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El papa Francisco quiere demostrar que es un tipo normal y corriente

Imagen del Papa Francisco llegando a la audiencia general de la Plaza de San Marcos, en el Vaticano. EFE/EPA/ETTORE FERRARI
(ETTORE FERRARI/)Parece difícil de creer que hace solo unos pocos papados (y en los siglos anteriores) nadie, incluidos los católicos, tuviera una conexión real con el humano que dirigía las cosas desde el trono de San Pedro en Roma.Los papas se quedaban en Italia y no viajaban, y la tecnología de bajo nivel significaba que los católicos no esperaban verlos ni oírlos. Los papas emitían de vez en cuando documentos autoritativos llamados “encíclicas”, pero los mensajes tardaban en difundirse. E incluso entonces, los católicos promedio no solían leer las palabras del papa; no se sentían calificados para interpretarlas.Los católicos no se definían como muchos lo hacen hoy en día, especialmente en la polarizada América, por su afinidad con el papa.Nadie ha hecho más para hacer real el rostro del papado que el sacerdote argentino Jorge Mario Bergoglio, conocido como el papa Francisco. Aprueba aplicaciones que ofrecen sus dichos en forma ingeniosa, da entrevistas amenas y es conocido por renunciar a hogares y ropa lujosos. En cambio, toma el transporte público, usa zapatos ortopédicos voluminosos y dice cosas como “Soy un pecador, eso no es una figura retórica” y, sobre las personas gay, “¿Quién soy yo para juzgar?”.El papa Francisco da un dulce a un bebé al final de su audiencia semanal en el Vaticano, el miércoles 28 de febrero de 2024. (AP Foto/Andrew Medichini) (Andrew Medichini/)Esta accesibilidad radical se ha convertido en una característica distintiva desde que Francisco asumió el cargo en 2013, redibujando el rostro de la Iglesia Católica de 1.400 millones de personas. Muchas personas han amado y se han conmovido profundamente por este cambio, viendo a Francisco como un símbolo de una iglesia orientada hacia afuera, enfocada en la accesibilidad, la conexión íntima y la inclusividad. Muchos otros se oponen a su frecuente difuminación de líneas, diciendo que está dañando a la iglesia al hacer que el papado sea menor.En dos nuevos libros, Francisco da pasos concretos hacia la consolidación de este papa de todos en piedra para la historia literaria. A través de Vida, que se publicará el martes y se describe como su primer intento de autobiografía, y un segundo libro, llamado Una buena vida: 15 hábitos esenciales para vivir con esperanza y alegría, el hombre de 87 años está haciéndolo realmente oficial: el papa es solo un tipo.Es un tipo que está en la etapa final de su vida. Considerando su edad y los desafíos de salud, y que su predecesor se retiró, quién sucederá a Francisco ya es un tema de especulación entre los católicos. En Vida, Francisco dice que cree que el ministerio del papa es de por vida y, por lo tanto, solo se retiraría en caso de “un impedimento físico grave”. Para mí, como alguien que informa sobre religión, el estilo informal y accesible del libro es parte de la razón por la cual es difícil imaginar que el próximo papa sea más remoto.”Vida” (Harper Collins), el nuevo libro del papa FranciscoVida: mi historia a través de la historia es una crónica de la vida de Francisco organizada a través de eventos mundiales importantes, desde la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Sucia de Argentina hasta los ataques del 11 de septiembre y la pandemia de coronavirus. Intercala las palabras de Francisco con las de su coautor, el periodista italiano Fabio Marchese Ragona, estableciendo escenas ricas de la vida diaria del pontífice con su descripción de cómo experimentó esos períodos, con quién y cómo reflexiona sobre ellos ahora.La editorial dice que el libro está dirigido especialmente a los jóvenes, y se nota. La estructura es simple, al igual que el lenguaje. También tiene una vibra casi de wow-no-puedo-creer-que-esta-sea-mi-vida al mirar hacia atrás en todo por lo que ha pasado y extraer de ello reiteradas lecciones fundamentales.En su mayoría, presenta estas lecciones de una manera secular y universal. Eso no quiere decir que no comunique su teología y fe. A lo largo del libro, habla frecuentemente del papel de la Iglesia, la oración y su sensación de la presencia de Dios. Pero también hay un hilo que atraviesa el libro: Yo soy como tú, y la Iglesia Católica no se trata de los adornos que ves. Y mientras Francisco intenta, en su última era como papa, cambiar la dirección de la Iglesia, quizás este libro está tratando, de una manera diferente, de decir algo más parecido a lo que esperas de un papa: Dios es como tú, y la Iglesia Católica no se trata de los adornos que ves.En “Vida”, el Papa habla frecuentemente del papel de la Iglesia, la oración y su sensación de la presencia de Dios. Pero también deja de lado las jerarquíasFrancisco describe uno de los momentos visuales más famosos de su papado, al inicio de la pandemia, cuando se paró en una Plaza de San Pedro espeluznantemente vacía bajo la lluvia para dar una bendición.“Muchos se han preguntado en qué estaba pensando… no era nada extraordinario; solo estaba pensando en la soledad de las personas. Estaba solo, y muchas personas vivían la misma situación que yo”, escribe.Una de sus lecciones es que todos los seres vivos estamos interconectados, no importa cuán lejos estemos unos de otros. Eso lo recalca a través de su propia experiencia, como el niño Bergoglio aterrorizado, observando a adultos asustados a su alrededor durante la Segunda Guerra Mundial, incluso cuando los combates ocurrían en un país distante, y más tarde, como arzobispo de Buenos Aires, entrando inmediatamente en oración cuando los aviones se estrellaron contra el World Trade Center.El Papa Francisco dando una inusual bendición “Urbi et Orbi” -a la ciudad y al mundo- en una Plaza de San Pedro vacía durante los primeros días de la pandemia.
REUTERS/Yara Nardi/Pool (YARA NARDI/)Otra lección central en el libro es que lo más importante que podemos hacer para disminuir el sufrimiento es erradicar el odio y el resentimiento dentro de nosotros mismos. Muchos de sus capítulos están organizados alrededor de productos de guerra y odio: el Holocausto, Estados Unidos lanzando bombas atómicas sobre Japón durante la Segunda Guerra Mundial, la división política y la violencia durante la pandemia. El libro fue creado, dice su portada, para que los jóvenes pudieran escuchar a una persona mayor “reflexionar sobre lo que nuestro planeta ha vivido, para no repetir los errores del pasado”.No está claro que las historias o los personajes centrales en Vida sean nuevos para las personas que han leído las entrevistas detalladas que Francisco ha dado a periodistas europeos, o biografías de él. Hay personajes familiares, incluyendo a su abuela Rosa, que le enseñó sobre la oración así como sobre el activismo político, ya que ayudó a defender la iglesia contra el ascenso del fascismo en Argentina. Está su antigua maestra Esther, bioquímica que también era una activista marxista atea y que se convirtió en una amiga cercana antes de ser torturada y asesinada por el régimen militar durante la Guerra Sucia.El mundo se ve a través de los ojos de este sincero narrador en primera persona, quien expresa una vulnerabilidad y tristeza reales al ver a inmigrantes como sus padres anhelar su hogar (en su caso, Italia), quien baila tango con sus amigos y se enamora de una chica, y quien, durante el cónclave de 2013 que lo elige, tiene miedo de entrar a la sala donde la gente está votando porque le asusta ganar. Francisco había reservado el itinerario de vuelo más ajustado posible porque no le gustaba Roma y planeaba regresar a casa rápidamente.Jorge Bergoglio con sus padresEl segundo libro nuevo, Una buena vida: 15 hábitos esenciales para vivir con esperanza y alegría, publicado el mes pasado, refuerza la imagen de Francisco como un hombre común. El libro es parte de un género de orientación de Francisco que viene en dosis pequeñas. Uno podría ponerlo en la categoría de los tuits agudos, a menudo libres de Dios, que publica a sus más de 55 millones de seguidores en la plataforma X, y libros anteriores con títulos como El papa Francisco habla a las parejas y Felicidad en esta vida: una meditación apasionada sobre la existencia terrenal.Estos títulos son un contraste marcado con algunos de los libros del papa Benedicto XVI – Espíritu de la Liturgia y Padres de la Iglesia: De Clemente de Roma a Agustín – y los libros del papa Juan Pablo II, en su mayoría enseñanzas papales oficiales, como Sobre la relación entre fe y razón o Sobre el significado cristiano del sufrimiento humano.“El papa Benedicto era un teólogo y escribía como tal. El papa Juan Pablo era un filósofo y escribía como tal. El papa Francisco no es ninguno de los dos”, dijo el Rev. Mark-David Janus, presidente y editor de la casa editorial católica Paulist Press, que ha publicado más de una docena de libros de Francisco, al Washington Post. “Él es un pastor, por lo que escribe como un pastor”.En efecto, el legado que Francisco deja en libros como estos no es una teología radicalmente diferente a la de sus predecesores, sino un énfasis y estilo radicalmente diferentes. Una buena vida se interesa en maneras pragmáticas y básicas de mejorar a uno mismo, sea católico o no. Llora más. Apaga tu teléfono y mira a los ojos de las personas con las que estás hablando. No seas un sedentario.Este es el tipo de consejo que podrías esperar de un podcast de bienestar, tu instructor de Peloton o incluso Joel Osteen. Se esperaba que los papas estuvieran por encima de ese tipo de multitud, la encarnación elevada de una verdad que se permite, en amor, se diría, ser crítica y excluyente. Francisco ha utilizado su estatura para enfatizar diferentes verdades de una manera diferente.Fuente: The Washington Post

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Murió José Carlos Chiaramonte, el historiador del origen de la Argentina

Tenía 93 años, estudiaba los siglos XVIII y XIX y dirigió el prestigioso Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani” de la UBA.Fue amigo de Juan L. Ortiz, Juan José Saer y Hugo Gola, entre otros.

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Edvard Munch: la vida tormentosa del pintor noruego que gritó las emociones

Dos visitantes posan frente al cuadro ”El Grito”, del artista noruego Edvard Munch, durante la exposición sobre su obra en Moscú, Rusia (EFE/ Yuri Kochetkov)
(YURI KOCHETKOV/)Inspirador de emociones compartidas como los emoticones creados a partir de su célebre cuadro El grito, el célebre pintor noruego Edvard Munch mantiene invicta su presencia tan universal como los temas reflejados en sus pinturas y grabados sobre el amor, la angustia y la melancolía que siguen convocando miradas y relecturas a 80 años de su fallecimiento.“La naturaleza no es solo lo visible para el ojo, también son las imágenes interiores del alma”, decía Munch, uno de los tres artistas noruegos modernos más conocidos en el mundo junto al dramaturgo Henrik Ibsen y el compositor Edvard Grieg.Museos exclusivos, muestras permanentes y temporales, inmersivas, películas y la presencia de sus obras en grandes colecciones, marcan un derrotero que habilita mitos e historias sobre dolores existenciales como marco de una obra que más allá de lo expresivo permea los ciclos tan humanos de la vida y la muerte. Aunque, también lo permanente y la vitalidad de los colores, como manifiesta la pintura El sol, colgada en el salón de actos de la Universidad de Oslo.Luces y sombras, color y movimiento y la vida desde el dolor al amor pasando por el sexo y la soledad, la depresión, la angustia, la ansiedad, el alcoholismo y la genialidad, conforman su amplia paleta temática, como firma del retrato de una época. “Pintar me completa”, decía Munch.Edvard MunchA caballo entre dos siglos y figura bisagra entre el pujante e industrializador del XIX y un revolucionario y cambiante siglo XX, su mirada atenta sobre el mundo se convirtió en símbolo del sentir finisecular, y junto a Vincent van Gogh, se los señala como pioneros del expresionismo alemán.Mundialmente conocido por “El grito” que representa a un hombre gritando con las manos en los costados del rostro, el conocimiento sobre Munch parece detenerse en la obra maestra pintada a los 30 años sin contemplar los años posteriores de trabajo ni la complejidad de la obra. Tal vez por eso, el año pasado, el parisino Museo de Orsay le dedicó la muestra Edvard Munch. Un poema de vida, amor y muerte, en coincidencia con el 160 aniversario de su natalicio, dando cuenta de esas concepción del artista acerca de humanidad y naturaleza unidas por el ciclo de la vida.“En su proceso creativo Munch creaba variaciones del mismo motivo, versiones de un mismo tema”, caracterizaban. Así como el escritor corrige su texto, Munch elaboraba bocetos y variantes, e incluso volvía a pintar lo mismo para recuperar el vacío dejado por una obra vendida. Pero además de pintar y ser un gran retratista, incluidos sus numerosos autorretratos y fotografías, trabajó magistralmente el grabado.De la muestra “Un poema de vida, amor y muerte”, de Edvard Munch en el Museo de Orsay de París (EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON)
(CHRISTOPHE PETIT TESSON/)La versión inaugural de “El grito” (1893) fue expuesta en Alemania, y en una de las cuatro versiones que realizó siendo la última de 1910, cuando escribió en lápiz sobre el cielo rojo: “Sólo podría haber sido pintado por un loco”. Sin embargo, la imagen concebida a partir de una experiencia en su país, fue realizada durante una estancia en Niza.Para la versión de 1895 realizada en pasteles y vendida en 2012 por casi 120 millones de dólares -la única en manos privadas- Munch escribió en el marco con pintura de color rojo sangre el poema que lo había inspirado un año antes durante un paseo con amigos en las colinas de Oslo, con la puesta de sol y un cielo rojo como la sangre que lo dejaron “temblando de angustia” y sintiendo “que un inmenso grito infinito recorría la naturaleza”.Con el tiempo, el cuadro “se convirtió en el símbolo de la angustia universal”, y según Peter Olsen, descendiente del que fuera amigo y mecenas de Munch, quien vendió el cuadro, “muestra el momento escalofriante en el que el hombre se da cuenta de su impacto sobre la naturaleza y los cambios irreversibles que ha provocado”.Una visitante tomando fotografías del icónico cuadro de Edvard Munch “El grito” en el Museo Nacional de Oslo, Noruega (Heiko Junge / NTB / AFP)
(HEIKO JUNGE/)El cuadro fue parte de la secuencia narrativa conocida posteriormente como “El friso de la vida”, que presentó el artista invitado por la Asociación de Artistas de Berlín en 1893. Una muestra que fue suspendida a una semana de su apertura y le dio mucha publicidad.La narración de Munch exploraba el amor, la ansiedad y la muerte, y “El grito” respondía al “clímax final del ciclo del amor”, un ciclo compuesto por “la llamada del amor con la obra ‘La voz’, sus aspectos de placer en El beso, dolor con Vampiro, misterio erótico en Madonna, la culpa con Cenizas y por último la Desesperación”, explicaba la casa de subastas Sotheby’s.“En una imagen, Munch inicia el gesto expresionista que alimentará la historia del arte a lo largo del siglo XX y más allá”, sintetizaban.”Madonna” (1894-1895), en la Galería Nacional Noruega, Oslo
(Børre Høstland/)El artista nació el 12 de diciembre de 1863 en Løten, y falleció de neumonía el 23 de enero de 1944 en Ekely, cerca de Oslo, donde pasó sus últimos años que culminaron en tiempos de la ocupación alemana de Noruega durante la Segunda Guerra Mundial.La de Munch no fue una vida sencilla. Hijo de un padre médico castrense, estricto y religioso y luego depresivo, tuvo cuatro hermanos. La madre falleció de tuberculosis siendo él un niño, al igual que su hermana mayor Sofía a sus 15 años, a la que adoraba. Estas muertes, sumada más adelante la de su padre, lo marcarán para toda la vida.“Enfermedad, locura y muerte fueron los ángeles negros que velaron mi cuna y me acompañaron toda mi vida”, escribía el artista.“Amor y dolor” o “Vampiro” (1895) de Edvard MunchCon una salud frágil, su pasión fue el dibujo. Inició por mandato paterno estudios de ingeniería en Christiania (la actual Oslo), matriculándose en 1880 en la Real Escuela de arte y diseño. Participó del ambiente bohemio burgués de la época y conoció hacia 1884 al escritor anarquista Hans Jaeger, quien le sugirió “pintar tu propia vida” tras las críticas recibidas en 1885 por La niña enferma, un cuadro que significó además para el artista, la ruptura con el impresionismo.“Empecé como impresionista pero durante los tremendos conflictos espirituales y vitales de la época de la bohemia, el impresionismo no me daba suficiente expresión. Me vi obligado a buscar expresión para lo que se movía en mi ánimo”, expresaba Munch.En 1885 tiene su primera aventura amorosa tras conocer a la casada Milly Thaulow, viaja por tres meses a París, ciudad donde se siente atraído por los pintores postimpresionistas y el sintetismo (como el de Paul Gauguin). Su obra vira hacia el simbolismo pintando su visión interna de las cosas.”La niña enferma” (1885–86), en la Galería Nacional Noruega, Oslo (Børre Høstland/)“En mi arte he intentado explicarme la vida y su sentido. También he pretendido ayudar a otros a aclararse con la vida”, decía Munch.En 1889 realiza su primera exposición individual en Oslo y recibe una beca para estudiar en París, donde se quedará hasta 1892. Es la última vez que ve a su padre. Luego, en Alemania se inicia en el grabado, con el cual experimenta dándole mayor libertad y copias.En 1898 conoce a Mathilde Larsen, Tulla, relación que termina en 1902 en una pelea, y después conoce a la que fuera su amiga y amante, la violinista Eva Mudocci.Si en la década de 1890 el pintor explora sentimientos internos y experiencias personales, en el nuevo siglo “moderno” con una Europa de “nuevas tecnologías, medios de comunicación de masas, transporte de alta velocidad y vida urbana” -como destaca el Museo Munch en su biografía- estas previas parecen anticuadas, lo que lo hace buscar formas de expresar “este nuevo mundo”. También 1902 es el año en que Munch presenta la secuencia completa de imágenes del Friso de la Vida en Berlín.Detalles de “Los bañistas” (EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON)
(CHRISTOPHE PETIT TESSON/)Sus crisis nerviosas sumadas al alcoholismo, dicen, lo llevaron a internarse en el sanatorio de Copenhague del Dr. Jacobsen (1908) unos meses. Recuperado, vuelve a Noruega al año siguiente, y entre 1909 y 1916 el reconocido artista trabaja en la decoración del salón de actos de la Universidad de Oslo, cuyas pinturas de gran formato “están llenas de vida y energía”.A partir de 1916 llevó una vida solitaria en su casa de Ekely. Continúa trabajando sobre lo que observa en su entorno, el paisaje, el jardín, los animales, y los retratos de sus perros, y se sigue fotografiando y autorretratando.En 1940, sin haberse casado por miedo a transmitir enfermedades que se creían hereditarias, entre otras cuestiones, escribe su testamento legando a la ciudad de Oslo sus obras, preservando de este modo su memoria.El moderno Munch-Museet de Oslo con sus 13 pisos y 26.313 metros cuadrados fue inaugurado en 2021 (REUTERS/Nora Buli) (STAFF/)Su figura se proyecta firme en el moderno Munch-Museet de Oslo con sus 13 pisos y 26.313 metros cuadrados inaugurado en 2021, que atesora la colección de más de 26 000 obras de arte que incluyen 1200 pinturas y 7050 dibujos y bocetos, además de 9800 objetos personales de Munch, entre textos, cartas, fotografías y herramientas, donados por el artista a la ciudad. El museo que suplanta el creado en 1963 rescata su figura y mantiene vivo su legado.En cuanto al cine, se destacan Edvard Munch (1974) del británico Peter Watkins que pone pone en contexto la sociedad en la que nació el artista en con una Oslo de 135.000 habitantes, trabajo infantil y prostitución legalizada, y más allá de los numerosos documentales y capítulos televisivos, la reciente Munch (2022) dirigida por Henrik M. Dahlsbakken aborda esa vida entrelazada en el arte, la lucidez, el amor y la muerte, pero también la vida.Fuente: Télam S.E

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Venecia conmemora los 700 años de Marco Polo, el gran viajero de la historia

Con distintos homenajes, Venecia conmemora los 700 años de la muerte de Marco PoloPara homenajear a Marco Polo a 700 años de su muerte, la ciudad de Venecia alojará a lo largo de 2024 distintos acontecimientos que resignificarán la vida y las travesías de quien está considerado el viajero más emblemático de todos los tiempos, que será evocado a través de conferencias, espectáculos y hasta una ópera que se estrenará el 21 de abril.Desde el Palacio Ducal de Venecia al Teatro La Fenice pasando por el Carnaval de Venecia, los grandes espacios venecianos consagrados al arte se preparan para rendir tributo a una de las figuras más importantes de Italia, nacido en 1254 en la ciudad de los canales, donde murió a los 70 años, poco después de haber redactado un detallado testamento que será una de las joyas de la exposición que se exhibirá en el Palacio Ducal a partir del próximo 6 de abril.El relato de sus viajes al Lejano Oriente está recogido en la obra literaria “Il Milione” (El Millón), conocido también como El libro de las maravillas, sin duda uno de los primeros bestsellers del mundo, una auténtica enciclopedia geográfica. Con su viaje y su libro se amplió la dimensión del mundo conocido y por primera vez se reveló en la Europa de finales del siglo XIII los espacios ilimitados de China. Coincidiendo con la efeméride, la editorial Nórdica publicará una nueva edición en marzo.Casa de Marco Polo en Venecia, hoy un teatro (Didier Descouens/)Venecia estará volcada en celebrar lo que fue un hito en la historia, por ese motivo el Teatro La Fenice dedicará a Marco Polo una ópera que se estrenará el 21 de abril y la Universidad Ca Foscari convocará un simposio sobre su figura, dos de los actos más significativos del aniversario.A estas conmemoraciones hay que añadir la edición 2024 del Carnaval de Venecia, que se celebrará del 27 de enero al 13 de febrero. Esta edición se inspirará en el tema del viaje y el descubrimiento en honor a Marco Polo: las referencias al mundo relatado por el viajero y la famosa Ruta de la Seda serán dos de las influencias que guiarán el tradicional desfile de máscaras y vestuario.La ciudad de Venecia también está preparando una serie de conferencias para aumentar la comprensión de China en la geopolítica mundial. Esta propuesta permitirá abrir grandes diálogos en la ciudad portuaria como enclave del debate estratégico.La familia Polo partiendo desde Venecia. La imagen se encuentra al comienzo del manuscrito, ‘Los viajes de Marco Polo’ o ‘El libro del Gran Khan’ (Foto de Hulton Archive/Getty Images)
(Getty Images/)Marco Polo nació en una familia de comerciantes venecianos rica y cosmopolita. Su padre y el tío, Niccolò y Maffeo Polo, eran comerciantes que hicieron fortuna con joyas, sedas y especias, cuando la Venecia del siglo XIII era el centro comercial de Europa, una puerta orientada hacia Oriente Medio y Asia.En 1260, el padre y tío paterno de Marco Polo viajaron al Mar Negro, se adentraron en Asia central y llegaron a la corte de Kublai Khan, el gran líder mongol que extendió su dominio en China, siendo el fundador del primer Imperio chino de la dinastía Yuan. Khan pidió a los hermanos Polo que regresaran a Europa y persuadieran al Papa para que enviara eruditos que le explicaran el cristianismo. Regresaron a Venecia en 1269. En 1271 partieron de nuevo, acompañados por dos misioneros y Marco, que entonces tenía 16 años. En 1275 llegaron a la corte de Khan.Durante los siguientes 17 años, los Polo vivieron en tierras del emperador. Marco fue enviado a varias misiones diplomáticas que le dieron la oportunidad de conocer muchas partes de China. Recorrió decenas de miles de kilómetros, visitando lugares, costumbres y pueblos que luego describió en “Il Milione”, constituyendo algo nuevo y tan exótico que, para los europeos, parecía increíble.Marco Polo en la corte de Kublai KanEl viajero regresó a Venecia en 1295, con una discreta fortuna que invirtió en la empresa comercial familiar. Durante la guerra de la República de Venecia contra la de Génova, con episodios de piratería y violencia entre las dos comunidades comerciales, fue capturado por los genoveses y estuvo en prisión desde 1296 a 1299. Esa desgracia fue en parte también su fortuna, porque en la cárcel conoció al escritor Rustichello da Pisa, quien quedó cautivado por las historias que le contaba.Rustichello, quizás su compañero de celda, comenzó a redactarlas, dando forma escrita a la epopeya de Polo. La obra sirvió de inspiración para generaciones de viajeros europeos -entre ellos Cristóbal Colón que poseía un ejemplar del libro-, aportando ideas y material a la cartografía occidental.Fuente: Télam

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Marea: veinte años de una editorial “hija de la crisis” de 2001 y dedicada a la no ficción

escucharescucharCreada en un contexto socioeconómico complicado como fue el de 2003, la editorial Marea, que publica libros de no ficción, ensayo, historia y periodismo, cumplió veinte años en 2023. “Como otras editoriales independientes hoy icónicas, es hija de la crisis de 2001″, dice a LA NACION su directora editorial, Constanza Brunet. A lo largo del tiempo y en distintas colecciones, Marea publicó libros de reconocidos periodistas y escritores como Luisa Valenzuela, Carlos Ulanovsky, Julián Gorodischer, Cristian Alarcón, Osvaldo Bazán, Sibila Camps, Cristina Civale, Roberto Herrscher, Leandro Pinkler, Adriana Meyer, Andrew Graham Yooll, Juan Villoro, Analía Argento, Diego Igal y el recordado Gabo Ferro.”El libro, por su permanencia, su capacidad de profundizar en los temas, su independencia de la línea editorial de un medio determinado y su prestigio, puede intervenir en el debate público de una manera privilegiada”, dice Brunet“Vengo del periodismo y en esos años la crisis me alcanzó en lo laboral y en lo personal -cuenta Brunet-. En ese entonces me inscribí en la carrera de Edición en la Universidad de Buenos Aires y me dediqué a aprender, a pensar, a vincularme con un montón de gente que estaba como yo, resistiendo la crisis en la universidad pública. De todo eso surgió Marea. El concepto era partir del periodismo para hacer libros que no fueran solo coyunturales sino que también se convirtieran en libros de catálogo, de referencia, que investigaran y que pensaran el presente y el pasado reciente. Arranqué armando un sumario de temas que me interesaban, como si fuera una revista, y contacté a periodistas para ofrecerles escribir sobre esos temas”.¿DE DÓNDE RECAUDA DINERO EL FONDO NACIONAL DE LAS ARTES?Los primeros tres títulos de la primera colección, Historia Urgente, estuvieron vinculados a los derechos humanos: Maldito tú eres. El caso Von Wernich, de Hernán Brienza; Historia de la homosexualidad en la Argentina, de Osvaldo Bazán, y Los niños escondidos. Del Holocausto a Buenos Aires, de Diana Wang. “Posteriormente se sumaron otras colecciones, de historia argentina, crónica, biografía, testimonios y el rescate de clásicos, como La noche de Tlatelolco, de Elena Poniatowska”, dice Brunet. El lema de la editorial es “Libros sobre temas que nos importan”.Cuatro “long sellers” de historia y derechos humanos de Marea En veinte años, Marea publicó más de doscientos libros. “Tenemos muchos long sellers, es decir, libros que no venden de golpe y entran en listas de best seller pero sí venden a lo largo de los años y tienen muchas ediciones. El primero fue Espadas y corazones de Daniel Balmaceda, que sí entró en lista de best sellers; El Loco Dorrego, de Brienza; Y un día Nico se fue, de Bazán; La larga noche de los lápices, de Emilce Moler; Primera persona, de Margarita García Robayo; Narcosur, de Cecilia González; La Patagonia vendida, de Gonzalo Sánchez; Barbarie y civilización, de Gabo Ferro; La patria de las mujeres, de Elsa Drucaroff, entre otros. De los más recientes, puedo mencionar El Nunca Más de las locas, de Matías Máximo, y Por qué Ucrania, de Noam Chomsky”, destaca la directora editorial.”IGNORANCIA COLOSAL Y ABSOLUTA”: EXPRESIDENTES Y EXDIRECTORES DEL FONDO NACIONAL DE LAS ARTES CONTRA EL CIERRE La mayor parte de los libros de Marea no surge de un original terminado. “Lo que nos traen los autores es un proyecto y los vamos acompañando en la concreción de ese libro -dice Brunet-. A veces la idea la propone la editorial. Trabajamos de manera personal en cada libro y armamos un equipo con los autores hasta lograr el original final. El libro, por su permanencia, su capacidad de profundizar en los temas, su independencia de la línea editorial de un medio determinado y su prestigio, puede intervenir en el debate público de una manera privilegiada. Historia de la homosexualidad en la Argentina fue utilizado por legisladores para fundamentar su voto en la discusión por el matrimonio igualitario. Lo mismo La Patagonia vendida con la ley de tierras. Nos llegan cotidianamente muchos proyectos y los seleccionamos según el tema, los autores, los géneros, las colecciones”. También compran derechos de traducción de libros de autores extranjeros y hacen coediciones con otras editorial hispanoamericanas.Para Brunet, el principal desafío que tienen hoy los editores argentinos es que los libros “puedan seguir llegando a los lectores en un período que se prevé de gran ajuste”. “Las crisis son momentos donde la lectura, la reflexión, la información son claves para imaginar salidas -señala Brunet-. Esto se dificulta por los enormes costos, en especial del papel, cuya disponibilidad es limitada y el precio aumenta constantemente. Marea es una editorial independiente que solo se mantiene con las ventas y no tiene vínculo con ninguna institución o empresa que la financie. Por lo tanto, es un momento delicado”. Tras las PASO, lanzaron el libro Ensayos urgentes, en el que Guillermo Levy convocó a un grupo de cientistas sociales (Ricardo Aronskind, Myriam Pelazas, Lucas Arrimada, Franco Sasso Videla, Daniel Feierstein, Yamila Campo, Mariano Juárez, Andrés Ruggeri y Ariel Goldstein) que analizaban presente y futuro de la Argentina a la luz de las nuevas fuerzas políticas. “Lo vendimos en librerías a precio de costo y lo distribuimos en forma gratuita en su versión digital. Fue una manera de intervenir desde la reflexión en el debate público que se venía dando”. Se puede leer en este enlace.“El vínculo con el gobierno nacional se prevé complicado en todas las áreas de cultura, ya que el primer paquete de leyes enviado al Congreso anula leyes fundamentales para nuestro funcionamiento como la ley de defensa de la actividad librera, que perjudica a las librerías independientes y en forma indirecta a las editoriales y a los lectores; se propone el cierre del Fondo Nacional de las Artes, que perjudica a los creadores y a los editores que trabajamos con ellos, y otras medidas que afectan al área cultural en general”, estima.Este año, entre otros títulos, Marea publicará Para ser humanos, de Pablo Melicchio (sobre el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel); Esquirlas en la memoria, de Gabriela Naso y Victoria Torres, sobre Malvinas; el nuevo libro de Noam Chomsky Universalizar la resistencia; El pasadizo secreto. Una autobiografía feminista, de Elsa Drucaroff, y una biografía de Gabo Ferro escrita por Lalo Ugarte y Sergio Sánchez.Daniel GigenaSeguí leyendoPlatos de novela. Como sentarse a la mesa con Hemingway, García Márquez o Silvina OcampoInsólito récord en Harvard. Un curso sobre Taylor Swift en la universidad agotó el cupo para inscriptos y buscan más docentes de refuerzoCumple un siglo y medio. Temporada alta de arte y cultura en Mar del PlataTemasArte y CulturaLibrosPeriodismoCrisis de 2001Ley ómnibusConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Arte y CulturaLibro de artista. Sobre mármol, con galletitas o picadillo de papel, un género creativo que invita a la exploración táctil y visualPlatos de novela. Como sentarse a la mesa con Hemingway, García Márquez o Silvina OcampoManuscrito. El huracán Gilda y los intelectuales

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“Ignorancia colosal y absoluta”: expresidentes y exdirectores del Fondo Nacional de las Artes rechazan el cierre de la entidad

escucharescucharLos reclamos para evitar el cierre del Fondo Nacional de las Artes (FNA) prosiguen y sumaron hoy importantes adhesiones. Esta tarde, una carta pública firmada por expresidentes y exdirectores de distintas áreas de la institución -quienes no comparten “las mismas posiciones políticas”- se manifestó categóricamente en contra de la medida prevista en la “ley ómnibus” que el gobierno del presidente Javier Milei envió al Congreso. En conjunto, remarcan que los fondos destinados por el FNA al fomento de la cultura y de las artes “jamás fueron quitado a otras actividades esenciales (como la salud y la educación pública) a las que el Estado debe brindar atención”.“Cerrar ese organismo implica desconocer cuál debe ser el papel del Estado en el apoyo a la cultura e ignorar los estupendos resultados obtenidos durante más de medio siglo”, se lee en la nota, que lleva el nombre de cuarenta artistas, escritores, cineastas, músicos, editores y gestores culturales que trabajaron en el FNA en las gestiones de Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández. Implica también “una ignorancia colosal y absoluta acerca de la base técnica que puede autofinanciar al FNA”.Entre otros, la carta lleva las firmas de los presidentes del FNA durante el gobierno de Mauricio Macri, la abogada y gestora cultural Carolina Biquard y el editor Mariano Roca, y la arquitecta Diana Saiegh, que presidió el FNA hasta diciembre pasado. Y de directores de distintas áreas del organismo creado en 1958 para impulsar las artes en el país y apoyar a artistas, escritores, artesanos, directores de cine y teatro, arquitectos. diseñadores, músicos y patrimonialistas, como las escritoras Luisa Valenzuela, María Negroni y Mariana Enriquez, los directores de cine y teatro Oscar Barney Finn, Andrés Di Tella y Alejandro Tantanian, el editor Juan Javier Negri y el arquitecto Enrique García Espil, los músicos Juan Falú, Lidia Borda y Marcelo Moguilevsky, y el actual director del Museo Nacional de Bellas Artes, Andrés Duprat, además de reconocidas gestoras culturales como Gachi Prieto y Teresa Anchorena.La escritora Luisa Valenzuela, los artistas Marta Minujín y Luis Felipe Yuyo Noé y Andrés Duprat, director del Museo de Bellas Artes, en el “abrazo” simbólico a la sede del FNA de la calle AlsinaGentilezaEl texto completo y sus firmantes“Quienes firmamos esta carta hemos integrado, en diferentes épocas y gobiernos, el directorio del Fondo Nacional de las Artes -se lee en el comienzo-. No compartimos necesariamente las mismas posiciones políticas. Tampoco tenemos ideas idénticas en otras materias. La relación que nos une nació casi exclusivamente de nuestras respectivas tareas al frente de ese organismo, cuya excelencia y transparencia queremos destacar”.“Siempre nos impactó la calidad, importancia y variedad de las iniciativas y proyectos sometidos por los artistas argentinos al FNA para ser financiados o subsidiados y por la eficiente tarea de su personal en la evaluación correspondiente”, prosigue.Y continúa: “Jamás tuvimos el menor atisbo de algún sesgo ideológico que cerrara la puerta a los artistas merecedores de apoyo ni encontramos resistencias o sugerencias para denegar o dirigir la asistencia que el FNA podía ofrecer. Cerrar ese organismo implica desconocer cuál debe ser el papel del Estado en el apoyo a la cultura e ignorar los estupendos resultados obtenidos durante más de medio siglo. Implica también una ignorancia colosal y absoluta acerca de la base técnica que puede autofinanciar al FNA”.Los firmantes responden al argumento utilizado desde el gobierno para justificar el cierre (”no hay plata”). “Somos conscientes de la crisis económica que aqueja a la Argentina, pero la opinión pública debe tener bien en claro que el dinero que, durante sesenta y seis años, el FNA dedicó al fomento de la cultura y de las artes jamás fue quitado a otras actividades esenciales (como la salud y la educación pública) a las que el Estado debe brindar atención”.Firman: Florencia Abbate, Ubaldo Aguirre, Rosa Aiello, Teresa Anchorena, Oscar Barney Finn, Daniel Becker, Mariana Bellotto, Sebastián Berardi, Carolina Biquard, Sebastián Blutrach, Lidia Borda, Andrés Di Tella, Andrés Duprat, Mariana Enriquez, Fernando Farina, Juan Falú, Enrique García Espil, Facundo Gómez Minujín, Liliana Heker, Ignacio Hernaiz, Andrés Labaké, Juan Lo Bianco, Marcelo Moguilevsky, Juan Javier Negri, María Negroni, Mirtha Presas, Gachi Prieto, Mario Rapoport, Mariano Roca, Tulio de Sagastizábal, Diana Saiegh, María Sánchez, Inés Sanguinetti, Eduardo Stupía, Alejandro Tantanian, Luisa Valenzuela, Luisa Valmaggia, Sergio Wolf y Ricardo Wullicher.¿Cuál es la polémica?El artículo 589 de la ley bautizada “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” deroga la norma con la que se creó el FNA, y en el artículo 590 establece que el Poder Ejecutivo Nacional “procederá a la reasignación de recursos humanos, presupuestarios y materiales con motivo de la derogación prevista en el artículo anterior”.A principios de diciembre de 2023, el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, había anunciado que el cineasta y escritor Javier Torre sería el presidente del FNA. Cuando se conoció el contenido de la “ley ómnibus” en lo que atañe al FNA, Torre hizo una enérgica defensa del organismo, lo que provocó que Cifelli lo “desnombrara” mediante un comunicado en redes sociales, tras haberlo presentado al presidente Milei, su hermana Karina (secretaria general de la Presidencia) y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello (la Secretaría de Cultura depende de este súper ministerio). “Se trata de alguien que no ha sido designado para el cargo que se atribuye”, escribió el funcionario en su cuenta de X, el 3 de enero.Actualmente, el cargo de la presidencia del FNA está acéfalo. Si bien los directores de la gestión anterior presentaron sus renuncias, estas aún no fueron aceptadas por el Gobierno nacional.Artistas e intelectuales como Marta Minujín, Nora Iniesta, Juan José Sebreli, María Rosa Lojo y Guillermo Martínez se manifestaron a favor de la continuidad del FNA, y una solicitud en contra del cierre, impulsada por el gestor cultural y artista Julio Suaya en la plataforma Change, lleva recolectadas más de sesenta mil firmas.Daniel GigenaTemasArte y CulturaArteLiteratura argentinaConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Arte y Cultura¿De dónde recauda dinero? Fondo Nacional de las Artes, un organismo autosustentable y con superávit en la mira de la “ley ómnibus”Insólito récord en Harvard. Un curso sobre Taylor Swift en la universidad agotó el cupo para inscriptos y buscan más docentes de refuerzo2024, año Kafka. El mundo celebra el legado imborrable del autor de “La metamorfosis”

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Marta Minujín se convirtió en tendencia por su defensa del Fondo Nacional de las Artes

escucharescucharA más de setenta años de la creación del Fondo Nacional de las Artes (FNA), un sector de la sociedad argentina debate el cierre de la institución fundada en 1958 por iniciativa de la escritora y mecenas Victoria Ocampo, con el objetivo de impulsar y apoyar el trabajo de los artistas de diferentes disciplinas. La propuesta figura en los últimos artículos de la “ley ómnibus” enviada al Congreso por el Gobierno nacional. View this post on Instagram A post shared by • M A R T A • (@martaminujin)
Ayer, en su cuenta de Instagram, la reconocida artista Marta Minujín hizo una acalorada defensa del FNA. “Quiero subrayar que me parece terrible que quieran cerrar el Fondo [Nacional] de las Artes. ¿Qué hubiese sido yo en mis comienzos si no hubiese obtenido esos préstamos que me permitieron ir a París y mirar todos esos grandes museos y aprender mirando? Es tremendo que lo cierren, es serruchar la cultura y este país tiene que vivir de la cultura”, dijo ante una gran y colorida obra en proceso. Artistas y gestores culturales como Alexis Minkiewicz, Amalia Amoedo, Diego Jara, Maximiliano Romero Almenar y Andrés Felipe Durán expresaron su apoyo con comentarios y likes.Marta Minujín dijo “quién hubiera sido yo en mis comienzos sin los préstamos del Fondo Nacional de las Artes” y un libertario contesta “lo devolvió?” hermano es MARTA MINUJÍN un poquito de respeto te pido andá a pisar un museo en plan turismo aventura— fran (@franucke) December 29, 2023

Detrás de Minujín en el video -que se convirtió en tendencia en redes sociales- se ve a su asistente con una máscara sonriente del presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un. “Acá estoy trabajando, porque los artistas vamos directo al alma, vendamos o no vendamos”, se presentó la artista.Estás en una isla arrasada.Se incendia.Angustia.De un lado tenés un grupo de 7 chicos que de cada 10 no comen.Del otro lado tenés a los artistas y a Marta Minujín pidiendo una ciruela flotando en perfume en un sombrero de hombre.Podés salvar a un solo grupo.¿A quién salvás?— Diego Recalde (@DiegoJRecalde) December 29, 2023

Minujín viajó becada por el FNA a comienzos de la década de 1960, como ella misma cuenta en Tres inviernos en París: Diarios íntimos (1961-1964). La publicación de la artista en Instagram se transformó en una especie de happening virtual de protesta que ocasionó el debate en redes sociales, a favor y en contra del reclamo. Los críticos expresaron su desacuerdo, recordándole a la creadora de El Partenón de los libros prohibidos el escalofriante índice de pobreza en el país. Muchos otros celebraron sus argumentos.Este jueves en un encuentro con representantes de la comunidad judía en la sede de la DAIA, el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, dijo que no sabía qué iba a pasar con el organismo. “Estamos viendo qué va a pasar. Todo esto tiene que ir al Congreso y ver qué deciden los legisladores”, comentó.No al cierre del Fondo Nacional de las Artes – ¡Firmá la petición! https://t.co/Ku7KHVIHRT vía @ChangeorgAR— Pablo Avelluto (@pabloavelluto) December 29, 2023

“Es una institución que ayuda a muchísimos artistas, como ayudó a Delia Cancela cuando se incendió un depósito con sus obras, o cuando uno tiene un accidente o algo -dice Minujín a LA NACION-. Muchos artistas recibimos el premio a la trayectoria del FNA, que otorga una pensión. Todas esas cosas reconocen a los artistas que no trabajan para vender, y si venden es una casualidad, sino que les dan a los demás el alma”. Este año, obras de Minujín conquistaron Nueva York, donde su exposición en el Museo Judío de esa ciudad fue elegida como una de las cincuenta mejores de 2023.La “Escultura de los sueños”, de Marta Minujín, llegó en el otoño a Times SquareGentileza Michael Hull/Times Square ArtsAnteayer, el artista y director ejecutivo de la Fundación Clorindo Testa Julio Suaya lanzó una petición en la plataforma Change.org para que cierre el FNA. “El Fondo Nacional de las Artes ha sido una fuente vital para los artistas locales, proporcionando más de 1000 becas en los últimos cinco años (fuente: Informe Anual del FNA). El impacto cultural y social que estos proyectos han tenido es incalculable”, se lee en la petición, que ya firmaron cerca de quince mil personas.Daniel GigenaSeguí leyendo“No sé qué va a pasar”. Cifelli habló de “reformular” Tecnópolis, cobrar entrada a los extranjeros en el Bellas Artes y la “ley ómnibus”Manuscrito. El revés de la trama“Un país sin arte no puede ser libre”. Más voces en contra de los recortes de la “ley ómnibus”TemasArte y CulturaArteMarta MInujínRedes socialesConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Arte y Cultura“No sé qué va a pasar”. Cifelli habló de “reformular” Tecnópolis, cobrar entrada a los extranjeros en el Bellas Artes y la “ley ómnibus”Manuscrito. El revés de la tramaEnemigos íntimos. La legendaria rivalidad entre Leonardo, Miguel Ángel y Rafael, bajo la lupa

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Cuando la revolución psicodélica del LSD llegó al psicoanálisis argentino

El LSD adquirió un papel relevante en la exploración psicoanalítica (Busà Photography/)Un buen viaje. Así se podría definir al momento en donde el psicoanálisis argentino —ya de avanzada en el mundo entero y siempre dispuesto a nutrirse de los más variados métodos para lograr que el inconsciente aflore y comience así el camino de la autoexploración del ser— tomó contacto con los poderes del LSD, el ácido lisérgico, y lo llevó al consultorio para que hicieran uso de él tanto los analistas como los pacientes.Un buen viaje: despegue, ascenso, vuelo, descenso, aterrizaje. Por qué esta historia, muy poco conocida y tal vez sólo difundida —hasta ahora— por quienes participaron de esta experiencia y algunas almas curiosas de la historia de la psicología argentina, llegó a su fin. Y no fue porque ese viaje hubiera sido problemático —al menos, no en exceso— ni por el descubrimiento de que el LSD y el psicoanálisis eran caminos que no debían converger. La ley, a tono con las grandes tendencias del conservadurismo que sobrevino a los acontecimientos que bien podrían ser representados mediante la mención del año “1968″ —en tanto una época—, prohibió la sustancia alucinógena y truncó el desarrollo de las investigaciones prácticas que se desarrollaban. Se podría decir que sí, fue un viaje de ida. Pero no en el sentido de los excesos y las adicciones irreversibles, más bien porque fue un viaje que no se retomó. Esto cuentan los autores ¡Viva la pepa! (editado por Ariel y notanpuan), de Damián Huergo y Fernando Krapp.¡Viva la pepa! (editado por Ariel y notanpuan), de Damián Huergo y Fernando KrappNo era difícil conseguir LSD de manera gratuita y con envío directo de la casa matriz donde se elaboraba, a mediados de los años cincuenta. Las propiedades de la dietilamida del ácido lisérgico habían sido descubiertas de casualidad por el científico suizo Albert Hofman, que investigaba nuevos desarrollos farmacológicos para el laboratorio Sandoz; y pese a que en 1938 habían cesado las investigaciones sobre la sustancia, decidió darle una oportunidad más en 1943. El 19 de abril, una fecha que debería figurar en los feriados internacionales de la cultura de la psicodelia, Hoffman, inquieto, aceleró el acto de culminar la jornada en su laboratorio, guardó los enseres, cerró la puerta y se dirigió a su casa.Escribió en su diario: “En casa me tumbé y me hundí en una condición de intoxicación no desagradable, caracterizada por una imaginación extremadamente estimulada. En un estado parecido al del sueño, con los ojos cerrados (encontraba la luz del día desagradablemente deslumbrante), percibí un flujo ininterrumpido de dibujos fantásticos, formas extraordinarias con intensos despliegues caleidoscópicos. Esta condición se desvaneció dos horas después”. Por accidente, su piel había absorbido el LSD. Días después, tomó de manera consciente una cantidad de la droga, le pidió a su asistente que lo acompañara, tomó su bicicleta y de pronto se sintió como la protagonista de Alicia en el país de las maravillas. Una nueva era se abría paso en la relación de la química y las reacciones neurológicas.El químico suizo Albert Hofmann descubrió el LSD casi por error, 80 años atrás
Decíamos que no era difícil en Argentina conseguir LSD de máxima pureza. Es que, todavía en estado de experimentación, el laboratorio Sandoz lo enviaba a científicos de todo el mundo que acreditasen un interés pertinente por la droga. Con una condición: que la autoexperimentaran antes de prescribirla a los pacientes que serían los conejillos de indias de la lisergia. El médico y psicoanalista Alberto Tallaferro fue el primer argentino que pidió sus ampollas de LSD a Sandoz. Desde Suiza, accedieron: enviaron un maletín por avión. Llegó a su casa en la Recoleta. Se puso a contento, dejó el paquete abierto y se fue a dar una ducha, tal vez pensando qué nueva era se estaría iniciando con ese envío postal. Pero la señora que hacía la limpieza vio el paquete desgarrado y, con el ruido de fondo de la ducha, lo tiró a la basura. Justo pasaba el recolector de residuos y le entregó la bolsa. ¡Para qué! Casi se muere Tallaferro al salir con el toallón. Su mujer fue a buscar escarbando en el basurero, para ver si encontraba el paquetito. Pero se había perdido para siempre.Aldous Huxley 1894-1963 (Foto: Edward Gooch Collection/Getty Images) (Edward Gooch Collection/)No pasó nada. Hizo un nuevo pedido. Llegó. La experiencia comenzó en la Argentina. Había toda una audiencia esperando la experimentación con esa síntesis química. En 1954 Aldous Huxley había experimentado con LSD y escrito el libro Las puertas de la percepción, que mostraban los alcances que podía tener su uso en la ampliación de los procesos mentales. En 1956 Tallaferro publicó Mescalina y LSD25 que incluía 26 testimonios del uso supervisado del ácido lisérgico, incluida su propia experiencia (anotada por cuatro asistentes durante la primera toma).Las experiencias fueron tomadas con toda la seriedad del mundo por quienes formaban la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), el primer agrupamiento de psicoanalistas del país cuyos precursores fueron Ángel Garma, Arnaldo Rascovsky y Enrique Pichon-Riviere y un grupo de jóvenes entusiastas de aquella disciplina fundada por Sigmund Freud. La camada siguiente a la de los fundadores, entre quienes se destacaban Celes Cárcamo, Marie Langer, Luisa Rebeca (Rebe) de Álvarez Toledo y el propio Talaferro, entre otros, recibió con entusiasmo la experimentación con lisérgicos.Enrique Pichon-Riviere, uno de los precursores del psicoanálisis en ArgentinaEl efecto sensorial que mostraba las cosas de este mundo como formas desconocidas, hacía valorar al LSD como un impulsor a un estado pronominal. Allí el inconsciente funciona sin inhibiciones, en una forma cercana a lo que podría ser comparado con una regresión al útero y al nacimiento. Definitivamente, la experiencia producía un efecto en los experimentadores. Quizás se pueda pensar en estos versos de Alejandra Pizarnik al señalar la acción del LSD: “explicar con palabras de este mundo / que partió de mí un barco llevándome”. En todo caso, ese era el desafío, y hubo unos pioneros que brindaron mucho para ver hasta dónde podían explicar esas palabras.Rebe Álvarez de Toledo fue una de ellas. Los autores de ¡Viva la pepa! dicen: “Para ella, el estado alucinatorio del LSD facilitaba un acceso al ‘objeto’ de las palabras. A aquella fantasía primaria, ese imago que acompañaba al sujeto desde su infancia, y que durante su adultez creaba un trauma originario. Tal vez con el LSD podía abrirse una puerta a lo inconsciente”. Ella también pidió su valijita de ampollas a Sandoz. Su lugar de experimentación sería la misma APA.Alberto Ure, director teatral (1940-2017)Alberto Fontana fue uno de los más innovadores psicoanalistas argentinos. Su clínica en la calle Oro, en Palermo, fue legendaria. Allí realizaba no sólo terapias individuales, sino también de grupo en los que el psicodrama era fundamental y en donde tomaban parte activa como coordinadores el futuro director de teatro Alberto Ure y el futuro director de cine Rafael Filippelli. Asistían artistas, escritores, músicos, angustiados y neuróticos de todo el país para incurrir en la sesión psicoanalítica. En el caso de Fontana, podían extenderse durante cuarenta y ocho horas. El método, una experiencia en sí misma, fue desarrollada en su libro Sesiones prolongadas.Francisco “Paco” Pérez Morales fue la tercera pata de la tríada. La tesis de Pérez Morales señala, dicen los autores del libro, que “el analista debe acompañar y lograr sostener al paciente en el territorio de la incomunicación para que la experiencia sea más profunda. Si eso sucede, si se llega a exaltar la disociación entre el mundo de las palabras y la experiencia concreta, van a generarse las condiciones para posibilitar cambios en el paciente”. Escribió la tesis “Psicoanálisis y LSD-25″ que defendería ante el comité de la APA para su aceptación como miembro titular. Pero las condiciones iban variando. En una votación dividida, su tesis fue rechazada y se señaló que los psicoanalistas no podían usar LSD. Pérez Morales renunció a la APA. Una gran crisis sobrevino en el interior del organismo.Damián Huergo y Fernando Krapp, autores de “¡Viva la pepa!” (Foto: Alejandro Guyot) (Alejandro Guyot/)Durante esos años Noé Jitrik, Paco Urondo, Mario Trejo, Marilina Ross, el cineasta David Kohon y otras personalidades relevantes de la cultura de vanguardia de los años 60, experimentaron con LSD en el marco de sesiones psicoanalíticas. Esto antes de la prohibición legal. Luego las experiencias finalizaron. Eran plausibles de castigo estatal. Un ciclo terminó.¡Viva la pepa! es un libro que abre un surco hacia una historia olvidada del psicoanálisis argentino y muestra las potencialidades de la experimentación con ciertos fármacos para explorar la mente humana, que recién ahora pueden retomarse tímidamente ya no con LSD -que sigue prohibido por la ley- pero sí con psilocibina, un sintetizado químico de funciones similares. Pero no sólo eso, el libro muestra una época muy fértil en la APA, que luego se desgajaría en la enorme cantidad de tendencias existentes en el campo del psicoanálisis argentino (y, por lo tanto, mundial) hoy. Y es, sobre todo, un retrato de época. De fines de la década del 50 hasta el fin de los 60 en el siglo XX, probablemente los años más venturosos para las aventuras intelectuales en el país. Hay que leer este libro. Pero bajo una condición. Hay que leerlo todo, no solamente un cuartito.

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Las mejores muestras de arte del mundo en 2023

Exposición sobre Johannes Vermeer en el Rijksmuseum de Amsterdam (Foto: EFE/EPA/Koen Van Weel) (KOEN VAN WEEL/)“Vermeer”, en el Rijksmuseum, Países Bajos.Esta fue la rara exposición de arte que cubrió titulares internacionales. No sólo las entradas para la exposición, que se desarrolló del 10 de febrero al 4 de junio, se agotaron en días, sino que cuando se lanzaron entradas adicionales, los visitantes ansiosos colapsaron el sitio web del museo.Entonces, ¿fue buena la exposición de 28 obras del pintor holandés del siglo XVII Johannes Vermeer? Respuesta corta: Sí. ¿Respuesta un poco más larga? Esta fue una exposición muy pasada de moda, en la medida en que no intentaba hacer nada más que colocar pinturas en las paredes y dejar entrar al público. Los organizadores parecieron apostar que el esfuerzo de reunir todas estas obras maestras en un solo lugar fue más que suficiente.“Basquiat. Las pinturas de Módena”, en la Fundación Beyeler, Riehen, SuizaEn 1982, a la edad de 21 años, Jean-Michel Basquiat (1960-88) fue invitado a viajar a Módena, Italia, donde realizó ocho lienzos gigantes destinados a una exposición individual en una galería. El espectáculo nunca se realizó y durante la mayor parte de 40 años los lienzos estuvieron esparcidos por el viento.La obra “Untitled” de Jean-Michel Basquiat de 1982, una de las pinturas de Módena
(Redactor/)Al reunir las pinturas, Beyeler hizo un buen trabajo al mostrar el proceso creativo del artista a medida que se extendía a través de una serie de obras separadas. No es sorprendente que muchos de los motivos e ideas de un lienzo aparezcan en otro, aunque de forma ligeramente diferente. Hoy en día, es difícil separar a Basquiat de su celebridad póstuma y de sus precios de subasta récord. En el show de Beyeler, que se desarrolló del 11 de junio al 11 de agosto. El 27, el artista y su arte estuvieron al frente y al centro.“Manet/Degas”, en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva YorkÉdouard Manet (1832-83) y Edgar Degas (1834-1917) compartieron muchas aportaciones: nacieron en familias burguesas parisinas, estudiaron a los mismos viejos maestros en el Louvre, viajaron a los mismos países y tenían muchos amigos en común. Sin embargo, su producción varió dramáticamente.El Metropolitan Museum de Nueva York presenta la compleja relación de los dos grandes artistas a través de 150 obras (EFE/Anna-Marie Kellen/The Met)
(Anna-Marie Kellen/)La comparación y contraste resultante es el tema de este espectáculo amplio y espectacular. Que Manet salga más favorecido en estas comparaciones es en gran medida irrelevante; los paralelos (en materia subjetiva, principalmente) son fascinantes y recompensan las visitas repetidas. Y esto ni siquiera incluye a la estrella de la exposición, Olimpia de Manet, que cruza por primera vez el Atlántico.“Ed Ruscha/Ahora entonces”, en el Museo de Arte Moderno de Nueva YorkRara vez una exposición constituye un placer tan absoluto tanto para los neófitos como para los amantes del arte experimentados. Esto se debe principalmente a Ruscha, quien ha sondeado las profundidades de la cultura pop estadounidense con inteligencia e ironía durante más de 60 años, creando obras de arte que a menudo funcionan como juegos de palabras.“Ed Ruscha/Ahora entonces”, en el Museo de Arte Moderno de Nueva YorkTambién tiene algo que ver con el estilo elegante y expansivo del espectáculo en sí. Las 200 obras de arte están muy espaciadas, con texto de repuesto en la pared, lo suficiente para poner las cosas en contexto, pero no tanto como para parecer pedante.“Sarah Lucas: gas feliz”, en la Tate Britain, LondresLucas se hizo famosa en la década de 1990 como parte del llamado Joven Artista Británico (Damien Hirst estaba en el mismo grupo) cuya fotografía y escultura inexpresivas se burlaban de la clase, el sexo y las costumbres sociales. Treinta años después, la artista, que ahora tiene 60 años, ha mantenido su concisión mientras se expande hacia formas más maduras (y a menudo más sofisticadas) de hacer arte.“Sarah Lucas: gas feliz”, en la Tate Britain, Londres.La pieza central de la muestra, una larga sala empapelada con autorretratos de Lucas comiendo un plátano, de 1990, es un escaparate para sus esculturas femeninas (a menudo hechas con medias rellenas) apoyadas en sillas. Las piezas, a las que ella llama Bunnies, son profundamente extrañas y extrañamente convincentes, lo que a su manera es una destilación perfecta de la obra de Lucas.“Henry Taylor: Lado B”, en el Museo Whitney, Nueva YorkEsta no es la primera retrospectiva de Henry Taylor, pero sin duda es la mejor. En los últimos años, Taylor ha saltado a la fama como parte de la tendencia de la figuración negra y, lo que es más convincente, como una persona profundamente comprometida con las cuestiones de raza y justicia social.“Henry Taylor: Lado B”, en el Museo Whitney, Nueva York (Serge Hasenböhler/)Lo que esta muestra también deja claro es que Taylor, que nació en Ventura, California, estudió en el Instituto de las Artes de California (CalArts) y vive y trabaja en Los Ángeles, es en gran medida un pintor del sur de California: la luz, el tema, las viñetas, son todo o casi un lugar. Algunas de las obras de la muestra son excelentes, otras simplemente interesantes. En conjunto, muestran a un cronista de nuestro tiempo en ocasiones divertido y a menudo apasionado.“Frans Hals”, en la National Gallery de LondresComo si la National Gallery sintiera de alguna manera la necesidad de demostrar la profundidad de sus considerables recursos, tenemos aquí una inmensa exposición de 50 obras del retratista del siglo XVII de la época dorada de Holanda. Si no está muy familiarizado con Hals (1582-1666), tiene sentido; esta muestra es su primera gran retrospectiva en 30 años.“Bufón con laúd”, de Frans HalsLa genialidad de Hals residía en su capacidad para evocar la personalidad de un sujeto, especialmente si esa personalidad incluía una sensación de alegría. Utilizando pinceladas pictóricas y una comprensión magistral de la composición, capturó a sus sujetos en retratos que a menudo parecen momentos en el tiempo contemporáneos.“Ellsworth Kelly a los 100 años”, en Glenstone, Potomac, MarylandEn la más significativa de las muchas celebraciones del centenario de Kelly, Glenstone, el museo privado fundado por los multimillonarios Mitch y Emily Rales, ha organizado un deslumbrante estudio de su principal obra. Hay magníficas pinturas tempranas en las que Kelly (1923-2015) exploró por primera vez la abstracción, la forma y el color, lo que lo hizo famoso.“Ellsworth Kelly a los 100 años”, en Glenstone, Potomac, Maryland También hay fotografías poco conocidas en las que se puede ver la preocupación de Kelly por la geometría. También se incluyen sus exquisitos dibujos de plantas y varias esculturas minimalistas. Las casi 70 piezas de la muestra provienen de la colección permanente de Glenstone, así como de préstamos de museos de todo el mundo.“Mark Rothko”, en la Fundación Louis Vuitton, ParísDefinitivamente se puede argumentar que las exuberantes y nebulosas abstracciones de campos de color de Mark Rothko (1903-70) se admiran mejor en la contemplación solitaria. Pero este colosal espectáculo en la Fundación Louis Vuitton constituye un contraargumento convincente.“Marcos Rothko”, en la Fundación Louis Vuitton, París Presentando un total de 115 obras de arte, sala tras sala muestra la lenta evolución del artista desde una figuración no terrible hasta una abstracción sublime, terminando con sus monocromos tardíos. Bellamente decorada y casi repleta de material (incluido un préstamo sin precedentes de los llamados murales Seagram de la Tate Modern), la primera retrospectiva del artista en Francia en casi 30 años demuestra contundentemente que la mayor cantidad de Rothkos en una habitación es la mejor.“El Anatsui: Detrás de la Luna Roja”, en la Tate Modern, LondresDe manera anual, la Comisión Hyundai de la Tate Modern presenta una obra o una serie de obras realizadas específicamente para la cavernosa Sala de Turbinas del museo. Los encargos anteriores ciertamente han sido grandes (tienen que serlo), pero nunca han tenido el tipo de monumentalidad de los tapices metálicos de Anatsui: hechos con tapas de botellas de licor y pequeños trozos de metal, tres obras ondean desde las vigas superiores del edificio.“El Anatsui: Detrás de la Luna Roja”, en la Tate Modern, LondresAnatsui es uno de los artistas más interesantes que trabajan en la actualidad; la práctica del escultor ghanés se centra en la historia, la geografía y la industria. Si bien la instalación de la Tate pretende funcionar como una historia en tres actos, también es, para deleite de los visitantes, una escultura visualmente impresionante, como nunca antes se había visto en Londres.Fuente: Bloomberg, a través de The Washington Post

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El Museo del Barrio de Nueva York redobla su apuesta por la cultura latina

Tapices de arpillera chilena realizados por madres y esposas de desaparecidos durante la dictadura de Pinochet, exhibidas en el Museo del Barrio de Nueva York (Ruth E. Hernández Beltrán/)El Museo del Barrio en Nueva York, principal institución cultural latina del país, abrió la segunda parte de su exposición Something Beautiful: Reframing La Colección, que muestra el trabajo de 60 artistas y que incluye nuevas adquisiciones.La exposición, la más ambiciosa en dos décadas y que muestra unas 150 obras de arte, está dividida bajo nueve temas e incluye afiches, fotos, pinturas, artesanías, esculturas, vídeos e instalaciones que se podrán visitar hasta el 10 de marzo del 2024.Something Beautiful: Reframing La Colección, cuya primera parte abrió el pasado mayo compuesta por 500 obras, presenta con otra mirada la colección permanente del museo, comentó su director, el mexicano Patrick Charpenel.Explicó que los curadores del museo han dado un giro a la forma tradicional en que se han estado presentando las exposiciones, para hacerlo ahora desde la perspectiva “de las raíces culturales, de los conflictos culturales en el siglo 21″, tras conversar con curadores de otras instituciones que coleccionan arte puertorriqueño y latino, además de artistas y líderes comunitarios.Obra sin título del artista puertorriqueño Jorge Soto, (Ruth E. Hernández Beltrán/)Los trabajos ahora están mezclados y no separados por temas como solo fotos, o carteles, etc. “Todos los museos tenemos que abordar esto más desde la perspectiva histórica y cultural que desde la perspectiva formal”, afirmó Charpenel, que se mostró complacido porque la colección del museo ha crecido con donaciones recientes que han recibido y de las que por ahora, dijo, no puede dar detalles.“Espero pronto poder hacer ese anuncio para celebrar”, afirmó Charpenel, lo que ocurre en medio de la expansión que encara el museo, que recibió 9 millones de dólares de la ciudad para ese fin. Eso les permitirá tener expuesta su colección permanente mientras muestran otros trabajos en las nuevas galerías, comentó.Edgardo Gimenez (Gentileza Malba)En esta segunda parte de ‘Something Beautiful: Reframing La Colección’, destaca el trabajo de los argentinos Edgardo Giménez (1942), que impulsó el Pop Art en su país durante las décadas de 1960 y 1970 a través de sus carteles y su tienda de diseño Fuera de Caja y el de Jaime Davidovich (1936-2016).El trabajo de Davidovich, un artista conceptual y pionero del arte televisivo, abarca las muchas estrategias que desarrolló como miembro de la escena artística experimental del centro de Nueva York, incluida su temprana adopción de la televisión de acceso público como lugar para actuaciones de vanguardia.En la muestra también destaca el trabajo de Sophie Rivera (1938, Nueva York), que recorrió los condados de la ciudad tomando fotografías de su gente y lugares, incluidas imágenes casi abstractas de la ciudad y sus escombros, y el de Pepón Osorio (1955, Puerto Rico), con ‘La cama’.’La cama’ del puertorriqueño Pepón Osorio (Ruth E. Hernández Beltrán/)Es una instalación que muestra una antigua cama de pilares del artista, en un espacio que asemeja un dormitorio pintado de rosa, que está embellecida de elementos como juguetes, cuentas, y recuerdos personales y cubierta por una colcha de “capias”, un recuerdo que se otorgaba a quienes asistían a bodas, cumpleaños y bautizos.De acuerdo con los curadores, Rodrigo Moura y Susanna V. Temkin, esta instalación tipifica la estética del exceso del artista y hace referencia a los rituales culturales y la dinámica de los espacios públicos y privados que son de especial importancia para sus compatriotas puertorriqueños, y que el artista dedica a la mujer que le crió en Puerto Rico.Destaca también entre las obras el trabajo de arpilleras chilenas – esposas y madres de desaparecidos- hecho durante la dictadura de Augusto Pinochet, cuyas piezas fueron una voz durante marchas de protesta, comentó Temkin.’Señora de las conchas’ del artista puertorriqueño Diógenes Ballester (Ruth E. Hernández Beltrán/)Las piezas, “símbolos de resistencia” según la curadora, fueron sacadas del país de contrabando y vendidas internacionalmente para mantener a sus fabricantes y financiar el movimiento chileno de resistencia a la dictadura.El dominicano Tony Capellán presenta una obra que muestra sandalias recogidas en un río de su país y la parte superior que sujeta los dedos están hechas de alambre de púas.En la muestra hay también una sección dedicada al hip-hop, movimiento que este año celebró los cincuenta años de su nacimiento en Nueva York, afiche de famosos, trabajos en torno al color de la piel, y obras en torno a los Taínos, la única sala con trabajos expuestos en la primera parte que permanecen desde que abrió “Something Beautiful: Reframing La Colección”.Fuente: EFE.[Fotos: Ruth E. Hernández]

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