encarnación elevada de una verdad que se permite, en amor, se diría, ser crítica y excluyente. Francisco ha utilizado su estatura para enfatizar diferentes verdades de una manera diferente.Fuente: The Washington Post

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Edvard Munch: la vida tormentosa del pintor noruego que gritó las emociones

Dos visitantes posan frente al cuadro ”El Grito”, del artista noruego Edvard Munch, durante la exposición sobre su obra en Moscú, Rusia (EFE/ Yuri Kochetkov)
(YURI KOCHETKOV/)Inspirador de emociones compartidas como los emoticones creados a partir de su célebre cuadro El grito, el célebre pintor noruego Edvard Munch mantiene invicta su presencia tan universal como los temas reflejados en sus pinturas y grabados sobre el amor, la angustia y la melancolía que siguen convocando miradas y relecturas a 80 años de su fallecimiento.“La naturaleza no es solo lo visible para el ojo, también son las imágenes interiores del alma”, decía Munch, uno de los tres artistas noruegos modernos más conocidos en el mundo junto al dramaturgo Henrik Ibsen y el compositor Edvard Grieg.Museos exclusivos, muestras permanentes y temporales, inmersivas, películas y la presencia de sus obras en grandes colecciones, marcan un derrotero que habilita mitos e historias sobre dolores existenciales como marco de una obra que más allá de lo expresivo permea los ciclos tan humanos de la vida y la muerte. Aunque, también lo permanente y la vitalidad de los colores, como manifiesta la pintura El sol, colgada en el salón de actos de la Universidad de Oslo.Luces y sombras, color y movimiento y la vida desde el dolor al amor pasando por el sexo y la soledad, la depresión, la angustia, la ansiedad, el alcoholismo y la genialidad, conforman su amplia paleta temática, como firma del retrato de una época. “Pintar me completa”, decía Munch.Edvard MunchA caballo entre dos siglos y figura bisagra entre el pujante e industrializador del XIX y un revolucionario y cambiante siglo XX, su mirada atenta sobre el mundo se convirtió en símbolo del sentir finisecular, y junto a Vincent van Gogh, se los señala como pioneros del expresionismo alemán.Mundialmente conocido por “El grito” que representa a un hombre gritando con las manos en los costados del rostro, el conocimiento sobre Munch parece detenerse en la obra maestra pintada a los 30 años sin contemplar los años posteriores de trabajo ni la complejidad de la obra. Tal vez por eso, el año pasado, el parisino Museo de Orsay le dedicó la muestra Edvard Munch. Un poema de vida, amor y muerte, en coincidencia con el 160 aniversario de su natalicio, dando cuenta de esas concepción del artista acerca de humanidad y naturaleza unidas por el ciclo de la vida.“En su proceso creativo Munch creaba variaciones del mismo motivo, versiones de un mismo tema”, caracterizaban. Así como el escritor corrige su texto, Munch elaboraba bocetos y variantes, e incluso volvía a pintar lo mismo para recuperar el vacío dejado por una obra vendida. Pero además de pintar y ser un gran retratista, incluidos sus numerosos autorretratos y fotografías, trabajó magistralmente el grabado.De la muestra “Un poema de vida, amor y muerte”, de Edvard Munch en el Museo de Orsay de París (EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON)
(CHRISTOPHE PETIT TESSON/)La versión inaugural de “El grito” (1893) fue expuesta en Alemania, y en una de las cuatro versiones que realizó siendo la última de 1910, cuando escribió en lápiz sobre el cielo rojo: “Sólo podría haber sido pintado por un loco”. Sin embargo, la imagen concebida a partir de una experiencia en su país, fue realizada durante una estancia en Niza.Para la versión de 1895 realizada en pasteles y vendida en 2012 por casi 120 millones de dólares -la única en manos privadas- Munch escribió en el marco con pintura de color rojo sangre el poema que lo había inspirado un año antes durante un paseo con amigos en las colinas de Oslo, con la puesta de sol y un cielo rojo como la sangre que lo dejaron “temblando de angustia” y sintiendo “que un inmenso grito infinito recorría la naturaleza”.Con el tiempo, el cuadro “se convirtió en el símbolo de la angustia universal”, y según Peter Olsen, descendiente del que fuera amigo y mecenas de Munch, quien vendió el cuadro, “muestra el momento escalofriante en el que el hombre se da cuenta de su impacto sobre la naturaleza y los cambios irreversibles que ha provocado”.Una visitante tomando fotografías del icónico cuadro de Edvard Munch “El grito” en el Museo Nacional de Oslo, Noruega (Heiko Junge / NTB / AFP)
(HEIKO JUNGE/)El cuadro fue parte de la secuencia narrativa conocida posteriormente como “El friso de la vida”, que presentó el artista invitado por la Asociación de Artistas de Berlín en 1893. Una muestra que fue suspendida a una semana de su apertura y le dio mucha publicidad.La narración de Munch exploraba el amor, la ansiedad y la muerte, y “El grito” respondía al “clímax final del ciclo del amor”, un ciclo compuesto por “la llamada del amor con la obra ‘La voz’, sus aspectos de placer en El beso, dolor con Vampiro, misterio erótico en Madonna, la culpa con Cenizas y por último la Desesperación”, explicaba la casa de subastas Sotheby’s.“En una imagen, Munch inicia el gesto expresionista que alimentará la historia del arte a lo largo del siglo XX y más allá”, sintetizaban.”Madonna” (1894-1895), en la Galería Nacional Noruega, Oslo
(Børre Høstland/)El artista nació el 12 de diciembre de 1863 en Løten, y falleció de neumonía el 23 de enero de 1944 en Ekely, cerca de Oslo, donde pasó sus últimos años que culminaron en tiempos de la ocupación alemana de Noruega durante la Segunda Guerra Mundial.La de Munch no fue una vida sencilla. Hijo de un padre médico castrense, estricto y religioso y luego depresivo, tuvo cuatro hermanos. La madre falleció de tuberculosis siendo él un niño, al igual que su hermana mayor Sofía a sus 15 años, a la que adoraba. Estas muertes, sumada más adelante la de su padre, lo marcarán para toda la vida.“Enfermedad, locura y muerte fueron los ángeles negros que velaron mi cuna y me acompañaron toda mi vida”, escribía el artista.“Amor y dolor” o “Vampiro” (1895) de Edvard MunchCon una salud frágil, su pasión fue el dibujo. Inició por mandato paterno estudios de ingeniería en Christiania (la actual Oslo), matriculándose en 1880 en la Real Escuela de arte y diseño. Participó del ambiente bohemio burgués de la época y conoció hacia 1884 al escritor anarquista Hans Jaeger, quien le sugirió “pintar tu propia vida” tras las críticas recibidas en 1885 por La niña enferma, un cuadro que significó además para el artista, la ruptura con el impresionismo.“Empecé como impresionista pero durante los tremendos conflictos espirituales y vitales de la época de la bohemia, el impresionismo no me daba suficiente expresión. Me vi obligado a buscar expresión para lo que se movía en mi ánimo”, expresaba Munch.En 1885 tiene su primera aventura amorosa tras conocer a la casada Milly Thaulow, viaja por tres meses a París, ciudad donde se siente atraído por los pintores postimpresionistas y el sintetismo (como el de Paul Gauguin). Su obra vira hacia el simbolismo pintando su visión interna de las cosas.”La niña enferma” (1885–86), en la Galería Nacional Noruega, Oslo (Børre Høstland/)“En mi arte he intentado explicarme la vida y su sentido. También he pretendido ayudar a otros a aclararse con la vida”, decía Munch.En 1889 realiza su primera exposición individual en Oslo y recibe una beca para estudiar en París, donde se quedará hasta 1892. Es la última vez que ve a su padre. Luego, en Alemania se inicia en el grabado, con el cual experimenta dándole mayor libertad y copias.En 1898 conoce a Mathilde Larsen, Tulla, relación que termina en 1902 en una pelea, y después conoce a la que fuera su amiga y amante, la violinista Eva Mudocci.Si en la década de 1890 el pintor explora sentimientos internos y experiencias personales, en el nuevo siglo “moderno” con una Europa de “nuevas tecnologías, medios de comunicación de masas, transporte de alta velocidad y vida urbana” -como destaca el Museo Munch en su biografía- estas previas parecen anticuadas, lo que lo hace buscar formas de expresar “este nuevo mundo”. También 1902 es el año en que Munch presenta la secuencia completa de imágenes del Friso de la Vida en Berlín.Detalles de “Los bañistas” (EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON)
(CHRISTOPHE PETIT TESSON/)Sus crisis nerviosas sumadas al alcoholismo, dicen, lo llevaron a internarse en el sanatorio de Copenhague del Dr. Jacobsen (1908) unos meses. Recuperado, vuelve a Noruega al año siguiente, y entre 1909 y 1916 el reconocido artista trabaja en la decoración del salón de actos de la Universidad de Oslo, cuyas pinturas de gran formato “están llenas de vida y energía”.A partir de 1916 llevó una vida solitaria en su casa de Ekely. Continúa trabajando sobre lo que observa en su entorno, el paisaje, el jardín, los animales, y los retratos de sus perros, y se sigue fotografiando y autorretratando.En 1940, sin haberse casado por miedo a transmitir enfermedades que se creían hereditarias, entre otras cuestiones, escribe su testamento legando a la ciudad de Oslo sus obras, preservando de este modo su memoria.El moderno Munch-Museet de Oslo con sus 13 pisos y 26.313 metros cuadrados fue inaugurado en 2021 (REUTERS/Nora Buli) (STAFF/)Su figura se proyecta firme en el moderno Munch-Museet de Oslo con sus 13 pisos y 26.313 metros cuadrados inaugurado en 2021, que atesora la colección de más de 26 000 obras de arte que incluyen 1200 pinturas y 7050 dibujos y bocetos, además de 9800 objetos personales de Munch, entre textos, cartas, fotografías y herramientas, donados por el artista a la ciudad. El museo que suplanta el creado en 1963 rescata su figura y mantiene vivo su legado.En cuanto al cine, se destacan Edvard Munch (1974) del británico Peter Watkins que pone pone en contexto la sociedad en la que nació el artista en con una Oslo de 135.000 habitantes, trabajo infantil y prostitución legalizada, y más allá de los numerosos documentales y capítulos televisivos, la reciente Munch (2022) dirigida por Henrik M. Dahlsbakken aborda esa vida entrelazada en el arte, la lucidez, el amor y la muerte, pero también la vida.Fuente: Télam S.E

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Venecia conmemora los 700 años de Marco Polo, el gran viajero de la historia

Con distintos homenajes, Venecia conmemora los 700 años de la muerte de Marco PoloPara homenajear a Marco Polo a 700 años de su muerte, la ciudad de Venecia alojará a lo largo de 2024 distintos acontecimientos que resignificarán la vida y las travesías de quien está considerado el viajero más emblemático de todos los tiempos, que será evocado a través de conferencias, espectáculos y hasta una ópera que se estrenará el 21 de abril.Desde el Palacio Ducal de Venecia al Teatro La Fenice pasando por el Carnaval de Venecia, los grandes espacios venecianos consagrados al arte se preparan para rendir tributo a una de las figuras más importantes de Italia, nacido en 1254 en la ciudad de los canales, donde murió a los 70 años, poco después de haber redactado un detallado testamento que será una de las joyas de la exposición que se exhibirá en el Palacio Ducal a partir del próximo 6 de abril.El relato de sus viajes al Lejano Oriente está recogido en la obra literaria “Il Milione” (El Millón), conocido también como El libro de las maravillas, sin duda uno de los primeros bestsellers del mundo, una auténtica enciclopedia geográfica. Con su viaje y su libro se amplió la dimensión del mundo conocido y por primera vez se reveló en la Europa de finales del siglo XIII los espacios ilimitados de China. Coincidiendo con la efeméride, la editorial Nórdica publicará una nueva edición en marzo.Casa de Marco Polo en Venecia, hoy un teatro (Didier Descouens/)Venecia estará volcada en celebrar lo que fue un hito en la historia, por ese motivo el Teatro La Fenice dedicará a Marco Polo una ópera que se estrenará el 21 de abril y la Universidad Ca Foscari convocará un simposio sobre su figura, dos de los actos más significativos del aniversario.A estas conmemoraciones hay que añadir la edición 2024 del Carnaval de Venecia, que se celebrará del 27 de enero al 13 de febrero. Esta edición se inspirará en el tema del viaje y el descubrimiento en honor a Marco Polo: las referencias al mundo relatado por el viajero y la famosa Ruta de la Seda serán dos de las influencias que guiarán el tradicional desfile de máscaras y vestuario.La ciudad de Venecia también está preparando una serie de conferencias para aumentar la comprensión de China en la geopolítica mundial. Esta propuesta permitirá abrir grandes diálogos en la ciudad portuaria como enclave del debate estratégico.La familia Polo partiendo desde Venecia. La imagen se encuentra al comienzo del manuscrito, ‘Los viajes de Marco Polo’ o ‘El libro del Gran Khan’ (Foto de Hulton Archive/Getty Images)
(Getty Images/)Marco Polo nació en una familia de comerciantes venecianos rica y cosmopolita. Su padre y el tío, Niccolò y Maffeo Polo, eran comerciantes que hicieron fortuna con joyas, sedas y especias, cuando la Venecia del siglo XIII era el centro comercial de Europa, una puerta orientada hacia Oriente Medio y Asia.En 1260, el padre y tío paterno de Marco Polo viajaron al Mar Negro, se adentraron en Asia central y llegaron a la corte de Kublai Khan, el gran líder mongol que extendió su dominio en China, siendo el fundador del primer Imperio chino de la dinastía Yuan. Khan pidió a los hermanos Polo que regresaran a Europa y persuadieran al Papa para que enviara eruditos que le explicaran el cristianismo. Regresaron a Venecia en 1269. En 1271 partieron de nuevo, acompañados por dos misioneros y Marco, que entonces tenía 16 años. En 1275 llegaron a la corte de Khan.Durante los siguientes 17 años, los Polo vivieron en tierras del emperador. Marco fue enviado a varias misiones diplomáticas que le dieron la oportunidad de conocer muchas partes de China. Recorrió decenas de miles de kilómetros, visitando lugares, costumbres y pueblos que luego describió en “Il Milione”, constituyendo algo nuevo y tan exótico que, para los europeos, parecía increíble.Marco Polo en la corte de Kublai KanEl viajero regresó a Venecia en 1295, con una discreta fortuna que invirtió en la empresa comercial familiar. Durante la guerra de la República de Venecia contra la de Génova, con episodios de piratería y violencia entre las dos comunidades comerciales, fue capturado por los genoveses y estuvo en prisión desde 1296 a 1299. Esa desgracia fue en parte también su fortuna, porque en la cárcel conoció al escritor Rustichello da Pisa, quien quedó cautivado por las historias que le contaba.Rustichello, quizás su compañero de celda, comenzó a redactarlas, dando forma escrita a la epopeya de Polo. La obra sirvió de inspiración para generaciones de viajeros europeos -entre ellos Cristóbal Colón que poseía un ejemplar del libro-, aportando ideas y material a la cartografía occidental.Fuente: Télam

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Cuando la revolución psicodélica del LSD llegó al psicoanálisis argentino

El LSD adquirió un papel relevante en la exploración psicoanalítica (Busà Photography/)Un buen viaje. Así se podría definir al momento en donde el psicoanálisis argentino —ya de avanzada en el mundo entero y siempre dispuesto a nutrirse de los más variados métodos para lograr que el inconsciente aflore y comience así el camino de la autoexploración del ser— tomó contacto con los poderes del LSD, el ácido lisérgico, y lo llevó al consultorio para que hicieran uso de él tanto los analistas como los pacientes.Un buen viaje: despegue, ascenso, vuelo, descenso, aterrizaje. Por qué esta historia, muy poco conocida y tal vez sólo difundida —hasta ahora— por quienes participaron de esta experiencia y algunas almas curiosas de la historia de la psicología argentina, llegó a su fin. Y no fue porque ese viaje hubiera sido problemático —al menos, no en exceso— ni por el descubrimiento de que el LSD y el psicoanálisis eran caminos que no debían converger. La ley, a tono con las grandes tendencias del conservadurismo que sobrevino a los acontecimientos que bien podrían ser representados mediante la mención del año “1968″ —en tanto una época—, prohibió la sustancia alucinógena y truncó el desarrollo de las investigaciones prácticas que se desarrollaban. Se podría decir que sí, fue un viaje de ida. Pero no en el sentido de los excesos y las adicciones irreversibles, más bien porque fue un viaje que no se retomó. Esto cuentan los autores ¡Viva la pepa! (editado por Ariel y notanpuan), de Damián Huergo y Fernando Krapp.¡Viva la pepa! (editado por Ariel y notanpuan), de Damián Huergo y Fernando KrappNo era difícil conseguir LSD de manera gratuita y con envío directo de la casa matriz donde se elaboraba, a mediados de los años cincuenta. Las propiedades de la dietilamida del ácido lisérgico habían sido descubiertas de casualidad por el científico suizo Albert Hofman, que investigaba nuevos desarrollos farmacológicos para el laboratorio Sandoz; y pese a que en 1938 habían cesado las investigaciones sobre la sustancia, decidió darle una oportunidad más en 1943. El 19 de abril, una fecha que debería figurar en los feriados internacionales de la cultura de la psicodelia, Hoffman, inquieto, aceleró el acto de culminar la jornada en su laboratorio, guardó los enseres, cerró la puerta y se dirigió a su casa.Escribió en su diario: “En casa me tumbé y me hundí en una condición de intoxicación no desagradable, caracterizada por una imaginación extremadamente estimulada. En un estado parecido al del sueño, con los ojos cerrados (encontraba la luz del día desagradablemente deslumbrante), percibí un flujo ininterrumpido de dibujos fantásticos, formas extraordinarias con intensos despliegues caleidoscópicos. Esta condición se desvaneció dos horas después”. Por accidente, su piel había absorbido el LSD. Días después, tomó de manera consciente una cantidad de la droga, le pidió a su asistente que lo acompañara, tomó su bicicleta y de pronto se sintió como la protagonista de Alicia en el país de las maravillas. Una nueva era se abría paso en la relación de la química y las reacciones neurológicas.El químico suizo Albert Hofmann descubrió el LSD casi por error, 80 años atrás
Decíamos que no era difícil en Argentina conseguir LSD de máxima pureza. Es que, todavía en estado de experimentación, el laboratorio Sandoz lo enviaba a científicos de todo el mundo que acreditasen un interés pertinente por la droga. Con una condición: que la autoexperimentaran antes de prescribirla a los pacientes que serían los conejillos de indias de la lisergia. El médico y psicoanalista Alberto Tallaferro fue el primer argentino que pidió sus ampollas de LSD a Sandoz. Desde Suiza, accedieron: enviaron un maletín por avión. Llegó a su casa en la Recoleta. Se puso a contento, dejó el paquete abierto y se fue a dar una ducha, tal vez pensando qué nueva era se estaría iniciando con ese envío postal. Pero la señora que hacía la limpieza vio el paquete desgarrado y, con el ruido de fondo de la ducha, lo tiró a la basura. Justo pasaba el recolector de residuos y le entregó la bolsa. ¡Para qué! Casi se muere Tallaferro al salir con el toallón. Su mujer fue a buscar escarbando en el basurero, para ver si encontraba el paquetito. Pero se había perdido para siempre.Aldous Huxley 1894-1963 (Foto: Edward Gooch Collection/Getty Images) (Edward Gooch Collection/)No pasó nada. Hizo un nuevo pedido. Llegó. La experiencia comenzó en la Argentina. Había toda una audiencia esperando la experimentación con esa síntesis química. En 1954 Aldous Huxley había experimentado con LSD y escrito el libro Las puertas de la percepción, que mostraban los alcances que podía tener su uso en la ampliación de los procesos mentales. En 1956 Tallaferro publicó Mescalina y LSD25 que incluía 26 testimonios del uso supervisado del ácido lisérgico, incluida su propia experiencia (anotada por cuatro asistentes durante la primera toma).Las experiencias fueron tomadas con toda la seriedad del mundo por quienes formaban la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), el primer agrupamiento de psicoanalistas del país cuyos precursores fueron Ángel Garma, Arnaldo Rascovsky y Enrique Pichon-Riviere y un grupo de jóvenes entusiastas de aquella disciplina fundada por Sigmund Freud. La camada siguiente a la de los fundadores, entre quienes se destacaban Celes Cárcamo, Marie Langer, Luisa Rebeca (Rebe) de Álvarez Toledo y el propio Talaferro, entre otros, recibió con entusiasmo la experimentación con lisérgicos.Enrique Pichon-Riviere, uno de los precursores del psicoanálisis en ArgentinaEl efecto sensorial que mostraba las cosas de este mundo como formas desconocidas, hacía valorar al LSD como un impulsor a un estado pronominal. Allí el inconsciente funciona sin inhibiciones, en una forma cercana a lo que podría ser comparado con una regresión al útero y al nacimiento. Definitivamente, la experiencia producía un efecto en los experimentadores. Quizás se pueda pensar en estos versos de Alejandra Pizarnik al señalar la acción del LSD: “explicar con palabras de este mundo / que partió de mí un barco llevándome”. En todo caso, ese era el desafío, y hubo unos pioneros que brindaron mucho para ver hasta dónde podían explicar esas palabras.Rebe Álvarez de Toledo fue una de ellas. Los autores de ¡Viva la pepa! dicen: “Para ella, el estado alucinatorio del LSD facilitaba un acceso al ‘objeto’ de las palabras. A aquella fantasía primaria, ese imago que acompañaba al sujeto desde su infancia, y que durante su adultez creaba un trauma originario. Tal vez con el LSD podía abrirse una puerta a lo inconsciente”. Ella también pidió su valijita de ampollas a Sandoz. Su lugar de experimentación sería la misma APA.Alberto Ure, director teatral (1940-2017)Alberto Fontana fue uno de los más innovadores psicoanalistas argentinos. Su clínica en la calle Oro, en Palermo, fue legendaria. Allí realizaba no sólo terapias individuales, sino también de grupo en los que el psicodrama era fundamental y en donde tomaban parte activa como coordinadores el futuro director de teatro Alberto Ure y el futuro director de cine Rafael Filippelli. Asistían artistas, escritores, músicos, angustiados y neuróticos de todo el país para incurrir en la sesión psicoanalítica. En el caso de Fontana, podían extenderse durante cuarenta y ocho horas. El método, una experiencia en sí misma, fue desarrollada en su libro Sesiones prolongadas.Francisco “Paco” Pérez Morales fue la tercera pata de la tríada. La tesis de Pérez Morales señala, dicen los autores del libro, que “el analista debe acompañar y lograr sostener al paciente en el territorio de la incomunicación para que la experiencia sea más profunda. Si eso sucede, si se llega a exaltar la disociación entre el mundo de las palabras y la experiencia concreta, van a generarse las condiciones para posibilitar cambios en el paciente”. Escribió la tesis “Psicoanálisis y LSD-25″ que defendería ante el comité de la APA para su aceptación como miembro titular. Pero las condiciones iban variando. En una votación dividida, su tesis fue rechazada y se señaló que los psicoanalistas no podían usar LSD. Pérez Morales renunció a la APA. Una gran crisis sobrevino en el interior del organismo.Damián Huergo y Fernando Krapp, autores de “¡Viva la pepa!” (Foto: Alejandro Guyot) (Alejandro Guyot/)Durante esos años Noé Jitrik, Paco Urondo, Mario Trejo, Marilina Ross, el cineasta David Kohon y otras personalidades relevantes de la cultura de vanguardia de los años 60, experimentaron con LSD en el marco de sesiones psicoanalíticas. Esto antes de la prohibición legal. Luego las experiencias finalizaron. Eran plausibles de castigo estatal. Un ciclo terminó.¡Viva la pepa! es un libro que abre un surco hacia una historia olvidada del psicoanálisis argentino y muestra las potencialidades de la experimentación con ciertos fármacos para explorar la mente humana, que recién ahora pueden retomarse tímidamente ya no con LSD -que sigue prohibido por la ley- pero sí con psilocibina, un sintetizado químico de funciones similares. Pero no sólo eso, el libro muestra una época muy fértil en la APA, que luego se desgajaría en la enorme cantidad de tendencias existentes en el campo del psicoanálisis argentino (y, por lo tanto, mundial) hoy. Y es, sobre todo, un retrato de época. De fines de la década del 50 hasta el fin de los 60 en el siglo XX, probablemente los años más venturosos para las aventuras intelectuales en el país. Hay que leer este libro. Pero bajo una condición. Hay que leerlo todo, no solamente un cuartito.

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Las mejores muestras de arte del mundo en 2023

Exposición sobre Johannes Vermeer en el Rijksmuseum de Amsterdam (Foto: EFE/EPA/Koen Van Weel) (KOEN VAN WEEL/)“Vermeer”, en el Rijksmuseum, Países Bajos.Esta fue la rara exposición de arte que cubrió titulares internacionales. No sólo las entradas para la exposición, que se desarrolló del 10 de febrero al 4 de junio, se agotaron en días, sino que cuando se lanzaron entradas adicionales, los visitantes ansiosos colapsaron el sitio web del museo.Entonces, ¿fue buena la exposición de 28 obras del pintor holandés del siglo XVII Johannes Vermeer? Respuesta corta: Sí. ¿Respuesta un poco más larga? Esta fue una exposición muy pasada de moda, en la medida en que no intentaba hacer nada más que colocar pinturas en las paredes y dejar entrar al público. Los organizadores parecieron apostar que el esfuerzo de reunir todas estas obras maestras en un solo lugar fue más que suficiente.“Basquiat. Las pinturas de Módena”, en la Fundación Beyeler, Riehen, SuizaEn 1982, a la edad de 21 años, Jean-Michel Basquiat (1960-88) fue invitado a viajar a Módena, Italia, donde realizó ocho lienzos gigantes destinados a una exposición individual en una galería. El espectáculo nunca se realizó y durante la mayor parte de 40 años los lienzos estuvieron esparcidos por el viento.La obra “Untitled” de Jean-Michel Basquiat de 1982, una de las pinturas de Módena
(Redactor/)Al reunir las pinturas, Beyeler hizo un buen trabajo al mostrar el proceso creativo del artista a medida que se extendía a través de una serie de obras separadas. No es sorprendente que muchos de los motivos e ideas de un lienzo aparezcan en otro, aunque de forma ligeramente diferente. Hoy en día, es difícil separar a Basquiat de su celebridad póstuma y de sus precios de subasta récord. En el show de Beyeler, que se desarrolló del 11 de junio al 11 de agosto. El 27, el artista y su arte estuvieron al frente y al centro.“Manet/Degas”, en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva YorkÉdouard Manet (1832-83) y Edgar Degas (1834-1917) compartieron muchas aportaciones: nacieron en familias burguesas parisinas, estudiaron a los mismos viejos maestros en el Louvre, viajaron a los mismos países y tenían muchos amigos en común. Sin embargo, su producción varió dramáticamente.El Metropolitan Museum de Nueva York presenta la compleja relación de los dos grandes artistas a través de 150 obras (EFE/Anna-Marie Kellen/The Met)
(Anna-Marie Kellen/)La comparación y contraste resultante es el tema de este espectáculo amplio y espectacular. Que Manet salga más favorecido en estas comparaciones es en gran medida irrelevante; los paralelos (en materia subjetiva, principalmente) son fascinantes y recompensan las visitas repetidas. Y esto ni siquiera incluye a la estrella de la exposición, Olimpia de Manet, que cruza por primera vez el Atlántico.“Ed Ruscha/Ahora entonces”, en el Museo de Arte Moderno de Nueva YorkRara vez una exposición constituye un placer tan absoluto tanto para los neófitos como para los amantes del arte experimentados. Esto se debe principalmente a Ruscha, quien ha sondeado las profundidades de la cultura pop estadounidense con inteligencia e ironía durante más de 60 años, creando obras de arte que a menudo funcionan como juegos de palabras.“Ed Ruscha/Ahora entonces”, en el Museo de Arte Moderno de Nueva YorkTambién tiene algo que ver con el estilo elegante y expansivo del espectáculo en sí. Las 200 obras de arte están muy espaciadas, con texto de repuesto en la pared, lo suficiente para poner las cosas en contexto, pero no tanto como para parecer pedante.“Sarah Lucas: gas feliz”, en la Tate Britain, LondresLucas se hizo famosa en la década de 1990 como parte del llamado Joven Artista Británico (Damien Hirst estaba en el mismo grupo) cuya fotografía y escultura inexpresivas se burlaban de la clase, el sexo y las costumbres sociales. Treinta años después, la artista, que ahora tiene 60 años, ha mantenido su concisión mientras se expande hacia formas más maduras (y a menudo más sofisticadas) de hacer arte.“Sarah Lucas: gas feliz”, en la Tate Britain, Londres.La pieza central de la muestra, una larga sala empapelada con autorretratos de Lucas comiendo un plátano, de 1990, es un escaparate para sus esculturas femeninas (a menudo hechas con medias rellenas) apoyadas en sillas. Las piezas, a las que ella llama Bunnies, son profundamente extrañas y extrañamente convincentes, lo que a su manera es una destilación perfecta de la obra de Lucas.“Henry Taylor: Lado B”, en el Museo Whitney, Nueva YorkEsta no es la primera retrospectiva de Henry Taylor, pero sin duda es la mejor. En los últimos años, Taylor ha saltado a la fama como parte de la tendencia de la figuración negra y, lo que es más convincente, como una persona profundamente comprometida con las cuestiones de raza y justicia social.“Henry Taylor: Lado B”, en el Museo Whitney, Nueva York (Serge Hasenböhler/)Lo que esta muestra también deja claro es que Taylor, que nació en Ventura, California, estudió en el Instituto de las Artes de California (CalArts) y vive y trabaja en Los Ángeles, es en gran medida un pintor del sur de California: la luz, el tema, las viñetas, son todo o casi un lugar. Algunas de las obras de la muestra son excelentes, otras simplemente interesantes. En conjunto, muestran a un cronista de nuestro tiempo en ocasiones divertido y a menudo apasionado.“Frans Hals”, en la National Gallery de LondresComo si la National Gallery sintiera de alguna manera la necesidad de demostrar la profundidad de sus considerables recursos, tenemos aquí una inmensa exposición de 50 obras del retratista del siglo XVII de la época dorada de Holanda. Si no está muy familiarizado con Hals (1582-1666), tiene sentido; esta muestra es su primera gran retrospectiva en 30 años.“Bufón con laúd”, de Frans HalsLa genialidad de Hals residía en su capacidad para evocar la personalidad de un sujeto, especialmente si esa personalidad incluía una sensación de alegría. Utilizando pinceladas pictóricas y una comprensión magistral de la composición, capturó a sus sujetos en retratos que a menudo parecen momentos en el tiempo contemporáneos.“Ellsworth Kelly a los 100 años”, en Glenstone, Potomac, MarylandEn la más significativa de las muchas celebraciones del centenario de Kelly, Glenstone, el museo privado fundado por los multimillonarios Mitch y Emily Rales, ha organizado un deslumbrante estudio de su principal obra. Hay magníficas pinturas tempranas en las que Kelly (1923-2015) exploró por primera vez la abstracción, la forma y el color, lo que lo hizo famoso.“Ellsworth Kelly a los 100 años”, en Glenstone, Potomac, Maryland También hay fotografías poco conocidas en las que se puede ver la preocupación de Kelly por la geometría. También se incluyen sus exquisitos dibujos de plantas y varias esculturas minimalistas. Las casi 70 piezas de la muestra provienen de la colección permanente de Glenstone, así como de préstamos de museos de todo el mundo.“Mark Rothko”, en la Fundación Louis Vuitton, ParísDefinitivamente se puede argumentar que las exuberantes y nebulosas abstracciones de campos de color de Mark Rothko (1903-70) se admiran mejor en la contemplación solitaria. Pero este colosal espectáculo en la Fundación Louis Vuitton constituye un contraargumento convincente.“Marcos Rothko”, en la Fundación Louis Vuitton, París Presentando un total de 115 obras de arte, sala tras sala muestra la lenta evolución del artista desde una figuración no terrible hasta una abstracción sublime, terminando con sus monocromos tardíos. Bellamente decorada y casi repleta de material (incluido un préstamo sin precedentes de los llamados murales Seagram de la Tate Modern), la primera retrospectiva del artista en Francia en casi 30 años demuestra contundentemente que la mayor cantidad de Rothkos en una habitación es la mejor.“El Anatsui: Detrás de la Luna Roja”, en la Tate Modern, LondresDe manera anual, la Comisión Hyundai de la Tate Modern presenta una obra o una serie de obras realizadas específicamente para la cavernosa Sala de Turbinas del museo. Los encargos anteriores ciertamente han sido grandes (tienen que serlo), pero nunca han tenido el tipo de monumentalidad de los tapices metálicos de Anatsui: hechos con tapas de botellas de licor y pequeños trozos de metal, tres obras ondean desde las vigas superiores del edificio.“El Anatsui: Detrás de la Luna Roja”, en la Tate Modern, LondresAnatsui es uno de los artistas más interesantes que trabajan en la actualidad; la práctica del escultor ghanés se centra en la historia, la geografía y la industria. Si bien la instalación de la Tate pretende funcionar como una historia en tres actos, también es, para deleite de los visitantes, una escultura visualmente impresionante, como nunca antes se había visto en Londres.Fuente: Bloomberg, a través de The Washington Post

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El Museo del Barrio de Nueva York redobla su apuesta por la cultura latina

Tapices de arpillera chilena realizados por madres y esposas de desaparecidos durante la dictadura de Pinochet, exhibidas en el Museo del Barrio de Nueva York (Ruth E. Hernández Beltrán/)El Museo del Barrio en Nueva York, principal institución cultural latina del país, abrió la segunda parte de su exposición Something Beautiful: Reframing La Colección, que muestra el trabajo de 60 artistas y que incluye nuevas adquisiciones.La exposición, la más ambiciosa en dos décadas y que muestra unas 150 obras de arte, está dividida bajo nueve temas e incluye afiches, fotos, pinturas, artesanías, esculturas, vídeos e instalaciones que se podrán visitar hasta el 10 de marzo del 2024.Something Beautiful: Reframing La Colección, cuya primera parte abrió el pasado mayo compuesta por 500 obras, presenta con otra mirada la colección permanente del museo, comentó su director, el mexicano Patrick Charpenel.Explicó que los curadores del museo han dado un giro a la forma tradicional en que se han estado presentando las exposiciones, para hacerlo ahora desde la perspectiva “de las raíces culturales, de los conflictos culturales en el siglo 21″, tras conversar con curadores de otras instituciones que coleccionan arte puertorriqueño y latino, además de artistas y líderes comunitarios.Obra sin título del artista puertorriqueño Jorge Soto, (Ruth E. Hernández Beltrán/)Los trabajos ahora están mezclados y no separados por temas como solo fotos, o carteles, etc. “Todos los museos tenemos que abordar esto más desde la perspectiva histórica y cultural que desde la perspectiva formal”, afirmó Charpenel, que se mostró complacido porque la colección del museo ha crecido con donaciones recientes que han recibido y de las que por ahora, dijo, no puede dar detalles.“Espero pronto poder hacer ese anuncio para celebrar”, afirmó Charpenel, lo que ocurre en medio de la expansión que encara el museo, que recibió 9 millones de dólares de la ciudad para ese fin. Eso les permitirá tener expuesta su colección permanente mientras muestran otros trabajos en las nuevas galerías, comentó.Edgardo Gimenez (Gentileza Malba)En esta segunda parte de ‘Something Beautiful: Reframing La Colección’, destaca el trabajo de los argentinos Edgardo Giménez (1942), que impulsó el Pop Art en su país durante las décadas de 1960 y 1970 a través de sus carteles y su tienda de diseño Fuera de Caja y el de Jaime Davidovich (1936-2016).El trabajo de Davidovich, un artista conceptual y pionero del arte televisivo, abarca las muchas estrategias que desarrolló como miembro de la escena artística experimental del centro de Nueva York, incluida su temprana adopción de la televisión de acceso público como lugar para actuaciones de vanguardia.En la muestra también destaca el trabajo de Sophie Rivera (1938, Nueva York), que recorrió los condados de la ciudad tomando fotografías de su gente y lugares, incluidas imágenes casi abstractas de la ciudad y sus escombros, y el de Pepón Osorio (1955, Puerto Rico), con ‘La cama’.’La cama’ del puertorriqueño Pepón Osorio (Ruth E. Hernández Beltrán/)Es una instalación que muestra una antigua cama de pilares del artista, en un espacio que asemeja un dormitorio pintado de rosa, que está embellecida de elementos como juguetes, cuentas, y recuerdos personales y cubierta por una colcha de “capias”, un recuerdo que se otorgaba a quienes asistían a bodas, cumpleaños y bautizos.De acuerdo con los curadores, Rodrigo Moura y Susanna V. Temkin, esta instalación tipifica la estética del exceso del artista y hace referencia a los rituales culturales y la dinámica de los espacios públicos y privados que son de especial importancia para sus compatriotas puertorriqueños, y que el artista dedica a la mujer que le crió en Puerto Rico.Destaca también entre las obras el trabajo de arpilleras chilenas – esposas y madres de desaparecidos- hecho durante la dictadura de Augusto Pinochet, cuyas piezas fueron una voz durante marchas de protesta, comentó Temkin.’Señora de las conchas’ del artista puertorriqueño Diógenes Ballester (Ruth E. Hernández Beltrán/)Las piezas, “símbolos de resistencia” según la curadora, fueron sacadas del país de contrabando y vendidas internacionalmente para mantener a sus fabricantes y financiar el movimiento chileno de resistencia a la dictadura.El dominicano Tony Capellán presenta una obra que muestra sandalias recogidas en un río de su país y la parte superior que sujeta los dedos están hechas de alambre de púas.En la muestra hay también una sección dedicada al hip-hop, movimiento que este año celebró los cincuenta años de su nacimiento en Nueva York, afiche de famosos, trabajos en torno al color de la piel, y obras en torno a los Taínos, la única sala con trabajos expuestos en la primera parte que permanecen desde que abrió “Something Beautiful: Reframing La Colección”.Fuente: EFE.[Fotos: Ruth E. Hernández]

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La satisfactoria experiencia del Museo Moderno como editorial de libros inclusivos

Imagen de la presentación del libro de Josefina Ricotta en el Museo Moderno“Una última cosa quiero dejarte en este cuento. Al menos alguna vez en la vida dejate domesticar por una mascota y alguna que otra vez, intentá ser quien la domestique”, concluye unos de los cuentos de Historias de papel. Un libro para Jacinta, de la joven autora Josefina Ricotta.Esta publicación es el tercer título de la Colección Inquieta que publica el Museo Moderno y que forma parte del proyecto de sustentabilidad social con perspectiva de diversidad, equidad, accesibilidad e inclusión (DEAI). Se trata de un proyecto sensible que permite descubrir cómo el arte puede favorecer el proceso de sanar y transformar la vida de las personas y su futuro.Desde hace años, el Museo Moderno está a la vanguardia en la producción de proyectos artísticos inclusivos que garantizan el disfrute de experiencias museísticas a todas las personas. A través de programas educativos, visitas guiadas, señalización y actividades especiales, el museo busca expandir las fronteras del arte a todos los públicos. El foco en la accesibilidad que garantiza el derecho de las personas con discapacidad a participar de las propuestas, dió como resultado que en el 2022 la institución obtuviera la distinción Directrices de Accesibilidad otorgado por el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación.Josefina Ricotta, autora de “Historias de papel. Un libro para Jacinta”“Uno de los más importantes objetivos de este gran museo público de nuestra ciudad es la inclusión y la accesibilidad. Desde hace diez años buscamos transformar nuestro museo en un espacio cada día más amigable, al que todos puedan acceder por igual y sentirse cómodos y bienvenidos. Este libro es sólo un tramo en ese amplio camino”, contó Victoria Noorthoorn, directora del Moderno, en diálogo con Infobae Cultura.En este sentido, en el 2021 se creó la Colección Inquieta, una propuesta literaria que complementa lo trabajado en las salas expositivas. Historias de Papel es el tercer título. Lo anteceden: Ni tonto ni holgazán, la adaptación de una historia que el artista Alberto Greco contó en una entrevista radial en 1956, con ilustraciones de María Wernicke; y Vuelvo como un jardín después del invierno del artista Cotelito, una historia que tiene al museo como protagonista y cuyo libro fue realizado con la tipografía OpenDislexic, amigable para lectores con dislexia. “La idea es que el arte y la literatura estén siempre al alcance de la mano de la gente porque confiamos que eso nos hace la vida mejor”, contó Gabriela Comte, editora de la colección del Moderno.El diseño de la publicación reproduce el cuaderno con los cuatro cuentos que fueron escritos e ilustrados a mano por Ricotta para su sobrina Jacinta. Con imaginación y frescura, la prosa de esta joven autora trae reminiscencias de grandes obras de la literatura como los cuentos de María Elena Walsh o El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry. “Nosotros estábamos desarrollando una colección infantil pero en este caso decidimos crecer y que no solamente el destinatario de este libro sean los niños sino todas las familias, desde una perspectiva de inclusión y accesibilidad que en este museo es un eje transversal”, afirmó Comte.Sandra Mihanovich participó de la presentación del libro de Josefina RicottaPor su parte, Sandra Mihánovich, presente en el evento, admitió con emoción entre lecturas de fragmentos del libro: “Estoy acá porque yo soy tía también, soy muy tía, no tengo hijos pero tengo una sobrina, Sol”.Otra particularidad de este proyecto es que Josefina, la autora, tiene TLP (trastorno límite de la personalidad). Al enterarse de que su hermana estaba embarazada, logró sobreponerse a través de la escritura de cuentos para su sobrina que estaba en camino. Durante el proceso de edición del libro pudo reconocer pública y socialmente su condición para inspirar a otros. Reconocerse en su comunidad y asumir su propia identidad han sido momentos centrales en el proyecto editorial.Josefina Ricotta nació en 1992, en San Miguel del Monte (provincia de Buenos Aires). Es licenciada en Psicopedagogía y especialista en Neuropsicología clínica. Cuando cursaba sus estudios superiores realizó, a modo de oyente, varios seminarios de la carrera de Letras: Literatura argentina y latinoamericana, Análisis del cuento, Dramaturgia, Cine y psicoanálisis, y Literatura y psicoanálisis. Colaboró en una antología de cuentos y se desempeñó como correctora en varias oportunidades. Actualmente trabaja como directora académica de Mindfulness Argentina.* Historias de papel está disponible en la tienda del museo, junto a otros títulos de la colección y puede adquirirse en San Juan 350, C.A.B.A., los lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 19 hs. y sábados, domingos y feriados de 11 a 20 hs.[Fotos: Julián Bongiovanni]

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El conflicto entre Grecia y Reino Unido por el Partenón aumenta y se expande a otros países

La repatriación de frisos y esculturas del Partenón que reclama Grecia sigue hallando obstáculos por parte de Gran Bretaña.
(Europa Press/Contacto/Li Ying)
(Europa Press/Contacto/Li Ying/)El aumento de tensiones entre el Reino Unido y Grecia por la repatriación de frisos y esculturas del Partenón, conocidas también como los Mármoles de Elgin, que se exhiben en el Museo Británico, da cuenta de una problemática más amplia, debido a que otras naciones también reclaman la devolución de valiosas piezas de arte que se encuentran en museos de ese país europeo.En medio de las negociaciones en curso, queda claro que Grecia no está sola en su empeño por la restitución de tesoros culturales. Desde la chilena Isla de Pascua hasta Egipto y Etiopía, diversas naciones han planteado demandas de repatriación de piezas históricas, destacando la necesidad de abordar la devolución de manera más amplia.Esta semana resurgió la controversia con Grecia, que ha persistido en su reclamo de las 17 esculturas retiradas del Partenón hace dos siglos, alegando que fueron “saqueadas” durante la ocupación otomana, entre 1799 y 1803, cuando Grecia estaba bajo el dominio del imperio británico.La cancelación de una reunión entre el primer ministro británico Rishi Sunak y su homólogo griego, Kyriakos Mitsotakis, exacerbó la situación, mientras el Gobierno británico explora vías legales para bloquear cualquier exportación de las esculturas.El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, se mostró “profundamente decepcionado” por la cancelación de la reunión con el primer ministro británico. REUTERS/Fabrizio Bensch (FABRIZIO BENSCH/)Londres sostiene que el embajador británico de Imperio Otomano, Lord Elgin, adquirió legalmente, en medio de escombros, las esculturas en 1802 y las vendió al Museo Británico, mientras que Grecia alega -a partir de estudios científicos- que fueron extraídas con sierras a pedido de Elgin.Se trata de 15 metopas, 17 esculturas y 75 de los 160 metros de largo del friso original, en mármol, con 2500 años de antigüedad en disputa, que decoraban el templo dedicado a la diosa Atenea, el Partenón, en la Acrópolis de Atenas construida entre el 450–430 antes de nuestra era.Esas piezas actualmente se exhiben en la sala 18 del museo londinense que las expone desde 1817, luego de su adquisición en 1816, por aprobación del Parlamento de los fondos necesarios. En la actualidad se conservan en esta institución en virtud de la Ley del Museo Británico de 1963.El largo recorrido diplomático para la recuperación del patrimonio griego comenzó formalmente en octubre de 1983 con el pedido de Grecia al Gobierno británico, a partir del apoyo de la Unesco en 1982, pero fue rechazado por el Reino Unido en abril de 1984 y en enero de 2022.FOTO DE ARCHIVO. Un empleado observa ejemplares de las esculturas del Partenón, a veces conocidas en Reino Unido como los Mármoles de Elgin, expuestas en el Museo Británico de Londres, Reino Unido. 25 de enero de 2023. REUTERS/Toby Melville (TOBY MELVILLE/)La posición del Gobierno británico se asienta en que “las cuestiones relativas a la propiedad y la gestión de las esculturas del Partenón son competencia de los administradores del Museo Británico”, según detalla el informe del Parlamento y es algo que se replica en las respuestas actuales.“Los Mármoles de Elgin deben permanecer en la colección permanente del Museo Británico”, declaró por estos días un vocero del Gobierno británico, enfatizando que no hay intenciones de facilitar la devolución de estas piezas históricas.“Estoy profundamente decepcionado por la abrupta cancelación de la reunión con Sunak en Londres”, expresó este martes el primer ministro de Grecia, mientras Mark Harper, ministro de Transporte, confirmó que se ofreció una reunión con el viceprimer ministro Oliver Dowden como alternativa, que Mitsotakis rechazó.También se pronunció sobre la situación el ministro del Gabinete griego, Adonis Georgiadis, quien en declaraciones al programa World at One de BBC Radio 4, dijo que la disputa era un “mal día” para las relaciones entre Gran Bretaña y Grecia y que la decisión de Sunak había sido un “error”.En la misma línea, el vocero del Gobierno griego, Pavlos Marinakis, dijo que “la actitud de Gran Bretaña no muestra ningún respeto por el primer ministro y nuestro país”. A su vez, Lord Vaizey, presidente del consejo asesor del Proyecto Partenón, que aboga por devolver los esculturas de Elgin a Grecia, expresó su sorpresa por la cancelación de la reunión por parte del primer ministro.La bandera griega ondea frente al templo del Partenón, en la Acrópolis de Atenas, Grecia. 29 noviembre 2023. REUTERS/Louisa Gouliamaki (Louisa Gouliamaki/)Según Vaizey, esta situación está relacionada con las controversias culturales, por las cuales cuestionar la perfección de la historia británica se percibe como antipatriótico. A pesar de ello, Vaizey destacó en el programa Today de la BBC, que las encuestas de opinión indican que la mayoría del público británico está a favor de devolver las esculturas.Otros países que también reclaman al Reino UnidoGrecia no es la única nación que exige la devolución de piezas preservadas en los museos británicos. Nigeria solicitó la restitución de los Bronces de Benín, supuestamente robados tras la invasión británica en 1897.Los Bronces de Benin, esculturas elaboradas de bronce y latón, datan del siglo XVI y se crearon en el Reino de Benin, África Occidental. Estas piezas incluyen placas decoradas, figuras humanas y animales, destinadas a altares ancestrales y rituales que registran la historia dinástica y social del reino, destacando sus primeros contactos con los europeos, especialmente con Portugal en el siglo XV.Estas obras no solo poseen valor artístico, sino que también sirven como registros visuales de las relaciones comerciales y diplomáticas entre Benin y Europa. A fines del siglo XIX, durante la expansión colonial, los Bronces de Benin llegaron al Museo Británico. El traslado se produjo en el contexto de la “lucha por África”, donde las potencias europeas adquirieron artefactos africanos.Actualmente, más de 900 objetos del Reino de Benin están en la colección del Museo Británico, y más de 100 se exhiben en exposiciones permanentes, marcando un episodio controvertido en la historia de las colecciones coloniales.El Museo Británico también exhibe varias piezas de los bronces de Benin, por los que reclama Nigeria. REUTERS/Toby Melville (TOBY MELVILLE/)Egipto también busca la devolución de la Piedra Rosetta, considerada un ícono de su identidad. En julio de 1799, soldados franceses descubrieron la famosa Piedra Rosetta mientras excavaban los cimientos de un fuerte en la ciudad de Rashid (Rosetta), a 65 kilómetros al este de Alejandría, durante la campaña egipcia de Napoleón.Este fragmento de una antigua estela se convertiría en la clave para descifrar los jeroglíficos egipcios, después de que las fuerzas del imperio británico la sacaran de Egipto en 1801. La importancia del hallazgo se reconoció rápidamente, siendo la Piedra Rosetta una valiosa reliquia que cambiaría la comprensión del mundo antiguo.El descubrimiento se dio mientras las tropas se preparaban para la batalla terrestre de Abuqir el 25 de julio de 1799, durante el conflicto entre Francia y el Imperio Otomano. El Museo Británico, alega que Egipto no reclamó la piedra y que el traslado se hizo tras firmar un acuerdo en el año 1801.Por su parte, Etiopía logró la repatriación parcial de la Colección Maqdala, con esperanzas de recuperar más artefactos saqueados por soldados británicos. Por otra parte, la capa de oro de Mold -hallada en 1833 por trabajadores de una cantera en esa localidad del norte de Gales- y el escudo de Moel Hebog también son objeto de demanda de ese país del Reino Unido que cuestiona la afirmación de que estos objetos están más seguros en Londres.Otro de los reclamos al Reino Unido lo lleva adelante Chile en relación al moai Hoa Hakananai’a de la Isla de Pascua, una majestuosa figura de basalto que originalmente miraba el cráter del volcán Rano Kau, y que los británicos desenterraron en 1868. El Gobierno chileno, respaldado por el presidente del Consejo de Ancianos de la Isla de Pascua, busca su repatriación pero también fue rechazada por el Museo Británico.Fuente: Télam

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“Más curtido que cansado”: Enrique Avogadro hace balance de su gestión cultural en Buenos Aires

Enrique Avogadro, ministro de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Adrian Escandar/)“¿Cómo estás luego de todo este tiempo?”“Te diría que la palabra es curtido más que cansado…. Vivo este trabajo con mucha energía, con mucho entusiasmo, como una oportunidad de aprendizaje constante”, dice Enrique Avogadro.El ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires se dispone a reparar seis años de gestión -que concluirán el próximo 9 de diciembre- y en diálogo con Infobae Cultura, echa a mano a una definición que bien podría ser el título de una novela, una obra de teatro, un disco, una película. “Habitar la incertidumbre”. “Estoy en un momento que así definí, a propósito, conmigo mismo, con mi familia, con los amigos, con el equipo”, dice sentado en una oficina del Centro Cultural Recoleta, allí donde lo llevó su habitual apretada y bien provista agenda diaria.“Hoy nos toca eso. Lo digo porque es una época de balance, y a la vez estoy sin saber hacia dónde voy en lo personal ¿Qué voy a hacer? Estar a disposición como corresponde, aprovechar esta etapa de balance, por supuesto preparar la gestión como corresponde para la transición. Los cambios son saludables en general”, define con tranquilidad.Avogadro asumió el cargo en 2017 luego de la tormentosa salida de Darío Lopérfido y desde ese momento, se subió a la montaña rusa del trabajo a cargo de un área gigantesca, caudalosa, que requirió su total atención (y presencia) en cada día. Al momento de la entrevista, por ejemplo, viene de asistir a una de las jornadas de la Conferencia Anual del Comité Internacional de Museos de Arte Moderno (CIMAM), que se desarrolló en el Museo Moderno. “La gente está fascinada con Buenos Aires”, dice para definir sus sensaciones luego de haber participado ”como anfitrión”, en este importante encuentro internacional.”Estoy curtido más que cansado”, dice Enrique Avogadro (Adrian Escandar/)—En tiempo de balance, cerca del final de tu gestión ¿Cómo la definirías?—Traté de hacer una gestión que estuviera siempre en la calle y vinculada a artistas, a espacios culturales. Estar presente lo he sentido como una responsabilidad: no solamente asistir a las inauguraciones o estrenos de actividades que hace el Ministerio de Cultura, sino tratar de representar a toda la cultura de Buenos Aires. A veces, incluso poniendo por delante una actividad que no es nuestra… Porque me parece que ahí hay algo clave: el énfasis en que “cultura es todo”. Hay un gran ecosistema cultural en Buenos Aires y nuestra responsabilidad, la de todo un gran equipo del cual he aprendido mucho a lo largo de estos años, ha sido estar en contacto permanente.Y en ese sentido es político: político no partidario. Es una visión política ser verdaderamente un ministro que representa a toda la cultura, con independencia de las preferencias circunstanciales de cada uno. Me parece clave para poder hacer bien nuestro trabajo, estar en contacto con todo el mundo y que todo el mundo se sienta representado. Y eso implica construir ese vínculo a lo largo del tiempo. Muchas de las cosas que hago son invitaciones informales que me llegan por Instagram. Yo me siento honrado cada vez que recibo una invitación de ese estilo y trato de estar presente; porque soy también, de alguna manera, un canal de difusión para toda esa gran oferta que tiene la ciudad. Uno de los ejes de la gestión, que por ahí es un intangible pero para mí es muy relevante, es una cercanía extrema, ese vínculo con todo el mundo de la cultura. Lo siento como una responsabilidad.—¿Y cómo crees que te fue en estos seis años?—Yo la pondría en plural, primero. Porque creo que no hay ningún resultado que se me puede atribuir a mí, sino al equipo del que soy parte y que circunstancialmente me toca liderar. Creo que nos fue bien, en términos de habernos trazado objetivos y haberlos cumplido. Parte de nuestra cultura de gestión es justamente asumir compromisos y cumplirlos. Compromisos ligados a mantener la excelencia de la cultura pública, por eso destaco mucho al equipo. Hoy estamos viviendo una época muy interesante en todos los espacios culturales que dependen del Ministerio de Cultura. Entre los más visibles, el Teatro Colón, el San Martín y todo el Complejo Teatral. Ahora mismo que estamos en el Centro Cultural Recoleta, en la Usina del Arte, pero incluso en espacios como el Centro Cultural 25 de Mayo, que tiene una programación de excelencia, el Centro Cultural San Martín, el Museo Moderno ni hablar, y también el resto de los museos.Más allá de eso también buscamos darle una impronta, no digo innovadora, sino más bien complementaria a lo que existía. El énfasis en la cultura independiente parte de una visión de un sistema, que en Buenos Aires es mucho más que lo que hace el propio Estado. En ese sentido, esta es una ciudad única. En Buenos Aires hay más de 500 espacios culturales independientes, con lo difícil que es mantener un espacio en marcha. Por eso el primer gran gesto fue aprobar, hace ya cinco años, la Ley de Espacios Culturales Independientes que resolvió todos los problemas históricos: problemas con las habilitaciones, por ejemplo. Ya no se habla más del tema. Fue un objetivo nuestro para el trabajo diario en conjunto con otros organismos de gobierno, a quienes les dijimos: “Miren… El Ministerio de Cultura defiende estos espacios. Así que antes de hacer nada con ellos, hablen con nosotros porque somos los que los conocemos y trabajamos con ellos”. Esa ley, por supuesto, vela por la seguridad, pero está hecha a medida de los espacios independientes.”Creo que nos fue”, dice Avogadro sobre su gestión al frente del Ministerio de Cultura de Buenos Aires (Adrian Escandar/)Por otro lado, pusimos el énfasis en esta idea de la cultura. No como entretenimiento sino como una herramienta del desarrollo, individual y colectivo; parte de una discusión más amplia, que es cómo construir ciudadanía a través de la cultura. Y cómo el acceso a la cultura es un indicador clave, porque no da lo mismo en una ciudad tan rica culturalmente. si tenés o no tenés la posibilidad de participar. Entonces, ahí, la herramienta más emblemática fue el lanzamiento del Pase Cultural. Además, es una herramienta muy innovadora porque es el primer programa de estímulo a la demanda, con plata en la mano para que los pibes y pibas elijan libremente qué hacer, comprar un libro, ver una obra de teatro, escuchar música en vivo. Hoy tenemos más de 40.000 chicos participando del Pase Cultural. Nos enorgullece porque tiene un impacto fenomenal y es claramente una herramienta que amplía el acceso a la cultura.Bueno, en esa línea también está la renovación de la infraestructura cultural. Creo que es uno de los logros. Menciono cosas recientes, pero se puede ir más atrás: la reapertura del Teatro Alvear. Y dentro del Complejo Teatral, haber abierto el Cineteatro Del Plata en Mataderos, único teatro, no solo del barrio, sino de toda la región. El Museo Moderno estuvo esperando 60 años a tener su edificio terminado y lo hicimos. Este mismo espacio, el Recoleta, se reacondicionó por completo sin cerrarse en etapas. Se abrieron espacios nuevos como la Biblioteca del Parque de la estación… O sea hubo una inversión muy importante.—Cierto lugar común indica que el sector cultural es mayormente progresista ¿Sentiste algún tipo de prejuicio o incluso rechazo, por representar un gobierno distinto de esta concepción?—Aclaro lo obvio: uno no trabaja para que lo quieran, sino para hacer las cosas bien. Y en ese sentido veo la responsabilidad de hablar con todo el mundo como un instrumento para hacer bien las cosas,. Por principios, siento que es así. Me parece absurdo que por diferencias políticas e ideológicas, si las hubiera, uno se pierda de la oportunidad de trabajar con parte del sistema cultural donde hay gente extraordinaria. Puedo decirte que yo no sentí, en todo caso, ese prejuicio. Siempre percibí una apertura a la posibilidad de conversar con todo el mundo, cosa que yo valoro y le agradezco al sector. La cultura además tiene una oportunidad de estar por encima de esas diferencias. Busqué siempre ser coherente con eso.Enrique Avogadro asumió como ministro de Cultura en 2017—En ese sentido hay algo un poco más general que, si bien no específicamente (porque la verdad es que en la campaña presidencial no se habla mucho de cultura), la cuestión parece ser de dos modelos: “Estados sí o Estado no”. Y aplica para la cultura también ¿Existe realmente esa disyuntiva?—Voy a discutir esta idea de los dos modelos en este balotaje. No siento que en esos “dos modelos” esté representada la opinión de la mayoría. Creo que por cómo se dieron las cosas, por el nivel de fragmentación política, por diferentes razones que todavía es demasiado temprano evaluar, terminamos ante estas opciones. Eso, desde mi punto de vista. Después, respecto al rol del Estado, yo creo que forzosamente necesitamos un Estado que piense, participe y promueva el sector cultural. Hay una pregunta que es bien sencilla y es: ¿A qué países nos queremos parecer en términos de indicadores de desarrollo humano? Cualquiera de esos países que nos vienen a la cabeza son países que invierten en cultura, que tienen una cultura con un rol -con matices por supuesto- con el Estado como parte de esa conversación. Es nuestra identidad, nuestra historia. Y también es una herramienta de desarrollo económico. A través de las industrias culturales y creativas se genera mucho trabajo. Entonces, me parece que es una discusión como muchas otras, que en lugar de abrir el debate, lo clausura por completo. Porque está planteada en términos maniqueos, blanco o negro.En realidad, esto termina obturando una discusión mucho más interesante: de qué manera el Estado tiene que promover el sector cultural y cómo medimos el resultado de esas acciones. Y si efectivamente, ya que hablamos de una discusión nacional ¿Son las instituciones actuales en su formato actual, las más indicadas? ¿Se pueden hacer mejor las cosas? ¿Llega el presupuesto público de la cultura a quienes realmente debiera llegar? Todas esas preguntas en realidad terminan obturadas en este debate.Sobre el tema de las asignaciones específicas, lo mencioné en el Consejo Federal con bastante énfasis a mis colegas de todo el país. Yo decía, bueno, aprovechemos a discutir qué hacemos con este dinero, por qué el dinero público tiene que llegar efectivamente a un desarrollo cultural en toda la Argentina, tiene que llegar a los artistas emergentes. Tenemos que poder medir a estas instituciones en términos de impacto. Hay toda una serie de discusiones que a mí me parece que no están arriba de la mesa.Victoria Villarruel y Lali, protagonistas de una polémica sobre los artistas y su relación con el Estado—Abro una pequeña ventana para comentar que, en un momento de esta campaña, apareció una cuestión que roza este interrogante qué mencionas. Fue cuando la candidata a vicepresidenta por LLA respondió a Lali, diciéndole “Te llenás la billetera con el Estado”—Bueno, primero hay que hacer una aclaración: creo que hay que tratar con respeto la carrera de cualquier artista. Sin ninguna duda, Lali es una persona que ha trabajado toda su vida y ha hecho una carrera al margen del Estado. Es una trabajadora de la cultura muy talentosa que ha ido evolucionando en su carrera. basta verla como actriz y como música. Me parece interesante esa discusión, porque en realidad tiene que ver con el punto anterior: cuál es el rol del Estado en la cultura. Nosotros nos cuidamos mucho de hacer eventos masivos y gratuitos (aunque los hacemos), porque entendemos que la cultura accesible de calidad es un derecho y tiene que estar presente en todos lados.Ahora, en una ciudad culturalmente tan rica y con un sector privado tan potente, yo no puedo reventar la plaza de eventos gratuitos. Porque si no, nadie va a comprar una entrada para ir a ver un recital a cualquiera de los espacios privados. Hay que tener un balance, un equilibrio. En el caso de la ciudad de Buenos Aires, son ocasiones muy puntuales, festivales o algún evento específico que así lo amerita. Pero intentamos siempre tener ese cuidado de no ser una competencia del sector privado. Nuestro trabajo es ampliar y garantizar el acceso a la cultura, al mismo tiempo no ahogar a un sector privado que no tendría capacidad de existir si el Estado, con los recursos que tiene, estuviera todo el día.”Habitar la incertidumbre”, dice Avogadro sobre este período final de su gestión como ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires (Adrian Escandar/)—Hasta ahora no hablamos de esto, pero es un hecho tácito y aceptado que dejaras de ser ministro de Cultura a partir del inicio del gobierno de Jorge Macri ¿Es así?—El hecho fáctico es que nuestra gestión, encabezada por Horacio Rodríguez Larreta, da las hurras el 9 de diciembre. Por otro lado, Jorge Macri que es parte de nuestro espacio, ha dicho en muchas oportunidades, y es parte de su campaña, que valora enormemente la gestión de la que él mismo es parte. Quiere dar continuidad, por supuesto, con matices, mejorando las cuestiones que él entiende que hay que mejorar. Yo en ese sentido tengo la tranquilidad de que, más allá de los nombres, habrá continuidad. Jorge Macri es una persona que entiende del tema y viene de hacer una gestión interesante en Vicente López, en materia cultural—¿Qué va a pasar, entonces?—Nadie sabe porque Jorge, con mucha prudencia creo yo, planteó pública e internamente tomarse el tiempo de entender la gestión. Pero además… Tenemos que esperar el resultado del 19 de noviembre porque son dos países muy distintos los que vienen. También creo yo hay que desdramatizar los cambios, digamos, porque también es natural que si él quiere generar algún cambio de impronta, lo haga. Lo que te puedo decir de mi parte, sí te puedo confirmar, es mi vocación es seguir ayudando y colaborando con Jorge en su próxima gestión. Pero es una conversación que no hemos tenido todavía y es normal que no la hayamos tenido. Veremos. Estaré desde el lugar y el rol que haga falta. No soy un un burócrata.[Fotos: Adrián Escandar; prensa Ministerio de Cultura C.A.B.A.]

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Renata Salecl: “Los líderes autoritarios explotan el hecho de que ya no nos creemos nada”

Salecl es reconocida por su labor en el campo del criminología y como profesora en universidades de Londres y Nueva YorkLa filósofa y socióloga eslovena Renata Salecl, cuarta y última invitada del programa de Residencias de Escritores del MALBA, estuvo en Buenos Aires durante septiembre, trabajando en su próximo libro sobre la apatía, el compromiso político y la desafectivización.Salecl se desempeña como investigadora en el Instituto de Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad de Ljubljana y es profesora en el Birkbeck College de la Universidad de Londres. Ejerce la docencia en la Facultad de Derecho Benjamin N. Cardozo (Nueva York), sobre psicoanálisis y derecho, y también dicta cursos sobre neurociencia y derecho. En español publicó los libros (Per)versiones del amor y del odio, publicado por Siglo XXI; y, por Ediciones Godot, otros cinco: Angustia, El placer de la transgresión, Pasión por la ignorancia: qué elegimos saber y por qué, La tiranía de la elección y Humanovirus.Durante la residencia, abordó el desafío de expresar emociones en la era de la información y las redes socialesEn diálogo con Infobae Cultura, Salecl contó sobre su proyecto de escritura, y algunos de los temas trabajados en su último libro, Humanovirus, publicado en 2023 por Ediciones Godot.—¿Qué estás trabajando para la residencia?—Estoy trabajando en un nuevo libro sobre la apatía en los tiempos actuales. El libro analiza cómo la gente reacciona al caos que existe a nuestro alrededor. Desde agitaciones políticas, o el fenómeno del populismo acá y en otros lugares, se están tomando decisiones políticas muy importantes. Elecciones en todo América, elecciones del Parlamento Europeo. ¿Cómo percibe la gente, especialmente los jóvenes, si tiene sentido comprometerse políticamente? ¿Si vale la pena ir a votar o no?En ese mismo sentido podemos pensar el cambio climático: no parece que estemos haciendo nada lo suficientemente rápido para prevenir las próximas catástrofes, y estamos viviendo prácticamente una crisis de cambio climático tras otra. En los últimos meses, hemos tenido incendios en América y Europa. Hubo inundaciones en Eslovenia, tuvimos como un tercio del país bajo el agua. Estoy escribiendo sobre cómo reaccionar o cómo tratar de no reaccionar, cómo distanciarse de todo esto.Y luego el tercer tema del libro abarca discusiones más psicoanalíticas sobre el sujeto desafectado. Muchos de mis amigos psicoanalistas, especialmente en los Estados Unidos, me comentan que están tratando cada vez más pacientes, especialmente jóvenes, que tienen grandes problemas para expresar con palabras sus sentimientos. Les cuesta hablar sobre lo que sienten, como si se encerraran en sí mismos sin poder encontrar salida.Renata Salecl reflexiona sobre la tensión entre solidaridad e individualidad en contextos de crisis —¿Creés que es porque tienen problemas para traducir las emociones en palabras, o tienen problemas para sentirlas, directamente?—Creo que son las dos cosas. Expresar los sentimientos con palabras requiere cierto vocabulario, cierto entrenamiento a través de la socialización, que aprendemos o no aprendemos en nuestra familia o en la escuela. Puede que vivamos en una familia en la que no se habla de las emociones, o a veces ni siquiera hay deseo circulando. Pero también podría ser que están buscando sustancias ú objetos que de alguna manera les impiden sentir. Siempre es interesante ver si queremos tener un montón de sentimientos o si intentamos adormecerlos, dehacernos de ellos. Estar tan bombardeados por los medios de comunicación, las redes, los juegos de computadora o de celular, etc., también cambia la forma en la que experimentamos ciertas emociones.—Al mismo tiempo, esto convive con el discurso del amor propio, o del auto-conocimiento, en impera la idea de ponerse a uno mismo siempre por encima de los demás.—Yo crecí en la Yugoslavia socialista, donde la socialización, desde la primera infancia, reforzaba la importancia de la cooperación. Todo era sobre la participación, importaba la comunidad. Por supuesto, había detrás un proyecto ideológico, y la futura sociedad socialista requería que los grupos de trabajadores, campesinos e intelectuales no estuvieran totalmente separados. Había un fuerte estímulo para ir a los campos de trabajo en verano, con la idea de que la juventud, los trabajadores y los intelectuales colaboraran y mantuvieran la cohesión de la sociedad. Hoy, con el discurso neoliberal, todo se trata de ganar.Salecl señala la importancia de considerar soluciones sociales y globales ante desafíos como el cambio climático y la inteligencia artificial—¿Creés que queda algo de ese socialismo en Eslovenia hoy en día?—Sorprendentemente, justo en ese momento en el que sufrimos inundaciones realmente horribles, tuve la sensación de que estábamos volviendo al socialismo por la forma en que reaccionaba la gente, como si hubiera una especie de remanente de los viejos tiempos. La gente literalmente lo dejaba todo y conducía durante kilómetros hasta las zonas inundadas para ayudar a completos desconocidos. Tuvimos un fin de semana en el que miles de voluntarios se metieron en las casas de gente de zonas muy remotas para ayudarles, para recuperar al menos algo de sus antiguas casas o para arreglar de alguna manera su entorno. También hubo mucha ayuda financiera a través de la solidaridad. La gente empezó a elogiar a los bomberos, a los organizadores comunitarios, en vez de a los famosos, a los influencers de Instagram o a los millonarios, que son las personas a las que se suele elogiar en los medios de comunicación, especialmente en las redes sociales. Y se empezó a hablar de que deberíamos volver a dar un porcentaje de nuestro salario para que el Estado pueda reaccionar más rápido a este tipo de catástrofes, algo que existía en tiempos del socialismo. Por supuesto, rápidamente se instaló la discusión si debería ser obligatorio o voluntario, donde entramos de nuevo en las cuestiones de la elección y en la idea neoliberal del sujeto decidiendo por sí mismo.—En Humanovirus, tu ensayo sobre el COVID-19, trabajás la tensión entre solidaridad e individualidad. Este tipo de circunstancias, sean ambientales, epidemiológicas o políticas, ¿nos lleva más a modelos con base social-comunitaria, como el socialismo o la social-democracia, o a modelos que refuerzan la individualidad, como el neoliberalismo?—Cuando tenemos inundaciones o catástrofes similares, no podemos hacer nada realmente por nuestra cuenta. Ni siquiera el propio municipio puede solucionar nada. Podés intentar evitar futuras inundaciones en tu pueblo, pero entonces puede que estés arruinando alguno cercano si construís una presa o algo así. Lo mismo ocurre con el cambio climático. La pandemia del COVID fue una gran oportunidad perdida en este sentido. El mayor error se cometió al principio, cuando las empresas farmacéuticas, como Moderna o Pfizer, no aceptaron compartir las patentes aun habiendo recibido grandes cantidades de dinero público para desarrollar las vacunas. La historia de la ley de patentes, especialmente en los Estados Unidos, es una historia de batallas políticas: los precios de los medicamentos, como vimos en los debates sobre la crisis del SIDA, impidieron a los países pobres acceder a los mismos, y, por ende, salvarle la vida a un montón de gente. Lo mismo ocurrió con el COVID, en donde organizaciones y personas humanitarias como Bill Gates, al principio, lucharon activamente contra el levantamiento de las patentes, abogando por cambiar las restrictivas leyes de patentes de Estados Unidos para compartir libremente con el resto del mundo los conocimientos sobre las vacunas y ayudar a fabricarlas en el Tercer Mundo. Hay que dar la pelea para que las farmacéuticas no suban los precios de los medicamentos que se produjeron con la ayuda de la investigación financiada con fondos públicos.—Mencionaste a Bill Gates y yo pensé en Santi Maratea, un influencer argentino conocido por recaudar millones de pesos, vía donaciones de pequeños ahorristas. ¿Son personajes inherentes al neoliberalismo?—No niego que pueda ayudar a mucha gente que un humanitario venga y recaude dinero para su causa. Sin embargo, creo que tenemos que resolver los problemas sociales como sociedad, lo que significa recaudar impuestos, no malversar el dinero público, etcétera. El impuesto a las grandes riquezas es mucho mejor que esperar a que los ricos elijan una causa a la que donar. La mayoría de los multimillonarios quieren tener causas atractivas que puedan resolver muy fácilmente, algo que les permita poner su nombre a una solución particular. Los problemas globales no requieren sólo una solución particular e inversiones únicas. Los problemas globales requieren soluciones globales.Salecl destaca cómo el discurso neoliberal influye en la concepción del éxito y la competencia en la sociedad actual—Todo esto convive con el mercado en alza de las inteligencias artificiales, y con la idea de que tanto robots como las IAs nos van a poder reemplazar en un futuro, algo que también trabajaste en Humanovirus. ¿Tenemos que tenerle miedo a los avances tecnológicos?—Hay una diferencia cultural interesante entre Japón y Estados Unidos. En Japón, se los representa como positivos en el manga, y en Estados Unidos tenemos a RoboCop y los robots que eliminan a la sociedad. En general, con la inteligencia artificial, creo que tenemos que ser cautelosos. Por supuesto, no debemos negar que la inteligencia artificial puede ayudarnos en muchas cosas: muchas tareas tediosas podrían no ser necesarias para los humanos en el futuro. Pero tenemos que saber que los datos relacionados con la inteligencia artificial están en manos de un par de grandes empresas. Tampoco sabemos cómo funciona realmente la inteligencia artificial, qué algoritmos la guían, por lo que en cierto modo estamos abriendo una caja de Pandora. Tenemos muchas más posibilidades de entender qué impulsa a la gente y qué emociones guían sus decisiones políticas que hace diez años, por lo que existe un gran problema para nuestra democracia. Está también el problema de las noticias falsas y las teorías conspirativas. Los líderes autoritarios están explotando el hecho de que ya no nos creemos nada. Sus discursos se basan en que dudamos de todo, es un lugar perfecto para manipularnos.—No solo dudamos de todo, sino que muchas veces discutimos, votamos, actuamos guiados por nuestras emociones, en vez de por hechos o datos concretos.—Milei está prometiendo a la gente no necesariamente que va a hacer algo, sino que primero va a evitar una especie de status quo. Es la misma fantasía que había con Trump, que vía correrse del status quo, algo nueva emerja. Hay un gran número de personas que están pensando que el mundo como lo conocemos necesita un reinicio, lo que significa que tenemos que detener el desarrollo y tal vez reiniciar la sociedad.—Y del otro lado se habla de que no nos saquen nuestros derechos, pero hay mucha gente que no tiene las necesidades básicas satisfechas.—Ni recursos. Y ahí aparece esta otra idea neoliberal, que nos bombardeó durante décadas: todo está en sus manos. Solo tienen que tomar mejores decisiones, trabajar más duro. El neoliberalismo potencia el sentimiento de culpa, además de la ansiedad, generando la sensación de que hay que criticarse a uno mismo constantemente. Esto impide también pensar en la justicia social, porque impide la organización social.Renata Salecl participó del programa de Residencias de Escritores del MALBA—Otra de los aspectos de la pandemia que rescatás en Humanovirus es la facilidad con la que algunas personas asumieron posturas autoritarias, marcando qué reglas del distanciamiento social no se respetaban. ¿Sobrevive hoy esta tendencia a asumirse figura de autoridad?—Creo que el COVID desató ciertas emociones que se pueden relacionar con el concepto de socialización que Freud describió en Psicología de las masas y análisis del yo, en donde ubica que la justicia social implica que uno se deniega muchas cosas, para que los otros deban renunciar a lo mismo, o, por lo menos, no puedan exigirlas. Esa idea de justicia social se diluyó en las últimas décadas, al igual que la igualdad o la solidaridad. Los derechos sociales en particular se convirtieron en una cuestión de competencia en la que el éxito de uno casi requiere la falta de éxito de otro. Las reglas sociales implican reprimir ciertas tendencias agresivas hacia los otros, y, en tiempos de crisis como la del COVID, todo tipo de esas tendencias agresivas salieron a la luz.—Volvemos a lo mismo: estamos viviendo una época en la que el yo impera por sobre lo colectivo, y por sobre el Otro. Pienso en otro de tus libros, La tiranía de la elección, y en lo difícil que es elegir algo que nos represente, sea una carrera profesional ú otra elección vital.—Siempre provocó ansiedad pensar en quién queremos ser o cómo nos ven los demás. Hoy a eso se le suma tener muchos espejos en internet, como son Instagram o TikTok, en donde nos observamos constantemente a nosotros mismos y a los demás y podemos compararnos. Hace algún tiempo escribí un ensayo sobre la ansiedad de la moda, y me sorprendió mucho cómo hace décadas que lo que te ponés para una ocasión particular ha sido provocador de ansiedad. Hoy en día, por supuesto, hay más opciones, y también haya tal vez más presión para ser uno mismo.[Fotos: Felipe Bozzani / Gentileza prensa Malba]

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