La moda de decorarlas con diseños llamativos que conquista hasta a tu abuela
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En comparación con los usuarios de las redes sociales, los fans de los podcasts tienden a ser menos neuróticos y estar menos preocupados por pertenecer, según un estudio (Getty Images)Las personas que escuchan podcasts son, en promedio, más abiertas, intelectualmente curiosas y menos neuróticas que las que no, según un nuevo estudio publicado en la revista PLOS ONE. Investigadores de Australia y California se unieron con el objetivo de comprender mejor por qué la gente escucha podcasts. Estudios anteriores han revelado que la mayoría de los oyentes regulares buscan entretenimiento o información; o simplemente prefieren los medios sonoros.La última encuesta del Instituto de Tecnología de Queensland en Australia también estuvo abierta a oyentes en el extranjero. Alrededor de 300 participantes respondieron la encuesta y 240 indicaron que han escuchado un podcast. Ese grupo respondió preguntas sobre la frecuencia con la que los escuchan y qué tipos prefieren. En general, los usuarios que los consumían podcasts parecían estar motivados por un sentido de curiosidad intelectual, escribieron los autores. Tenían razón al predecir que las personas que están más abiertas a la nueva información tendrían más probabilidades de escuchar podcasts.Sin embargo, para sorpresa de los investigadores, las personas que reportaron una fuerte necesidad de pertenecer tenían menos probabilidades de haber escuchado un podcast. Además, escuchar podcasts no se asoció con un sentido de autonomía, relación social o significado. En comparación con los usuarios de las redes sociales, que tienden a ser relativamente neuróticos y buscan pertenecer, los escuchas de podcasts representan un grupo demográfico más independiente que busca información, concluyeron los autores.Los autores utilizaron los factores de los “Cinco Grandes Rasgos” para considerar las diferencias en la personalidad. De estos rasgos (apertura, escrupulosidad, extraversión, amabilidad y neuroticismo), predijeron que la apertura a la experiencia tendría la mayor influencia en los comportamientos de escucha, ya que los podcasts ofrecen la oportunidad de explorar nuevos temas. Como esperaban, los participantes que obtuvieron una puntuación alta en apertura en el inventario de personalidad de los Cinco Grandes Rasgos tenían más probabilidades de haber escuchado un podcast que aquellos que obtuvieron una puntuación baja.Los investigadores dijeron que, contrariamente a sus predicciones, aquellos que escucharon podcasts no lo hicieron por razones de atención plena o por adicción a los teléfonos inteligentes (Getty Images)Aunque los autores del estudio no hicieron predicciones sobre los otros cuatro rasgos de personalidad, consideraron todo el inventario al encuestar a los escuchas de podcasts. Descubrieron que las personas con puntajes altos de neuroticismo o emocionalidad negativa eran menos propensas a escuchar podcasts. No obstante, este rasgo se encontró en los usuarios de las redes sociales, quienes informaron niveles más altos de neuroticismo en una encuesta previa.De acuerdo con los resultados de la encuesta, los hombres tendían a ser más fanáticos de los podcasts que las mujeres. Esto es consistente con hallazgos anteriores, pero no captura con precisión a las personas no binarias y otros géneros. No obstante, la brecha entre hombres y mujeres en la audiencia podría correlacionarse con las razones de género para usar la tecnología, sugirieron los autores.Una encuesta separada publicada en 2013 encontró que más mujeres usan la tecnología como un medio para conectarse, mientras que los hombres valoran más la búsqueda de información en línea. Aun así, los motivos para escuchar podcasts fueron autoinformados, por lo que existe la posibilidad de un sesgo hacia respuestas más positivas y centradas en los medios sobre reflexiones psicológicas más profundas.Los podcast son productos de audio que están disponibles a través de archivos o plataformas por streaming y una de sus grandes ventajas es que el usuario puede escucharlo cuando lo desee y cuantas veces quiera (Getty Images)Considerado como uno de los formatos digitales más “íntimos”, los podcast han ganado fama y se han posicionado entre el gusto del público argentino a raíz de la llegada de plataformas por streaming en el nuevo milenio como es el caso de Apple. Su boom fue significativo desde que surgió la pandemia de coronavirus en 2020, que obligó a la mayoría de las personas a permanecer en el confinamiento, quienes a su vez empezaron a experimentar formatos y canales diversos para informarse y entretenerse.Los podcast son productos de audio que están disponibles a través de archivos o plataformas por streaming y una de sus grandes ventajas es que el usuario puede escucharlo cuando lo desee y cuantas veces quiera. Sin embargo, no es algo nuevo, sino que se trata de un producto que gozó de amplia popularidad a principios del siglo XXI, pero que luego quedó relegado por la llegada de los discos compactos, ipods, entre otros. No obstante, su fácil acceso, los amplios géneros y sus diversas narrativas han facilitado su nuevo apogeo y muchas empresas han comenzado a apostar nuevamente por ellas para llegar a más usuarios. Actualmente este tipo de producciones han sido bien recibidas en Argentina. SEGUIR LEYENDO:¿Ansiedad, estrés o fobia? Una guía para identificarlos y reconocer sus síntomas más comunesHipocondríacos: la pandemia aumentó las ansiedades sobre otros problemas de saludFobias: cuáles son las más comunes y las claves para lidiar saludablemente con ellas
Una mejor administración del tiempo para pasar más con la familia, dedicarse a un hobby, hacer actividad física o conversar con los amigos, lo mismo que para ser más eficaz y productivo en el ámbito laboral se logra con el cambio de los malos hábitos (Getty Images)“No tengo tiempo” debe estar entre las frases más usadas en la vida de las personas adultas durante su etapa laboral, que siempre coincide con la formación de una familia y el cuidado de los hijos, para aquellos que eligen ese camino.Conseguir tiempo extra es una de las cosas más difíciles de lograr tanto para realizar una actividad personal, como para conseguir minutos de calidad durante las horas laborales, que muchas veces se desperdician con interrupciones innecesarias, reuniones que podrían reemplazarse con un mensaje y tareas vacías de contenido que pueden eliminarse. ¿Cuántas veces somos más productivos cuando la oficina ha quedado vacía?Una mejor administración del tiempo para pasar más con la familia, dedicarse a un hobby, hacer actividad física o conversar con los amigos, lo mismo que para ser más eficaz y productivo en el ámbito laboral se logra con el cambio de los malos hábitos.Conseguir tiempo extra es una de las cosas más difíciles de lograr tanto para realizar una actividad personal, como para conseguir minutos de calidad durante las horas laborales
(foto: Adecco)“No existen los ladrones del tiempo. Usamos esa expresión de ladrón del tiempo para quitarnos un poco la culpa de encima, pero soy yo quien decide distraerse”, dice Berto Pena, formador de Productividad y Gestión Personal, en un diálogo por Zoom con Infobae desde España.Luego de haberse desempeñado en varias compañías, una de ellas una multinacional donde ocupó un elevado cargo directivo, desde hace más de 15 años, Pena enseña a modificar hábitos, para permitir a las empresas, directivos y equipos organizarse mejor, optimizar su rendimiento, y mejorar sus resultados trabajando de forma inteligente con menos estrés.Uno de sus secretos, lo que él llama su “palabra mágica”, es “menos”. “Estamos programados para más es mejor, cuando en gestión del tiempo y de hábitos, normalmente, menos es mejor porque me ayuda a concentrar esfuerzos”. “No es tan fácil cambiar”, admite, pero “si algo nos han enseñado los últimos años (de pandemia) es que necesitamos cambiar los hábitos en el estudio, en el trabajo, en casa, pues las personas, llega un punto, en que necesitan ese gran cambio o porque las circunstancias le llevan a decir ‘necesito hacer las cosas diferente’”, explica.Berto Pena es formador de Productividad y Gestión Personal En definitiva, son los hábitos los que “definen a una persona, a un profesional, nuestra manera de vivir, nuestra forma de aprovechar el tiempo, nuestra capacidad para conseguir resultados” y serán los que “me van a impulsar, me van a llevar más allá de donde por mismo, por mi misma, puedo llegar”, remarca.Pena resume ante este medio cuáles son las claves y acciones concretas de un cambio de hábitos para poder aprovechar mejor el tiempo, que desarrolló en su último libro, Súper-hábitos. “Después de 20 años peleando con mis hábitos y ayudando a otras personas a construir los suyos, me pareció una buena idea volcar mi experiencia sobre cómo construir hábitos y sobre todo que sean duraderos, que no se caigan al poco tiempo”.Luego, detalló los pasos que, según su método, deben seguir los líderes de las organizaciones para optimizar las horas laborales, evitando lo que en inglés se conoce como “fake work” (trabajo falso) o, simplemente, la pérdida de tiempo en cuestiones que no son esenciales para sacar las tareas adelante.El siguiente son los puntos principales del diálogo que Berto Pena mantuvo con Infobae:—¿Cuál es el método que desarrolló para producir un cambio de hábitos que permite optimizar el tiempo?Primero, para cambiar y tener unos hábitos duraderos hay que tener motivos. No motivación, sino motivos claros y que sean propios. Muchas veces la falsa motivación genera hábitos pasajeros. Tener motivos verdaderos para ese cambio.En segundo lugar, tener claro cómo lo voy a hacer. Una cosa es el deseo y otra las acciones concretas. Las personas estamos programadas para desear: ‘Necesito encontrar tiempo, quiero estar más en forma, tengo que organizarme mejor’. Esos son deseos, no son acciones. La clave para comenzar a convertir deseos en acciones es traducirlos a detalles pequeños del día a día.Hay que desactivar esos obstáculos, esas fricciones que son lo que muchas veces nos separan del hábito. No nos falta motivo muchas veces, pero nos falta esa pizca de método (Getty Images)En tercer lugar la repetición, el hábito cala dentro de uno, de una, en el día a día, cuanto más se repite. Yo tengo una frase que dice ‘repite, repite y repite y, cuando creas que has repetido, repite, repite y repite’. Es una manera de decir paciencia. A veces uno dice, ya está, ya lo tengo y las raíces no son los suficientemente fuertes y se cae, lo voy dejando.Y en cuarto lugar, eliminar los obstáculos que ese hábito nuevo puede encontrar. Por ejemplo, si yo quiero desarrollar el hábito de hacer ejercicio o aprovechar la primera hora del día para ser más productivo, pero primero no me centro en las distracciones, malos hábitos o malas rutinas que tenía antes, no las elimino, van a estar ahí en el camino y me van a disuadir o me van a desviar o me van a decir ‘Berto hoy no es buen día, mañana podrás hacerlo mejor’. Hay que desactivar esos obstáculos, esas fricciones que son lo que muchas veces nos separan del hábito. No nos falta motivo muchas veces, pero nos falta esa pizca de método.El problema es que vivimos en una sociedad —hablo en general— muy impaciente, donde priman las prisas, nos encantan los atajos. Esperar dos minutos y, si una aplicación no carga nos desesperamos, si enviamos un mensaje y no nos contestan al instante, nos ponemos nerviosos, y eso va en contra de la creación de hábitos que implica paciencia, pausa, repetición y recorrido. Por eso los motivos, tener motivos de verdad es tan importante. Sin motivos de verdad la impaciencia puede con el hábito.”El problema es que vivimos en una sociedad —hablo en general— muy impaciente, donde priman las prisas, nos encantan los atajos”, dijo Pena—Usted dice que tener menos actividades hace que seamos más productivos. ¿Cómo lo explica?Muchas veces nuestras agendas están saturadas. Parece que proponernos más, significa conseguir más. Apuntarme a más cosas, suscribirme a más cosas, consumir más información. Yo en la vida, no es que he hecho grandes cosas, pero de algunas estoy orgulloso, y siempre que he conseguido algo fue cuando me he concentrado en esta palabra que para mi es mágica que es ‘menos’.Las personas tenemos una alta capacidad de diluirnos, de perder foco, cuanto más difícil sea el objetivo que te propones, a más ruido de fondo, me voy a diluir con mayor facilidad. Entonces las cosas que siempre he propuesto porque he empezado por mi es empezar a reducir, limitar, a decir no a algunas cosas. Decir no, es limitar y, sobre todo, tener claro qué quiero. Porque muchas veces confundimos deseos con prioridades y un interés no es una prioridad.Estamos programados para más es mejor, cuando en gestión del tiempo, en gestión de hábitos, normalmente, menos es mejor porque me ayuda a concentrar esfuerzos. Si falla algo y tengo pocas cosas en marcha puedo dar con la solución o con la causa con mayor facilidad. Si tengo un montón de cosas en marcha y falla algo me será más difícil encontrar el error.Hay muchas cosas que no puedo cambiar porque no dependen de mi ya no actúo sobre las que sí puedo cambiar (Getty Images)—¿Cómo es posible reducir esas actividades, ocupaciones o distracciones?Yo en los últimos años he ido reduciendo lo que llamo la dieta de la información, tenemos mucha grasa digital, por decirlo así, tenemos demasiadas suscripciones, demasiados canales, demasiados mensajes y demasiadas notificaciones. Estoy generalizando, ya que no todas las personas somos iguales. Esa hiperconectividad y saturación de estímulos, muchas veces hace que no atendamos a lo que tenemos delante, que puede ser un familiar, o un cliente, o un libro. Estamos ultra estimulados, por muchas cosas que nosotros mismos elegimos. No existen los ladrones del tiempo. Ladrón del tiempo soy yo, que decido abrir Youtube. Usamos esa expresión de ladrón del tiempo para quitarnos un poco la culpa de encima, pero soy yo quien decide distraerse.—A veces la demanda de sumar actividades vienen del propio ámbito laboral o familiarSin dudas, incluso en la parte familiar siempre va haber una serie de cosas sobre las que nunca vamos a poder decidir, otros deciden por nosotros o bien las circunstancias y eso hay que asumirlo, hay que actuar hasta donde podamos, tampoco preocuparnos ni desesperarnos, ni siquiera, desgastarnos demasiado en esas cosas que no podemos cambiar, si la organización o la empresa tiene unas pautas y hay que seguirlas. Pero hay a la vez muchas cosas en las que sí nos podemos concentrar. Lo que he visto en mi a lo largo de estos años que que, como hay muchas cosas que no puedo cambiar porque no dependen de mi ya no actúo sobre las que sí puedo cambiar.”Hay que actuar hasta donde podamos, tampoco preocuparnos ni desesperarnos, ni siquiera, desgastarnos demasiado en esas cosas que no podemos cambiar”, señaló Pena—Y, finalmente, ¿cuáles son las claves que les da a los líderes para ser más productivos dentro de las organizaciones?Es difícil de contestar porque cada equipo es diferente, pero he visto por mis propios equipos y por otros lo suficiente como para decir 4 puntos clave de la productividad en equipo, especialmente hablando de liderazgo:El primero sería identificar o eliminar las actividades que no aporta, las tareas vacías, lo que en inglés se llama el fake work, que yo llamo trabajo basura. Muchas veces en las organizaciones hacemos trabajos que no aportan, que son procedimientos, o presentaciones para una reunión que es trabajo vacío completamente. A veces lo hacemos por inercia, a veces porque siempre se ha hecho así, a veces porque lo decide alguien que no tiene mucho criterio, pero es más habitual de lo que parece. Dirigir y orientar a mi equipo para que haga trabajo de calidad.Segundo punto clave: las interrupciones. En el trabajo tenemos mucho tiempo, aunque parezca que no, lo que no tenemos es tiempo de calidad. Entre reuniones, interrupciones y mis distracciones. Las interrupciones vienen de los demás, las distracciones son mi culpa, entre todo eso, cada vez tenemos menos tiempo efectivo de trabajo. Ahora no dirijo equipos, pero si tuviera que dirigir equipos ahora mismo, lo primero que haría sería ver cuánto tiempo efectivo tiene. No quiero que mi equipo trabaje más, me interesa que trabaje mejor, elevar la calidad, el bienestar y una de las cosas que tengo que hacer como líder es propiciar o proveerles de tiempo de calidad.La oficina o la empresa se está convirtiendo en uno de los peores sitios para trabajar (Getty Images)Parece mentira, pero la oficina o la empresa se está convirtiendo en uno de los peores sitios para trabajar. Generalizo, no todos los centros de trabajo son iguales, pero en mi empresa, yo dirigí equipos durante 22 años, cometí el enorme error de confundir esto: trabajo en equipo con ‘te interrumpo cuando me da la gana’ y eso es un error tremendo porque si hacemos eso solo voy a poder trabajar de verdad cuando todos se van.En tercer lugar las reuniones. Hay un exceso de reuniones, parece que para cualquier cosa se convoca a una reunión y en las reuniones no se trabaja, se habla de trabajo. Esto es algo que aprendí tarde, desafortunadamente en mi carrera profesional he perpetrado muchas reuniones, digo perpetrado porque eran un crimen. Convocar a reuniones es gratis, pero tenerlas, si se hacen mal, le pueden salir muy caro a la empresa. Entonces, muchas veces no se preparan, se convocan alegremente, sin motivo, se hacen convocatorias indiscriminadas, con un montón de personas, etc.En cuarto lugar: El correo. El correo es una herramienta que está con nosotros y estará con nosotros el resto de nuestra vida profesional. En equipos, cuidaría dos cosas en torno al correo. Primero: tener hábitos colectivos de correo. Cómo vamos a utilizar internamente el correo en el equipo, para qué cosas lo vamos a utilizar, para qué cosas vamos a utilizar otros canales, cómo vamos a escribirnos, cuáles van a ser los asuntos. Cuando alguien se suma a mi equipo, yo enseguida asumo que sabe utilizar el correo como lo hacemos nosotros, eso es falso. Tenemos que tener hábitos comunes, definir cómo se va a combinar el correo con los otros canales que tenemos: Zoom, Teams, Whatsapp, Slack, el teléfono para llamar. Si no definimos y decidimos eso internamente lo que va a pasar es que unas personas utilizarán un día un canal, otras otro.Y el segundo detalle que yo cuidaría del correo sería aprender a utilizarlo. Yo llevo haciendo muchos trainings, desde hace muchos años, de Outlook, de Gmail y la mayoría de las personas solo conoce el 30% de las funcionalidades de las aplicaciones. Y por qué nos interesa eso, para ganar tiempo, para acelerar, para que mi flujo de trabajo sea más rápido, más cómodo, más eficiente para hacerlo antes y mejor. Porque el correo no es mi trabajo, entonces lo que me interesa a mi del correo es entrar y salir lo antes posible para poder hacer mi trabajo de verdad.SEGUIR LEYENDOCómo trabajan las organizaciones que buscan atraer y fidelizar al talento más demandadoPor qué las organizaciones están cambiando la forma de remunerar al personalPor qué la confusión de roles es el peor negocio de las organizaciones
La gente volvió a congregarse en una feria porteña que ya es un clásico
Crédito: Nicolas StulbergEl pasado sábado y domingo se llevó a cabo la 14a. edición de la feria Leer y Comer EL FESTIVAL, el gran evento donde se propone un nuevo encuentro con los cocineros y escritores más reconocidos y prestigiosos. Según señalaron desde la organización, esta nueva edición “fue un éxito absoluto. Leer y Comer recibió muchísima gente y, sin dudas, volvió a llenar el barrio con esa alegría que la caracteriza”.Después de dos años en los que el encuentro fue suspendido por la pandemia, la feria se vistió de fiesta y volvió al barrio de Chacarita. La cita, cuya entrada fue libre y gratuita, se extendió desde el sábado 9 al domingo 10 de abril, desde las 12 hs, en Concepción Arenal y Warnes, CABA. La propuesta, que fue declarada de Interés Turístico Nacional, conjugó comida al paso con charlas con reconocidos cocineros y escritores.La oferta gastronómica incluyó deliciosas hamburguesas En un ambiente ameno y cordial, la propuesta fue conversar por ejemplo con los chefs Mauro Colagrego, Christian y Roberto Petersen, Fernando Trocca, Christophe Krywonis y Maru Botana. También estuvo Bernardo Stamateas, quien presentó su libro Gente nutritiva.Hubo varios shows en vivoEn la presentación de su libro “Parar”, Sergio Lapegüe contó con la presencia de Roxy Vázquez. Sin embargo, ese fue solo el comienzo, ya que, momentos más tarde, el conductor sorprendió al público tocando algunas canciones con su banda “Lapeband”.Maru Botana una de las que dijo presente
Crédito: Nicolas StulbergMaru Botana presentó su nuevo libro: “Cocinemos Juntos”, junto a su hijo Agustín. Pero eso no fue todo, ya que además deleitó a los asistentes con un exquisito Alfajor Rogel de más de 5 kg.Familias enteras estuvieron en la feriaEntre las actividades para los más pequeños hubo un espacio de dibujo y pintura a cargo de Pinturas Eterna, además de un stand de maquillaje artístico de Ma Maquillaje y Más. Durante toda la feria, malabaristas y zanqueros recorrieron la zona interactuando con grandes y chicos.Uno de los foodtrucksAlgunos de los food trucks que estuvieron presentes fueron: Uría Burger, San Genaro, Fierro, Stick Station, Black Pizza, Chopper y muchos más.Christian Petersen dijo sí a las selfiesChristian Petersen presentó su último libro: “Carne y fuego”. En medio de tips y consejos para obtener los mejores resultados en la parrilla, el cocinero también fue objeto de selfies por parte de sus seguidores. En tanto, Cristina Pérez deslumbró al público con la presentación de su libro: “La dama oscura”.La oferta gastronómica fue variada y para todos los gustosEn el mercado de productos, quienes visitaron esta nueva edición pudieron deleitarse con mermeladas y dulces, conservas, alfajores, quesos, chacinados, hongos comestibles, yerba Mate orgánica de autor y hasta Gin elaborado en la Patagonia.El público quedó maravillado con los shows y las exposiciones
Crédito: Nicolas StulbergUno de los momentos que más atrajo la atención de los asistentes estuvo relacionado con Daniel Balmaceda, quien no quiso perderse el evento ni por su propio cumpleaños. Tras pisar suelo argentino, buscó festejarlo junto a los presentes, de quienes recibió la tradicional canción y junto a quienes compartió una riquísima torta.Libros que estuvieron en la feriaEste domingo, Nelson Castro dijo presente en la feria. Entre ovaciones, el periodista presentó dos de sus libros (La salud de los papas y La salud de Diego Maradona) y además relató su experiencia en Ucrania, desde donde arribó hace algunos días.Sofía Pachano junto a Christophe KrywonisFueron de la partida también Daniel López Rosetti, Osvaldo Gross, Nelson Castro, Facundo Manes, Mateo Niro, Eduardo Sacheri Donato de Santis, Sergio Lapegüe, Sofía Pachano, Gastón Rivera, Daniel Balmaceda, Mateo y Augusto Salvato, Nicolás Artusi, Brenda Haines, Mariana Kersz, Hola Vegan y Mercedes Casini. Además, Juku Ares y la banda Vita Set tocaron por primera vez en la feria, con un show en vivo para coronar la jornada del sábado.Algunas de las ofertas de la feria Leer y comerTras cada presentación o charla, los presentes pudieron degustar las mejores propuestas de cada uno de los food trucks.El chef Gastón Riveira dio tips para los amantes de las parrillasEntre los expertos de la parrilla estuvo Gastón Riveira, el cual presentó su libro: “Recetas argentinas de mi cocina”. “Fue una jornada que se vivió con mucha alegría. Se notaba el entusiasmo de la gente de volver a disfrutar de este tipo de eventos”, dijo el cocinero.La feria también contó con un Mercado de Productos artesanales, donde se encontraron: DulceAndo Artesanal, Hongos Porto, Fincas Lecumberri, Mate & Co, La Lombardía, Quesos Fermier, Malvón Mercado, Complacer, Cerveza Jabalina y Gin Tónic Enebro.Mauro Colagreco realizó una charla desde Francia y maravilló a los presentesLeer y Comer contó con una propuesta gastronómica gourmet, muy rica y sana, con precios accesibles y ofertas variadas que incluyeron comida vegetariana, vegana y sin TACC. Pero el evento, además, le permitió a los presentes conocer los mejores secretos de los chefs y detalles únicos para realizar las mejores preparaciones.La gente pudo degustar todo tipo de sabores y texturasDesde la organización señalaron que “tanto desde los food trucks como desde los puestos de editoriales y los del mercado de productos, se mostraron muy contentos con la convocatoria y las jornadas que transcurrieron”.Los quesos, uno de lo protagonistasEn los food trucks y puestos gastronómicos, los asistentes pudieron degustar desde comida asiática o brasileña, sabores típicos de las parrillas, comida vegana, pizzas y hasta paletas y helados artesanales.SEGUIR LEYENDO:Leer y Comer: sabores del mundo y clásicos literarios llegan al barrio de ChacaritaLeer y Comer: volvió el clásico encuentro entre cocineros y escritores que conjuga dos pasiones porteñas
Con repuntes de casos de COVID-19 en China, Hong Kong, otros países de Asia y en Europa, la pandemia aún no cedió/REUTERS/Tingshu WangDesde fines de 2019 hasta ahora más de 469 millones de personas en el mundo han adquirido la infección por el coronavirus. Más de 6 millones han fallecido. El primer año de la pandemia estuvo fuertemente marcado por los confinamientos masivos de ciudades y países para demorar el avance del virus. El año pasado, en cambio, el mundo se centró más en la aplicación de las vacunas contra el COVID-19. En 2022, ya se vislumbran diferentes tendencias en el rumbo de la pandemia, que incluye un mayor uso de los tratamientos antivirales que han sido desarrollados para contrarrestar la infección.A nivel global -en países de Europa Occidental como Francia, Reino Unido y Alemania; y de Asia como China, Hong Kong y Corea del Sur, entre otros- el número de nuevos casos está volviendo a crecer, y los expertos en epidemiología e infectología miran el panorama con preocupación. Remarcan que la pandemia aún no terminó y que los cuidados son necesarios para evitar otra nueva ola. La variante Ómicron del coronavirus -que es la más transmisible de todas- sigue circulando en el tercer año con pandemia.Ómicron fue detectada en noviembre del año pasado y ha sido la variante del coronavirus que más rápido se propagó en todo el planeta. Produjo una ola explosiva entre finales de 2020 y comienzos de 2021, luego pareció comenzar a retroceder. Sin embargo, el sublinaje de Ómicron BA.2 dio otro golpe y los casos volvieron a subir en varios países. En Iberoamérica, también hay temor por la probabilidad de que vuelva a producirse otra ola. En el tercer año con pandemia, la humanidad tiene aún 7 incógnitas por resolver:Se espera que más adelante cambie el sistema de vigilancia de casos de personas con COVID-19/Archivo1 – Cómo seguir registrando los casos de COVID-19En España ya están trabajando en un momento de transición que significaría tratar al COVID-19 como se ha hecho con la gripe, aunque sean enfermedades virales diferentes. Cada año, las autoridades sanitarias no registran todos los casos de personas con gripe sino que se lleva a cabo una vigilancia centinela.El nuevo sistema de vigilancia centinela para COVID-19 está en la etapa final de preparación entre los responsables del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, los de la Ponencia de Alertas, que incluye a los técnicos de las comunidades autónomas; y los del Centro Nacional de Epidemiología (CNE). Se elegirá a un grupo de médicos de primaria o centros de salud que se combinarán con hospitales, de manera estratégica, para que funcionen como testigo. De esta manera, se creará una muestra estadísticamente significativa y repartida en puntos clave. Es decir, en lugar de hacer un conteo exhaustivo de los casos confirmados de COVID-19, se harían extrapolaciones sobre la circulación del virus.En la Argentina, el Consejo Federal de Salud (COFESA), que reúne a todas las autoridades sanitarias del país, consensuó que “debido a las altas coberturas de vacunación, con gran impacto en enfermedad grave y mortalidad, desde agosto de 2020 (Decreto 494/2021), se ha priorizado como indicadores de monitoreo de la pandemia la utilización de camas de terapia intensiva y tensión en el sistema de salud en lugar de la incidencia de casos. En este sentido, se acuerda implementar cambios en la metodología de difusión de datos, pasando a reportes semanales”. Se pasará a informar los casos de COVID-19 con frecuencia semanal y no diariamente.Se busca que el acceso a la vacunación reduzca más el número de muertes por el coronavirus /REUTERS/Lam Yik2- El desafío de reducir las muertesLa vacunación contra el COVID-19 empezó en diciembre de 2020 en Occidente. En la actualidad, el 66% de la humanidad ya recibió la primera dosis. El 59% completó el esquema primario, y un 19% recibió una dosis como adicional o como refuerzo. El acceso a la vacunación contribuyó a que las olas de la pandemia implicaran menos muertes. Porque las vacunas fueron desarrolladas para prevenir complicaciones y mortalidad principalmente.Con Ómicron, subió la probabilidad de que las personas ya vacunadas igualmente se contagien el virus. Pero se ha mantenido la alta protección para prevenir hospitalizaciones y muertes. En el caso de España, durante el primer año murieron 72.085 personas con COVID-19. Durante el segundo, con la vacuna ya extendida entre la población, los muertos fueron alrededor de 29.000: la campaña de inmunización disminuyó los fallecimientos por coronavirus alrededor de un 60%.Sobre si este tercer año de pandemia se podrá repetir el hito de registrar 0 fallecidos en una jornada -que no ocurre desde el 18 de junio de 2020, cuando decayó el estado de alarma-, los expertos tienen dudas. “Dependerá de si cuando llegue el buen tiempo, a mediados de junio, baja la incidencia y los pacientes graves no tienen ningún problema”, según sostuvo Estanislao Nistal, virólogo y profesor de Microbiología de la Universidad CEU-San Pablo. De acuerdo con Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología, los niveles de anticuerpos neutralizantes por haber tenido la infección o por la vacunación se están perdiendo. “Estamos protegidos ante la enfermedad y otros componentes, pero no frente a la infección”, afirmó.Ante qué puede ocurrir este año, los expertos tienen en cuenta las pandemias anteriores y consideran que la etapa en que una infección puede considerarse endémica no significa que no habrá muertes. “En 1918 comenzó una pandemia de gripe que acabó matando a más personas que la Primera Guerra Mundial. Es el ejemplo de las pandemias, por lo graves que pueden ser. Pero con el tiempo, acabó convirtiéndose en la gripe estacional que aparece cada año. Cuando un virus se propaga por la sociedad, nos protegemos con las vacunas y la exposición. Las oleadas posteriores pueden ser menos graves, lo que puede conducir a una enfermedad endémica estable”, aseguró en diálogo con The Harvard Gazette William Hanage, epidemiólogo y profesor asociado de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard.Para el especialista, “decir que una enfermedad es ‘endémica’ es sólo decir algo sobre si hay o no grandes epidemias, grandes brotes. No significa que una enfermedad sea inofensiva, porque se puede tener una enfermedad endémica que continúe todo el tiempo y que mate a muchísima gente”. Como ejemplos, Hanage señaló: “La tuberculosis es endémica en gran parte del mundo y mata a millones de personas. La malaria es un asesino igualmente mortal y, sin embargo, se considera endémica”.Este año y el próximo aumentará el uso de Paxlovid, una píldora para el coronavirus de Pfizer (COVID-19)/Pfizer / Handout via REUTERS3- Ya hay disponibles antivirales contra el coronavirusSe han desarrollado fármacos contra el virus. En Europa se cuenta con varios tratamientos disponibles autorizados por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). En el caso del molnupiravir, su uso está recomendado por el Comité de Medicamentos de Uso Humano del regulador europeo.El medicamento remdesivir se receta en hospitales; y el resto no termina de llegar. “Si se prueban como efectivos y logran contener los casos muy graves de manera rápida, tendremos otro avance muy significativo frente al virus. Serían una alternativa hasta ahora inexistente para quien no pueda estar protegido por la vacuna», explicó el doctor Nistal al diario ABC. Además, serán claves también ante el riesgo de sufrir Covid persistente, que afecta en torno al 10% de la población.Uno de los fármacos para COVID-19, el Paxlovid de la empresa Pfizer, podría ser una herramienta importante en la lucha contra el COVID-19, después de que redujo las hospitalizaciones en pacientes de alto riesgo en alrededor de un 90% en un ensayo clínico. Los resultados fueron significativamente mejores que los de la píldora antiviral molnupiravir de MSD en su ensayo clínico. El Paxlovid es un tratamiento de dos medicamentos que combina un nuevo compuesto, el nirmatrelvir, con el antiviral ritonavir. Ambas píldoras deben tomarse durante cinco días poco tiempo después de que se presenten los primeros síntomas de COVID.La empresa Pfizer ya llegó a un acuerdo con el Fondo de Patentes de Medicamentos (MPP) respaldado por la ONU para permitir que más de 30 fabricantes de medicamentos genéricos elaboren versiones más baratas en 95 países, aunque no se espera que ninguno esté disponible antes de principios de 2023.Desde México, la científica Susana López Charretón, investigadora en virología del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo a Infobae: “Coincido con que este año habrá más atención sobre los antivirales contra el COVID-19. Lo que hay que tener en cuenta también es que no vamos a estar seguros hasta que todos estemos seguros y con eso me refiero que debemos de enfatizar el que haya una distribución equitativa de vacunas en el mundo y que se autorice la vacunación de los niños en más países, que no dejan de estar en riesgo y es muy importante protegerlos”.4- La vacunación debería estar disponible para toda la humanidad.Se han administrado 11.010 millones de dosis en todo el mundo, y cada día se administran 16,24 millones. Pero hay una brecha enorme en el acceso: Sólo el 14,4% de las personas de los países de bajos ingresos han recibido al menos una dosis. Por eso más allá de que los antivirales estén desarrollados, hay también especialistas que señalan el problema de la falta de equidad.“Mientras no se vacune una proporción importante de la población mundial, que está en África, Asia, y lo que falta de América Latina, no podemos dejar de pensar en las vacunas como eje principal de la respuesta ante la pandemia”, dijo a Infobae el doctor Santiago Hasdeu, de la Red Argentina de Evaluación de Tecnología Sanitaria (RedARETS) “Decir que este año será el de los antivirales parece más una expresión de deseo de la industria farmacéutica que desde la mirada sanitaria”, agregó.Sólo el 14,4% de las personas de los países de bajos ingresos han recibido al menos una dosis/ REUTERS/Dado Ruvic/Illustration//File Photo5- Más dosis de refuerzoCon el paso del tiempo, la protección de las vacunas puede disminuir. En países desarrollados ya se está evaluando la posibilidad de dar la cuarta dosis masivamente. Pero también hay dudas sobre su beneficio. Casi un mes después de que el Centro Médico Sheba lanzara un estudio histórico para probar la eficacia de una cuarta vacuna contra el COVID-19, el hospital reveló en que ese refuerzo solo fue parcialmente efectivo para proteger contra la infección por la variante Ómicron.Una cuarta inyección de la vacuna COVID-19 aumenta los anticuerpos a niveles aún más altos que la tercera inyección, pero no es suficiente para prevenir las infecciones por Ómicron, según el estudio preliminar. La Sociedad Española de Inmunología consideró que no es partidaria de inocular una cuarta dosis porque se aplica el mismo tipo de vacuna, elaborada en base a la variante original de Wuhan, en China. Se deberían buscar “otras que incluyeran algunas de las mutaciones aparecidas, como Ómicron o, combinadas”.Para Laith Abu-Raddad, epidemiólogo especializado en enfermedades infecciosas de Weill Cornell Medicine-Qatar, en Doha, quien demostró que las vacunas de ARN mensajero contra el COVID-19 previenen muchos de los peores casos, incluso en respuesta al sublinaje BA.2. hay que pensar en vacunas para diferentes variantes.“En realidad, las vacunas están funcionando extraordinariamente bien, teniendo en cuenta los retos de la evolución”, sostuvo en diálogo con la revista Nature. Pero estimó que se deberían dejar de diseñar vacunas contra variantes únicas y pasar al desarrollo de vacunas contra el pan-coronavirus, es decir, inoculantes que protejan contra diferentes especies de coronavirus. “Esta sería una solución más fundamental para el futuro”, opinó.Existe el riesgo de que surjan nuevas variantes más severas y transmisibles (Getty Images)6- Hay otras vacunas en caminoLas vacunas suelen requerir años de investigación y pruebas antes de llegar a la clínica, pero en 2020 los científicos se embarcaron en una carrera para producir vacunas seguras y eficaces contra el coronavirus en un tiempo récord. En la actualidad, los investigadores están probando 119 vacunas en ensayos clínicos en humanos, y 49 han llegado a las fases finales de las pruebas. Más de 75 vacunas preclínicas se están investigando activamente en animales. La llegada al mercado de diferentes tipos de vacunas contra el coronavirus podría cambiar el panorama.Argentina se encuentra muy bien posicionada en el concierto científico internacional con el proyecto de 7 vacunas candidatas en desarrollo. Muchas de ellas podrían comenzar sus ensayos clínicos antes de fin de año. Algunos proyectos están más avanzados que otros y la mayoría cuenta con el apoyo del Estado, a través del financiamiento de la Unidad Coronavirus, integrada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el Conicet y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i).7- El riesgo de otras variantes de preocupaciónEl coronavirus no ha dejado de evolucionar. Sufre mutaciones. Algunas de ellas forman parte de variantes de preocupación, como Alfa, Beta, Delta, y Ómicron. El surgimiento de nuevas variantes depende de varios factores como el porcentaje de personas sin vacunas, y la adherencia a las medidas de prevención, entre otros.Para Andrea Ammon, directora del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) y Maria Van Kerkhove, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Ómicron no será la última variante. Las expertas aseguraron, además, que “no es seguro que el coronavirus SARS-CoV-2 continúe mutando en variantes más leves que hacen que las personas se enfermen menos que las variantes anteriores”.“Mientras existan focos grandes de replicación del virus en países en los que la vacunación ha sido escasa, la posibilidad de surgimiento de nuevas variantes del coronavirus que pueden ser más transmisibles o más severas sigue de modo latente”, advirtió la científica López Charretón en el diálogo con Infobae.SEGUÍ LEYENDO:Cómo defenderse cuando un médico ofrece un fármaco no probado contra el COVID-19A un año de la vacunación contra el COVID-19, las variantes como Ómicron expusieron los problemas en la distribuciónCuáles son las 5 lecciones éticas que nos enseñó la pandemia
Una persona con ansiedad por la salud percibirá las pautas de los expertos de la salud como insuficientes (Getty) Con la pandemia y el exceso de información que gira en torno al COVID-19 desde hace dos años como desencadenante, más de una persona se habrá sentido enferma sin estarlo durante este tiempo.Y si bien las últimas investigaciones suponen que al menos el 6% de las personas experimentarán la sensación de estar enfermos sin estarlo en algún momento de su vida, los especialistas coinciden en que ese porcentaje puede haber aumentado rápidamente durante la pandemia.Con los medios de comunicación haciendo énfasis en recordar los síntomas y recordando las medidas de prevención de manera continua, es esperable y hasta natural sentir cierto nivel de preocupación por una posible infección.Sin embargo, en algunas personas que tienen cierta tendencia a preocuparse en exceso, el miedo al virus habrá resultado abrumador, al punto máximo de llegar a hacerse más de un test de PCR -probablemente con resultado negativo- desde el inicio de la emergencia sanitaria.“Sospecho que la ansiedad por la salud ha aumentado considerablemente durante la pandemia, sobre todo porque la gente ha tenido más tiempo para rumiar y reflexionar sobre sus síntomas”. El que habla es Peter Tyrer, profesor de psiquiatría comunitaria en el Imperial College de Londres, para quien “los últimos dos años han demostrado que nunca ha habido una mayor necesidad de concienciación sobre la ansiedad por enfermedad y su manejo”.El “trastorno de ansiedad por la salud” es lo que se conoce en medicina como “hipocondriasis o hipocondría”, que si bien las personas que lo padecían hace muchos años eran burladas y sus síntomas eran muchas veces menospreciados, en 2013 la Asociación Estadounidense de Psiquiatría adoptó formalmente el término “trastorno de ansiedad por la enfermedad” para describir a las personas con preocupaciones desproporcionadas y debilitantes sobre su salud.El rol de los factores desencadenantes”No todas las personas que desarrollan estos temores poseen una previa patología de tipo hipocondríaca, sino que son estados de ansiedad elevados frente a la posibilidad de un contagio” (Foto:Captura)Contrariamente a la idea de que los hipocondríacos simplemente buscan atención, los orígenes de la ansiedad por la enfermedad en una persona suelen ser muy específicos.“A menudo hay un factor desencadenante”, aseguró Helen Tyrer, investigadora clínica del Imperial College London y autora del libro Tackling Health Anxiety, quien junto a su marido Peter investigan la ansiedad por la enfermedad. Y agregó: “Podría ser que alguien en la familia haya estado enfermo. O que hayan oído hablar de alguien de su misma edad que muere a causa de una enfermedad”.En otros casos, los pacientes pueden desarrollar preocupaciones excesivas y continuas sobre el regreso de una enfermedad anterior, como el cáncer o un ataque al corazón, o el empeoramiento de una condición actual, como la diabetes.La condición se caracteriza por un control obsesivo de los síntomas. Muchos de los afectados pasan horas todos los días investigando posibles enfermedades en internet.“La mente, el aparato psíquico y el mundo interno de las personas reaccionan a la llegada de esta pandemia con mucha angustia porque se trata objetivamente y realmente de una situación angustiante y preocupante. Entonces reaccionamos con miedo y preocupación, y anormalmente con pánico”. Claudia Borensztejn es miembro y expresidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y en diálogo con Infobae diferenció. “La preocupación es un signo de conexión con la realidad. El pánico, no. El pánico no deja vivir a las personas y tenemos que seguir viviendo con las restricciones que nos impongan. Ambos sentimientos se contagian. Sin embargo, existe una diferencia entre el miedo y el pánico. El miedo es el miedo a una amenaza real, a algo que está pasando. El pánico, por su parte, tiene ese plus de irracionalidad, de desborde y de angustia”.A la hora de describir a este tipo de personas, Helen Tyrer señaló que “cada minuto del día verifican si tienen esta enfermedad o no; realmente está en una escala completamente diferente a las preocupaciones de la mayoría de las personas sobre su salud”.“Los pensamientos repetitivos son persistentes y generan mucha angustia”, coincidió Sophie Lebel, psicóloga clínica de la Universidad de Ottawa, Canadá, que se especializa en las formas en que las personas enfrentan los diagnósticos de cáncer.Las personas hipocondríacas “cada minuto del día verifican si tienen esta enfermedad o no; realmente está en una escala completamente diferente a las preocupaciones de la mayoría de las personas sobre su salud” (Foto: Pixabay)Como es de esperar, la preocupación continua da como resultado muchas más visitas a consultorios médicos y hospitales.En el caso del COVID-19, “el paciente podría pensar que era demasiado pronto para presentarse a una prueba o que los resultados se confundieron en el laboratorio”, sostuvo Helen Tyrer. En ese sentido, para ella, “si alguien sufre de gran ansiedad por la pandemia, un resultado negativo de un test de PCR puede no ser suficiente para convencerlo de que no está infectado”.Los hipocondríacos generalmente tienen una de dos reacciones instintivas: bloquear completamente el pensamiento, lo que refuerza su severidad imaginada, u obsesionarse con el miedo y comenzar a investigar el virus y todos sus síntomas.Otra compulsión muy frecuente es la búsqueda de tranquilidad. Escuchar las noticias y hablar con todos. Sin embargo, cualquier alivio es muy breve porque incluso si se tranquilizan, es solo hasta que hacen la siguiente pregunta, “¿Pero qué pasa si?”.Una persona con ansiedad por la salud percibirá las pautas de los expertos de la salud como insuficientes. Y en vez de lavarse las manos durante 20 segundos, quizás lo hagan durante un minuto. Tal vez usen desinfectante para manos justo después de enjuagarse, o utilicen el alcohol sin diluir ante la idea de que así será más eficiente para combatir al virus. Se trata de una pendiente resbaladiza que conduce a una serie interminable de compulsiones y simplemente mantendrá la ansiedad.“El COVID-19 es un problema mundial que las personas tenemos que tratar con más racionalidad y menos pasión. Sufrir por el futuro, por desarrollar en nuestra mente la posibilidad de infección atroz, hace que perjudiquemos la salud psíquica y la capacidad de manejar nuestra vida para tomar buenas decisiones”, explicó por su parte a este medio el reconocido psiquiatra, investigador y escritor Augusto Cury, autor de Ansiedad, cómo enfrentar el mal del siglo.Finalmente, consultado sobre si hace falta ser hipocondríaco para que se activen estos temores desmedidos o le puede ocurrir a cualquier persona, el licenciado en Psicología Fernando Torrente (MN 27844) explicó a Infobae que “la hipocondría es una entidad patológica que pre-existe al temor por el coronavirus”. “Una persona hipocondríaca por supuesto es mucho más sensible o vulnerable a desarrollar estados de ansiedad importantes frente a epidemias de este tipo -señaló el director del Instituto de Neurociencias y Políticas Públicas de Fundación Ineco-. Pero no todas las personas que desarrollan estos temores poseen una previa patología de tipo hipocondríaca, sino que son estados de ansiedad elevados frente a la posibilidad de un contagio”.SEGUIR LEYENDOCuando la ansiedad también es una amenaza: hipocondría en tiempos de coronavirus“Me siento afiebrado”, “me pica la garganta”: ¿cómo sobrevive un hipocondríaco en tiempos del coronavirus?Paranoia versus peligro real: cómo reacciona el cerebro ante la avalancha de información que circula sobre coronavirus
Hubo un récord de 3.018.191 dosis aplicadas en la primera semana de enero. Pero ritmo de vacunación bajó al 62% en la última semana epidemiológica reportada/ REUTERS/Agustin MarcarianLa Argentina se encuentra entre los 20 países que ya vacunaron a más del 80% de la población con el esquema primario completo contra el COVID-19. Hasta ayer por la tarde 36.282.700 personas estaban vacunadas con las dos dosis. Con el susto por la ola por la variante Ómicron del coronavirus, se llegó a batir un récord con 3.018.191 dosis aplicadas en la primera semana de enero. Pero desde entonces el número de dosis aplicadas fue en picada hasta la última semana completa notificada: bajó el 62%.Si se consideran solo la primera dosis, el 89% de la población general ya la tiene aplicada. En cuanto a la tercera dosis, el 36% recibió una aplicación como dosis adicional o como dosis de refuerzo. Si bien se consiguió una alta aceptación de la población para recibir las dosis que reducen el riesgo de complicaciones y muerte si las personas quedan expuestas al coronavirus, el ritmo del plan estratégico de inmunización del Ministerio de Salud de la Nación se desaceleró durante las últimas semanas, y expertos en infectología, vacunas e historia de la medicina consultados por Infobae señalaron que hay 6 razones que explican el descenso de las aplicaciones. El plan de vacunación contra el COVID-19 en la Argentina empezó el 29 de diciembre de 2020. En ese momento, se planificaba vacunar solo a 24 millones de personas que estaban dentro de los grupos de mayor riesgo de complicaciones y al personal esencial. Pero desde junio se amplió a los adultos sin factores de riesgo. En agosto se sumó a los adolescentes y a partir de octubre a las niñas y los niños de 3 a 11 años.Durante los primeros cinco meses del año pasado, el ritmo del plan fue lento por las demoras en la entrega de dosis de vacunas por parte de los laboratorios que las desarrollaron. Mientras tanto, desde marzo del año pasado, avanzaba la segunda gran ola de la pandemia, con la circulación predominante de la variante Gamma del coronavirus.Un año después del inicio del plan, el 29 de diciembre pasado, y cuando ya Ómicron había pasado a ser la variante que predominaba, se habían aplicado 38.209.568 dosis. El 71,4% de la población general tenía el esquema completo, y el 11,1% tenía la tercera dosis, que se empezó a aplicar a partir de noviembre. Desde el 2 de febrero pasado se incluyó también a los adolescentes con la tercera dosis, y en marzo empezarán con la cuarta dosis solo en los grupos específicos que recibieron la dosis adicional, como las personas inmunocomprometidas, entre otras.Aquí van las 6 razones para entender por qué hubo un descenso del 62% en las aplicaciones semanales de vacunas:Al reducirse la cantidad de casos en enero, cambió la percepción del riesgo de contagiarse/ REUTERS/Agustin Marcarian1-Bajó la percepción del riesgo de contagiarseCuando se detectaron los primeros casos de viajeros que fueron diagnosticados con la variante Ómicron del coronavirus en los primeros días de diciembre, hubo preocupación. Se trataba de una variante que había sido identificada en África el mes anterior, y que en muy poco tiempo estuvo en el país. Varios brotes se produjeron rápidamente por encuentros en lugares cerrados en los que participaron personas que habían viajado al exterior y ya habían adquirido la infección.La ola por Ómicron se expandió por todo el país rápidamente, y desde la segunda quincena de diciembre la aplicación de dosis de vacunas volvió a crecer: creció el 126% en dos semanas. Simultáneamente, los casos confirmados de COVID-19 aumentaron un 510% en ese mismo período, según el análisis del doctor en física Jorge Aliaga, de la Universidad Nacional de Hurlingham en base a los datos abiertos del Ministerio de Salud de la Nación.“Con la ola por Ómicron en diciembre, hubo colas de espera por la vacunación. La gente tuvo más conciencia del peligro que significaba su propagación, y fue un factor que motivó para que fueran a recibir las dosis, tanto para iniciar el esquema, completarlo o para recibir la tercera dosis”, explicó a Infobae Liliana Vázquez, de la Sociedad Argentina de Infectología y médica infectóloga de la Clínica Maternidad Suizo Argentina y el Sanatorio Finochietto. “Pero como los casos y los fallecimientos empezaron a bajar en enero, la percepción de riesgo cambió. Influyó en que haya personas que aún no se han vacunado o que crean que solo con el esquema de dos dosis es suficiente”, agregó.En 2020, cuando la pandemia empezaba a golpear en el país y aún no se habían desarrollado las vacunas, la percepción de riesgo era diferente. Una encuesta realizada por investigadoras del Conicet, Cecilia Johnson, Lorena Saletti, y Natalia Tumas, reveló que los sentimientos de incertidumbre, miedo, responsabilidad y angustia fueron predominantes.La encuesta hizo en línea con 1.410 personas en marzo de 2020. “Al principio de la pandemia, el sentimiento de incertidumbre era frecuente y vinculaba con una situación incierta, propia del contexto de pandemia. También estaba relacionada con la incertidumbre sobre las consecuencias sociales y económicas del momento en que se había establecido un aislamiento masivo. Ahora, tras la ola con Ómicron, la percepción podría haber cambiado”, dijo Saletti a Infobae.Algunas personas se encontraban a tiempo para recibir la primera o la segunda dosis, se enfermaron y eso contribuyó sustancialmente a la desaceleración del plan/Archivo2- Hay gente que cree que al haber tenido la infección ya no se necesita vacunarCon la ola por Ómicron, en tan solo 4 semanas los casos confirmados de COVID-19 aumentaron un 836% en el país. Fue entre el 21 de diciembre y el 11 de enero pasado, cuando se llegó a un valor máximo de 114.018 casos confirmados diarios como promedio semanal. Ese ascenso de casos desbordó la atención de los centros para hacer los testeos, y llevó a hacer cambios en los criterios de diagnóstico para descomprimir. También se cambió el tiempo de aislamiento para los contactos estrechos para reducir el alto ausentismo laboral.De acuerdo con la doctora Teresa Strella, médica epidemióloga e integrante de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), “durante diciembre y enero se transitó la ola por la variante Ómicron e impactó en la dinámica del plan de vacunación. Uno de los impactos fue que las personas que se encontraban a tiempo de recibir la primera o la segunda dosis, se enfermaron y eso contribuyó sustancialmente a la desaceleración del plan”.La experta advirtió que “algunas personas que tuvieron la infección creen erróneamente que ya tienen inmunidad y que ya no es necesario completar el esquema o vacunarse en los próximos meses. Sin embargo, lo mejor hoy es vacunarse y completar el esquema correspondiente. Porque si bien existe la posibilidad de reinfectarse, durante el último año quedó demostrada la importancia de la vacunación y su impacto para reducir el riesgo de que se desarrolle una forma grave de la enfermedad”.“Claramente cuando se compara el año 2020 sin vacunas, y el año 2021 con el avance de la vacunación, se comprueba que con la inmunización disminuye significativamente la proporción de personas con complicaciones que requieren hospitalización y los fallecimientos”, resaltó la doctora Strella.“Es importante hoy que la gente disponga de canales de comunicación eficientes para llegar con la información adecuada y acceda oportunamente a la vacunación. Hoy la organización operativa es clave para avanzar en esta etapa porque la disponibilidad de las dosis ya no es una dificultad. Las dosis están disponibles. Las estrategias para hacer que la gente se vacune pueden diferir según una región a otra o de una localidad a otra”, afirmó la doctora Strella en diálogo con Infobae ayer.Hay confusión sobre cuándo hay que recibir la tercera dosis/EFE/ Juan Ignacio Roncoroni
3- Hay confusión sobre el momento indicado para la tercera dosisLa evidencia científica demuestra que si se recibe una dosis de refuerzo después del esquema completo de vacunación, se consigue mejor protección contra el coronavirus. El 6 de enero pasado, la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIN) recomendó a las autoridades sanitarias de todo el país que se aplazara a 90 días la aplicación de la dosis de refuerzo en quienes habían sido diagnosticados con COVID-19 (con o sin síntomas) al momento de cumplir el intervalo de al menos 4 meses desde la aplicación del esquema inicial.Entonces, si una persona tuvo COVID-19 después de haber completado el esquema de vacunación con dos dosis y le llega el turno para la dosis de refuerzo porque han pasado cuatro meses, deberá esperar tres meses más para aplicarse la tercera dosis. Esta situación también influyó en el ritmo de aplicaciones de las dosis de refuerzo.Según la doctora Strella, “aún hay confusión sobre cuándo hay que recibir la dosis de refuerzo” y eso también se relaciona con el descenso en la vacunación. Hay que tener en cuenta que los intervalos entre la primera y la segunda dosis son diferentes a los de la tercera dosis si se tuvo la infección recientemente. Si una persona tuvo el COVID-19 y aún no se aplicó la segunda dosis, no tiene que esperar. Se la puede aplicar al alta de la enfermedad”. En cambio, si ya recibió las dos dosis y tuvo el COVID-19 recientemente, debe esperar 90 días después de la enfermedad para recibir la dosis de refuerzo”, aclaró la doctora Strella.Circula el mito de que Ómicron es leve y que no hace falta vacunarse/Archivo4- Saben que aún Ómicron circula, pero creen que es “leve”Uno de los mitos que se generaron sobre Ómicron en el mundo fue que era “leve” y que las personas no vacunadas no iban a sufrir cuadros graves si se contagiaban. La Organización Mundial de la Salud (OMS) salió en enero a desmentirlo: las personas más afectadas por Ómicron fueron las que no estaban vacunadas o solo habían recibido una dosis, y esto ocurrió también en la ArgentinaSegún informó a fines de enero la Ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, “en mayores de 50 años sin vacunar, la mortalidad fue de 233 por millón de habitantes. En cambio, en personas ya inmunizadas con el esquema completo del mismo grupo de edad, la mortalidad fue de 36 por millón de habitantes”.5- El descenso de la vacunación ocurrió también después de la ola anteriorEl promedio semanal de casos confirmados de COVID-19 diarios por Ómicron se redujo en más del 90% entre la segunda semana de enero hasta la última semana. Según dijo a Infobae la doctora en ciencias sociales Karina Inés Ramacciotti, investigadora principal del Conicet y de la Universidad Nacional de Quilmes, “según lo que sucedió en las otras olas en la Argentina cuando disminuyen los casos de contagios se enlentece la cantidad de personas vacunadas. Las trabas en el acceso a los centros de vacunación ya sea por distancia, culturales y laborales empiezan a convertirse en obstáculos cuando los casos disminuyen”.En la última semana agosto del año pasado, se había logrado el máximo en la tasa de vacunación en el contexto de la circulación de la variante Gamma. Se aplicaron 2.674.880 dosis en esa semana y luego empezaron a bajar. Mientras tanto, la curva de casos confirmados de COVID-19 también estaba en descenso. El pico durante esa ola por Gamma se produjo con 33.171 casos reportados como promedio semanal en la semana del 27 de mayo.Algunas personas aún tienen dudas y otras directamente no quieren vacunarse, a pesar de que los inoculantes son seguros y eficaces/ REUTERS/Agustin Marcarian6- Hay personas que son renuentes a la vacunación en diversos gradosHay diferentes factores que explican el descenso de la tasa de vacunación semanal desde enero pasado, comentó a Infobae Iris Aguilar, a cargo del Departamento Provincial de Inmunizaciones de la provincia de Mendoza y miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE). “Hay personas que están a la espera de los 90 días para recibir la dosis de refuerzo. Pero también otros grupos de personas que tienen diferentes grados de renuencia a la vacunación”, afirmó.Por un lado, dijo Aguilar, “hay personas que aún tienen dudas sobre las vacunas, pero cuando reciben información aceptan la aplicación. De hecho, todos los días hay aplicaciones de la primera dosis. Por otro lado, hay un grupo duro que no quiere vacunarse más allá de que se les explique que las vacunas han demostrado ser eficaces y seguras en los ensayos clínicos que se hicieron y a través de la vigilancia que se continúa realizando desde el inicio del plan de vacunación. Por esas diferencias, hoy los recursos deberían enfocarse más en el grupo que tienen dudas y que aún no se han decidido a vacunarse. Aunque el ritmo sea más lento, la vacunación continúa. Estimamos que a fines de marzo podría volver a aumentar la demanda de dosis”. A lo largo de la historia argentina, “no han existido movimientos antivacunas de relevancia significativa -mencionó la doctora Ramacciotti- Si surgieron algunas voces en contra de las vacunas fue motivado por ciertas dudas en torno a las condiciones de elaboración o de conservación, como ocurrió con la vacuna contra la viruela en los años cincuenta o con la vacuna contra la poliomielitis en los años setenta“.Si bien existen personas que por diversas razones aún no se han vacunado contra el COVID-19, “no se han convertido en un movimiento antivacunas como ha sucedido en otras latitudes. Además, las opiniones con cierta relevancia mediática que dieron su opinión contra la vacuna no fueron las hegemónicas y en algunos casos tuvieron que retractarse”, resaltó Ramacciotti.SEGUIR LEYENDO:Superbacterias: la pandemia aceleró 10 años el problema de la resistencia a los antibióticos en ArgentinaLa ola por Ómicron generó más reinfectados que toda la etapa anterior de la pandemiaEl retroceso de Ómicron: los casos de COVID-19 bajan en 23 provincias de Argentina pero suben en una
“Siempre es recomendable hacer una consulta ante la duda, ya que es la persona capacitada quien va a saber si es necesario un tratamiento o se puede seguir esperando a que el niño solo recupere el tiempo perdido” (Getty)La compra de útiles y puesta a punto de uniformes, delantales y calzado no son los únicos detalles a ultimar antes de la vuelta a clases. A la rutina familiar que hay que ajustar tras las vacaciones se suma, en muchos hogares, la dificultad de no conseguir turno -o conseguir a muy largo plazo- con un especialista en fonoaudiología que evalúe a los niños que acarrean problemas de lenguaje, y que la pandemia no hizo más que acrecentar.Es que al 2020 de virtualidad escolar, se le sumó un 2021 de presencialidad mixta en la mayoría de las escuelas del país. Y si se considera que, además, los tratamientos fonoaudiológicos fueron interrumpidos (o se realizaron a distancia) al igual que las consultas pediátricas de rutina, que suelen ser otro ámbito de detección de estas problemáticas, era cuestión de tiempo que se destapara la olla a presión que constituyen todas estas cuestiones no atendidas de manera precoz.“Se juntaron varios factores”, comenzó a analizar para Infobae la licenciada en Fonoaudiología Mariana Grasso (MN 7508), quien amplió: “Casi por un año no hubo tratamientos presenciales, lo que hizo que muchos chicos pasaran a un abordaje virtual, que en algunos casos dio resultados pero en niños pequeños o con problemas de atención se complicó un poco más. Otros directamente suspendieron el tratamiento”.Y tras asegurar que “muchas veces la escuela es el lugar de detección de estos trastornos del habla”, la fonoaudióloga señaló que “durante la virtualidad, las maestras podían tener contacto con los chicos pero a veces éstos no hablaban mucho frente a la cámara y en ese sentido la escuela como ámbito de detección no existió en 2020″. Del mismo modo, según observó, “el pediatra también es un detector de estos trastornos pero de la misma manera los controles pediátricos se suspendieron en 2020 y eso influyó en que estas derivaciones oportunas no se dieran”.Para Marini, “si bien la virtualidad fue útil en su momento para unirnos, ahora se ve lo importante que es la presencialidad y el contacto uno a uno” (Getty) Consultada acerca de cuáles son los problemas de lenguaje más comunes en niños que observa en la previa de la vuelta a clases, Grasso sostuvo que “los principales siguen siendo como en todas las épocas los trastornos de retraso en la adquisición del lenguaje, las dificultades fonológicas o articulatorias, y lo que sí se ve es que la falta de consulta temprana por estas cuestiones derivó en problemas en la adquisición de la lectoescritura”.Con ella coincidió la licenciada en Fonoaudiología Marina Mac Dougall (MN 8189), para quien “en el último tiempo aumentaron las dificultades en la comunicación y retrasos del lenguaje”. “Cambiaron mucho las rutinas familiares, que es lo que ordena a los nenes, sumado a eso perdieron contacto con sus pares y hay que tener en cuenta que desde nivel inicial, a través del juego y de las rutinas escolares se preparan para el aprendizaje de la lectoescritura y otros, incluso la socialización”. “Les faltó jugar, compartir, negociar, poner el lenguaje en funcionamiento. Como todo eso está retrasado, ocurre lo mismo con el lenguaje escrito”, enfatizó.Iris Rodríguez es médica otorrinolaringóloga (MN 64010) y una de las fundadoras de la Sociedad Argentina de la Voz y en diálogo con este medio consideró que “los trastornos en general son los mismos de siempre, se llaman dislalias, que pueden ser para distintos fonemas o para pronunciar algunas palabras”. “La pandemia distorsionó la rutina de las personas y la rutina escolar no fue la excepción -analizó-. Los niños sufren déficit de atención, están apáticos, desmotivados y eso impacta en el lenguaje, al igual que el uso de dispositivos electrónicos, que los llevó a mal usar y abusar de la voz y no sólo ahí hay problemas de lenguaje sino también de la voz que se manifiestan en diversos grados de disfonía”.”El uso del barbijo es un impedimento para los chicos al momento de corregir algunas dificultades del habla” (Getty) Rita Marini es psicopedagoga y consultada por este medio consideró que “hay un descenso del lenguaje en general, afectado por varias cosas: por un lado porque los niños estuvieron con menos interacción con otras personas, otro factor que influye es que el uso del barbijo es un impedimento para los chicos al momento de corregir algunas dificultades del habla ya que muchos sonidos los aprenden a decodificar al ver cómo el docente coloca la boca al hablar”. “Y de la mano con la poca interacción con otros se relaciona la cantidad de horas que pasan conectados a juegos en la computadora o la Play y eso se evidencia en la pobreza de lenguaje”, agregó la especialista.En la misma línea, Mac Dougall sumó que “también hay muchos casos de problemas en la conexión con el otro, más allá del habla y la lectura”. “Los trastornos del espectro autista también se vieron incrementados y esto tiene que ver con la comunicación en las familias, el uso desmedido de la tecnología en los hogares -analizó-. Asimismo, el uso de mascarillas influye mucho para poder transmitir e interpretar emociones”.“Al momento de la pronunciación se pierde un apoyo visual que es clave; la boca está tapada y es difícil aprender a reproducir algunos sonidos sin ver el movimiento de la boca”, observó la especialista, para quien “hay estímulos que se perdieron por los cuidados que hay que tener y eso no es lo natural”. “Desde la adquisición del lenguaje oral se arrastran problemas y eso repercute hasta cerebralmente a nivel de ciertos circuitos que tienen que darse para que se consolide el lenguaje”, enfatizó.Sobre esto, Marini aportó: “Si bien la virtualidad fue útil en su momento para unirnos, ahora se ve lo importante que es la presencialidad y el contacto uno a uno, tanto en la escuela como en los tratamientos fonoaudiológicos o psicopedagógicos. La virtualidad fue mejor que nada, pero no es lo mismo que el intercambio personal”.Cuándo es momento de consultar”Los niños sufren déficit de atención, están apáticos, desmotivados y eso impacta en el lenguaje” (Getty) Para Grasso, “siempre el abordaje temprano es mejor”. “Cuando no se detecta un trastorno de este tipo hasta sala de cinco, a eso se le sumará luego un trastorno de adquisición de la lectura”, destacó la experta, para quien “en jardín empiezan a detectarse trastornos de lenguaje ya desde sala de dos o de tres, y cuando eso no ocurrió los problemas se juntan y se complican”.“Siempre es recomendable hacer una consulta ante la duda, ya que es la persona capacitada quien va a saber si es necesario un tratamiento o se puede seguir esperando a que el niño solo recupere el tiempo perdido y se ponga ‘al día’”, agregó.En la misma línea, para Mac Dougall, “hay que tener en cuenta el contexto”. “En una situación de normalidad, si al niño se le ofrecieron los estímulos adecuados y le cuesta alfabetizarse a mediados de primer grado se debería consultar, pero cuando el contexto no viene siendo el esperado todo el sistema tiende a dar otra oportunidad”, consideró, y recomendó: “Si la familia, el pediatra o los maestros ven algo que llama la atención está justificada la consulta”.Sobre las señales a las que hay que estar atento, según la edad del menor, la profesional aportó: “Terminando el jardín de infantes, el niño tiene que ser inteligible, se le tiene que entender, debe poder armar un relato y comprender consignas. Es lo que se llama conciencia fonológica, y tiene que ver con que el chico tenga cierta habilidad para reconocer sonidos, rimas, reconocer sonidos similares, etc”.“Si ya en esos aspectos se observan dificultades habría que consultar porque en primer grado se le suma la lectoescritura y todo se complica más”, destacó.Respecto a la alta demanda y la dificultad de muchos padres para dar con especialistas en la materia, Grasso opinó que se debe a que “a los pocos profesionales se suman las consultas no realizadas a tiempo en los últimos dos años”.Para el final, Mac Dougall expresó un deseo en este sentido, tendiente a que “más personas se formen en las universidades para que más profesionales puedan atender a la demanda y poder dar buena atención, ya que es mucho y muy amplio el campo de atención de la especialidad, que abarca, además de estas problemáticas, rehabilitación de adultos, entre otras varias aristas”.SEGUIR LEYENDO¿Puede el uso del barbijo impactar en el aprendizaje del lenguaje?Polémica por el cambio hacia los barbijos seguros: ¿pueden dificultar el aprendizaje?Clases en CABA: no se aislarán más contactos estrechos asintomáticos y eliminarán las burbujas
Ren Descourvieres había nacido en 2013. En abril del año pasado un dolor de cabeza fue el primer síntoma de su enfermedad/Familia DescourvieresAlexis y Lorena se enamoraron en 2009 y todo fluyó en la relación. Al año ya sentían que querían formar una pareja y tener un hijo. En 2013, nació Ren Ariel, un bebé alegre que descubrió pronto la plaza que estaba al frente de su casa y no paró de ir a jugar. Pero en abril del año pasado, a los 7 años, el nene sintió un dolor de cabeza. Se le pasaba por momentos. Se sumaron vómitos, y con los padres salieron a buscar una explicación sobre qué le pasaba. Resultó ser un tumor cerebral muy poco frecuente que se desarrolla en 6 de cada 100.000 personas cada año en el mundo. Ahora, los papás de Ren Ariel Descourvieres quieren ayudar para que haya más concientización de ese tipo de cáncer cerebral, el glioma, tanto en la población general como en el ambiente de los profesionales de la salud. Buscan que se cambien la situación para que los diagnósticos de la enfermedad se pueden realizar más tempranamente, se invierta más en investigación de potenciales tratamientos y se reciba más asesoramiento y comprensión por parte del sistema de salud para las familias cuando reciben el gran “golpe” que significa escuchar la noticia de que un niño tiene una enfermedad que puede ser fatal.“Le pusimos Ren porque significa “loto” en japonés, y fue el nombre que más nos gustó”, contó a Infobae el papá, Alexis, quien trabaja en una distribuidora de autopartes. Su pareja, Lorena, es docente, y viven en Wilde, partido de Avellaneda, en el Conurbano, Argentina. El nene nació el 3 de mayo de 2013. Cuando creció, le empezó a gustar ir a la plaza y a visitar a familiares. A veces, no quería volver. Los fideos con brócoli y salsa blanca y las milanesas con puré también pasaron a ser sus comidas favoritas.Ren con su padre, Alexis. Costó que los médicos llegaran a diagnosticar qué tenía un glioma, un tipo de tumor cerebral/Familia DescourvieresEn la casa, Ren jugaba con juegos en línea o armaba personajes ficticios con su imaginación. Durante 2020 Ren empezó a cursar el segundo grado de la escuela con clases virtuales y todo le fue bien. Se adaptó. El 18 de abril del año pasado dijo: “Papá, me duele la cabeza”. Al rato, siguió corriendo como si el dolor hubiera desaparecido. Durante el fin de semana, aparecieron vómitos. “Lo llevamos a la pediatra. El primer análisis fue el del Covid-19. Pero el resultado dio negativo”, recordó el padre. Ren le preguntó: “¿Estás orgulloso de que no lloré con el hisopado?”.Lo examinó una médica, pero lo mandaron a la casa sin encontrarle algún problema. “Nos mandaron a casa de vuelta. Pero Ren siguió con vómitos y volvimos a la clínica donde le hicieron una radiografía y una análisis de sangre. No se encontró nada”, detalló. El nene solo quería dormir para que no le doliera más la cabeza y llegó un momento en que el lado izquierdo del cuerpo no coordinaba bien.En una guardia médica, le hicieron una tomografía y le detectaron una masa en el cerebro. Era la noche y le empezaron a dar corticoides. En un momento, Ren dijo: “Mamá te amo”. Eran las 2 de la madrugada y estaba en la clínica. Los médicos no aparecían. Hasta que eran las 10 de la mañana y aún nadie lo había visto, según contó el padre. Tenía convulsiones y desde momento Ren nunca más volvió a hablar.Lo pasaron a terapia intensiva. Le hicieron una resonancia magnética y luego una cirugía para reducir la presión del tumor en el cerebro después de varios obstáculos burocráticos. El resultado del estudio patológico tras la cirugía demoró 20 días y recién pudieron saber que Ren tenía un glioma de tronco encefálico, uno de los tumores cerebrales más agresivos. Los gliomas son tumores que se inician en las células glias que rodean a las neuronas del cerebro.Los gliomas son tumores poco frecuentes que se inician en las células glias que rodean a las neuronas del cerebro/Archivo Tras el diagnóstico y al evaluar el estadio del tumor, los médicos le informaron a los padres que a Ren le quedaban 6 meses de vida. Les dijeron que con radioterapia y quimioterapia, la sobrevida se extendería de 12 a 18 meses. “Pero el médico oncólogo nos dijo también que nuestro hijo no estaba en condiciones de seguir viviendo y de beneficiarse con esa terapia por el estado avanzado de su enfermedad”, señaló el padre. Aceptar el diagnóstico fue un momento duro, y los padres no se imaginaban lo que vino después.El nene estuvo internado en terapia intensiva. En el medio, adquirió una infección intrahospitalaria y tuvieron que darle medicación. Hasta que en un momento los médicos le dijeron que “ya no había nada para hacer” y le aconsejaron una internación domiciliaria. “La internación domiciliaria fue la respuesta médica. Por un lado, se entiende que no debe haber encarnizamiento con un paciente que tiene una enfermedad terminal. Pero tampoco los médicos deberían pensar que no se puede hacer nada”, comentó.En agosto empezó la internación domiciliaria. El nene tuvo que volver a usar pañales a sus 8 años. “Fue difícil porque no solo sabes que tu hijo está muy mal sino porque hay que salir a combinar a diferentes profesionales, como enfermeros u otros, para que vengan a atenderlo y es muy desgastante”, agregó.Hasta que el 1° de octubre pasado a la tarde el cuerpo de Ren no aguantó más y murió. Una silla ortopédica que necesitaba llegó recién 13 días después del fallecimiento. Desde entonces los padres, Alexis y Lorena se han puesto en contacto con otras familias que tienen o tuvieron chicos con gliomas. Se contienen entre ellos, y debaten qué se podría hacer para que algo cambie. Si bien más del 80% de los cánceres infantiles son curables, aún hay chicos que fallecen. En el caso del glioma que tuvo Ren, no hay un tratamiento específico disponible. Ni tampoco está aún clara cuál es la causa.Los padres piden que se invierta más en investigación científica para que se aclaren las causas de los gliomas y se desarrollen tratamientos efectivos (Getty Images)“Nuestro hijo ya falleció, pero quisiéramos que algo se modifique en cuanto a la consideración de los gliomas infantiles. Se necesita que haya más capacitación de los profesionales de la salud para que puedan diagnosticar más tempranamente a la enfermedad, que es poco frecuente. En el caso de Ren fue un cuadro agudo pero tardaron en diagnosticarlo. Hay chicos que incluso están más tiempo en la espera del diagnóstico”, comentó.Además, los padres tienen la esperanza en la ciencia para que se salve la vida de otros chicos. “Debería invertirse más en investigación en cánceres de chicos para encontrar tratamientos que curen la enfermedad y para comprender cuál es la causa de los gliomas”, afirmó.“Quizá, al encontrar la causa, se puede detectar una población de chicos con más riesgo y se podría detectar más a tiempo para tratarla. Además, se debería facilitar el asesoramiento sobre los ensayos clínicos y la posibilidad de que los chicos accedan a tratamientos en evaluación tanto en el país como en el exterior. Hay algunos ensayos que exigen que los chicos hayan pasado primero por radioterapia y quimioterapia pero ya sabemos que no son eficaces para todos. Por lo cual, se pierde un tiempo muy valioso porque el tumor avanza”, dijo. Descourvieres está en contacto ahora con la nueva Asociación Argentina del DIPG (que une a familias con chicos con gliomas), la Alianza Argentina de Pacientes (ALAPA), y con la organización Piluquitos, que elabora gorritos oncológicos gratuitos para niños.SEGUIR LEYENDO:Inmunoterapia para el cáncer: tres tests predictivos ya determinan cuál será útil para cada paciente antes de recibirlaTrabajó con Marie Curie y derribó mitos sobre el cáncer: la historia desconocida de una investigadora de vanguardiaEl misterio del cáncer dormido: un científico argentino liderará un instituto de vanguardia para luchar contra las recaídas
Cada año nacen en el país 7 mil niños con algún tipo de patología cardíaca (Getty Images)El Día Internacional sobre las Cardiopatías Congénitas es el 14 de febrero, justamente la misma fecha en la que se celebra el Día de los Enamorados. Como el corazón está íntimamente ligado con las emociones se consideró una buena ocasión para concientizar sobre la importancia de tratar esta anomalía con la mayor celeridad posible.¿Qué son las cardiopatías congénitas (CC)?Las cardiopatías congénitas son defectos del corazón y/o de los vasos sanguíneos que se producen debido a un desarrollo anormal durante la vida fetal. La doctora María Amalia Elizari, Jefa de Sección Cardiopatías Congénitas del Adulto del Instituto Cardiovascular (ICBA) afirmó que “los controles ecocardiográficos durante el embarazo pueden detectar alteraciones anatómicas o funcionales del corazón del feto. Asimismo, el examen pediátrico del recién nacido es fundamental para el diagnóstico por la existencia de soplos o arritmias que en la edad adulta podrán ser tratadas”.De acuerdo con datos del Hospital Garraham, el número anual de pacientes intervenidos en cirugía cardiovascular ha presentado un incremento persistente: en el año 2004 se registraron 448 casos, en los años 2008 y 2009 se superaron los 500 pacientes al año y a partir del año 2014, en forma persistente los pacientes intervenidos superan las 500 cirugías anuales de cardiopatías.Si bien con el paso de los años se exhibe un leve aumento, el avance de la tecnología para el diagnóstico y para las intervenciones quirúrgicas hizo que en la actualidad, el tratamiento quirúrgico de las cardiopatías sea posible en el 90%, más de la mitad de ellas en los primeros seis meses de vida.“En nuestra experiencia hemos aprendido que el manejo de las y los niños con cardiopatías congénitas requieren del trabajo multidisciplinario de neonatólogos, pediatras intensivistas, recuperadores, enfermería especializada, fisioterapeutas que, junto al cardiólogo, hemodinamista y cirujano cardiovascular permitan a esta población de pacientes tener un tratamiento precoz y adecuado”, destacaó Gladys Salgado, jefa del servicio de Cardiología del Garrahan.La cardiopatía congénita es la malformación más común que puede tener un bebé al nacer (Getty Images)Diferentes tipos de cardiopatíasLa alteración del desarrollo puede localizarse en cualquiera de las estructuras cardíacas y/o de los vasos sanguíneos y los defectos pueden presentarse aislados o combinados, generando un enorme espectro de malformaciones. Es por eso que existe una gran diversidad de cardiopatías.Según el tipo de cardiopatía y el grado de compromiso de la función cardíaca normal pueden afectar de manera precoz, en el nacimiento o a lo largo de las distintas etapas de su vida. Algunas de estas patologías deben corregirse en la etapa neonatal ya que podrían poner en riesgo la vida del recién nacido. En otros casos generan síntomas durante la infancia o adolescencia y finalmente, aproximadamente un 30%, se mantienen asintomáticas hasta la vida adulta siendo detectadas recién en chequeos de rutina.Síntomas para detectarlas y tratamientos específicosDe acuerdo con expertos del ICBA, la presencia de coloración azulada de la piel (saturación arterial de oxígeno baja), la dificultad para alimentarse normalmente o ganar peso en los bebés, defectos en el crecimiento, la fatiga en la infancia y adolescencia, las palpitaciones y obviamente, la detección de soplos o hipertensión arterial en los controles médicos, son todos trastornos que pueden estar vinculados a una CC.Existen diferentes tratamientos para la reparación de los defectos cardíacos congénitos que pueden ser quirúrgicos o percutáneos. En algunas cardiopatías complejas y severas como la presencia de un solo ventrículo (el corazón normalmente tiene 2), el tratamiento quirúrgico mejorará la calidad y expectativa de vida de este grupo de pacientes.La doctora Elizari aclara que se ha logrado avanzar en el tratamiento invasivo de las arritmias cardíacas, que es una de las complicaciones más frecuentes, accediendo al corazón con catéteres a través de arterias que permiten eliminar circuitos eléctricos patológicos mediante la ablación por radiofrecuencia o crioablación.Las cardiopatías congénitas son una de las principales causas de mortalidad infantil (Getty)Convivir con una CCAquellos pacientes que presentan una condición crónica deben realizar su control cardiológico de por vida. Esto les permitirá seguramente alcanzar una mejor calidad y expectativa de vida y reducir las complicaciones en la evolución.“Gracias a los avances en el tratamiento y sus resultados, más del 90% alcanza la vida adulta. De todas formas, la capacidad funcional dependerá del tipo de cardiopatía. La mayoría de los pacientes pueden realizar múltiples actividades, incluyendo casi todos los deportes recreativos. Si la cardiopatía es compleja, en el caso de deportes competitivos, se requerirá una evaluación exhaustiva teniendo en cuenta los riesgos individuales de cada paciente”, afirmó Elizari.Existen situaciones particulares en el seguimiento de algunos pacientes para evitar o disminuir complicaciones; por ejemplo, en pacientes mujeres en edad fértil con cardiopatías graves, se debe evaluar la necesidad de anticoncepción y los riesgos potenciales de un embarazo. Realizar una evaluación genética en casos que exista transmisión hereditaria de la patología.Pacientes que presentan una condición crónica deben realizar su control cardiológico de por vidaAsimismo, es importante respetar el calendario de vacunación, realizar el control odontológico periódico y mantener una vida saludable, realizando actividad física y estricto control de los factores de riesgo cardiovasculares. “Esto es clave para la salud física y mental. La posibilidad de realizar encuentros recreativos en grupos de pares con cardiopatías similares mejora la calidad de vida”, dijo.El seguimiento por cardiólogos especializados en el cuidado de esta categoría de pacientes disminuye el riesgo de complicaciones en la evolución. “Es muy importante que los centros cardiológicos de referencia cuenten con especialistas en pacientes adultos con cardiopatía congénita para lograr estos objetivos”, concluyó Elizari.Desde 1994, el Hospital cuenta con una unidad exclusiva de cuidados intensivos en recuperación cardiovascular (UCI 35) donde se recuperan de la cirugía los pacientes intervenidos por cardiopatías congénitas o cardiopatías adquiridas, inclusive neonatos. En 2008, el Garrahan inició su Programa de Diagnóstico y Tratamiento Fetal, que lleva realizadas más de 1.600 consultas por diferentes patologías fetales,. Allí se observó un aumento significativo en la asistencia por diagnóstico prenatal de cardiopatías congénitas.“Todas estas mejoras han permitido el cambio en conductas intervencionistas que lograron disminuir la indicación de cirugías paliativas y avanzar en diferentes cardiopatías a la reparación definitiva en un solo tiempo quirúrgico, aún en formas complejas de cardiopatía. En la actualidad, más del 90% de las cardiopatías tienen una resolución quirúrgica, y la incidencia de reoperación no planificada en la actualidad es del 10%.”, concluyó Salgado.SEGUIR LEYENDO:Cada día nacen en Argentina 20 bebés con cardiopatías congénitasQué es una arritmia cardíaca y cómo afecta la carrera de un deportistaQué enfermedades cardiovasculares se pueden desarrollar a causa del COVID-19